ES/SB 2.4.13: Difference between revisions

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:ekaikaśo ’ṅgāni dhiyānubhāvayet
:bhūyo namaḥ sad-vṛjina-cchide ’satām
:pādādi yāvad dhasitaṁ gadābhṛtaḥ
:asambhavāyākhila-sattva-mūrtaye
:jitaṁ jitaṁ sthānam apohya dhārayet
:puṁsāṁ punaḥ pāramahaṁsya āśrame
:paraṁ paraṁ śuddhyati dhīr yathā yathā
:vyavasthitānām anumṛgya-dāśuṣe
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''eka-ekaśaḥ''—uno a uno, o uno a continuación del otro; ''aṅgāni''—miembros; ''dhiyā''—mediante la atención; ''anubhāvayet''—meditar en; ''pāda-ādi''—piernas, etc.; ''yāvat''—hasta; ''hasitam''—sonriendo; ''gadā-bhṛtaḥ''—la Personalidad de Dios; ''jitamjitam''—controlando la mente de un modo gradual; ''sthānam''—lugar; ''apohya''—dejando; ''dhārayet''—meditar en; ''param param''—cada vez más arriba; ''śuddhyati''—purificada; ''dhīḥ''—inteligencia; ''yathā yathā''—tanto como.
''bhūyaḥ''—de nuevo; ''namaḥ''—mis reverencias; ''sat''—de los devotos o de los piadosos; ''vṛjina''—aflicciones; ''chide''—el redentor; ''asatām''—de los ateos; ''asambhavāya''—el cese de la infelicidad subsiguiente; ''akhila''—completo; ''sattva''—bondad; ''mūrtaye''—a la Personalidad; ''puṁsām''—de los trascendentalistas; ''punaḥ''—de nuevo; ''pāramahaṁsye''—la máxima etapa de la perfección; ''āśrame''—en la condición; ''vyavasthitānām''—situado particularmente; ''anumṛgya''—el destino; ''dāśuṣe''—aquel que libera.
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El proceso de la meditación debe comenzar desde los pies de loto del Señor e ir progresando hasta Su cara sonriente. La meditación debe concentrarse en los pies de loto, luego en las pantorrillas, luego en los muslos, y así ir subiendo cada vez más. Cuanto más la mente queda fija en las diferentes partes de los miembros, uno tras otro, más se purifica la inteligencia.
Le ofrezco de nuevo mis respetuosas reverencias a la forma completa de la existencia y la trascendencia, quien libera de todas las aflicciones a los devotos piadosos, y quien es el destructor de los subsiguientes adelantos que pudiera haber en el temperamento ateo de los demonios no devotos. A los trascendentalistas que están situados en el plano de la máxima perfección espiritual, Él les otorga sus destinos específicos.
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El proceso de meditación que se recomienda en el Śrīmad-Bhāgavatam no consiste en que uno fije la atención en algo impersonal o vacío. La meditación debe concentrarse en la Persona de la Divinidad Suprema, ya sea en Su virāṭ-rūpa, la gigantesca forma universal, o en Su sac-cid-ānanda-vigraha, tal como se describe en las Escrituras. Existen descripciones autorizadas acerca de las formas de Viṣṇu, y en los templos hay representaciones autorizadas en la forma de las Deidades. Así pues, uno puede practicar meditando en la Deidad, concentrando la mente en los pies de loto del Señor y ascendiendo gradualmente cada vez más hasta Su cara sonriente.
El Señor Śrī Kṛṣṇa es la forma completa de toda existencia, tanto material como espiritual. ''Akhila'' significa «completo», o aquello que no es ''khila'', inferior. Como se afirma en el ''Bhagavad-gītā'', hay dos clases de naturalezas (''prakṛti''), es decir, la naturaleza material y la naturaleza espiritual, o las potencias externa e interna del Señor. La naturaleza material se denomina ''aparā'', o inferior, y la naturaleza espiritual se denomina superior o trascendental. Por consiguiente, la forma del Señor no es de la naturaleza material inferior. Él es la trascendencia completa. Y Él es ''mūrti'', es decir, tiene una forma trascendental. Los hombres poco inteligentes, que ignoran Su forma trascendental, lo describen como Brahman impersonal. Pero el Brahman tan solo constituye los rayos de Su cuerpo trascendental (''yasya prabhā''). Los devotos, quienes conocen Su forma trascendental, le prestan servicio; en consecuencia, el Señor también corresponde de modo recíproco mediante Su misericordia sin causa, y de esa manera libera a Sus devotos de todas las aflicciones. Los hombres piadosos que siguen las disposiciones de los Vedas también le son queridos, y, por consiguiente, los hombres piadosos de este mundo también son protegidos por Él. Los impíos y los no devotos están en contra de los principios de los Vedas, y por eso a esas personas siempre se les impide que avancen en sus infames actividades. Algunos de ellos, a quienes el Señor favorece de modo especial, son matados por Él personalmente, como en los casos de Rāvaṇa, Hiraṇyakaśipu y Kaṁsa, con lo cual esos demonios obtienen la salvación y de ese modo se les impide que sigan progresando en sus actividades demoníacas. Al igual que un padre bondadoso, ya sea al favorecer a los devotos o al castigar a los demonios, Él siempre es bondadoso con todo el mundo, porque es la existencia completa de toda existencia individual.


