ES/SB 4.25.12: Difference between revisions

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:vibudhāsura-gandharva-
:na sādhu mene tāḥ sarvā bhūtale yāvatīḥ puraḥ
:muni-siddha-naroragāḥ
:kāmān kāmayamāno ’sau tasya tasyopapattaye
:vijitāḥ sūryayā dikṣu
:kvaṇayantyaiva nūpuraiḥ
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''vibudha''—eruditos; ''asura''—los demonios; ''gandharva''—los habitantes de Gandharvaloka; ''muni''—los grandes sabios; ''siddha''—los habitantes de Siddhaloka; ''nara''—los habitantes de los planetas terrenales; ''uragāḥ''—los habitantes de Nāgaloka; ''vijitāḥ''—cautivados; ''sūryayā''—por la joven novia; ''dikṣu''—en todas direcciones; ''kvaṇayantyā''—tintineo; ''eva''—solamente; ''nūpuraiḥ''—por sus campanitas tobilleras.
''na''—nunca; ''sādhu''—buen; ''mene''—pensamiento; ''tāḥ''—a ellos; ''sarvāḥ''—todo; ''bhū-tale''—en la Tierra; ''yāvatīḥ''—toda clase de; ''puraḥ''—casas residenciales; ''kāmān''—objetos para el disfrute de los sentidos; ''kāmayamānaḥ''—desear; ''asau''—ese rey; ''tasya''—su; ''tasya''—su; ''upapattaye''—para obtener.
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Durante la boda de Śatadruti, los demonios, los habitantes de Gandharvaloka, los grandes sabios y los habitantes de Siddhaloka, los planetas terrenales y Nāgaloka, a pesar de que eran muy excelsos, quedaron cautivados por el tintineo de sus campanitas tobilleras.
El rey Purañjana tenía ilimitados deseos de disfrute sensorial; por esa razón, viajó por todo el mundo en busca de un lugar donde satisfacer todos sus deseos. Desdichadamente, en ningún lugar encontró otra cosa que un sentimiento de insuficiencia.
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Por lo general, la belleza de la mujer aumenta cuando, después de casarse muy joven, da a luz un hijo. Tener hijos es la función natural de la mujer; por lo tanto, cuantos más hijos tiene, más hermosa es. Śatadruti, sin embargo, era tan hermosa, que en la ceremonia de su matrimonio todo el universo se sintió atraído por ella. En verdad, con solo el tintineo de sus campanitas tobilleras, atrajo a todos los semidioses, aunque estos eran eruditos y muy elevados. Esto indica que todos los semidioses querían ver su belleza completa, pero no podían, porque Śatadruti estaba vestida y completamente cubierta de adornos. Como no podían ver más que sus pies, se sintieron atraídos por sus campanitas tobilleras, que tintineaban cuando ella caminaba. En otras palabras, los semidioses quedaron cautivados con tan solo escuchar el tintín de sus campanitas tobilleras. No tuvieron que ver toda su belleza. A veces, una persona se llena de deseos lujuriosos con tan solo escuchar el sonido de las pulseras de una mujer, el tintineo de sus campanitas tobilleras, o, simplemente, ante la vista de un sarī. Llegamos así a la conclusión de que la mujer es la representación completa de māyā. Viśvāmitra Muni, a pesar de que estaba ocupado en la práctica del yoga místico con los ojos cerrados, vio rota su meditación trascendental al escuchar el tintineo de las ajorcas en las muñecas de Menakā. De esa forma, Viśvāmitra Muni cayó víctima de Menakā y tuvo una hija, famosa en todo el universo con el nombre de Śakuntalā. La conclusión es que nadie, ni siquiera los excelsos semidioses y habitantes de los planetas superiores, está a salvo del atractivo de la mujer. Solo el devoto del Señor, que siente atracción por Kṛṣṇa, puede eludir los encantos de la mujer. Cuando una persona siente atracción por Kṛṣṇa, la energía ilusoria del mundo ya no puede atraerle.
Śrīla Vidyāpati, un gran poeta vaiṣṇava, dice en una canción:
 
 
:''tātala saikate, vāri-bindu-sama,''
:''suta-mita-ramaṇī-samāje''
 
