ES/730908 - Clase SB 05.05.01 - Estocolmo

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His Divine Grace A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda



730907SB-Estocolmo, 8 septiembre 1973 - 30:38 minutos



Pradyumna: Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. (Prabhupāda y los devotos repiten) (pausa)

Prabhupāda: Estas enseñanzas de Ṛṣabhadeva son muy, muy importantes (SB 5.5.1). Traten de entenderlas. Nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es una protesta contra la forma de vida de la civilización actual. Los líderes de la sociedad actual quieren que la gente se dedique a trabajar como perros, cerdos y asnos; no entienden cuál es el valor de la vida, cuál es el objetivo de la vida. Que permanezcan siempre embriagados y absortos en la gratificación de los sentidos, y que produzcan más productos para disfrutar de los sentidos.

Esta es la civilización moderna. Todas esas fábricas… He sabido que en este país los agricultores pagan impuestos tan altos que se ven obligados a trabajar en las fábricas. Esta es una política de los líderes del gobierno para ocupar a la gente. Si alguien quiere vivir en paz, ahorrar tiempo para el cultivo de la conciencia de Kṛṣṇa, entonces los líderes de la sociedad o del gobierno no se lo permitirán. Esa es la situación.

Todos ustedes son afortunados, o son tan amables que se han unido a este movimiento a pesar de todos estos obstáculos en este país. No en este, en todo el mundo. Así que no se desanimen. Continúen predicando esta filosofía de conciencia de Kṛṣṇa. Hay mucha gente inocente, no saben qué hacer. Existen cuatro… un predicador debe estar atento. Un predicador tiene que ver cuatro cosas: tiene que ver a Dios, al devoto de Dios, a las personas inocentes y a las personas envidiosas y celosas. El predicador debe tratar con estos cuatro tipos de personas de manera diferente. En lo que a Dios se refiere, debemos tratar de aumentar nuestro amor por Dios. Ese es nuestro deber. ¿Cómo? Ese es arcanā-vidhi, tener siempre mucho cuidado, ofrecer el alimento, levantarse temprano, ofrecer maṅgala-ārātrika, mantener el templo muy limpio, y también ustedes.

Sin ser limpios, sin ser brāhmaṇa—śaucam, śamo damaḥ śaucam... siempre debemos recordar. Cuando vengan al templo, no piensen que: “Aquí hay una imagen de Śrī Caitanya Mahāprabhu o Rādhā-Kṛṣṇa”. No son una imagen. Deben saber que están personalmente presentes. Se darán cuenta de la presencia personal en virtud de la calidad de su servicio devocional. Si la calidad de su servicio devocional no es de primera clase, entonces llevará tiempo darse cuenta de que aquí está Kṛṣṇa personalmente o Śrī Caitanya Mahāprabhu o que están los ācāryas aquí presentes. Es una cuestión de percepción. Cuanto más estrictamente sigan los principios regulativos, canten dieciséis rondas con regularidad, más lo entenderán.

Porque Dios, Kṛṣṇa, es omnipotente. Él puede aceptar su servicio. Él puede bendecirles incluso desde la imagen. Esa es la potencia de Dios. Si creen que esto es como una imagen ordinaria… ye yathā māṁ prapadyante (BG 4.11). Conocen la historia de Sākṣi-gopāla, en el Caitanya-caritāmṛta. El ateo piensa: “Aquí hay una estatua de piedra”. Mientras que el devoto piensa: “Aquí está la Suprema Personalidad de Dios”. Es cuestión de la calidad del progreso. Les puedo contar la historia de que había dos brāhmaṇas, uno joven y otro viejo, que iban a Vṛndāvana. El brāhmaṇa más joven, un hombre joven, sirvió a este anciano en el camino. Es el deber todavía, hoy en la India, si hay algún anciano… es algo que ahora está disminuyendo. Y si hay un joven, el joven siempre está dispuesto a ayudar al anciano. Una vez que el joven y el anciano llegaron a Vṛndāvana, el anciano se sentía muy agradecido… (sonido de martilleo) (al lado) ¿Por qué este ruido?

