ES/SB 7.7.29

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Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 29

tatropāya-sahasrāṇām
ayaṁ bhagavatoditaḥ
yad īśvare bhagavati
yathā yair añjasā ratiḥ


PALABRA POR PALABRA

tatra—en relación con eso (liberarse del enredo del condicionamiento material); upāya—de procesos; sahasrāṇām—de muchos miles; ayam—este; bhagavatā uditaḥ—dado por la Suprema Personalidad de Dios; yat—el cual; īśvare—al Señor; bhagavati—la Suprema Personalidad de Dios; yathā—tanto como; yaiḥ—por el cual; añjasā—rápidamente; ratiḥ—apego con amor y afecto.


TRADUCCIÓN

De los distintos procesos que se recomiendan para deshacer el enredo de la vida material, se debe considerar absolutamente perfecto aquel que la Suprema Personalidad de Dios explica y acepta personalmente. Ese proceso consiste en la realización de los deberes que despiertan nuestro amor por el Señor Supremo.


SIGNIFICADO

Entre los procesos vinculantes que nos elevan por encima del cautiverio en la contaminación material, debemos considerar que el mejor es el que recomienda la Suprema Personalidad de Dios. Ese proceso se explica claramente en el Bhagavad-gītā, donde el Señor dice: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: «Abandona toda clase de religiones y sencillamente entrégate a Mí». Ese proceso es el mejor, porque el Señor asegura: ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ: «Yo te liberaré de todas las reacciones pecaminosas. No temas». No hay razón para preocuparse, pues el Señor nos asegura personalmente que Él cuidará de Su devoto y le salvará de las reacciones de sus actividades pecaminosas. El cautiverio material es resultado de la actividad pecaminosa. Por consiguiente, como el Señor garantiza que eliminará los resultados de las actividades materiales fruitivas, no hay por qué preocuparse. Ese proceso de comprender nuestra posición como almas espirituales, para después ocuparnos en servicio devocional, es, por lo tanto, el mejor. Todo el sistema védico se basa en ese principio, que se puede entender del modo que se recomienda en los Vedas:


yasya deve parā bhaktir
yathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ


«A aquellas grandes almas que tienen una fe absoluta en el Señor y en el maestro espiritual se les revela el significado del conocimiento védico de modo natural» (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.23). Debemos aceptar como guru al devoto puro, el representante de Dios, y ofrecerle el mismo respeto que ofreceríamos a la Suprema Personalidad de Dios. Ese es el secreto del éxito. A quien adopta ese método, se le revela el proceso perfecto. En este verso, las palabras yair añjasā ratiḥ indican que, si ofrecemos servicio al maestro espiritual y nos entregamos a él, nos elevaremos al plano del servicio devocional; mediante la práctica de servicio devocional, poco a poco nos apegaremos a la Suprema Personalidad de Dios. Gracias a ese apego, podremos comprender al Señor. En otras palabras, podremos entender la posición del Señor, nuestra posición, y nuestra relación con Él. Todo ello podemos llegar a comprenderlo fácilmente con el sencillo método del bhakti-yoga. Tan pronto como nos situemos en el plano del bhakti-yoga, la causa primaria del cautiverio material y de nuestro sufrimiento quedará destruida. Esto se explica claramente en el verso siguiente, que nos da el secreto del éxito.