ES/SB 2.6.34: Difference between revisions

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El Señor Brahmā es el expositor original de la sabiduría védica ante Nārada, y Nārada es quien distribuye el conocimiento trascendental a todas partes del mundo, a través de sus diversos discípulos, tales como Vyāsadeva y otros. Los seguidores de la sabiduría védica aceptan las afirmaciones de Brahmājī como el evangelio de la verdad, y así el conocimiento trascendental se distribuye por todo el mundo mediante el proceso de la sucesión discipular, desde tiempo inmemorial, a partir del comienzo de la creación. En el mundo material, el Señor Brahmā es el perfecto ser  viviente liberado, y cualquier estudiante sincero del conocimiento trascendental debe aceptar las palabras y afirmaciones de Brahmājī como algo infalible. El conocimiento védico es infalible debido a que desciende directamente del Señor Supremo al corazón de Brahmā, y como Brahmājī es el ser viviente más perfecto que existe, él siempre está en lo correcto al pie de la letra. Y ello se debe a que el Señor Brahmā es un gran devoto del Señor, que ha aceptado los pies de loto del Señor con mucho fervor y como la verdad suprema. En la Brahma-saṁhitā, recopilado por Brahmājī, él repite el aforismo govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi: «Yo soy adorador de la Personalidad de Dios original, Govinda, el Señor primordial». Así que todo lo que él dice, todo lo que piensa y todo lo que hace generalmente con su actitud, debe aceptarse como cierto, debido a su directa y muy íntima relación con Govinda, el Señor primordial. Śrī Govinda, quien acepta con placer el trascendental servicio amoroso de Sus devotos, les brinda plena protección a las palabras y acciones de Sus devotos. El Señor declara en el Bhagavadgītā (9.31): kaunteya pratijānīhi, «¡Oh, hijo de Kuntī, por favor decláralo!». El Señor le pide a Arjuna que declare, y ¿por qué? Debido a que, algunas veces, las declaraciones del propio Govinda puede que les parezcan contradictorias a las criaturas mundanas; pero el mundano nunca conseguirá contradicción alguna en las palabras de los devotos del Señor. Los devotos son especialmente protegidos por el Señor, de manera que puedan seguir siendo infalibles. Por lo tanto, el proceso del servicio devocional siempre comienza con el proceso de servir al devoto que aparece en la sucesión discipular. Los devotos siempre están liberados, pero eso no significa que son impersonales. El Señor es eternamente una persona, y el devoto del Señor también es eternamente una persona. Debido a que el devoto posee sus órganos de los sentidos incluso en la etapa liberada, él es siempre una persona. Y debido a que el Señor acepta el servicio del devoto con una plena correspondencia, el Señor es también una persona en toda Su integridad espiritual. Los sentidos de los devotos, encontrándose dedicados al servicio del Señor, nunca se desvían por la atracción del falso disfrute material. Los planes del devoto nunca resultan vanos, y todo ello se debe al fiel apego que posee el devoto por el servicio del Señor. Esa es la norma de la perfección y de la liberación. Cualquiera, comenzando con Brahmājī y descendiendo hasta el ser humano, es puesto de inmediato en el sendero de la liberación, tan solo por su apego con un gran fervor por el Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa, el Señor primordial. El Señor afirma eso en el Bhagavad-gītā (14.26):
El Señor Brahmā es el expositor original de la sabiduría védica ante Nārada, y Nārada es quien distribuye el conocimiento trascendental a todas partes del mundo, a través de sus diversos discípulos, tales como Vyāsadeva y otros. Los seguidores de la sabiduría védica aceptan las afirmaciones de Brahmājī como el evangelio de la verdad, y así el conocimiento trascendental se distribuye por todo el mundo mediante el proceso de la sucesión discipular, desde tiempo inmemorial, a partir del comienzo de la creación. En el mundo material, el Señor Brahmā es el perfecto ser  viviente liberado, y cualquier estudiante sincero del conocimiento trascendental debe aceptar las palabras y afirmaciones de Brahmājī como algo infalible. El conocimiento védico es infalible debido a que desciende directamente del Señor Supremo al corazón de Brahmā, y como Brahmājī es el ser viviente más perfecto que existe, él siempre está en lo correcto al pie de la letra. Y ello se debe a que el Señor Brahmā es un gran devoto del Señor, que ha aceptado los pies de loto del Señor con mucho fervor y como la verdad suprema. En la Brahma-saṁhitā, recopilado por Brahmājī, él repite el aforismo govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi: «Yo soy adorador de la Personalidad de Dios original, Govinda, el Señor primordial». Así que todo lo que él dice, todo lo que piensa y todo lo que hace generalmente con su actitud, debe aceptarse como cierto, debido a su directa y muy íntima relación con Govinda, el Señor primordial. Śrī Govinda, quien acepta con placer el trascendental servicio amoroso de Sus devotos, les brinda plena protección a las palabras y acciones de Sus devotos. El Señor declara en el Bhagavadgītā (9.31): kaunteya pratijānīhi, «¡Oh, hijo de Kuntī, por favor decláralo!». El Señor le pide a Arjuna que declare, y ¿por qué? Debido a que, algunas veces, las declaraciones del propio Govinda puede que les parezcan contradictorias a las criaturas mundanas; pero el mundano nunca conseguirá contradicción alguna en las palabras de los devotos del Señor. Los devotos son especialmente protegidos por el Señor, de manera que puedan seguir siendo infalibles. Por lo tanto, el proceso del servicio devocional siempre comienza con el proceso de servir al devoto que aparece en la sucesión discipular. Los devotos siempre están liberados, pero eso no significa que son impersonales. El Señor es eternamente una persona, y el devoto del Señor también es eternamente una persona. Debido a que el devoto posee sus órganos de los sentidos incluso en la etapa liberada, él es siempre una persona. Y debido a que el Señor acepta el servicio del devoto con una plena correspondencia, el Señor es también una persona en toda Su integridad espiritual. Los sentidos de los devotos, encontrándose dedicados al servicio del Señor, nunca se desvían por la atracción del falso disfrute material. Los planes del devoto nunca resultan vanos, y todo ello se debe al fiel apego que posee el devoto por el servicio del Señor. Esa es la norma de la perfección y de la liberación. Cualquiera, comenzando con Brahmājī y descendiendo hasta el ser humano, es puesto de inmediato en el sendero de la liberación, tan solo por su apego con un gran fervor por el Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa, el Señor primordial. El Señor afirma eso en el Bhagavad-gītā (14.26):


''māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa'' ''bhakti-yogena sevate'' ''sa guṇān samatītyaitān'' ''brahma-bhūyāya kalpate''
 
:''māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa''  
:''bhakti-yogena sevate''  
:''sa guṇān samatītyaitān''  
:''brahma-bhūyāya kalpate''
 


Por lo tanto, todo aquel que con toda su alma y su corazón, y con interés sincero, busca estar en contacto íntimo con la Personalidad de Dios a través de la relación del trascendental servicio amoroso, siempre será infalible en palabras y acciones. La razón de ello es que el Señor Supremo es la Verdad Absoluta, y todo aquello que se acople sinceramente con la Verdad Absoluta logra obtener la misma calidad trascendental. Por otra parte, cualquier cantidad de especulación mental fundamentada en el conocimiento y la ciencia materiales, sin ningún contacto fidedigno con la Verdad Absoluta,  será con toda seguridad un fracaso y una mentira mundana, debido tan solo a no estar en contacto con la Verdad Absoluta. Nunca debe confiarse en esas palabras y acciones ateas y de infieles, no importa cuán enriquecidas se encuentren en términos materiales. Ese es el significado de este importante verso. Un grano de devoción es más valioso que toneladas de infidelidad.
Por lo tanto, todo aquel que con toda su alma y su corazón, y con interés sincero, busca estar en contacto íntimo con la Personalidad de Dios a través de la relación del trascendental servicio amoroso, siempre será infalible en palabras y acciones. La razón de ello es que el Señor Supremo es la Verdad Absoluta, y todo aquello que se acople sinceramente con la Verdad Absoluta logra obtener la misma calidad trascendental. Por otra parte, cualquier cantidad de especulación mental fundamentada en el conocimiento y la ciencia materiales, sin ningún contacto fidedigno con la Verdad Absoluta,  será con toda seguridad un fracaso y una mentira mundana, debido tan solo a no estar en contacto con la Verdad Absoluta. Nunca debe confiarse en esas palabras y acciones ateas y de infieles, no importa cuán enriquecidas se encuentren en términos materiales. Ese es el significado de este importante verso. Un grano de devoción es más valioso que toneladas de infidelidad.

Revision as of 14:05, 9 June 2018


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 34

na bhāratī me ’ṅga mṛṣopalakṣyate
na vai kvacin me manaso mṛṣā gatiḥ
na me hṛṣīkāṇi patanty asat-pathe
yan me hṛdautkaṇṭhyavatā dhṛto hariḥ


PALABRA POR PALABRA

na—nunca; bhāratī—afirmaciones; me—mías; aṅga—¡oh, Nārada!; mṛṣā—falsedad; upalakyate—resultan ser; na—nunca; vai—ciertamente; kvacit—en ningún momento; me—mía; manasaḥ—de la mente; mṛṣā—falsedad; gatiḥ—progreso; na—ni; me—míos; hṛṣīkāṇi—sentidos; patanti—degrada; asat-pathe—en la materia temporal; yat—debido; me—mío; hṛdā—corazón; autkaṇṭhyavatā—mediante un gran empeño; dhṛtaḥ—me así; hariḥ—la Suprema Personalidad de Dios.


