ES/SB 2.7: Encarnaciones programadas con funciones específicas
Texto 2.7.1: El Señor Brahmā dijo: Cuando el ilimitadamente poderoso Señor adoptó como pasatiempo la forma de un jabalí, tan solo para levantar el planeta Tierra que había sido sumergido en el gran océano del universo, denominado el Garbhodaka, apareció el primer demonio [Hiraṇyākṣa], y el Señor lo atravesó con Su colmillo.
Texto 2.7.2: El Prajāpati engendró primero a Suyajña en el vientre de su esposa Ākūti, y luego Suyajña engendró semidioses, encabezados por Suyama, en el vientre de su esposa Dakṣiṇā. Suyajña, en la forma de Indradeva, aminoró sufrimientos muy grandes en los tres sistemas planetarios [el superior, el inferior y el intermedio], y debido a que aminoró así los sufrimientos del universo, el gran padre de la humanidad, es decir Svāyambhuva Manu, le dio luego el nombre de Hari.
Texto 2.7.3: El Señor apareció luego como la encarnación Kapila, siendo hijo del prajāpati brāhmaṇa Kardama, y su esposa, Devahūti, juntamente con otras nueve mujeres [hermanas]. Él le habló a Su madre acerca de la autorrealización, por lo cual, en esa misma vida, ella quedó limpia por completo del lodo de las modalidades materiales, con lo cual alcanzó la liberación: el sendero de Kapila.
Texto 2.7.4: El gran sabio Atri oró pidiendo tener descendencia, y el Señor, estando satisfecho con él, le prometió encarnarse como el hijo de Atri, Dattātreya [Datta, el hijo de Atri]. Y por la gracia de los pies de loto del Señor, muchos Yadus, Haihayas, etc., quedaron tan purificados, que obtuvieron bendiciones tanto materiales como espirituales.
Texto 2.7.5: Para crear diferentes sistemas planetarios, yo tuve que someterme a austeridades y penitencias, y el Señor, sintiéndose así complacido conmigo, se encarnó en cuatro sanas [Sanaka, Sanat-kumāra, Sanandana y Sanātana]. En la creación anterior, la verdad espiritual fue devastada, pero los cuatro sanas la explicaron en forma tan precisa, que la verdad de inmediato fue claramente percibida por los sabios.
Texto 2.7.6: Para exhibir Su manera personal de austeridad y penitencia, Él apareció en las formas gemelas de Nārāyaṇa y Nara, en el vientre de Mūrti, la esposa de Dharma e hija de Dakṣa. Unas bellezas celestiales, las acompañantes de Cupido, fueron a tratar de romper Sus votos, pero no tuvieron éxito, pues vieron que muchas bellezas como ellas emanaban de Él, la Personalidad de Dios.
Texto 2.7.7: Grandes personalidades tales como el Señor Śiva pueden, mediante sus miradas iracundas, superar la lujuria y vencerla; sin embargo, ellos no pueden librarse de los dominantes efectos de su propia ira. Esa ira nunca puede entrar en el corazón de Él [el Señor], quien se encuentra por encima de todo eso. Así que, ¿cómo puede la lujuria refugiarse en Su mente?
Texto 2.7.8: El príncipe Dhruva, si bien era solo un muchacho, al ser insultado por las ásperas palabras proferidas por la coesposa del rey, incluso en presencia de este, se entregó a la ejecución de severas penitencias en el bosque. Y el Señor, sintiéndose satisfecho con su oración, le otorgó el planeta Dhruva, el cual es adorado por grandes sabios que se encuentran tanto hacia arriba como hacia abajo.
Texto 2.7.9: Mahārāja Vena se apartó del sendero de la virtud, y los brāhmaṇas lo castigaron con la maldición del relámpago. Mediante esto, el rey Vena fue quemado juntamente con sus buenas acciones y su opulencia, y se encontraba camino del infierno. El Señor, por Su misericordia sin causa, descendió como hijo de él con el nombre de Pṛthu, libró del infierno al condenado rey Vena, y explotó la Tierra mediante la extracción de toda clase de cosechas de productos agrícolas.
