ES/SB 7.2.44: Difference between revisions

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:tatas tau rākṣasau jātau
:suyajño nanv ayaṁ śete
:keśinyām viśravaḥ-sutau
:mūḍhā yam anuśocatha
:rāvaṇaḥ kumbhakarṇaś ca
:yaḥ śrotā yo 'nuvakteha
:sarva-lokopatāpanau
:sa na dṛśyeta karhicit
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<div class="synonyms">
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''tataḥ''—a continuación; ''tau''—los dos porteros (Jaya y Vijaya); ''rākṣasau''—demonios; ''jātau''—nacidos; ''keśinyam''—en el vientre de Keśinī; ''viśravaḥ-sutau''—los hijos de Viśravā; ''rāvanaḥ''—Rāvaṇa; ''kumbhakarṇaḥ''—Kumbhakarṇa; ''ca''—y; ''sarva-loka''—a todos los habitantes; ''upatāpanau''—hacer sufrir.
''suyajñaḥ''—el rey llamado Suyajña; ''nanu''—en verdad; ''ayam''—este; ''śete''—yace; ''mūḍhāḥ''—¡oh, necias!; ''yam''—a quien; ''anuśocatha''—ustedes lloran; ''yaḥ''—aquel que; ''śrotā''—el que escuchaba; ''yaḥ''—aquel que; ''anuvaktā''—el que hablaba; ''iha''—en este mundo; ''saḥ''—él; ''na''—no; ''dṛśyeta''—es visible; ''karhicit''—en ningún momento.
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A continuación, los mismos Jaya y Vijaya, los dos porteros del Señor Viṣṇu, nacieron como Rāvaṇa y Kumbhakarṇa, engendrados por Viśravā en el vientre de Keśinī.
Yamarāja continuó: ¡Oh, se están lamentando como necias! La persona llamada
Fueron causa de enormes problemas para todos los habitantes del universo.
Suyajña, por quien lloran, yace todavía ante ustedes y no se ha ido a ninguna parte.
¿Cuál es entonces la causa de sus lamentos? antes, él las escuchaba y respondía, pero
ahora, como no saben donde está, se lamentan. Su conducta es contradictoria, pues
a la persona que estaba dentro del cuerpo, y que las escuchaba y respondía, nunca la
han visto en realidad. No hay por qué lamentarse, pues el cuerpo que siempre veían
yace todavía ante ustedes.
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==== SIGNIFICADO ====
 
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Esta instrucción de Yamarāja en forma de niño puede entenderla
incluso un hombre común. Sin duda, al hombre común que se identifica con el cuerpo
se le puede comparar a un animal (''yasyātma-buddhiḥ kuṇape tridhātuke... sa eva gokharaḥ''). Pero incluso esa clase de hombre puede entender que, al morir, la persona ha
partido. Aunque el cuerpo sigue presente, los familiares del difunto se lamentan porque
la persona se ha ido, pues el hombre común puede ver el cuerpo, pero no el alma.
Como se explica en el ''Bhagavad-gītā'': ''dehino 'smin yathā dehe'': El alma, la propietaria
del cuerpo, está en su interior. En el momento de la muerte, cuando el aliento deja de circular por las fosas nasales, podemos entender que la persona que estaba dentro del
cuerpo, la que escuchaba y respondía, se ha ido. Por ello, el hombre común llega, en
efecto, a la conclusión de que el alma espiritual era en realidad distinta del cuerpo, y que
ahora se ha ido. De ese modo, incluso un hombre común vuelve a sus cabales y puede
saber que, en realidad, a la verdadera persona, la que estaba dentro del cuerpo, que era
quien escuchaba y respondía, jamás llegó a verla. ¿Qué necesidad hay de lamentarse
por algo que nunca hemos visto?
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Latest revision as of 20:03, 21 January 2019


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 44

suyajño nanv ayaṁ śete
mūḍhā yam anuśocatha
yaḥ śrotā yo 'nuvakteha
sa na dṛśyeta karhicit


PALABRA POR PALABRA

suyajñaḥ—el rey llamado Suyajña; nanu—en verdad; ayam—este; śete—yace; mūḍhāḥ—¡oh, necias!; yam—a quien; anuśocatha—ustedes lloran; yaḥ—aquel que; śrotā—el que escuchaba; yaḥ—aquel que; anuvaktā—el que hablaba; iha—en este mundo; saḥ—él; na—no; dṛśyeta—es visible; karhicit—en ningún momento.


TRADUCCIÓN

Yamarāja continuó: ¡Oh, se están lamentando como necias! La persona llamada Suyajña, por quien lloran, yace todavía ante ustedes y no se ha ido a ninguna parte. ¿Cuál es entonces la causa de sus lamentos? antes, él las escuchaba y respondía, pero ahora, como no saben donde está, se lamentan. Su conducta es contradictoria, pues a la persona que estaba dentro del cuerpo, y que las escuchaba y respondía, nunca la han visto en realidad. No hay por qué lamentarse, pues el cuerpo que siempre veían yace todavía ante ustedes.


SIGNIFICADO

Esta instrucción de Yamarāja en forma de niño puede entenderla incluso un hombre común. Sin duda, al hombre común que se identifica con el cuerpo se le puede comparar a un animal (yasyātma-buddhiḥ kuṇape tridhātuke... sa eva gokharaḥ). Pero incluso esa clase de hombre puede entender que, al morir, la persona ha partido. Aunque el cuerpo sigue presente, los familiares del difunto se lamentan porque la persona se ha ido, pues el hombre común puede ver el cuerpo, pero no el alma. Como se explica en el Bhagavad-gītā: dehino 'smin yathā dehe: El alma, la propietaria del cuerpo, está en su interior. En el momento de la muerte, cuando el aliento deja de circular por las fosas nasales, podemos entender que la persona que estaba dentro del cuerpo, la que escuchaba y respondía, se ha ido. Por ello, el hombre común llega, en efecto, a la conclusión de que el alma espiritual era en realidad distinta del cuerpo, y que ahora se ha ido. De ese modo, incluso un hombre común vuelve a sus cabales y puede saber que, en realidad, a la verdadera persona, la que estaba dentro del cuerpo, que era quien escuchaba y respondía, jamás llegó a verla. ¿Qué necesidad hay de lamentarse por algo que nunca hemos visto?