ES/SB 1.12.2
TEXTO 2
- tasya janma mahā-buddheḥ
- karmāṇi ca mahātmanaḥ
- nidhanaṁ ca yathaivāsīt
- sa pretya gatavān yathā
PALABRA POR PALABRA
tasya—su (de Mahārāja Parīkṣit); janma—nacimiento; mahā-buddheḥ—de gran inteligencia; karmāṇi—actividades; ca—también; mahā-ātmanaḥ—del gran devoto; nidhanam—muerte; ca—también; yathā—tal como fue; eva—por supuesto; āsīt—ocurrió; saḥ—él; pretya—destino después de morir; gatavān—alcanzó; yathā—tal como fue.
TRADUCCIÓN
¿Cómo nació en ese vientre el gran emperador Parīkṣit, quien era un devoto notable y sumamente inteligente? ¿Cómo ocurrió su muerte, y qué logró después de ella?
SIGNIFICADO
El rey de Hastināpura (ahora Delhi) solía ser el emperador del mundo, al menos hasta la época del hijo de emperador Parīkṣit. El Señor protegió a Mahārāja Parīkṣit en el vientre de su madre, a fin de que se salvara con toda certeza de una muerte prematura provocada por la mala voluntad del hijo de un brāhmaṇa. Como la era de Kali comenzó a actuar justo después de la subida al poder de Mahārāja Parīkṣit, el primer signo de mal augurio se exhibió en la maldición de que fuera objeto un rey tan extraordinariamente inteligente y consagrado como él. El rey es el protector de los ciudadanos desamparados, y el bienestar, la paz y la prosperidad de estos dependen de él. Desgraciadamente, por instigación de la caída era de Kali, se utilizó al desafortunado hijo de un brāhmaṇa para condenar al inocente Mahārāja Parīkṣit, y, por ello, el rey se tuvo que preparar para la muerte en un plazo de siete días. Mahārāja Parīkṣit es especialmente famoso como aquel a quien Viṣṇu protege, y al ser maldecido por el hijo de un brāhmaṇa, pudo haber invocado la misericordia del Señor para que lo salvara, pero no quiso hacerlo, porque era un devoto puro. Un devoto puro nunca le pide al Señor ningún favor indebido. Mahārāja Parīkṣit sabía, así como también lo sabían todos los demás, que la maldición de la que el hijo del brāhmaṇa lo hizo objeto no se justificaba; pero él no quiso contrarrestarla, porque también sabía que la era de Kali había comenzado, y que con ella había comenzado la degradación de la muy talentosa comunidad brāhmaṇa, el primer síntoma de la era. Él no quiso interferir con la corriente del tiempo, sino que, más bien, se preparó para recibir la muerte de una manera muy alegre y adecuada. Por lo afortunado que era, obtuvo al menos siete días para prepararse y enfrentarse a la muerte, y, en consecuencia, utilizó el tiempo debidamente en compañía de Śukadeva Gosvāmī, el gran santo y devoto del Señor.