Texto 2.7.10: El Señor apareció como el hijo de Sudevī, la esposa del rey Nābhi, y fue conocido como Ṛṣabhadeva. Él ejecutó yoga materialista para equilibrar la mente. Esa etapa también se considera que es la situación más elevada y perfecta de la liberación, en la cual uno se encuentra situado en el propio yo y está completamente satisfecho.
Texto 2.7.11: El Señor apareció como la encarnación Hayagrīva en un sacrificio realizado por mí [Brahmā]. Él es los sacrificios personificados, y el matiz de Su cuerpo es dorado. Además, Él es los Vedas personificados y la Superalma de todos los semidioses. Cuando Él respiró, todos los dulces sonidos de los himnos védicos salieron de Sus fosas nasales.
Texto 2.7.12: Al final del milenio, el futuro Vaivasvata Manu, de nombre Satyavrata, habría de ver que el Señor en la encarnación de pez es el refugio de todas las clases de entidades vivientes, ascendiendo hasta aquellas que se encuentran en los planetas terrenales. Debido a mi temor de la vasta agua que aparece al final del milenio, los Vedas salen de mi boca [de Brahmā], y el Señor disfruta de esas vastas aguas y protege los Vedas.
Texto 2.7.13: El Señor primordial adoptó luego la encarnación de la tortuga para servir de lugar de apoyo [pivote] de la montaña Mandara, que servía de vara de batir. Los semidioses y los demonios, para extraer néctar, estaban batiendo el océano de leche con la montaña Mandara. La montaña giraba en uno y otro sentido, rascando la espalda del Señor Tortuga, el cual, mientras dormía parcialmente, experimentaba una sensación de picazón.
Texto 2.7.14: La Personalidad de Dios adoptó la encarnación de Nṛsiṁhadeva para aniquilar los grandes temores de los semidioses. Él mató al rey de los demonios [Hiraṇyakaśipu] —quien desafió al Señor con una maza en su mano— colocando al demonio en Sus muslos y atravesándolo con Sus uñas, mientras hacía girar Sus cejas por la ira y mostraba Su boca y Sus dientes temibles.
Texto 2.7.15: El líder de los elefantes, cuya pierna fue atacada en un río por un cocodrilo que tenía una fuerza superior a él, estaba muy acongojado. Tomando una flor de loto con su trompa, le habló al Señor, diciendo: «¡Oh, disfrutador original, Señor del universo!, ¡oh, liberador, tan famoso como un lugar de peregrinaje! Todos se purifican simplemente por oír Tu santo nombre, que merece ser cantado».
Texto 2.7.16: La Personalidad de Dios, después de oír la súplica del elefante, consideró que este necesitaba Su ayuda inmediata, pues se encontraba en un gran peligro. Así pues, el Señor apareció ahí de inmediato en las alas del rey de los pájaros, Garuḍa, plenamente equipado con Su arma, el disco [cakra]. Con el disco, Él cortó en pedazos la boca del cocodrilo para salvar al elefante, y liberó a este último levantándolo por la trompa.
Texto 2.7.17: El Señor, si bien es trascendental a todas las modalidades materiales, aun así superó todas las cualidades de los hijos de Aditi, conocidos como los ādityas. El Señor apareció como el hijo menor de Aditi. Y debido a que Él superó todos los planetas del universo, Él es la Suprema Personalidad de Dios. Con el pretexto de pedir la cantidad de tres pasos de tierra, se llevó todas las tierras de Bali Mahārāja. Él pidió debido tan solo a que, sin mendigar, ninguna autoridad puede llevarse las pertenencias legítimas de uno.
Texto 2.7.18: Bali Mahārāja, quien puso en su cabeza el agua que lavara los pies de loto del Señor, no pensó en nada más que en su promesa, a pesar de que su maestro espiritual se lo había prohibido. El rey dedicó su propio cuerpo personal a satisfacer la medida del tercer paso del Señor. Para una personalidad así, hasta el reino del cielo, que conquistó con su fuerza, carecía de todo valor.
