ES/581100 - Carta a Hermano escrita desde Jhansi

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A. C. Bhaktivedanta



Mi querido hermano,

Por favor excúseme si le ofendo al llamarle mi querido hermano. En realidad usted es mi hermano, y en cuanto me conozca seguramente que se sentirá complacido de que le llame de esta forma.

Es usted mi hermano en relación con nuestro Padre común y Eterno, la Todopoderosa Personalidad de Dios, Sri Krishna, el revelador Autor del gran libro de filosofía “El Bhagavad-gita”. Y yo sé, por este libro de conocimiento trascendental, que usted y todas las demás entidades vivientes, en cualquier forma en que ellas se encuentren, son todos mis hermanos.

No obstante, sé que otros hermanos menos inteligentes, quienes se encuentran ahora en el reino animal, no podrán reconocerme incluso si me dirijo a ellos como queridos hermanos, debido a que ellos se encuentran demasiado envueltos en la consciencia material. Pero como es usted un ser humano, y como ha desarrollado la consciencia de ser humano, yo me he aventurado a aproximarme y dirigirme a usted directamente como “Mi querido hermano”. Por favor no confunda mi esfuerzo.

Quizá usted sea, aunque yo no lo creo así, uno de esos otros hermanos que cree que no existe una Persona como Dios, nuestro Padre Eterno. Pero si usted sí cree eso, permítame decirle que está equivocado. Tal convicción se debe bien a que ha sido confundido por otro hermano que está equivocado o bien a que ha fallado usted en establecer una comunión con nuestro Padre Eterno. Por lo tanto, usted no tiene una consciencia correcta si no cree en Él.

Yo estoy preparado para convencerle a usted en todo sentido de que nuestro Padre Eterno existe, y de que Él quiere que nosotros regresemos a nuestro hogar permanente. Si usted argumenta que dicho Dios Padre no existe en absoluto, yo seguiré preparado para argumentarle a usted de manera totalmente seria. En este caso tenga la gentileza de hacerme saber sus puntos de vista definitivos y relevantes, para que de esa manera yo trate de contestar a estos puntos uno por uno. Y si usted desea argumentarme a mí, entonces mi única petición para usted será que tales argumentos sean siempre muy sinceros y serios. Una vez que uno es convencido en esta forma, entonces debe estar preparado para actuar de manera congruente con ello.

Quizá usted argumente que sí efectivamente hay un Dios, debemos dejarlo vivir pacíficamente y a Su placer en cualquier lugar en que Él quiera hacerlo y que nosotros no tenemos nada en absoluto que ver con Él. En ese caso yo debo decirle que usted tiene mucho que hacer con relación a Él, para restablecer la relación eterna que tiene con Él, ahora olvidada.

Suponga que usted es el hijo de un hombre rico y que ha dejado su casa, olvidando las propiedades de su padre, el hogar y la felicidad. Y si alguien le da a usted información acerca de las propiedades de su padre y de la inmensa fortuna que puede usted heredar al reclamar su derecho por nacimiento, ¿desatendería usted a este amigo? Estoy seguro de que no. Yo le puedo dar a usted tal información importante.

Yo le aseguro que la forma en que se encuentran actualmente sus asuntos no le hace feliz. Quizá se encuentre usted en posesión de la así llamada acumulación de riqueza material, salud o felicidad, pero aun así continúa usted sintiendo alguna insuficiencia y frustración, y por lo tanto usted no es tan feliz como podría serlo. Si usted no se siente así, entonces usted debe ser o bien un hombre anormal, o un santo liberado o encontrarse en la más burda ignorancia de un bajo nivel de consciencia. Si se siente usted anormalmente feliz, debo hacerle a usted las siguientes sencillas preguntas. Que son las que siguen a continuación:

1) ¿Le gustaría morir?

2) ¿Le gustaría volver a nacer?

3) ¿Le gustaría ser un hombre viejo?

4) ¿Le gustaría ser un hombre enfermo?

Estoy seguro de que las respuestas a todas estas preguntas sería sólo una palabra: “No”. Si usted piensa que es feliz, entonces, ¿ha resuelto los problemas mencionados arriba de alguna manera? ¿Los vastos recursos de conocimiento material que tiene usted le ayudarán a resolver estos aparentemente comunes, pero muy grandes problemas? ¿Piensa usted que podrá resolver los problemas mencionados arriba en algún peróodo de tiempo? Si dice usted eso, entonces yo debo decirle de nuevo que se encuentra usted en una condición anormal.

No se convierta pues en un loco por una falsa convicción. No siga ignorando sus problemas. Conviértase en un hombre con una consciencia plenamente desarrollada y reconozca que usted nunca ha sido feliz en el verdadero sentido de la palabra y que su ideal de felicidad no se ha cumplido jamás.

La manera en la que usted está buscando ser feliz, o tratando de hacer a otros felices a través de su ideología manufacturada es llamada “Maya”, o ilusión. Por esta manera de hacerse feliz a usted y a otros, usted simplemente ha obtenido el crédito por la creación de muchos disturbios y enredos para todos los involucrados. Esto está registrado en la historia del mundo material. Los imperios van y vienen, pero los problemas de la vida siguen siendo los mismos. Por lo tanto, pacientemente y con la cabeza fría pregúntese a sí mismo si es usted verdaderamente feliz.

La felicidad que usted ansía es posible de obtener tan pronto como aprenda a ser introspectivo y mire dentro de sí. Usted es amigo y enemigo de sí mismo. Usted puede elevarse a sí mismo por su propio esfuerzo, y también puede descender con ese mismo esfuerzo. Se trata simplemente de saber la dirección y el camino. Por lo tanto le pido que por favor se ponga en contacto con nosotros, y nosotros le enseñaremos a elevar su ser a la felicidad normal. Esto no es un sueño, ni una mentira. Usted debe aprender por sí mismo como progresar en este sendero, y nuestro único deber es ayudarle. Piense que eventualmente puede ser usted un miembro de la Liga de Devotos, le estoy enviando adjunta una copia del Folleto, y espero muy sinceramente que se convierta usted en un miembro activo de esta gran institución. Con pago o sin pago puede usted convertirse en miembro sin ninguna obligación y la Liga siempre le dará la bienvenida, aceptándole a usted como al niño Divino.

Le saluda atentamente

A nombre de la Liga de Devotos

Abhay Charanaravinda Bhaktivedanta

Secretario

[escrito a mano]