Según la escuela bhāgavata, la danza rāsa del Señor constituye la cara sonriente del Señor. Como en este verso se recomienda que uno progrese de un modo gradual desde los pies de loto hasta la cara sonriente, no debemos saltar de inmediato a tratar de comprender los pasatiempos del Señor en la danza rāsa. Es mejor practicar concentrando la atención por medio del ofrecimiento de flores y tulasī a los pies de loto del Señor. De este modo, gradualmente nos vamos purificando por medio del proceso arcanā. Nosotros vestimos al Señor, lo bañamos, etc., y todas estas actividades trascendentales nos ayudan a purificar nuestra existencia. Si cuando alcancemos el máximo nivel de purificación vemos la sonriente cara del Señor u oímos hablar de los pasatiempos de la danza rāsa del Señor, podremos entonces saborear Sus actividades. En el Śrīmad-Bhāgavatam, por consiguiente, los pasatiempos de la danza rāsa se describen en el Décimo Canto (capítulos 29-34).
La etapa ''paramahaṁsa'' de la existencia es la etapa más alta y perfecta de los valores espirituales. Según Śrīmatī Kuntīdevī, al Señor solo lo entienden de hecho los ''paramahaṁsas''. Así como hay una comprensión gradual de la trascendencia que va desde el Brahman impersonal hasta el Paramātmā localizado, y de este hasta la Personalidad de Dios, Puroṣottama, el Señor Kṛṣṇa, así mismo en la vida espiritual de ''sannyāsa'' hay una promoción gradual de la situación de uno. ''Kuṭīcaka, bahūdaka, parivrājakācārya'' y ''paramahaṁsa'' son etapas progresivas graduales que hay en la orden de vida de renuncia, ''sannyāsa'', y la reina Kuntīdevī, la madre de los Pāṇḍavas, ha hablado de ellas en sus oraciones al Señor Kṛṣṇa (Canto Uno, capítulo ocho). Los ''paramahaṁsas'' se encuentran, por lo general, tanto entre los impersonalistas como entre los devotos, pero según el ''Śrīmad-Bhāgavatam'' (como lo afirma claramente Kuntīdevī), el ''bhakti-yoga'' puro lo entienden los ''paramahaṁsas'', y Kuntīdevī ha mencionado especialmente que el Señor desciende (''paritrāṇāya sādhūnām'') especialmente para otorgarles el ''bhakti-yoga'' a los ''paramahaṁsas''. De modo que, en fin de cuentas, los ''paramahaṁsas'', en el verdadero sentido del término, son devotos puros del Señor. Śrīla Jīva Gosvāmī ha aceptado directamente que el destino máximo es el ''bhakti-yoga'', mediante el cual uno acepta el amoroso servicio trascendental del Señor. Aquellos que aceptan la senda del ''bhakti-yoga'' son los verdaderos ''paramahaṁsas''.