Texto 2.7.19: ¡Oh, Nārada!, la Personalidad de Dios en Su encarnación de Haṁsāvatāra, te enseñó acerca de la ciencia de Dios y Su trascendental servicio amoroso. Él estaba muy complacido contigo, debido a tu intensa proporción de servicio devocional. Él también te explicó con lucidez toda la ciencia del servicio devocional, la cual especialmente les resulta comprensible a las personas que son almas rendidas al Señor Vāsudeva, la Personalidad de Dios.
Texto 2.7.20: El Señor, en la encarnación de Manu, se volvió el descendiente de la dinastía Manu y rigió a la hereje orden real, venciéndolos mediante Su poderosa arma de disco. Sin ser detenido bajo ninguna circunstancia, Su régimen se caracterizó por Su gloriosa fama, que se expandió por los tres lokas y ascendió por encima de ellos hasta el sistema planetario de Satyaloka, el más elevado del universo.
Texto 2.7.21: El Señor, en Su encarnación de Dhanvantari, cura muy rápidamente —y tan solo mediante Su fama personificada— las enfermedades de las por siempre enfermas entidades vivientes y solo gracias a Él los semidioses obtienen largas vidas. Así pues, la Personalidad de Dios queda glorificada por siempre. Él además exigió una porción de los sacrificios, y es tan solo Él quien inauguró en el universo la ciencia médica, o el conocimiento de la medicina.
Texto 2.7.22: Cuando los administradores regentes, conocidos como los kṣatriyas, se apartaron del sendero de la Verdad Absoluta deseosos de sufrir en el infierno, el Señor, en Su encarnación del sabio Paraśurāma, arrancó a esos reyes no deseados, que aparecían como espinas en la Tierra. Así pues, Él arrancó a los kṣatriyas tres veces siete, con Su muy afilada hachuela.
Texto 2.7.23: La Suprema Personalidad de Dios, juntamente con Sus extensiones plenarias, debido a Su misericordia sin causa para con todas las entidades vivientes del universo, apareció en la familia de Mahārāja Ikṣvāku como el Señor de Su potencia interna, Sītā. Por orden de Su padre, Mahārāja Daśaratha, Él entró en el bosque y vivió allí por muchos años con Su esposa y Su hermano menor. Rāvaṇa, que era muy poderoso materialmente y que poseía diez cabezas sobre los hombros, cometió una gran ofensa contra Él, y, así pues, fue finalmente derrotado.
Texto 2.7.24: La Personalidad de Dios, Rāmacandra, afligido por Su distante amiga íntima [Sītā], lanzó una mirada sobre la ciudad del enemigo Rāvaṇa, con ojos al rojo vivo, como aquellos de Hara [que quería quemar el reino del cielo]. El gran océano, temblando de temor, le dio paso, debido a que sus familiares, los seres acuáticos tales como los tiburones, las serpientes y los cocodrilos, estaban siendo quemados por el calor de los furiosos ojos al rojo vivo del Señor.
Texto 2.7.25: Cuando Rāvaṇa estaba combatiendo en la batalla, la trompa del elefante que llevaba al rey del cielo, Indra, se rompió en pedazos al chocar con el pecho de Rāvaṇa, y las partes rotas esparcidas iluminaron todas las direcciones. Por consiguiente, Rāvaṇa se sintió orgulloso de su fuerza, y comenzó a pasearse entre los soldados que combatían, creyéndose el conquistador de todas las direcciones. Pero su risa, dominada por el júbilo, juntamente con su propio aire vital, cesó repentinamente ante el zumbante sonido del arco de Rāmacandra, la Personalidad de Dios.
Texto 2.7.26: Cuando el mundo se encuentra sobrecargado por la fuerza combatiente de reyes que no tienen fe en Dios, el Señor, solo para disminuir la aflicción del mundo, desciende con Su porción plenaria. El Señor viene en Su forma original, con hermoso cabello negro. Y solo para expandir Sus glorias trascendentales, Él actúa de un modo extraordinario. Nadie puede calcular con precisión cuán grande es Él.
