ES/SB 8.6 El resumen

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Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo nos explica que el Señor, tras escuchar las oraciones de los semidioses, Se apareció ante ellos. Siguiendo el consejo de la Suprema Personalidad de Dios, los semidioses pactaron una tregua con los demonios a fin de batir el mar y obtener néctar.

En el capítulo anterior, los semidioses ofrecieron oraciones al Señor, Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu. El Señor, sintiéndose complacido, apareció ante ellos; los semidioses quedaron prácticamente cegados por la refulgencia trascendental de Su cuerpo, cuyos miembros no podían inicialmente distinguir. Sin embargo, pasado un tiempo, Brahmā pudo ver al Señor, y él y el Señor Śiva Le ofrecieron oraciones.

El Señor Brahmā dijo: «La Suprema Personalidad de Dios, que está más allá del nacimiento y la muerte, es eterno. Él no tiene cualidades materiales. Aun así, es un océano ilimitado de cualidades auspiciosas. Él es más sutil que lo más sutil; es invisible, y Su forma es inconcebible. Él recibe la adoración de todos los semidioses. Dentro de Su forma existen infinidad de universos; por lo tanto, ni el tiempo, ni el espacio, ni las circunstancias Le separan nunca de esos universos. Él es el líder y es el pradhāna. Aunque es el comienzo, el punto medio y el final de la creación material, el concepto panteísta de los filósofos māyāvādīs no es válido. La Suprema Personalidad de Dios domina toda la manifestación material a través de Su agente subordinado, la energía externa. Debido a Su inconcebible posición trascendental, Él es siempre el amo de la energía material. En Sus diversas formas, la Suprema Personalidad de Dios está siempre presente incluso dentro del mundo material, pero las cualidades materiales no pueden entrar en contacto con Él. Solo a través de Sus instrucciones, como se ofrecen en el Bhagavad-gītā, se puede entender Su posición». Como se afirma en el Bhagavad-gītā (10.10): dadāmi buddhi-yogaṁ tam. Buddhi-yoga significa bhakti-yoga. Solo mediante el proceso de bhakti-yoga se puede comprender al Señor Supremo.

Después de escuchar las oraciones del Señor Śiva y el Señor Brahmā, la Suprema Personalidad de Dios, complacido, dio a los semidioses las instrucciones adecuadas. La Suprema Personalidad de Dios, que recibe el nombre de Ajita, «el inconquistable», aconsejó a los semidioses que hicieran una propuesta de paz a los demonios, de manera que, tras proclamar una tregua, se uniesen para batir el océano de leche. La cuerda sería la mayor de las serpientes, Vāsuki, y el palo de batir sería la montaña Mandara. Al batir también se produciría veneno, pero el Señor Śiva se lo tragaría, de modo que no había razón para temer. Al batir el océano iban a obtenerse muchas otras cosas atrayentes, pero el Señor advirtió a los semidioses de que no se dejasen cautivar por ellas. Tampoco debían irritarse si surgían contratiempos. Tras dar esos consejos a los semidioses, el Señor desapareció.

Conforme a las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios, los semidioses pactaron la paz con Mahārāja Bali, el rey de los demonios, y, juntos, partieron hacia el océano, llevando consigo la montaña Mandara. Pero la montaña era tan pesada que los semidioses y los demonios se fatigaron; de hecho, algunos cayeron muertos. La Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, apareció entonces a lomos de Garuḍa, Su ave portadora, y por Su misericordia les devolvió la vida. Levantando la montaña con una de Sus manos, la posó en la espalda de Garuḍa y Se sentó sobre ella. Garuḍa Le llevó entonces al lugar elegido para batir y depositó la montaña en medio del océano. A continuación, el Señor pidió a Garuḍa que se marchase, pues, mientras estuviese allí, Vāsuki no se atrevería a acercarse.