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En los Vedas se dice que las personas que están apegadas a los semidioses con exclusión de la Suprema Personalidad de Dios, son como los animales que siguen al pastor aunque los esté llevando al matadero. Los materialistas, al igual que los animales, tampoco saben cómo están siendo desencaminados al desdeñar el pensamiento trascendental acerca de la Persona Suprema. Nadie puede estar con la mente vacía. Se dice que una inteligencia ociosa es el taller del diablo, porque una persona que no puede pensar correctamente, tendrá que pensar en algo que puede causar un desastre. Los materialistas siempre están adorando a algunos semidioses menores, aunque ello se condena en el Bhagavad-gītā (7.20). Mientras una persona esté ilusionada con las ganancias materiales, les hace pedidos a los semidioses respectivos para obtener cierto y determinado beneficio que, al fin y al cabo es ilusorio y temporal. Al trascendentalista iluminado no lo cautivan esas cosas ilusorias; por consiguiente, él siempre está absorto en el pensamiento trascendental acerca del Supremo, en las diferentes etapas de la comprensión, es decir Brahman, Paramātmā y Bhagavān. En el verso anterior se indica que uno debe pensar en la Superalma, lo cual está un escalón más arriba que el pensamiento impersonal acerca del Brahman, tal como se sugirió en el caso de completar el virāṭ-rūpa de la Personalidad de Dios.  
En los Vedas se dice que las personas que están apegadas a los semidioses con exclusión de la Suprema Personalidad de Dios, son como los animales que siguen al pastor aunque los esté llevando al matadero. Los materialistas, al igual que los animales, tampoco saben cómo están siendo desencaminados al desdeñar el pensamiento trascendental acerca de la Persona Suprema. Nadie puede estar con la mente vacía. Se dice que una inteligencia ociosa es el taller del diablo, porque una persona que no puede pensar correctamente, tendrá que pensar en algo que puede causar un desastre. Los materialistas siempre están adorando a algunos semidioses menores, aunque ello se condena en el ''Bhagavad-gītā'' ([[ES/BG 7.20|7.20]]). Mientras una persona esté ilusionada con las ganancias materiales, les hace pedidos a los semidioses respectivos para obtener cierto y determinado beneficio que, al fin y al cabo es ilusorio y temporal. Al trascendentalista iluminado no lo cautivan esas cosas ilusorias; por consiguiente, él siempre está absorto en el pensamiento trascendental acerca del Supremo, en las diferentes etapas de la comprensión, es decir Brahman, Paramātmā y Bhagavān. En el verso anterior se indica que uno debe pensar en la Superalma, lo cual está un escalón más arriba que el pensamiento impersonal acerca del Brahman, tal como se sugirió en el caso de completar el ''virāṭ-rūpa'' de la Personalidad de Dios.  


Las personas inteligentes que pueden ver bien, pueden analizar las condiciones generales de las entidades vivientes que están deambulando en el ciclo de las 8 400 000 especies de vida, así como también en las diferentes clases de seres humanos. Se dice que existe una faja perpetua de agua, llamada el río Vaitaraṇī, a la entrada del planeta plutónico de Yamarāja, quien castiga a los pecadores de diferentes maneras. Después de que el pecador es sometido a esos sufrimientos, se le asigna una determinada especie de vida, conforme a sus actos en el pasado. Esas entidades vivientes, según las castiga Yamarāja, se ven en diferentes variedades de vida condicionada. Algunas de ellas están en el cielo, y otras están en el infierno. Algunas de ellas son brāhmaṇas, y otras son avaras. Pero nadie es feliz en este mundo material, y todas ellas son prisioneras de primera, segunda o tercera categoría, que están sufriendo a causa de sus propias acciones. El Señor es imparcial en todas las circunstancias de los sufrimientos de las entidades vivientes, pero a aquel que se refugia en Sus pies de loto, el Señor le da la debida protección, y Él lleva a esa clase de entidad viviente de vuelta al hogar, de vuelta a Él Mismo.
Las personas inteligentes que pueden ver bien, pueden analizar las condiciones generales de las entidades vivientes que están deambulando en el ciclo de las 8 400 000 especies de vida, así como también en las diferentes clases de seres humanos. Se dice que existe una faja perpetua de agua, llamada el río Vaitaraṇī, a la entrada del planeta plutónico de Yamarāja, quien castiga a los pecadores de diferentes maneras. Después de que el pecador es sometido a esos sufrimientos, se le asigna una determinada especie de vida, conforme a sus actos en el pasado. Esas entidades vivientes, según las castiga Yamarāja, se ven en diferentes variedades de vida condicionada. Algunas de ellas están en el cielo, y otras están en el infierno. Algunas de ellas son ''brāhmaṇas'', y otras son avaras. Pero nadie es feliz en este mundo material, y todas ellas son prisioneras de primera, segunda o tercera categoría, que están sufriendo a causa de sus propias acciones. El Señor es imparcial en todas las circunstancias de los sufrimientos de las entidades vivientes, pero a aquel que se refugia en Sus pies de loto, el Señor le da la debida protección, y Él lleva a esa clase de entidad viviente de vuelta al hogar, de vuelta a Él Mismo.
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Latest revision as of 18:59, 9 December 2023