Devoto: …(inaudible)

Prabhupāda: ¿Eh? Se sentía muy agradecido con el joven, y le dijo: “Mi querido muchacho, me has servido muy bien. Sin tu ayuda, no habría podido llegar. Así que ahora tengo una deuda contigo y quiero recompensarte”.

(al lado) Detengan ese sonido.

Hamsaduta: Diles que dejen de hacer ruido.

Prabhupāda: Y el joven dijo: “Señor, ¿por qué piensas de ese modo? Es mi deber. Tú eres simplemente como mi padre, yo le he ofrecido el servicio que he podido. No tienes que recompensarme”. En realidad, eso no es servicio. Si servimos a alguien con la expectativa de alguna recompensa, eso no es servicio, eso es negocio.

Entonces el anciano dijo: “No, me siento obligado”. Así que le dijo: “Te daré la mano de mi hija menor”. Entonces el joven le dijo: "Señor, no digas eso, porque tú eres una persona rica, yo soy pobre”. Porque en la India, todavía hoy, el padre, los padres, organizan los matrimonios. Y lo que quieren es una posición social equivalente. Si el padre de la muchacha es un hombre rico, tienen que buscar un yerno que también provenga de una familia rica. Si es educado, quiere un yerno que sea educado. Pero aquel joven no tenía mucha educación ni era nada rico. Pero el anciano en cambio era aristócrata, rico y educado —completamente diferente.

Y el joven le dijo: “¿Por qué me haces esta promesa? No sabes que estás hablando ante la Deidad. No debes hablar así, debido a que esto no será posible. Aunque estés de acuerdo, tus hijos, tu esposa no estarán de acuerdo. De modo que no va a funcionar, y estás hablando delante de la Deidad. Debes tener más cuidado”. Pero el anciano insistió: “No, tal vez puedan protestar, pero es mi hija. Te la daré. ¿Quién me va a protestar? Te lo prometo”. Así que el joven le dijo: “Ahora, está en tus manos, pero la promesa la has hecho ante la Deidad. Tenlo en cuenta”.

Cuando regresaron a casa, un día el anciano se presentó ante su esposa y su hijo, y les dijo: “Mi querido hijo, mi querida esposa, esta muchacha debe ser ofrecida a ese joven”. Él vivía en el mismo pueblo. “Pero ¿qué es esto? ¿Cómo le vas a dar la mano de esta hija a un hombre tan pobre? Tampoco es muy educado”. El anciano les dijo: “No, eso no importa. Lo he prometido”. El muchacho, su hijo mayor, dijo: “No, no, no puede ser”. Y la esposa le dijo: “Si le das mi hija a ese muchacho, me suicido”. Quedó confundido. ¿Qué hacer ahora? Estaba pensando y orando a Kṛṣṇa: “Señor, te lo prometí. Por favor, ayúdame para que ella no se suicide y también pueda ofrecerle mi hija a ese muchacho. Tienes que arreglar eso”. Kṛṣṇa tiene que resolver este tipo de deberes tan contradictorios. (risas) Tiene que proteger al ladrón, y al mismo tiempo al hombre en cuya casa se comete el robo. ¿Lo ven? Porque todos están orando: “Señor, que no me roben mis cosas”. Y el ladrón también ora: “Por favor, dame alguna oportunidad para que pueda robar”. (risas) Kṛṣṇa tiene que satisfacerlos a los dos.

Entonces, de ese modo, el joven vio que este anciano prometió ante el Señor Kṛṣṇa, delante de Gopālajī, y ahora no decía nada. Así que un día fue allí, y el hijo del anciano, que era muy político, de categoría atea. Entonces, cuando el padre le dijo: “Se lo he prometido. ¿Cómo voy a negárselo?”. “No, cuando hablemos acerca de esto, simplemente dile: 'No recuerdo lo que dije', eso es todo. Yo me encargo del resto. Entonces me las arreglaré. Yo me encargo”. Entonces, ¿qué puede hacerse?

Aunque él no quería decir aquello, pero tenía que ver por ambos lados. Así que un día el joven se presentó: “Señor, me has prometido esto, ahora no dices nada, no haces nada. ¿Qué tienes en mente?”. Y cuando estaba hablando con el anciano de esa manera, su hijo le dijo: “Tú, sinvergüenza, ¿quieres casarte con mi hija, digo, con mi hermana? ¿Crees estar preparado para eso?”. Y le insultó de mil maneras. Y trajo un palo y le dijo: “Lárgate, porque si no te golpearé”.

