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:manaḥ sva-buddhyāmalayā niyamya
:vicakṣaṇā yac-caraṇopasādanāt
:kṣetra-jña etāṁ ninayet tam ātmani
:saṅgaṁ vyudasyobhayato ’ntar-ātmanaḥ
:ātmānam ātmany avarudhya dhīro
:vindanti hi brahma-gatiṁ gata-klamās
:labdhopaśāntir virameta kṛtyāt
:tasmai subhadra-śravase namo namaḥ
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''manaḥ''—la mente; ''sva-buddhyā''—mediante su propia inteligencia; ''amalayā''—puro; ''niyamya''—mediante la regulación; ''kṣetra-jñe''—a la entidad viviente; ''etām''—todos ellos; ''ninayet''—funde; ''tam''—eso; ''ātmani''—el ser; ''ātmānam''—el ser; ''ātmani''—en la Superalma; ''avarudhya''—estando atrapado; ''dhīraḥ''—el plenamente satisfecho; ''labdha-upaśāntiḥ''—aquel que ha conseguido bienaventuranza plena; ''virameta''—deja de; ''kṛtyāt''—todas las demás actividades.
''vicakṣaṇāḥ''—sumamente intelectual; ''yat''—cuyo; ''caraṇa-upasādanāt''—por el simple hecho de uno dedicarse a los pies de loto; ''saṅgam''—apego; ''vyudasya''—renunciando por completo; ''ubhayataḥ''—por la existencia presente y futura; ''antaḥ-ātmanaḥ''—del corazón y el alma; ''vindanti''—se mueve progresivamente; ''hi''—ciertamente; ''brahmagatim''—hacia la existencia espiritual; ''gata-klamāḥ''—sin dificultad; ''tasmai''—a Él; ''subhadra''—sumamente auspicioso; ''śravase''—a aquel que es oído; ''namaḥ''—mis debidas reverencias; ''namaḥ''—una y otra vez.
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Después, el yogī debe fundir la mente en la entidad viviente mediante su inteligencia pura, y luego fundir la entidad viviente en la Superalma. Y al hacer eso, la entidad viviente plenamente satisfecha se sitúa en la etapa suprema de la satisfacción, para así dejar de hacer todas las demás actividades.
Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias una y otra vez al supremamente auspicioso Señor Śrī Kṛṣṇa. Por el simple hecho de entregarse a Sus pies de loto, la gente sumamente intelectual se libera de todos los apegos a la existencia presente y futura, y progresa hacia la existencia espiritual sin dificultad.
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Las funciones de la mente son pensar, sentir y desear. Cuando la mente es materialista, o está absorta en el contacto con lo material, actúa en aras del adelanto material del conocimiento, terminando de un modo destructivo en el descubrimiento de las armas nucleares. Pero cuando la mente actúa bajo la incitación espiritual, actúa maravillosamente para ir de vuelta al hogar, de vuelta a Dios, en aras de una vida de completa dicha y eternidad. En consecuencia, la mente tiene que ser manipulada mediante una inteligencia buena y pura. La inteligencia perfecta se manifiesta en el hecho de prestar servicio al Señor. Uno debe ser lo suficientemente inteligente como para entender que el ser viviente es, en todas las circunstancias, un sirviente de las circunstancias. Todo ser viviente está cumpliendo las órdenes del deseo, la ira, la lujuria, la ilusión, la locura y la envidia, afectadas todas por lo material. Pero incluso mientras ejecuta esas órdenes de diferentes temperamentos, es infeliz perpetuamente. Cuando uno siente esto de hecho y vuelve la inteligencia hacia el proceso de investigar el asunto con las fuentes idóneas, recibe información acerca del amoroso servicio trascendental del Señor. En vez de servir de un modo material para ser objeto de los diferentes humores del cuerpo que se mencionaron antes, la inteligencia de la entidad viviente se libera entonces de la infeliz ilusión producto del temperamento materialista, y, así pues, mediante la inteligencia pura, la mente es puesta al servicio del Señor. El Señor y Su servicio son idénticos, ya que ambos se encuentran en el plano absoluto. Por lo tanto, la inteligencia pura y la mente se funden en el Señor, y de ese modo la entidad viviente no sigue siendo vidente ella misma, sino que es vista por el Señor de un modo trascendental. Cuando el Señor ve a la entidad viviente directamente, le indica que actúe conforme a Su deseo, y cuando la entidad viviente lo sigue a Él de una manera perfecta, deja de desempeñar cualquier otro deber que busque su satisfacción ilusoria. En su estado puro e inmaculado, la entidad viviente alcanza la etapa de plena bienaventuranza, labdhopaśānti, y acaba con todos los anhelos materiales.
El Señor Śrī Kṛṣṇa ha instruido repetidamente a Arjuna, o, a decir verdad, a todos los interesados en volverse devotos puros de Él. En la última fase de la instrucción que Él dio en el Bhagavad-gītā (18.64-66), dio instrucciones muy confidenciales, de la manera siguiente:
 
