ES/SB 10.3.28

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Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 28

sa tvaṁ ghorād ugrasenātmajān nas
trāhi trastān bhṛtya-vitrāsa-hāsi
rūpaṁ cedaṁ pauruṣaṁ dhyāna-dhiṣṇyaṁ
mā pratyakṣaṁ māṁsa-dṛśāṁ kṛṣīṣṭhāḥ


PALABRA POR PALABRA

saḥ—Tu Señoría; tvam—Tú; ghorāt—terrible y espantoso; ugrasena-ātmajāt—del hijo de Ugrasena; naḥ—a nosotros; trāhi—por favor, protege; trastān—que tenemos mucho miedo (de él); bhṛtya-vitrāsa-hā asi—Tú eres quien, por naturaleza, destruye los temores de Tus sirvientes; rūpam—en Tu forma de Viṣṇu; ca—también; idam—esta; pauruṣam—como Suprema Personalidad de Dios; dhyāna-dhiṣṇyam—que es contemplado en meditación; —no; pratyakṣam—visible directamente; māṁsa-dṛśām—para los que ven con ojos materiales; kṛṣīṣṭhāḥ—por favor, sé.


TRADUCCIÓN

Mi Señor, Tú disipas todos los temores de Tus devotos, y por ello Te pido que nos salves y nos protejas del terrible temor que Kaṁsa nos inspira. Los yogīs absortos en meditación pueden contemplar Tu forma de Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios. Por favor, haz que esa forma sea invisible para quienes la ven con ojos materiales.


SIGNIFICADO

En este verso es significativa la palabra dhyāna-dhiṣṇyam, pues la forma del Señor Viṣṇu es el objeto de meditación de los yogīs (dhyānāvasthitatad-gatena manasā paśyanti yaṁ yoginaḥ). El Señor había aparecido en la forma del Señor Viṣṇu, pero Devakī Le rogó que ocultase aquella forma. Su deseo era ver al Señor como un niño corriente, un niño que pudiera ser distinguido por las personas que tienen ojos materiales. Devakī quería ver si la Suprema Personalidad de Dios Se había manifestado realmente, o si era ella, que soñaba con la forma de Viṣṇu. Devakī pensaba que, si Kaṁsa venía y se encontraba con aquella forma de Viṣṇu, mataría al niño inmediatamente, pero si veía a un niño humano, tal vez se parase a reconsiderar su postura. Devakī tenía miedo de Ugrasena-ātmaja, es decir, no de Ugrasena y sus seguidores, sino del hijo de Ugrasena. Por eso pidió al Señor que disipase sus temores, pues Él siempre está dispuesto a brindar protección (abhayam) a Sus devotos. «Mi Señor —oró—, Te pido que me salves de las crueles manos del hijo de Ugrasena, Kaṁsa. Ruego a Tu Señoría que, por favor, me rescates de esta espantosa situación, pues Tú siempre estás dispuesto a brindar protección a Tus servidores». En el Bhagavad-gītā, el Señor respalda la afirmación de Devakī, al asegurar a Arjuna: «Puedes declarar al mundo que Mi devoto nunca será vencido».

Mientras rogaba al Señor que la rescatase, madre Devakī expresó su cariño maternal: «Yo entiendo que esta es la forma trascendental que suelen percibir los grandes sabios absortos en meditación, pero sigo teniendo miedo, porque tan pronto como Kaṁsa se dé cuenta de Tu advenimiento, podría hacerte daño. Por eso Te pido que, de momento, Te vuelvas invisible a nuestros ojos materiales». En otras palabras, rogó al Señor que adoptase la forma de un niño corriente. «El temor que mi hermano Kaṁsa me inspira se debe solo a Tu advenimiento. Mi Señor Madhusūdana, es posible que Kaṁsa ya se haya enterado de Tu nacimiento. Por eso Te pido que ocultes esta forma de cuatro brazos de Tu Señoría, que sostiene los cuatro símbolos de Viṣṇu: la caracola, el disco, la maza y la flor de loto. Mi querido Señor, al final de la aniquilación de la manifestación cósmica, Tú guardas en Tu abdomen el universo entero, pero, por Tu misericordia inmaculada, ahora has nacido de mi vientre. Estoy muy sorprendida de que imites las actividades de los seres humanos comunes simplemente para complacer a Tu devoto».

Devakī tenía tanto miedo de Kaṁsa que no podía creer que este no pudiese matar al Señor Viṣṇu, que estaba presente en persona ante ella. Así, llevada de su cariño maternal, pidió a la Suprema Personalidad de Dios que desapareciese. Si el Señor desaparecía, Kaṁsa sería muchísimo más cruel con ella, pensando que había ocultado al recién nacido, pero Devakī no quería que Kaṁsa maltratase y matase a aquel hijo trascendental. Por ello pidió al Señor Viṣṇu que desapareciera. Si más tarde Kaṁsa la hacía sufrir por ello, Devakī ocuparía su mente en pensar en el Señor.