ES/SB 4.27.16: Difference between revisions

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Los 360 días y las 360 noches, unidos, son los 720 soldados de Caṇḍavega (el tiempo). La lucha contra esos soldados dura toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Esa lucha recibe el nombre de lucha por la existencia. Sin embargo, y a pesar de esa lucha, la entidad viviente no muere. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (2.20), la entidad viviente es eterna: ''na jāyate mriyate vā kadācin''  ''nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ'' ''ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo''  ''na hanyate hanyamāne śarīre'' «Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. No empezó a existir en un momento del pasado, ni empieza a existir en el presente, ni empezará a existir en el futuro. Es innaciente, eterna, permanente y primigenia. No se la mata cuando se mata el cuerpo». En realidad, la entidad viviente ni nace ni muere, pero tiene que luchar con las estrictas leyes de la naturaleza material durante todo el tiempo que dura su vida. Además, tiene que enfrentarse a distintos tipos de circunstancias miserables. A pesar de todo ello, la entidad viviente, debido a la ilusión, cree que dedicándose a complacer los sentidos está correctamente situada.
Los 360 días y las 360 noches, unidos, son los 720 soldados de Caṇḍavega (el tiempo). La lucha contra esos soldados dura toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Esa lucha recibe el nombre de lucha por la existencia. Sin embargo, y a pesar de esa lucha, la entidad viviente no muere. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (2.20), la entidad viviente es eterna:
 
 
:''na jāyate mriyate vā kadācin''   
:''nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ''  
:''ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo''   
:''na hanyate hanyamāne śarīre''  
 
 
«Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. No empezó a existir en un momento del pasado, ni empieza a existir en el presente, ni empezará a existir en el futuro. Es innaciente, eterna, permanente y primigenia. No se la mata cuando se mata el cuerpo». En realidad, la entidad viviente ni nace ni muere, pero tiene que luchar con las estrictas leyes de la naturaleza material durante todo el tiempo que dura su vida. Además, tiene que enfrentarse a distintos tipos de circunstancias miserables. A pesar de todo ello, la entidad viviente, debido a la ilusión, cree que dedicándose a complacer los sentidos está correctamente situada.
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Latest revision as of 14:48, 25 July 2018


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 16

sa saptabhiḥ śatair eko
viṁśatyā ca śataṁ samāḥ
purañjana-purādhyakṣo
gandharvair yuyudhe balī


PALABRA POR PALABRA

saḥ—ella; saptabhiḥ—con siete; śataiḥ—cientos; ekaḥ—sola; viṁśatyā—con veinte; ca—también; śatam—cien; samāḥ—años; purañjana—del rey Purañjana; puraadhyakṣaḥ—superintendente de la ciudad; gandharvaiḥ—contra los gandharvas; yuyudhe—luchó; balī—con gran valentía.


TRADUCCIÓN

La serpiente de cinco cabezas, superintendente y protectora de la ciudad del rey Purañjana, luchó contra los gandharvas durante cien años. Luchó sola contra todos ellos, a pesar de que eran 720.


SIGNIFICADO

Los 360 días y las 360 noches, unidos, son los 720 soldados de Caṇḍavega (el tiempo). La lucha contra esos soldados dura toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Esa lucha recibe el nombre de lucha por la existencia. Sin embargo, y a pesar de esa lucha, la entidad viviente no muere. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (2.20), la entidad viviente es eterna:


na jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre


«Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. No empezó a existir en un momento del pasado, ni empieza a existir en el presente, ni empezará a existir en el futuro. Es innaciente, eterna, permanente y primigenia. No se la mata cuando se mata el cuerpo». En realidad, la entidad viviente ni nace ni muere, pero tiene que luchar con las estrictas leyes de la naturaleza material durante todo el tiempo que dura su vida. Además, tiene que enfrentarse a distintos tipos de circunstancias miserables. A pesar de todo ello, la entidad viviente, debido a la ilusión, cree que dedicándose a complacer los sentidos está correctamente situada.