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 7

kas tāṁ tv anādṛtya parānucintām
ṛte paśūn asatīṁ nāma kuryāt
paśyañ janaṁ patitaṁ vaitaraṇyāṁ
sva-karmajān paritāpāñ juṣāṇam


PALABRA POR PALABRA

kaḥ—quién más; tām—eso; tu—pero; anādṛtya—por desdeñar; para-anucintām—pensamientos trascendentales; ṛte—sin; paśūn—los materialistas; asatīm—en lo no permanente; nāma—nombre; kuryāt—adoptarán; paśyan—viendo claramente; janam—la generalidad de la gente; patitam—caída; vaitaraṇyām—en Vaitaraṇī, el río del sufrimiento; sva-karma-jān—producido por el trabajo de uno; paritāpān—sufrimiento; juṣāṇam—agobiado por.


TRADUCCIÓN

¿Quién más, aparte de los muy materialistas, va a desdeñar ese pensamiento trascendental y adoptar solo los nombres temporales, viendo que las masas están caídas en el río del sufrimiento como consecuencia del resultado que han devengado de su propio trabajo?


SIGNIFICADO

En los Vedas se dice que las personas que están apegadas a los semidioses con exclusión de la Suprema Personalidad de Dios, son como los animales que siguen al pastor aunque los esté llevando al matadero. Los materialistas, al igual que los animales, tampoco saben cómo están siendo desencaminados al desdeñar el pensamiento trascendental acerca de la Persona Suprema. Nadie puede estar con la mente vacía. Se dice que una inteligencia ociosa es el taller del diablo, porque una persona que no puede pensar correctamente, tendrá que pensar en algo que puede causar un desastre. Los materialistas siempre están adorando a algunos semidioses menores, aunque ello se condena en el Bhagavad-gītā (7.20). Mientras una persona esté ilusionada con las ganancias materiales, les hace pedidos a los semidioses respectivos para obtener cierto y determinado beneficio que, al fin y al cabo es ilusorio y temporal. Al trascendentalista iluminado no lo cautivan esas cosas ilusorias; por consiguiente, él siempre está absorto en el pensamiento trascendental acerca del Supremo, en las diferentes etapas de la comprensión, es decir Brahman, Paramātmā y Bhagavān. En el verso anterior se indica que uno debe pensar en la Superalma, lo cual está un escalón más arriba que el pensamiento impersonal acerca del Brahman, tal como se sugirió en el caso de completar el virāṭ-rūpa de la Personalidad de Dios.

Las personas inteligentes que pueden ver bien, pueden analizar las condiciones generales de las entidades vivientes que están deambulando en el ciclo de las 8 400 000 especies de vida, así como también en las diferentes clases de seres humanos. Se dice que existe una faja perpetua de agua, llamada el río Vaitaraṇī, a la entrada del planeta plutónico de Yamarāja, quien castiga a los pecadores de diferentes maneras. Después de que el pecador es sometido a esos sufrimientos, se le asigna una determinada especie de vida, conforme a sus actos en el pasado. Esas entidades vivientes, según las castiga Yamarāja, se ven en diferentes variedades de vida condicionada. Algunas de ellas están en el cielo, y otras están en el infierno. Algunas de ellas son brāhmaṇas, y otras son avaras. Pero nadie es feliz en este mundo material, y todas ellas son prisioneras de primera, segunda o tercera categoría, que están sufriendo a causa de sus propias acciones. El Señor es imparcial en todas las circunstancias de los sufrimientos de las entidades vivientes, pero a aquel que se refugia en Sus pies de loto, el Señor le da la debida protección, y Él lleva a esa clase de entidad viviente de vuelta al hogar, de vuelta a Él Mismo.