 
:''sarva-guhyatamaṁ bhūyaḥ''  
:''śṛṇu me paramaṁ vacaḥ''
:''iṣṭo ’si me dṛḍham iti''
:''tato vakṣyāmi te hitam''
 
:''man-manā bhava mad-bhakto''
:''mad-yājī māṁ namaskuru''
:''mām evaiṣyasi satyaṁ te''
:''pratijāne priyo ’si me''
 
:''sarva-dharmān parityajya''
:''mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja''
:''ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo''
:''mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ''
 
 
«Mi querido Arjuna, tú eres muy querido por Mí, y, en consecuencia, solo por tu bien, voy a revelar la parte más secreta de Mis instrucciones. Es simplemente esta: vuélvete un devoto puro de y entrégate únicamente a Mí, y Yo te prometo la existencia espiritual plena, mediante la cual puedes ganarte el derecho eterno de prestarme un amoroso servicio trascendental. Solo abandona todas las demás formas de religiosidad, y entrégate exclusivamente a Mí y confía en que Yo te protegeré de todos tus actos pecaminosos y te redimiré. No te preocupes más».
 
Las personas que son inteligentes le prestan suma atención a esta última instrucción del Señor. El conocimiento acerca del ser, que se denomina «conocimiento confidencial», es el primer paso en la iluminación espiritual, y un paso más adelante está la comprensión de Dios, que se denomina «conocimiento más confidencial». La culminación del conocimiento del ''Bhagavad-gītā'' es la comprensión de Dios, y cuando uno llega a esa etapa de comprensión de Dios, natural y voluntariamente se convierte en devoto del Señor, para prestarle un amoroso servicio trascendental. Este servicio devocional que se le presta al Señor se basa siempre en el amor por Dios, y es de una naturaleza distinta a la del servicio rutinario, tal como se prescribe en el ''karma-yoga, jñāna-yoga'' o ''dhyāna-yoga''. En el ''Bhagavad-gītā'' existen diferentes instrucciones para esos hombres de diferentes categorías, y hay diversas descripciones para el ''varṇāśrama-dharma, sannyāsa-dharma, yati-dharma'', la orden de vida de renuncia, el control de los sentidos, la meditación, la perfección de los poderes místicos, etc.; pero aquel que, movido por el amor espontáneo que siente por el Señor, se entrega a Él por entero para prestarle servicio, asimila de hecho la esencia de todo el conocimiento que se describe en los ''Vedas''. Aquel que adopta este método muy hábilmente, logra de inmediato la perfección de la vida. Y esa perfección de la vida humana se denomina ''brahma-gati'', o la marcha progresiva en la existencia espiritual. Tal como lo enuncia Śrīla Jīva Gosvāmī sobre la base de las afirmaciones védicas, ''brahma-gati'' significa conseguir una forma espiritual prácticamente igual a la del Señor, y con esa forma el ser viviente liberado vive eternamente en uno de los planetas espirituales situados en el cielo espiritual. El logro de esa perfección de la vida se encuentra fácilmente a la disposición de un devoto puro del Señor, sin que el devoto tenga que someterse a ningún método difícil de perfeccionamiento. Esa clase de vida devocional está colmada de ''kīrtanam, smaraṇam, īkṣaṇam'', etc., tal como se mencionó en el verso anterior. Uno debe adoptar, pues, esta sencilla forma de vida devocional, con el fin de lograr la máxima perfección que se halla disponible en cualquier categoría de forma de vida humana de cualquier parte del mundo. Cuando el Señor Brahmā se encontró con el Señor Kṛṣṇa, este último en forma de niño juguetón de Vṛndāvana, ofreció la oración en la que dijo:
 