Cuanto más uno se concentra en la trascendental forma del Señor, ya sea en los pies de loto, en las pantorrillas, en los muslos o en el pecho, más se purifica. En este verso se afirma claramente: «más la inteligencia se purifica», lo cual significa que más uno se desapega de la complacencia de los sentidos. En el presente estado condicionado de la vida tenemos la inteligencia impura, por estar dedicados a la complacencia de los sentidos. El resultado del proceso de meditar en la forma trascendental del Señor, se manifestará en uno mediante su desapego de la complacencia de los sentidos. De manera que, el fin último de la meditación es la purificación de la inteligencia.
Como el Señor es muy bondadoso con todo el mundo, a los impersonalistas, que aceptan el ''bhakti'' como el medio para fundirse en la existencia del Señor en Su ''brahmajyoti'' impersonal, también se les confiere el destino que desean. Él le ha asegurado a todo el mundo en el ''Bhagavad-gītā'' ([[ES/BG 4.11|4.11]]): ''ye yathā māṁ prapadyante''. Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī, hay dos clases de ''paramahaṁsas'', a saber, los ''brahmānandīs'' (los impersonalistas) y los ''premānandīs'' (los devotos), y a ambos se les confieren los destinos que desean, aunque los ''premānandīs'' son más afortunados que los ''brahmānandīs''. Pero tanto los ''brahmānandīs'' como los ''premānandīs'' son trascendentalistas, y no tienen nada que ver con la naturaleza material inferior, que está llena de las desdichas existenciales de la vida.
 
A aquellos que están demasiado enfrascados en la complacencia de los sentidos, no se puede permitir que participen en el arcanā o que toquen la forma trascendental de las Deidades de Rādha-Kṛṣṇa o Viṣṇu. Para ellos es mejor meditar en la gigantesca forma virāṭ-rūpa del Señor, tal como se recomienda en el verso siguiente. A los impersonalistas y a los nihilistas se les recomienda, pues, meditar en la forma universal del Señor, mientras que a los devotos se les recomienda meditar en la adoración de la Deidad que se lleva a cabo en el templo. Debido a que los impersonalistas y los nihilistas no están suficientemente purificados en sus actividades espirituales, el arcanā no es para ellos.
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Latest revision as of 22:51, 19 February 2024


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 13

bhūyo namaḥ sad-vṛjina-cchide ’satām
asambhavāyākhila-sattva-mūrtaye
puṁsāṁ punaḥ pāramahaṁsya āśrame
vyavasthitānām anumṛgya-dāśuṣe


PALABRA POR PALABRA

bhūyaḥ—de nuevo; namaḥ—mis reverencias; sat—de los devotos o de los piadosos; vṛjina—aflicciones; chide—el redentor; asatām—de los ateos; asambhavāya—el cese de la infelicidad subsiguiente; akhila—completo; sattva—bondad; mūrtaye—a la Personalidad; puṁsām—de los trascendentalistas; punaḥ—de nuevo; pāramahaṁsye—la máxima etapa de la perfección; āśrame—en la condición; vyavasthitānām—situado particularmente; anumṛgya—el destino; dāśuṣe—aquel que libera.


TRADUCCIÓN

Le ofrezco de nuevo mis respetuosas reverencias a la forma completa de la existencia y la trascendencia, quien libera de todas las aflicciones a los devotos piadosos, y quien es el destructor de los subsiguientes adelantos que pudiera haber en el temperamento ateo de los demonios no devotos. A los trascendentalistas que están situados en el plano de la máxima perfección espiritual, Él les otorga sus destinos específicos.