 
En este verso compara la complacencia material de los sentidos por medio de la sociedad, los amigos y el amor, con una gota de agua que cae en el desierto. Para  regar un desierto harían falta mares de agua; ¿de qué serviría una sola gota? De manera similar, la entidad viviente es parte integral de la Suprema Personalidad de Dios, quien, como se explica en el Vedānta-sūtra, es ānandamayo ’bhyāsāt, es decir, está lleno de disfrute. Como parte integral de la Suprema Personalidad de Dios, la entidad viviente también busca la plenitud del disfrute. Sin embargo, esa plenitud del disfrute solo la puede encontrar en la Suprema Personalidad de Dios, y no aparte de Él. En su vagar por diversas especies de vida, la entidad viviente puede gozar de algún tipo de disfrute en determinados cuerpos, pero la plenitud del disfrute de los sentidos no se puede obtener en ningún cuerpo material. De esta forma, la entidad viviente, Purañjana, vaga de cuerpo en cuerpo, pero en su intento de disfrutar no encuentra otra cosa que frustración en todas partes. En otras palabras, la chispa espiritual cubierta por la materia no puede disfrutar plenamente de los sentidos en ninguna circunstancia de la vida material. Puede que el ciervo se sienta muy absorto al oír las notas musicales del reclamo del cazador, pero como resultado, pierde la vida. El pez también es muy experto en complacer su lengua, pero si come el cebo que le ofrece el pescador, pierde la vida. Incluso el poderosísimo elefante pierde su independencia al ser capturado mientras satisface sus genitales con una hembra de su especie. En todas las especies de vida, la entidad viviente recibe un cuerpo para satisfacer distintos sentidos, pero no puede disfrutar de todos sus sentidos a la vez. En la forma humana de vida recibe la oportunidad de gozar del disfrute desvirtuado de todos los sentidos, pero el resultado es que sus intentos de complacer los sentidos le traen tantas angustias, que finalmente acaba lleno de tristeza. Cuanto más trata de satisfacer sus sentidos, más se enreda.
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Revision as of 10:16, 8 July 2018


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 12

na sādhu mene tāḥ sarvā bhūtale yāvatīḥ puraḥ
kāmān kāmayamāno ’sau tasya tasyopapattaye


PALABRA POR PALABRA

na—nunca; sādhu—buen; mene—pensamiento; tāḥ—a ellos; sarvāḥ—todo; bhū-tale—en la Tierra; yāvatīḥ—toda clase de; puraḥ—casas residenciales; kāmān—objetos para el disfrute de los sentidos; kāmayamānaḥ—desear; asau—ese rey; tasya—su; tasya—su; upapattaye—para obtener.


TRADUCCIÓN

El rey Purañjana tenía ilimitados deseos de disfrute sensorial; por esa razón, viajó por todo el mundo en busca de un lugar donde satisfacer todos sus deseos. Desdichadamente, en ningún lugar encontró otra cosa que un sentimiento de insuficiencia.


SIGNIFICADO

Śrīla Vidyāpati, un gran poeta vaiṣṇava, dice en una canción:


tātala saikate, vāri-bindu-sama,
suta-mita-ramaṇī-samāje


En este verso compara la complacencia material de los sentidos por medio de la sociedad, los amigos y el amor, con una gota de agua que cae en el desierto. Para regar un desierto harían falta mares de agua; ¿de qué serviría una sola gota? De manera similar, la entidad viviente es parte integral de la Suprema Personalidad de Dios, quien, como se explica en el Vedānta-sūtra, es ānandamayo ’bhyāsāt, es decir, está lleno de disfrute. Como parte integral de la Suprema Personalidad de Dios, la entidad viviente también busca la plenitud del disfrute. Sin embargo, esa plenitud del disfrute solo la puede encontrar en la Suprema Personalidad de Dios, y no aparte de Él. En su vagar por diversas especies de vida, la entidad viviente puede gozar de algún tipo de disfrute en determinados cuerpos, pero la plenitud del disfrute de los sentidos no se puede obtener en ningún cuerpo material. De esta forma, la entidad viviente, Purañjana, vaga de cuerpo en cuerpo, pero en su intento de disfrutar no encuentra otra cosa que frustración en todas partes. En otras palabras, la chispa espiritual cubierta por la materia no puede disfrutar plenamente de los sentidos en ninguna circunstancia de la vida material. Puede que el ciervo se sienta muy absorto al oír las notas musicales del reclamo del cazador, pero como resultado, pierde la vida. El pez también es muy experto en complacer su lengua, pero si come el cebo que le ofrece el pescador, pierde la vida. Incluso el poderosísimo elefante pierde su independencia al ser capturado mientras satisface sus genitales con una hembra de su especie. En todas las especies de vida, la entidad viviente recibe un cuerpo para satisfacer distintos sentidos, pero no puede disfrutar de todos sus sentidos a la vez. En la forma humana de vida recibe la oportunidad de gozar del disfrute desvirtuado de todos los sentidos, pero el resultado es que sus intentos de complacer los sentidos le traen tantas angustias, que finalmente acaba lleno de tristeza. Cuanto más trata de satisfacer sus sentidos, más se enreda.