TRADUCCIÓN

¡Oh, Nārada!, debido a que he asido los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios, Hari, con mucho fervor, todo lo que digo nunca ha resultado ser falso. Ni tampoco se ha detenido nunca el progreso de mi mente. Ni tampoco se degradan nunca mis sentidos por el apego temporal a la materia.


SIGNIFICADO

El Señor Brahmā es el expositor original de la sabiduría védica ante Nārada, y Nārada es quien distribuye el conocimiento trascendental a todas partes del mundo, a través de sus diversos discípulos, tales como Vyāsadeva y otros. Los seguidores de la sabiduría védica aceptan las afirmaciones de Brahmājī como el evangelio de la verdad, y así el conocimiento trascendental se distribuye por todo el mundo mediante el proceso de la sucesión discipular, desde tiempo inmemorial, a partir del comienzo de la creación. En el mundo material, el Señor Brahmā es el perfecto ser viviente liberado, y cualquier estudiante sincero del conocimiento trascendental debe aceptar las palabras y afirmaciones de Brahmājī como algo infalible. El conocimiento védico es infalible debido a que desciende directamente del Señor Supremo al corazón de Brahmā, y como Brahmājī es el ser viviente más perfecto que existe, él siempre está en lo correcto al pie de la letra. Y ello se debe a que el Señor Brahmā es un gran devoto del Señor, que ha aceptado los pies de loto del Señor con mucho fervor y como la verdad suprema. En la Brahma-saṁhitā, recopilado por Brahmājī, él repite el aforismo govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi: «Yo soy adorador de la Personalidad de Dios original, Govinda, el Señor primordial». Así que todo lo que él dice, todo lo que piensa y todo lo que hace generalmente con su actitud, debe aceptarse como cierto, debido a su directa y muy íntima relación con Govinda, el Señor primordial. Śrī Govinda, quien acepta con placer el trascendental servicio amoroso de Sus devotos, les brinda plena protección a las palabras y acciones de Sus devotos. El Señor declara en el Bhagavadgītā (9.31): kaunteya pratijānīhi, «¡Oh, hijo de Kuntī, por favor decláralo!». El Señor le pide a Arjuna que declare, y ¿por qué? Debido a que, algunas veces, las declaraciones del propio Govinda puede que les parezcan contradictorias a las criaturas mundanas; pero el mundano nunca conseguirá contradicción alguna en las palabras de los devotos del Señor. Los devotos son especialmente protegidos por el Señor, de manera que puedan seguir siendo infalibles. Por lo tanto, el proceso del servicio devocional siempre comienza con el proceso de servir al devoto que aparece en la sucesión discipular. Los devotos siempre están liberados, pero eso no significa que son impersonales. El Señor es eternamente una persona, y el devoto del Señor también es eternamente una persona. Debido a que el devoto posee sus órganos de los sentidos incluso en la etapa liberada, él es siempre una persona. Y debido a que el Señor acepta el servicio del devoto con una plena correspondencia, el Señor es también una persona en toda Su integridad espiritual. Los sentidos de los devotos, encontrándose dedicados al servicio del Señor, nunca se desvían por la atracción del falso disfrute material. Los planes del devoto nunca resultan vanos, y todo ello se debe al fiel apego que posee el devoto por el servicio del Señor. Esa es la norma de la perfección y de la liberación. Cualquiera, comenzando con Brahmājī y descendiendo hasta el ser humano, es puesto de inmediato en el sendero de la liberación, tan solo por su apego con un gran fervor por el Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa, el Señor primordial. El Señor afirma eso en el Bhagavad-gītā (14.26):


māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate


Por lo tanto, todo aquel que con toda su alma y su corazón, y con interés sincero, busca estar en contacto íntimo con la Personalidad de Dios a través de la relación del trascendental servicio amoroso, siempre será infalible en palabras y acciones. La razón de ello es que el Señor Supremo es la Verdad Absoluta, y todo aquello que se acople sinceramente con la Verdad Absoluta logra obtener la misma calidad trascendental. Por otra parte, cualquier cantidad de especulación mental fundamentada en el conocimiento y la ciencia materiales, sin ningún contacto fidedigno con la Verdad Absoluta, será con toda seguridad un fracaso y una mentira mundana, debido tan solo a no estar en contacto con la Verdad Absoluta. Nunca debe confiarse en esas palabras y acciones ateas y de infieles, no importa cuán enriquecidas se encuentren en términos materiales. Ese es el significado de este importante verso. Un grano de devoción es más valioso que toneladas de infidelidad.