Texto 2.7.27: No hay duda de que el Señor Kṛṣṇa es el Señor Supremo, pues de no ser así, ¿cómo le fue posible a Él matar a un demonio tan gigante como Pūtanā cuando se encontraba apenas en el regazo de Su madre, voltear una carretilla con la pierna cuando tenía tan solo tres meses de edad, arrancar un par de árboles arjuna, tan altos que tocaban el cielo, cuando Él tan solo gateaba? Todas esas actividades resultan imposibles para cualquier otra persona que no sea el propio Señor.
Texto 2.7.28: Luego, además, cuando los pastorcillos de vacas y sus animales bebieron de la envenenada agua del río Yamunā, y después de que el Señor [en Su infancia] los resucitara mediante Su misericordiosa mirada, tan solo para purificar el agua del río Yamunā, Él saltó dentro como si estuviera jugando, y castigó a la venenosa serpiente Kāliya, que se estaba ocultando ahí, y cuya lengua emitía oleadas de veneno. ¿Quién puede realizar hazañas así de hercúleas a excepción del Señor Supremo?
Texto 2.7.29: En la misma noche del día del castigo de la serpiente Kāliya, cuando los habitantes de Vrajabhūmi dormían despreocupadamente, se encendió un incendio forestal debido a unas hojas secas, y parecía que todos los habitantes habrían de encontrar la muerte con toda seguridad. Pero el Señor, juntamente con Balarāma, los salvó simplemente con cerrar los ojos. Así son las actividades sobrehumanas del Señor.
Texto 2.7.30: Cuando la pastora de vacas [Yaśodā, la madre adoptiva de Kṛṣṇa] estaba tratando de atar con sogas las manos de su hijo, observó que la soga carecía siempre de la longitud necesaria, y cuando finalmente se dio por vencida, el Señor Kṛṣṇa, poco tiempo después, abrió la boca, en la cual la madre observó que se encontraban todos los universos. Al ver eso, se le presentaron dudas en la mente, pero ella se convenció de una manera diferente de la naturaleza mística de su hijo.
Texto 2.7.31: El Señor Kṛṣṇa salvó a Su padre adoptivo, Nanda Mahārāja, del temor del semidiós Varuṇa, y liberó a los pastorcillos de vacas de las cuevas de la montaña, pues fueron puestos ahí por el hijo de Maya. Además, a los habitantes de Vṛndāvana, que durante el día se encontraban muy atareados trabajando y de noche dormían profundamente debido a su ardua labor de día, el Señor Kṛṣṇa les confirió la promoción al planeta más elevado del cielo espiritual. Todos estos actos son trascendentales, y ciertamente demuestran, sin duda alguna, Su Divinidad.
Texto 2.7.32: Cuando los pastores de vacas de Vṛndāvana, por instrucción de Kṛṣṇa, dejaron de ofrecerle sacrificios a Indra, el rey celestial, toda la extensión de tierra conocida como Vraja fue amenazada con ser arrastrada por constantes y fuertes lluvias, que caerían durante siete días. El Señor Kṛṣṇa, debido a Su misericordia sin causa para con los habitantes de Vraja, si bien tenía tan solo siete años de edad, sostuvo con una mano la colina conocida como Govardhana. Él hizo esto para proteger a los animales de la embestida del agua.
Texto 2.7.33: Cuando el Señor se encontraba dedicado a Sus pasatiempos de la danza rāsa en el bosque de Vṛndāvana, avivando los deseos sexuales de las esposas de los habitantes de Vṛndāvana mediante dulces y melodiosas canciones, un demonio de nombre Śaṅkhacūḍa, un rico seguidor del tesorero del cielo [Kuvera], raptó a las doncellas, y el Señor le separó la cabeza del tronco.
