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Nārāyaṇa es la trascendental Personalidad de Dios que se encuentra más allá de la creación material. Todo lo que es creado, mantenido y, al final, aniquilado, se halla dentro de los límites del mahat-tattva (el principio material) y se conoce como el mundo material. La existencia de Nārāyaṇa, o la Personalidad de Dios, no se encuentra dentro de la jurisdicción del mahat-tattva, y, por ello, el nombre, la forma, los atributos, etc., de Nārāyaṇa están fuera de la jurisdicción del mundo material. Mediante la especulación de la filosofía empírica, la cual discierne entre la materia y el espíritu, o mediante el cultivo de los poderes místicos, que en definitiva ayudan al ejecutor a que vaya a cualquier planeta del universo o más allá de él, o mediante el desempeño de los deberes religiosos, uno puede lograr la máxima perfección, siempre y cuando se sea capaz de alcanzar la etapa de nārāyaṇa-smṛti, o de recordar constantemente a la Personalidad de Dios. Esto solo se puede lograr mediante la relación con un devoto puro, quien puede darle un toque final a las actividades trascendentales de todos los jñanīs, yogīs o karmīs, en función de los deberes prescritos que se definen en las Escrituras. En la historia hay muchos ejemplos de personas que lograron la perfección espiritual, como es el caso de los Sanakādi Ṛṣis o los nueve célebres Yogendras, que lograron la perfección solo después de situarse en el servicio devocional del Señor. Ninguno de los devotos del Señor se desvió jamás de la senda del servicio devocional para adoptar otros métodos, tales como los de los jñanīs o yogīs. Todo el mundo está ansioso de lograr la máxima perfección en su actividad específica, y aquí se indica que dicha perfección la constituye el nārāyaṇa-smṛti, que es aquello por lo cual todos deben esforzarse lo mejor que puedan. En otras palabras, la vida debe hacerse de modo tal, que uno sea capaz de recordar progresivamente a la Personalidad de Dios en cada paso de la misma. | Nārāyaṇa es la trascendental Personalidad de Dios que se encuentra más allá de la creación material. Todo lo que es creado, mantenido y, al final, aniquilado, se halla dentro de los límites del ''mahat-tattva'' (el principio material) y se conoce como el mundo material. La existencia de Nārāyaṇa, o la Personalidad de Dios, no se encuentra dentro de la jurisdicción del ''mahat-tattva'', y, por ello, el nombre, la forma, los atributos, etc., de Nārāyaṇa están fuera de la jurisdicción del mundo material. Mediante la especulación de la filosofía empírica, la cual discierne entre la materia y el espíritu, o mediante el cultivo de los poderes místicos, que en definitiva ayudan al ejecutor a que vaya a cualquier planeta del universo o más allá de él, o mediante el desempeño de los deberes religiosos, uno puede lograr la máxima perfección, siempre y cuando se sea capaz de alcanzar la etapa de ''nārāyaṇa-smṛti'', o de recordar constantemente a la Personalidad de Dios. Esto solo se puede lograr mediante la relación con un devoto puro, quien puede darle un toque final a las actividades trascendentales de todos los ''jñanīs, yogīs'' o ''karmīs'', en función de los deberes prescritos que se definen en las Escrituras. En la historia hay muchos ejemplos de personas que lograron la perfección espiritual, como es el caso de los Sanakādi Ṛṣis o los nueve célebres Yogendras, que lograron la perfección solo después de situarse en el servicio devocional del Señor. Ninguno de los devotos del Señor se desvió jamás de la senda del servicio devocional para adoptar otros métodos, tales como los de los ''jñanīs'' o ''yogīs''. Todo el mundo está ansioso de lograr la máxima perfección en su actividad específica, y aquí se indica que dicha perfección la constituye el ''nārāyaṇa-smṛti'', que es aquello por lo cual todos deben esforzarse lo mejor que puedan. En otras palabras, la vida debe hacerse de modo tal, que uno sea capaz de recordar progresivamente a la Personalidad de Dios en cada paso de la misma. | ||
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Latest revision as of 19:38, 24 October 2023
TEXTO 6
- etāvān sāṅkhya-yogābhyāṁ
- sva-dharma-pariniṣṭhayā
- janma-lābhaḥ paraḥ puṁsām
- ante nārāyaṇa-smṛtiḥ
PALABRA POR PALABRA
etāvān—todos estos; sāṅkhya—conocimiento completo acerca de la materia y el espíritu; yogābhyām—conocimiento acerca del poder místico; sva-dharma—determinada ocupación obligatoria; pariniṣṭhayā—mediante la percepción plena; janma—nacimiento; lābhaḥ—ganancia; paraḥ—la suprema; puṁsām—de una persona; ante—al final; nārāyaṇa—la Personalidad de Dios; smṛtiḥ—recuerdo.
TRADUCCIÓN
La máxima perfección de la vida humana —ya sea que se logre mediante el conocimiento completo acerca de la materia y el espíritu, mediante el ejercicio de los poderes místicos o mediante el desempeño perfecto de la ocupación obligatoria— consiste en recordar a la Personalidad de Dios al final de la misma.
SIGNIFICADO
Nārāyaṇa es la trascendental Personalidad de Dios que se encuentra más allá de la creación material. Todo lo que es creado, mantenido y, al final, aniquilado, se halla dentro de los límites del mahat-tattva (el principio material) y se conoce como el mundo material. La existencia de Nārāyaṇa, o la Personalidad de Dios, no se encuentra dentro de la jurisdicción del mahat-tattva, y, por ello, el nombre, la forma, los atributos, etc., de Nārāyaṇa están fuera de la jurisdicción del mundo material. Mediante la especulación de la filosofía empírica, la cual discierne entre la materia y el espíritu, o mediante el cultivo de los poderes místicos, que en definitiva ayudan al ejecutor a que vaya a cualquier planeta del universo o más allá de él, o mediante el desempeño de los deberes religiosos, uno puede lograr la máxima perfección, siempre y cuando se sea capaz de alcanzar la etapa de nārāyaṇa-smṛti, o de recordar constantemente a la Personalidad de Dios. Esto solo se puede lograr mediante la relación con un devoto puro, quien puede darle un toque final a las actividades trascendentales de todos los jñanīs, yogīs o karmīs, en función de los deberes prescritos que se definen en las Escrituras. En la historia hay muchos ejemplos de personas que lograron la perfección espiritual, como es el caso de los Sanakādi Ṛṣis o los nueve célebres Yogendras, que lograron la perfección solo después de situarse en el servicio devocional del Señor. Ninguno de los devotos del Señor se desvió jamás de la senda del servicio devocional para adoptar otros métodos, tales como los de los jñanīs o yogīs. Todo el mundo está ansioso de lograr la máxima perfección en su actividad específica, y aquí se indica que dicha perfección la constituye el nārāyaṇa-smṛti, que es aquello por lo cual todos deben esforzarse lo mejor que puedan. En otras palabras, la vida debe hacerse de modo tal, que uno sea capaz de recordar progresivamente a la Personalidad de Dios en cada paso de la misma.