 
:''śreyaḥ-sṛtiṁ bhaktim udasya te vibho''
:''kliśyanti ye kevala-bodha-labdhaye''
:''teṣām asau kleśala eva śiṣyate''
:''nānyad yathā sthūla-tuṣāvaghātinām''
:''(Bhāg. 10.14.4)''
 
 
El ''bhakti-yoga'' es la perfección de mayor calidad que debe alcanzar la persona inteligente, en lugar de realizar una gran cantidad de actividades espirituales. El ejemplo que se cita aquí es muy apropiado. Un puñado de granos de arroz es más valioso que montones de cáscaras de arroz sin nada dentro. De igual modo, uno no debe dejarse atraer por el malabarismo del ''karma-kāṇḍa'' o del ''jñāna-kāṇḍa'', y ni siquiera por las ejecuciones gimnásticas del ''yoga'', sino que, hábilmente, debe entregarse a las sencillas ejecuciones de ''kīrtanam, smaraṇam'', etc., bajo la guía experta de un maestro espiritual genuino, y, sin ninguna dificultad, lograr la máxima perfección.
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Latest revision as of 20:10, 23 February 2024


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 16

vicakṣaṇā yac-caraṇopasādanāt
saṅgaṁ vyudasyobhayato ’ntar-ātmanaḥ
vindanti hi brahma-gatiṁ gata-klamās
tasmai subhadra-śravase namo namaḥ


PALABRA POR PALABRA

vicakṣaṇāḥ—sumamente intelectual; yat—cuyo; caraṇa-upasādanāt—por el simple hecho de uno dedicarse a los pies de loto; saṅgam—apego; vyudasya—renunciando por completo; ubhayataḥ—por la existencia presente y futura; antaḥ-ātmanaḥ—del corazón y el alma; vindanti—se mueve progresivamente; hi—ciertamente; brahmagatim—hacia la existencia espiritual; gata-klamāḥ—sin dificultad; tasmai—a Él; subhadra—sumamente auspicioso; śravase—a aquel que es oído; namaḥ—mis debidas reverencias; namaḥ—una y otra vez.


TRADUCCIÓN

Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias una y otra vez al supremamente auspicioso Señor Śrī Kṛṣṇa. Por el simple hecho de entregarse a Sus pies de loto, la gente sumamente intelectual se libera de todos los apegos a la existencia presente y futura, y progresa hacia la existencia espiritual sin dificultad.


SIGNIFICADO

El Señor Śrī Kṛṣṇa ha instruido repetidamente a Arjuna, o, a decir verdad, a todos los interesados en volverse devotos puros de Él. En la última fase de la instrucción que Él dio en el Bhagavad-gītā (18.64-66), dio instrucciones muy confidenciales, de la manera siguiente:


sarva-guhyatamaṁ bhūyaḥ
śṛṇu me paramaṁ vacaḥ
iṣṭo ’si me dṛḍham iti
tato vakṣyāmi te hitam
man-manā bhava mad-bhakto
mad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me
sarva-dharmān parityajya
mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja
ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo
mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ


«Mi querido Arjuna, tú eres muy querido por Mí, y, en consecuencia, solo por tu bien, voy a revelar la parte más secreta de Mis instrucciones. Es simplemente esta: vuélvete un devoto puro de Mí y entrégate únicamente a Mí, y Yo te prometo la existencia espiritual plena, mediante la cual puedes ganarte el derecho eterno de prestarme un amoroso servicio trascendental. Solo abandona todas las demás formas de religiosidad, y entrégate exclusivamente a Mí y confía en que Yo te protegeré de todos tus actos pecaminosos y te redimiré. No te preocupes más».