Entonces otros hombres del vecindario dijeron: “¿Cuál es el problema?”. El hijo mayor les dijo: “Este hombre, este joven, fue con mi padre a Vṛndāvana. En el camino lo embriagó y le quitó todo su dinero. Y ahora está diciendo de que mi padre le prometió darle la mano de mi hermana. ¿Lo creen? ¿Es eso posible?”. Y todos los hombres del barrio decían: “Sí, es una persona muy rica. ¿Cómo puede ser que a este pobre...? Es posible que le haya robado el dinero”. Entonces el joven contesto: “No, señor. Él lo ha prometido delante... No estoy muy ansioso por casarme con su hija. Pero lo que me llena de ansiedad es que lo prometió ante la Deidad. Entonces, ¿cómo es que ahora puede retirar su promesa? Es una gran ofensa. Él pensaba de ese modo.

Mientras tanto, su hijo salió: “Está bien, si la Deidad es tu testigo, si puedes traer a la Deidad aquí y Él da testimonio: Sí, mi padre lo prometió, entonces también prometo que mi hermana se casará contigo”. Debido a que era un ateo, pensaba que: “La Deidad no va a venir aquí. ¿Cómo puede venir, y desde un lugar tan lejano? Es imposible. Este loco está diciendo que la Deidad es su testigo, pero esto no es posible”. El joven finalmente dijo: “Muy bien, voy a Vṛndāvana a buscar el testigo”.

De modo que regresó ahí y… él sabía que la Deidad es la Suprema Personalidad de Dios en persona. Él no pensaba que Él es una Deidad. Él es la Deidad, pero Él es la Suprema Personalidad de Dios. “Señor, si Tu devoto... Sé que ese anciano es Tu devoto, pero ahora está confundido debido a su hijo y su esposa. Así que tienes que ir conmigo y decir que sí, esta promesa fue hecha ante Ti, y actuar de testigo”. Gopālajī le dijo: “¿Cómo voy a ir? ¿Crees que una Deidad de mármol puede ir a alguna parte?”. Y él que era devoto, le contestó: “Sí, una Deidad de mármol, si puedes hablar, también puedes caminar”. Entonces ya no supo que contestar. (risas) Kṛṣṇa fue vencido, por lógica. Sí. “Señor, si puedes hablar, también puedes caminar. Así que tienes que ir”. “Está bien. Entonces iré contigo, pero no mires hacia atrás. Iré, ten la seguridad. Y tú escucharás el tintineo de Mi campanilla tobillera, para que sepas que voy detrás de ti. Tu ofréceme cada día en el camino un kilo de arroz y Yo voy contigo”.

Cuando la Deidad llegó a casi, digamos, un kilómetro de distancia del pueblo, el tintineo de las campanitas tobilleras no se escuchaba. Así que el joven estaba muy ansioso: “¿No ha venido?”. Miró hacia atrás y vio que la Deidad estaba allí. Así que dijo: “Señor…”. Pero la Deidad dijo: “Ahora no seguiré adelante porque te dije que no miraras hacia atrás, y ahora has mirado hacia atrás. Estoy aquí, por supuesto, pero no puedo seguir”. Así que informó en la aldea que: “Mi testigo Gopālajī ha venido. Vengan aquí”. Toda la gente del pueblo inmediatamente fue allí y vio a la gran Deidad, que Gopālajī está allí. Comprendían que no era posible llevar esta Deidad desde una distancia tan lejana. Él lo ha traído. Fueron cientos de… por lo menos miles de kilómetros. Así que aceptaron: “Sí, la Deidad ha venido", y se realizó el matrimonio. Entonces el rey del país construyo un templo. Luego, el mahārāja, el rey de Jagannātha Purī, conquistó ese país y era un devoto. Él se llevó la Deidad. Esa Deidad está todavía allí cerca de Jagannātha Purī. Es conocida con el nombre de Sākṣi-gopāla, el testigo Gopāla. Todavía hoy la gente va a verla.

