ES/SB 4.25.62: Difference between revisions
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En este verso es muy significativa la palabra vipralabdhaḥ. Vi significa «específicamente», y pralabdha significa «obtuvo». El rey, para satisfacer sus deseos, obtuvo a la reina, y de ese modo fue víctima del engaño de la existencia material. Aunque no lo deseaba, permaneció bajo el control de la inteligencia material como un animal amaestrado. Como un monito amaestrado que baila al ritmo que le marca su amo, el rey bailaba conforme a los deseos de la reina. En el Śrīmad-Bhāgavatam (5.5.2), se dice: mahat-sevāṁ dvāram āhur vimukteḥ: La relación con una persona santa, es decir, un devoto, despeja el sendero de la liberación. Pero la relación con una mujer o con una persona demasiado apegada a una mujer, despeja por completo el sendero que lleva al cautiverio. En resumen, para avanzar espiritualmente hay que abandonar la compañía de mujeres. Ese es el sentido de la orden de sannyāsa, la orden de renuncia. Antes de entrar en esa orden y renunciar por completo al mundo material, hay que practicar la abstinencia con respecto a la vida sexual ilícita. Sea lícita o ilícita, la vida sexual es prácticamente la misma; lo que ocurre es que la relación sexual ilícita trae consigo un cautiverio cada vez más profundo. La regulación de la vida sexual deja abierta la posibilidad de que, con el paso del tiempo, se pueda renunciar a la vida sexual y a la relación con mujeres. Si se puede hacer eso, se podrá avanzar con facilidad en el sendero espiritual. En este capítulo Nārada Muni explica que la entidad viviente, al relacionarse con su querida esposa, queda cautivada. Sentirse atraído por la esposa es equivalente a sentirse atraído por las cualidades materiales. Aquel que siente atracción por la cualidad material de la oscuridad se encuentra en la etapa más baja de la vida, mientras que la posición del que se siente atraído por la cualidad material de la pasión es mejor. A veces vemos que las personas que están en el plano de la bondad material se sienten más o menos atraídas por el cultivo de conocimiento. Esa posición, por supuesto, es mejor, pues el conocimiento predispone a la aceptación del servicio devocional. Sin llegar al plano del conocimiento, la etapa brahma-bhūta, no se puede avanzar en el servicio devocional. Como dice Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (18.54 | En este verso es muy significativa la palabra vipralabdhaḥ. Vi significa «específicamente», y pralabdha significa «obtuvo». El rey, para satisfacer sus deseos, obtuvo a la reina, y de ese modo fue víctima del engaño de la existencia material. Aunque no lo deseaba, permaneció bajo el control de la inteligencia material como un animal amaestrado. Como un monito amaestrado que baila al ritmo que le marca su amo, el rey bailaba conforme a los deseos de la reina. En el Śrīmad-Bhāgavatam (5.5.2), se dice: mahat-sevāṁ dvāram āhur vimukteḥ: La relación con una persona santa, es decir, un devoto, despeja el sendero de la liberación. Pero la relación con una mujer o con una persona demasiado apegada a una mujer, despeja por completo el sendero que lleva al cautiverio. En resumen, para avanzar espiritualmente hay que abandonar la compañía de mujeres. Ese es el sentido de la orden de sannyāsa, la orden de renuncia. Antes de entrar en esa orden y renunciar por completo al mundo material, hay que practicar la abstinencia con respecto a la vida sexual ilícita. Sea lícita o ilícita, la vida sexual es prácticamente la misma; lo que ocurre es que la relación sexual ilícita trae consigo un cautiverio cada vez más profundo. La regulación de la vida sexual deja abierta la posibilidad de que, con el paso del tiempo, se pueda renunciar a la vida sexual y a la relación con mujeres. Si se puede hacer eso, se podrá avanzar con facilidad en el sendero espiritual. En este capítulo Nārada Muni explica que la entidad viviente, al relacionarse con su querida esposa, queda cautivada. Sentirse atraído por la esposa es equivalente a sentirse atraído por las cualidades materiales. Aquel que siente atracción por la cualidad material de la oscuridad se encuentra en la etapa más baja de la vida, mientras que la posición del que se siente atraído por la cualidad material de la pasión es mejor. A veces vemos que las personas que están en el plano de la bondad material se sienten más o menos atraídas por el cultivo de conocimiento. Esa posición, por supuesto, es mejor, pues el conocimiento predispone a la aceptación del servicio devocional. Sin llegar al plano del conocimiento, la etapa brahma-bhūta, no se puede avanzar en el servicio devocional. Como dice Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (18.54): | ||
vāsudeve bhagavati bhakti-yogaḥ prayojitaḥ janayaty āśu vairāgyaṁ jñānaṁ ca yad ahaitukam | :''brahma-bhūtaḥ prasannātmā'' | ||
:''na śocati na kāṅkṣati'' | |||
:''samaḥ sarveṣu bhūteṣu'' | |||
:''mad-bhaktiṁ labhate parām'' | |||
«Aquel que se establece así en el plano trascendental percibe de inmediato el Brahman Supremo y se vuelve plenamente dichoso. Nunca se lamenta ni desea poseer nada. Tiene la misma disposición para con todas las entidades vivientes. Habiendo alcanzado ese estado, Me ofrece servicio devocional puro». Estar situado en el plano del conocimiento es ventajoso porque es un medio con el cual se puede alcanzar la etapa de servicio devocional. Sin embargo, a quien adopta el servicio devocional directamente, el conocimiento se le revela sin ningún esfuerzo adicional. Esto se confirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.7): | |||
:''vāsudeve bhagavati'' | |||
:''bhakti-yogaḥ prayojitaḥ'' | |||
:''janayaty āśu vairāgyaṁ'' | |||
:''jñānaṁ ca yad ahaitukam'' | |||
Latest revision as of 10:19, 9 July 2018
TEXTO 62
- vipralabdho mahiṣyaivaṁ sarva-prakṛti-vañcitaḥ
- necchann anukaroty ajñaḥ klaibyāt krīḍā-mṛgo yathā
PALABRA POR PALABRA
vipralabdhaḥ—cautivado; mahiṣyā—por la reina; evam—de este modo; sarva—toda; prakṛti—existencia; vañcitaḥ—engañado; na icchan—sin desear; anukaroti—seguía e imitaba; ajñaḥ—el necio rey; klaibyāt—por fuerza; krīḍā-mṛgaḥ—un animal amaestrado; yathā—tal como.
