ES/680315 - Clase SB 07.06.01 - San Francisco


His Divine Grace A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda


680315SB-San Francisco, 15 marzo 1968 - 21:24 minutos



Prabhupāda: ¿Yamunā?

Yamunā: ¿Swāmījī?

Prabhupāda: No está funcionando, creo. (pausa)

ajñāna-timirāndhasya
jñānāñjana-śalākayā
cakṣur-unmīlitaṁ yena
tasmai śrī-gurave namaḥ


śrī-caitanya mano-'bhīṣṭaṁ
sthāpitaṁ yena bhū-tale
svayaṁ rūpaḥ kadā mahyaṁ
dadāti sva-padāntikam


vande 'haṁ śrī-guroḥ śrī-yuta-pada-kamalaṁ śrī-gurūn vaiṣṇavāṁś ca
śrī-rūpaṁ sāgrajātaṁ saha-gaṇa-raghunāthānvitaṁ taṁ sa-jīvam
sādvaitaṁ sāvadhūtaṁ parijana-sahitaṁ kṛṣṇa-caitanya-devaṁ
śrī-rādhā-kṛṣṇa-pādān saha-gaṇa-lalitā-śrī-viśākhānvitāṁś ca


No funciona correctamente.

Yamunā: No, Swāmījī. No quiero arreglarlo. He estado… (pausa)

Prabhupāda: Hemos estado hablando de las instrucciones de Prahlāda Mahārāja a sus compañeros de clase. Afortunadamente, tenemos este niño pequeño. Entonces es muy interesante. Prahlāda Mahārāja solo tenía cinco años y predicaba el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Todos los niños, y el propio Prahlāda Mahārāja, pertenecían a la clase atea, eran muy materialistas.

No conocían nada más allá del disfrute de los sentidos. Eso era todo. Todos los padres de los estudiantes, compañeros de clase de Prahlāda Mahārāja, todos pertenecían a la clase de los ateos. En lengua sánscrita, al ateo se le llama asura, asiriyan. Y las personas que son conscientes de Dios, se les llama suras o āryans. Estos niños pertenecían a la familia de los asirianos o asuras.

Afortunadamente, Prahlāda Mahārāja, aunque nació de un padre completamente ateo, por la gracia de Kṛṣṇa y por la gracia de su madre, llego a ser un gran devoto. Desde su misma infancia, desde su nacimiento, era un devoto. Cómo llegó a ser un devoto de esa magnitud, se explicará en capítulos posteriores. Ya llegaremos a eso.

Él estaba predicando en la escuela entre sus compañeros de clase, predicaba para que se volvieran conscientes de Kṛṣṇa. Él les predicaba. A la hora del recreo, tan pronto como los profesores salían, el aprovechaba la oportunidad y se subía al pupitre y comenzaba a crear agitación entre sus amigos: “Mis queridos amigos”, kaumāra ācaret prājñā (SB 7.6.1), “debemos volvernos conscientes de Kṛṣṇa desde la misma infancia. No esperen a la vejez”. La gente suele pensar: “Cuando seamos viejos, nos ocuparemos de volvernos conscientes de Kṛṣṇa o conscientes de Dios o de ir a la iglesia o al templo. Ahora, vamos a disfrutar de la vida”.

Prahlāda Mahārāja dice: “No”. Kaumāra ācaret prājñā. Prājñā significa inteligente. Inteligentes significa que no pierden el tiempo. El tiempo es algo muy valioso. Ustedes que son gente estadounidense, saben muy bien cómo utilizar el tiempo. Que el tiempo es muy valioso se acepta también en la civilización védica.

Hay un verso muy bueno en el Cāṇakya śloka, sonde se dice hasta qué punto se consideraba el valor del tiempo. Este verso lo conocen. Cāṇakya Paṇḍita dice… Cāṇakya Paṇḍita era un gran político. En sus tiempos era primer ministro del emperador de la India. Entonces él dice: āyuṣaḥ kṣaṇa eko 'pi na labhya svarṇa-koṭibhiḥ (Cāṇakya-śloka 34). En este verso él dice que: “Un momento de la duración de nuestra vida...”. Habla de un momento. No habla de horas o de días, sino de momentos. Consideraba el tiempo en base a los momentos.