SIGNIFICADO

El Señor Śrī Kṛṣṇa es la forma completa de toda existencia, tanto material como espiritual. Akhila significa «completo», o aquello que no es khila, inferior. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, hay dos clases de naturalezas (prakṛti), es decir, la naturaleza material y la naturaleza espiritual, o las potencias externa e interna del Señor. La naturaleza material se denomina aparā, o inferior, y la naturaleza espiritual se denomina superior o trascendental. Por consiguiente, la forma del Señor no es de la naturaleza material inferior. Él es la trascendencia completa. Y Él es mūrti, es decir, tiene una forma trascendental. Los hombres poco inteligentes, que ignoran Su forma trascendental, lo describen como Brahman impersonal. Pero el Brahman tan solo constituye los rayos de Su cuerpo trascendental (yasya prabhā). Los devotos, quienes conocen Su forma trascendental, le prestan servicio; en consecuencia, el Señor también corresponde de modo recíproco mediante Su misericordia sin causa, y de esa manera libera a Sus devotos de todas las aflicciones. Los hombres piadosos que siguen las disposiciones de los Vedas también le son queridos, y, por consiguiente, los hombres piadosos de este mundo también son protegidos por Él. Los impíos y los no devotos están en contra de los principios de los Vedas, y por eso a esas personas siempre se les impide que avancen en sus infames actividades. Algunos de ellos, a quienes el Señor favorece de modo especial, son matados por Él personalmente, como en los casos de Rāvaṇa, Hiraṇyakaśipu y Kaṁsa, con lo cual esos demonios obtienen la salvación y de ese modo se les impide que sigan progresando en sus actividades demoníacas. Al igual que un padre bondadoso, ya sea al favorecer a los devotos o al castigar a los demonios, Él siempre es bondadoso con todo el mundo, porque es la existencia completa de toda existencia individual.

La etapa paramahaṁsa de la existencia es la etapa más alta y perfecta de los valores espirituales. Según Śrīmatī Kuntīdevī, al Señor solo lo entienden de hecho los paramahaṁsas. Así como hay una comprensión gradual de la trascendencia que va desde el Brahman impersonal hasta el Paramātmā localizado, y de este hasta la Personalidad de Dios, Puroṣottama, el Señor Kṛṣṇa, así mismo en la vida espiritual de sannyāsa hay una promoción gradual de la situación de uno. Kuṭīcaka, bahūdaka, parivrājakācārya y paramahaṁsa son etapas progresivas graduales que hay en la orden de vida de renuncia, sannyāsa, y la reina Kuntīdevī, la madre de los Pāṇḍavas, ha hablado de ellas en sus oraciones al Señor Kṛṣṇa (Canto Uno, capítulo ocho). Los paramahaṁsas se encuentran, por lo general, tanto entre los impersonalistas como entre los devotos, pero según el Śrīmad-Bhāgavatam (como lo afirma claramente Kuntīdevī), el bhakti-yoga puro lo entienden los paramahaṁsas, y Kuntīdevī ha mencionado especialmente que el Señor desciende (paritrāṇāya sādhūnām) especialmente para otorgarles el bhakti-yoga a los paramahaṁsas. De modo que, en fin de cuentas, los paramahaṁsas, en el verdadero sentido del término, son devotos puros del Señor. Śrīla Jīva Gosvāmī ha aceptado directamente que el destino máximo es el bhakti-yoga, mediante el cual uno acepta el amoroso servicio trascendental del Señor. Aquellos que aceptan la senda del bhakti-yoga son los verdaderos paramahaṁsas.

Como el Señor es muy bondadoso con todo el mundo, a los impersonalistas, que aceptan el bhakti como el medio para fundirse en la existencia del Señor en Su brahmajyoti impersonal, también se les confiere el destino que desean. Él le ha asegurado a todo el mundo en el Bhagavad-gītā (4.11): ye yathā māṁ prapadyante. Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī, hay dos clases de paramahaṁsas, a saber, los brahmānandīs (los impersonalistas) y los premānandīs (los devotos), y a ambos se les confieren los destinos que desean, aunque los premānandīs son más afortunados que los brahmānandīs. Pero tanto los brahmānandīs como los premānandīs son trascendentalistas, y no tienen nada que ver con la naturaleza material inferior, que está llena de las desdichas existenciales de la vida.