TRADUCCIÓN
De esta manera fue engañado el rey Purañjana, cautivado por su hermosa esposa. En verdad, toda su existencia en el mundo material no fue más que un engaño. El pobre rey, como un necio, e incluso contra su voluntad, permaneció bajo el control de su esposa, como un animal amaestrado que baila al son que le toca su amo.
SIGNIFICADO
En este verso es muy significativa la palabra vipralabdhaḥ. Vi significa «específicamente», y pralabdha significa «obtuvo». El rey, para satisfacer sus deseos, obtuvo a la reina, y de ese modo fue víctima del engaño de la existencia material. Aunque no lo deseaba, permaneció bajo el control de la inteligencia material como un animal amaestrado. Como un monito amaestrado que baila al ritmo que le marca su amo, el rey bailaba conforme a los deseos de la reina. En el Śrīmad-Bhāgavatam (5.5.2), se dice: mahat-sevāṁ dvāram āhur vimukteḥ: La relación con una persona santa, es decir, un devoto, despeja el sendero de la liberación. Pero la relación con una mujer o con una persona demasiado apegada a una mujer, despeja por completo el sendero que lleva al cautiverio. En resumen, para avanzar espiritualmente hay que abandonar la compañía de mujeres. Ese es el sentido de la orden de sannyāsa, la orden de renuncia. Antes de entrar en esa orden y renunciar por completo al mundo material, hay que practicar la abstinencia con respecto a la vida sexual ilícita. Sea lícita o ilícita, la vida sexual es prácticamente la misma; lo que ocurre es que la relación sexual ilícita trae consigo un cautiverio cada vez más profundo. La regulación de la vida sexual deja abierta la posibilidad de que, con el paso del tiempo, se pueda renunciar a la vida sexual y a la relación con mujeres. Si se puede hacer eso, se podrá avanzar con facilidad en el sendero espiritual. En este capítulo Nārada Muni explica que la entidad viviente, al relacionarse con su querida esposa, queda cautivada. Sentirse atraído por la esposa es equivalente a sentirse atraído por las cualidades materiales. Aquel que siente atracción por la cualidad material de la oscuridad se encuentra en la etapa más baja de la vida, mientras que la posición del que se siente atraído por la cualidad material de la pasión es mejor. A veces vemos que las personas que están en el plano de la bondad material se sienten más o menos atraídas por el cultivo de conocimiento. Esa posición, por supuesto, es mejor, pues el conocimiento predispone a la aceptación del servicio devocional. Sin llegar al plano del conocimiento, la etapa brahma-bhūta, no se puede avanzar en el servicio devocional. Como dice Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (18.54):
- brahma-bhūtaḥ prasannātmā
- na śocati na kāṅkṣati
- samaḥ sarveṣu bhūteṣu
- mad-bhaktiṁ labhate parām
«Aquel que se establece así en el plano trascendental percibe de inmediato el Brahman Supremo y se vuelve plenamente dichoso. Nunca se lamenta ni desea poseer nada. Tiene la misma disposición para con todas las entidades vivientes. Habiendo alcanzado ese estado, Me ofrece servicio devocional puro». Estar situado en el plano del conocimiento es ventajoso porque es un medio con el cual se puede alcanzar la etapa de servicio devocional. Sin embargo, a quien adopta el servicio devocional directamente, el conocimiento se le revela sin ningún esfuerzo adicional. Esto se confirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.7):
- vāsudeve bhagavati
- bhakti-yogaḥ prayojitaḥ
- janayaty āśu vairāgyaṁ
- jñānaṁ ca yad ahaitukam
El servicio devocional hace que se revele de modo espontáneo el conocimiento verdadero acerca de nuestra existencia material. La persona que es lo bastante inteligente llega enseguida a la etapa de renunciar a los falsos supuestos de sociedad, familia y amor, así como a muchas otras cosas. Mientras estemos apegados a la sociedad, la familia y el amor del mundo material, no se puede hablar ni de conocimiento ni de servicio devocional. Sin embargo, al emprender directamente el servicio devocional, nos llenamos de conocimiento y renunciación. De esa forma, nuestra vida alcanza el éxito.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo vigesimoquinto del Canto Cuarto del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «La personalidad del rey Purañjana».