Los hombres de la clase atea siempre pensarán que la Deidad es un muñeco, piensan: “Esta gente son locos, están adorando un muñeco”. Pero no el devoto. Para el devoto, la Deidad está dispuesta para hablar y ofrecer Sus bendiciones. Y por lo tanto, debemos considerar la imagen o la Deidad no como tal, sino… pero esto es algo muy razonable, porque en el Bhagavad-gītā vemos que Kṛṣṇa dice que:

bhūmir āpo 'nalo vāyuḥ
khaṁ mano buddhir eva ca...
bhinnā prakṛtir aṣṭadhā
(BG 7.4)

“Es Mi energía. Mi energía. La tierra, el agua, el aire, el fuego, el cielo, la mente, la inteligencia, son Mis energías separadas”. Son emanaciones de Kṛṣṇa. Cualquiera de ellos la tierra, el agua, el fuego, el aire, cualquier cosa, vienen de Kṛṣṇa. Así que no son diferentes. La energía y el energético no son diferentes: son idénticas. Y Kṛṣṇa, siendo omnipotente, puede hacerlo todo mediante Su energía. Eso es lo que significa omnipotente. Incluso en asuntos ordinarios también. Es como si un hombre tiene suficiente dinero. Ese dinero es energía del hombre, lo entendemos. Y con ese dinero puede hacer tantas cosas. Aunque el dinero está en el banco y él está en su casa, por su orden, se pueden hacer tantas cosas. Puede montar una gran fábrica, un negocio, de todo, aunque esté en el hogar. Es muy fácil de entender. Porque ahí está la energía. Del mismo modo, Kṛṣṇa puede estar muy lejos de aquí… de nosotros, incluso si lo pensamos así… Kṛṣṇa no está lejos. Kṛṣṇa está en nuestro corazón. Pero incluso si pensamos que Kṛṣṇa está viviendo en Goloka Vṛndāvana, que está infinitamente lejos de aquí…

Porque este universo, no se puede calcular sus dimensiones. Pueden ver el borde del universo, el cielo redondo, pero nadie puede llegar allí. No hay medio para hacerlo. Los científicos calculan que tardaría cuarenta mil años luz en llegar allí. Y están muy orgullosos de la ciencia material. Ven el Sol, ven la Luna, pero no pueden ir allí. No se puede ir allí. Hay tantos planetas que vemos por la noche. Y son realmente planetas como este planeta. Pero, ¿quién puede ir allí? Son tan limitados. ¿Cómo van a ir entonces al planeta donde vive Kṛṣṇa, a Goloka Vṛndāvana?

Ni siquiera pueden alcanzar estos planetas materiales, qué decir de los planetas espirituales. Los planetas espirituales significan cruzar este muro, el cielo, siete capas de muro: tierra, agua, etc. Y cada capa es diez veces más gruesa que la anterior. Así está construido el universo. Tienen que penetrar a través de estas capas. Entonces llegarán al cielo espiritual. Y en el cielo espiritual, hay millones de planetas, planetas Vaikuṇṭha. Y el más elevado es Goloka Vṛndāvana. Así que imagínense lo lejos que está la morada de Kṛṣṇa. Por eso, en el Brahma-saṁhitā se afirma:

panthās tu koṭi-śata-vatsara-sampragamyo
vāyor athāpi manaso muni-puṅgavānām
so 'pyasti yat prapada-sīmny avicintya-tattve
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi
(Bs. 5.34)

Ahora tienen aviones. Está bien. Pero con ellos no pueden alcanzar ni siquiera los planetas materiales. Y si quieren ir a los planetas espirituales, entonces pueden hacer un avión que tenga la velocidad de la mente, o a la velocidad del aire. Los físicos saben cuál es la velocidad del aire, cuál es la velocidad de la luz. Pero por encima de esta velocidad, la velocidad de la mente. Los que son físicos, saben lo rápido que es el aire y la luz. Pero la mente es aún más veloz. Tienen esa experiencia. Ahora están sentados aquí. Pero inmediatamente, en un segundo, pueden ir a América, EE. UU., India. Inmediatamente puedes ir a su casa, pueden ver cosas, con la mente, por supuesto; la velocidad de la mente. El Brahma-saṁhitā dice que incluso si pueden fabricar un avión que tenga la velocidad de la mente, que viaje a la velocidad del aire —panthās tu koṭi-śata-vatsara-sampragamyaḥ— y si con esa velocidad continúan durante muchos millones de años, aun así no encontraran dónde está Goloka Vṛndāvana. Aun así, no lo encontrarán. Panthās tu koṭi-śata-vatsara-sampragamyo vāyor athāpi manaso muni-puṅgavānām (Bs. 5.34).

