ES/SB 8.23.8
TEXTO 8
- citraṁ tavehitam aho 'mita-yogamā-
- yālīlā-visṛṣṭa-bhuvanasya viśāradasya
- sarvātmanaḥ samadṛśo 'viṣamaḥ svabhāvo
- bhakta-priyo yad asi kalpataru-svabhāvaḥ
PALABRA POR PALABRA
citram—muy maravillosas; tava īhitam—todas Tus actividades; aho—¡ay!; amita—ilimitada; yogamāyā—de Tu potencia espiritual; līlā—por los pasatiempos; visṛṣṭabhuvanasya—de Tu Señoría, por quien han sido creados todos los universos; viśāradasya—de Tu Señoría, que eres experto en todo; sarva-ātmanaḥ—de Tu Señoría, que todo lo penetras; sama-dṛśaḥ—y que eres ecuánime con todos; aviṣamaḥ—sin diferencias; svabhāvaḥ—que Te caracteriza; bhakta-priyaḥ—cuando las circunstancias lo requieren, favoreces a Tus devotos; yat—puesto que; asi—Tú eres; kalpatarusvabhāvaḥ—con la característica del árbol de deseos.
TRADUCCIÓN
¡Oh, mi Señor!, Tus pasatiempos son la maravillosa obra de Tu inconcebible energía espiritual, con cuyo reflejo desvirtuado, la energía material, has creado todos los universos. Tú, como Superalma de todas las entidades vivientes, eres consciente de todo, y debido a ello también eres ecuánime con todos. No obstante, favoreces a Tus devotos. Pero no se trata de favoritismo, pues Te caracterizas por ser como un árbol de deseos, que da de todo conforme a las aspiraciones de la persona.
SIGNIFICADO
El Señor dice en el Bhagavad-gītā (9.29):
- samo 'haṁ sarva-bhūteṣu
- na me dveṣyo 'sti na priyaḥ
- ye bhajanti tu māṁ bhaktyā
- mayi te teṣu cāpy aham
«Yo no envidio a nadie ni tengo preferencia por nadie. Soy ecuánime con todos. Pero
aquel que Me ofrece servicio con devoción es un amigo y está en Mí, y Yo también soy un
amigo para él». Ciertamente, la Suprema Personalidad de Dios es ecuánime con todas
las entidades vivientes, pero el devoto que se entrega por completo a los pies de loto del
Señor es distinto del no devoto. En otras palabras, todos podemos refugiarnos en los pies
de loto del Señor y disfrutar por igual de las bendiciones del Señor, pero los no devotos no
lo hacen, de modo que sufren las consecuencias creadas por la energía material. Podremos
entenderlo mejor con un sencillo ejemplo. El rey, o el gobierno, son ecuánimes con todos
los ciudadanos. Por esa razón, si a un ciudadano apto para recibir favores especiales del
gobierno, le es ofrecido ese trato de favor, eso no significa que el gobierno sea parcial. El
que sabe cómo obtener favores de la autoridad, se beneficia de ellos, pero el que no sabe,
no les presta atención y no se beneficia. Hay dos clases de hombres: los semidioses y los
demonios. Los semidioses son perfectamente conscientes de la posición del Señor Supremo,
y por ello Le obedecen; pero los demonios optan por desafiar Su autoridad, aun en caso
de tener conocimiento de la supremacía del Señor. Así pues, el Señor hace diferencias
conforme a la mentalidad del ser vivo, pero, por lo demás, es ecuánime con todos. Como
un árbol de deseos, el Señor satisface los deseos de quien se refugia en Él, pero quien no
acepta ese refugio no es como un alma entregada. El Señor favorece a quien se refugia en
Sus pies de loto, sin considerar si se trata de un demonio o de un semidiós.