Las personas que son inteligentes le prestan suma atención a esta última instrucción del Señor. El conocimiento acerca del ser, que se denomina «conocimiento confidencial», es el primer paso en la iluminación espiritual, y un paso más adelante está la comprensión de Dios, que se denomina «conocimiento más confidencial». La culminación del conocimiento del Bhagavad-gītā es la comprensión de Dios, y cuando uno llega a esa etapa de comprensión de Dios, natural y voluntariamente se convierte en devoto del Señor, para prestarle un amoroso servicio trascendental. Este servicio devocional que se le presta al Señor se basa siempre en el amor por Dios, y es de una naturaleza distinta a la del servicio rutinario, tal como se prescribe en el karma-yoga, jñāna-yoga o dhyāna-yoga. En el Bhagavad-gītā existen diferentes instrucciones para esos hombres de diferentes categorías, y hay diversas descripciones para el varṇāśrama-dharma, sannyāsa-dharma, yati-dharma, la orden de vida de renuncia, el control de los sentidos, la meditación, la perfección de los poderes místicos, etc.; pero aquel que, movido por el amor espontáneo que siente por el Señor, se entrega a Él por entero para prestarle servicio, asimila de hecho la esencia de todo el conocimiento que se describe en los Vedas. Aquel que adopta este método muy hábilmente, logra de inmediato la perfección de la vida. Y esa perfección de la vida humana se denomina brahma-gati, o la marcha progresiva en la existencia espiritual. Tal como lo enuncia Śrīla Jīva Gosvāmī sobre la base de las afirmaciones védicas, brahma-gati significa conseguir una forma espiritual prácticamente igual a la del Señor, y con esa forma el ser viviente liberado vive eternamente en uno de los planetas espirituales situados en el cielo espiritual. El logro de esa perfección de la vida se encuentra fácilmente a la disposición de un devoto puro del Señor, sin que el devoto tenga que someterse a ningún método difícil de perfeccionamiento. Esa clase de vida devocional está colmada de kīrtanam, smaraṇam, īkṣaṇam, etc., tal como se mencionó en el verso anterior. Uno debe adoptar, pues, esta sencilla forma de vida devocional, con el fin de lograr la máxima perfección que se halla disponible en cualquier categoría de forma de vida humana de cualquier parte del mundo. Cuando el Señor Brahmā se encontró con el Señor Kṛṣṇa, este último en forma de niño juguetón de Vṛndāvana, ofreció la oración en la que dijo:


śreyaḥ-sṛtiṁ bhaktim udasya te vibho
kliśyanti ye kevala-bodha-labdhaye
teṣām asau kleśala eva śiṣyate
nānyad yathā sthūla-tuṣāvaghātinām
(Bhāg. 10.14.4)


El bhakti-yoga es la perfección de mayor calidad que debe alcanzar la persona inteligente, en lugar de realizar una gran cantidad de actividades espirituales. El ejemplo que se cita aquí es muy apropiado. Un puñado de granos de arroz es más valioso que montones de cáscaras de arroz sin nada dentro. De igual modo, uno no debe dejarse atraer por el malabarismo del karma-kāṇḍa o del jñāna-kāṇḍa, y ni siquiera por las ejecuciones gimnásticas del yoga, sino que, hábilmente, debe entregarse a las sencillas ejecuciones de kīrtanam, smaraṇam, etc., bajo la guía experta de un maestro espiritual genuino, y, sin ninguna dificultad, lograr la máxima perfección.