No es que los ācāryas anteriores y otros no supieran qué es un avión, qué es la velocidad, cómo correr. No piensen neciamente, como si lo hubieran fabricado. No es nada, no es de tercera, ni siquiera de cuarta clase, de décima clase. Había unos aviones tan buenos. Ahora, aquí tienen esta sugerencia de que pueden fabricar un avión que viaje a la velocidad de la mente. Es una sugerencia: háganlo. Pueden fabricar un avión que viaje a la velocidad del aire. Ellos piensan que, a la velocidad de la luz, si podemos fabricar un avión, aun así, tomará cuarenta mil años llegar al planeta más elevado. Lo están planteando, si es posible.

Pero por lo que podemos ver, quienes trabajan con tornillos y tuercas, ¿cómo van a fabricar cosas de ese estilo con ese cerebro tan obtuso? No es posible. Se necesita otro tipo de cerebro. Los yogīs pueden ir. Los yogīs sí pueden ir. Como Durvasa Muni, fue a Vaikuṇṭhaloka, y vio personalmente al Señor Viṣṇu en Vaikuṇṭhaloka, él fue a pedirle perdón, porque Su disco estaba detrás de él para matarlo, porque había insultado a un vaiṣṇava. Esa es otra historia. Entonces, de ese modo, en realidad la vida humana está destinada a ese propósito, entender a Dios y Sus potencias y para revivir nuestra propia relación con Él. Esa es nuestra principal ocupación. Pero por desgracia, ellos se ocupan en fábricas, en otros trabajos, en trabajar como cerdos y perros, y de ese modo desperdician toda su energía. No solo la pierden, sino que su carácter… ellos trabajan tanto, que después de trabajar tan duro tienen que beber, tienen que emborracharse. Luego, después de beber licor, tienen que comer carne. Después de esa mezcla, necesitan relación sexual. Y de ese modo se mantienen en la oscuridad.

Y aquí, en estos versos, Ṛṣabhadeva, está dando una advertencia. Es una advertencia que Él dirige a Sus hijos, pero nosotros podemos aprender la lección. Él dice: nāyaṁ deho deha-bhājāṁ nṛloke kaṣṭān kāmān arhate viḍ-bhujāṁ ye (SB 5.5.1). Kāmān significa las necesidades de la vida. Pueden obtener muy fácilmente lo que necesitan para vivir. Labrando el campo obtienen cereales. Y si hay vacas, obtienen leche. Eso es todo. Eso es suficiente. Pero los líderes hacen sus propios planes de que, si la gente está satisfecha con sus labores agrícolas, con tener unos pocos granos y un poco de leche, ¿quién va entonces a trabajar en las fábricas? Por eso, imponen tantos impuestos para que no puedan vivir ni siquiera una vida simple: esa es la situación. Incluso si lo desean, los líderes modernos no se lo permitirán. Los obligarán a trabajar como perros, cerdos y asnos. Esa es la situación.

Pero, aun así, tenemos que abstenernos de esos trabajos arduos e innecesarios. Puede ser que el gobierno tome medidas contra mí porque estoy hablando algo revolucionario. (risas) Sí. Pero así son las cosas. ¿Por qué tienen que trabajar? Dios ha dispuesto todo para que las aves, las bestias, los animales, las hormigas, tengan sus provisiones y si yo soy un devoto de Dios, ¿Él no me dará a mi alimento? ¿Qué he hecho yo de malo? Así que no se agiten en ese sentido. Tendrán todo lo que necesiten para vivir, pero deben permanecer bien firmes en su determinación consiente de Kṛṣṇa. No se dejen agitar por esa creencia insensata.

Muchas gracias.

Devotos: Jaya. Todas las glorias a Śrīla Prabhupāda. (fin)