Texto 2.7.34-35: Todas las personalidades demoníacas, tales como Pralamba, Dhenuka, Baka, Keśī, Ariṣṭa, Cāṇūra, Mustika, el elefante Kuvalayāpiḍa, Kaṁsa, Yavana, Narakāsura y Pauṇḍraka, grandes mariscales tales como Śālva, el mono Dvivida y Balvala, Dantavakra, los siete toros, Śambara, Vidūratha y Rukmī, así como también grandes guerreros tales como Kāmboja, Matsya, Kuru, Sṛñjaya y Kekaya, habrán todos de pelear vigorosamente, bien sea directamente con el Señor Hari, o con Él bajo Sus nombres de Baladeva, Arjuna, Bhīma, etc. Y los demonios, siendo así matados, habrán de alcanzar, bien sea el brahmajyoti impersonal, o Su morada personal en los planetas Vaikuṇṭha.
Texto 2.7.36: El propio Señor en Su encarnación de hijo de Satyavatī [Vyāsadeva], habrá de considerar que Su recopilación de la literatura védica sería muy difícil de ser entendida por las personas poco inteligentes y de vida corta, y, por consiguiente, habrá de dividir el árbol del conocimiento védico en diferentes ramas, de acuerdo con las circunstancias de la era en cuestión.
Texto 2.7.37: Cuando los ateos, después de estar bien versados en el conocimiento científico védico, aniquilen a los habitantes de los diferentes planetas, volando invisibles en el cielo en cohetes bien construidos, preparados por el gran científico Maya, el Señor habrá de confundir sus mentes vistiéndose atractivamente como Buddha, y predicará principios subreligiosos.
Texto 2.7.38: Luego, al final de Kali-yuga, cuando ya no existan temas que traten de Dios, ni siquiera en las residencias de los supuestos santos y caballeros respetables de las tres castas superiores, y cuando el poder del gobierno se traslade a las manos de los ministros elegidos entre la clase śūdra de bajo nacimiento o de aquellos más bajos que ellos, y cuando ya no se conozca nada de las técnicas de sacrificio, ni siquiera de palabra, en ese momento el Señor aparecerá como el castigador supremo.
Texto 2.7.39: Al comienzo de la creación existimos la penitencia, los prajāpatis, los grandes sabios que engendran y yo [Brahmā]; luego, durante la manutención de la creación, existen Viṣṇu, los semidioses con poderes de control y los reyes de diferentes planetas. Más, al final, hay irreligión, y luego aparecen el Señor Śiva y los ateos llenos de ira, etc. Todo ello constituye diferentes manifestaciones representativas de la energía del poder supremo, el Señor.
Texto 2.7.40: ¿Quién puede describir por completo el poder de Viṣṇu? Ni siquiera el científico, que pudiera haber contado las partículas de los átomos del universo, puede hacerlo. Debido a que solo fue Él quien en Su forma de Trivikrama movió Su pierna sin esfuerzo alguno más allá del planeta más elevado, Satyaloka, hasta el estado neutral de las tres modalidades de la naturaleza material. Y todos se conmovieron.
Texto 2.7.41: Ni yo ni todos los sabios nacidos antes que tú conocemos por completo a la omnipotente Personalidad de Dios. Por consiguiente, ¿qué pueden conocer acerca de Él otras personas que nacen después de nosotros? Ni siquiera la primera encarnación del Señor, es decir, Śeṣa, ha sido capaz de alcanzar el límite de ese conocimiento, si bien Él está describiendo las cualidades del Señor con mil caras.
Texto 2.7.42: Pero todo aquel que se encuentra específicamente favorecido por el Señor Supremo, la Personalidad de Dios, debido a su inmaculada entrega al servicio del Señor, puede superar el infranqueable océano de la ilusión, y puede comprender al Señor. Mas aquellos que están apegados a este cuerpo, destinado a ser comido al final por perros y chacales, no pueden lograr eso.
Texto 2.7.43-45: ¡Oh, Nārada!, si bien las potencias del Señor son incognoscibles e inconmensurables, aun así, debido a que todos nosotros somos almas rendidas, sabemos cómo Él actúa a través de las potencias de yogamāyā. Y, en forma similar, las potencias del Señor también les son conocidas al todopoderoso Śiva, al gran rey de la familia atea, es decir, a Prahlāda Mahārāja, a Svāyambhuva Manu, a su esposa Śatarūpā, a sus hijos e hijas, como Priyavrata, Uttānapāda, Ākūti, Devahūti, y Prasūti, a Prācīnabarhi, a Ṛbhu, a Aṅga, el padre de Vena, a Mahārāja Dhruva, a Ikṣvāku, a Aila, a Mucukunda, a Mahārāja Janaka, a Gādhi, a Raghu, a Ambarīṣa, a Sagara, a Gaya, a Nāhuṣa, a Māndhātā, a Alarka, a Śatadhanu, a Anu, a Rantideva, a Bhīṣma, a Bali, a Amūrttaraya, a Dilīpa, a Saubhari, a Utaṅka, a Śibi, a Devala, a Pippalāda, a Sārasvata, a Uddhava, a Parāśara, a Bhūriṣeṇa, a Vibhīṣaṇa, a Hanumān, a Śukadeva Gosvāmī, a Arjuna, a Arṣṭiṣeṇa, a Vidura, a Śrutadeva, etc.
Texto 2.7.46: Las almas rendidas que provienen incluso de grupos que llevan vidas pecaminosas, como las mujeres, la clase laboral, los montañeses y los siberianos, o incluso los pájaros y las bestias, pueden también conocer acerca de la ciencia de Dios y librarse de las garras de la energía ilusoria, rindiéndose a los devotos puros del Señor, y siguiendo sus pasos en el servicio devocional.
Texto 2.7.47: Aquello que se experimenta como el Brahman Absoluto está lleno de ilimitada bienaventuranza, sin congoja alguna. Esa es indudablemente la fase suprema del disfrutador supremo, la Personalidad de Dios. Él está eternamente exento de toda perturbación y libre de temor. Él es la conciencia plena en contraste con la materia. Él es la principal causa original de toda causa y efecto, incontaminado y sin diferencias, en quien no hay sacrificio en pos de actividades fruitivas, y en quien no se encuentra la energía ilusoria.
Texto 2.7.48: En un estado trascendental así, no hay necesidad de control artificial de la mente, especulación mental ni meditación, tal como lo realizan los jñānīs y los yogīs. Uno abandona esos procesos, así como el rey celestial, Indra, se abstiene de tomarse la molestia de excavar un pozo.
Texto 2.7.49: La Personalidad de Dios es el amo supremo de todo lo auspicioso, debido a que los resultados de cualesquiera acciones que realiza el ser viviente, bien sea en la existencia material o en la espiritual, son otorgados por el Señor. Por ello, Él es el benefactor último. Toda entidad viviente individual es innaciente, y, por lo tanto, la entidad viviente existe incluso después de la aniquilación del cuerpo hecho de elementos materiales, tal como el aire que se encuentra dentro del cuerpo.
Texto 2.7.50: Mi querido hijo, ahora te he explicado en resumen a la Suprema Personalidad de Dios, quien es el creador de los mundos manifestados. Sin Él, Hari, el Señor, no existe ninguna otra causa de las existencias fenomenales y noúmenales.
Texto 2.7.51: ¡Oh, Nārada!, esta ciencia de Dios, el Śrīmad-Bhāgavatam, me fue hablada en resumen por la Suprema Personalidad de Dios, y fue hablada como la acumulación de Sus diversas potencias. Por favor, expande tú esta ciencia.
Texto 2.7.52: Por favor, describe la ciencia de Dios con determinación y en una forma que le resulte muy posible al ser humano desarrollar el trascendental servicio devocional hacia la Personalidad de Dios Hari, la Superalma de todo ser viviente y la fuente summum bonum de todas las energías.
Texto 2.7.53: Las actividades del Señor en relación con Sus diferentes energías han de ser descritas, apreciadas y oídas de acuerdo con las enseñanzas del Señor Supremo. Si ello se realiza regularmente con devoción y respeto, es seguro que uno se escapará de la energía ilusoria del Señor.