Como hoy, 15 de marzo de 1968, ahora son las siete y media o las siete y treinta y cinco. Ahora este 1968, las siete treinta y cinco se fueron. Tan pronto como sea las siete y treinta y seis, no pueden recuperar ese 15 de marzo de 1968, a las siete y treinta y cinco de la tarde, nunca, incluso si pagan millones de dólares: “Por favor, vuelve de nuevo”. No. Se acabó. De modo que Cāṇakya Paṇḍita dice: “El tiempo es tan valioso que si pagaras millones de monedas de oro, no podrías recuperar ni siquiera un instante”.

Lo que se ha ido ya, se ha ido y no volverá. Na cen nirarthakaṁ nītiḥ: “Si tú desperdicias en nada este tiempo tan valioso, sin ningún beneficio”, ca na hānis tato 'dhikā (Cāṇakya Paṇḍita), “imagina cuánto estás perdiendo, que gran perdedor eres”. Están perdiendo algo que no pueden recuperar ni siquiera pagando millones de dólares, si lo pierden por nada, cuánto están perdiendo, imaginen.

Entonces, lo mismo, Prahlāda Mahārāja dice dharmān bhāgavatan, volverse consciente de Kṛṣṇa o consciente de Dios, es tan importante que no debemos perder ni un instante. Debemos comenzar inmediatamente. ¿Por qué? Durlabhaṁ mānuṣaṁ janma. Mānuṣaṁ janma (SB 7.6.1).

Porque este cuerpo de forma humana es muy difícil de conseguir. Se obtiene solo después de muchísimas vidas. La civilización moderna no entiende cuál es el valor de esta forma de vida humana. Ellos piensan que el cuerpo es para disfrutar de los sentidos como los perros y los gatos. También los perros y los gatos disfrutan de la vida conforme a cuatro principios: comer, dormir, defenderse y aparearse.

Pero la forma de vida humana no es para desperdiciarla como los perros y los gatos. La forma de vida humana está destinada a otra cosa. Y esta “otra cosa” es ser consciente de Kṛṣṇa o consciente de Dios, porque aparte de la forma de vida humana, ningún otro cuerpo puede entender qué es Dios, qué es este mundo, qué soy, de dónde vengo, adónde voy. Estas son cosas específicamente para la vida humana.

Por eso él dice: “Desde la misma infancia...”. De hecho, esto es esencial. Desde la infancia, en las escuelas, en las universidades, se debe introducir este bhāgavata-dharma, o la ocupación del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Eso es necesario, solo que ellos no lo entienden. Ellos piensan que esta breve vida lo es todo, y este cuerpo lo es todo, y que no existe otra vida. No creen en la próxima vida, no lo creen. Todo esto se debe a la ignorancia. La vida es eterna, y este período de vida es una preparación para la siguiente vida.

Prahlāda Mahārāja dice durlabhaṁ. Durlabhaṁ significa que rara vez se obtiene. Nuestros antropólogos modernos también lo admiten, que después de muchas evoluciones de diferentes especies de vida, se obtiene esta forma humana de vida. Pero no saben para qué sirve. Eso se responde aquí, en este verso lo dice Prahlāda Mahārāja. Tenemos que pasar muchos millones de especies de vida.

Hay 900.000 especies de vida acuáticas. Hay un millón de especies de vida… Jalajā nava-lakṣāni sthāvarā lakṣa-viṁśati (Padma Purāṇa). Sthāvarā significa árboles y plantas. Son 2.000.000 de especies de vida. Y jalajā nava-lakṣāni sthāvarā lakṣa-viṁśati, kṛmayo rudra-saṅkhyakāḥ.

Y gusanos, son 1.100.000 especies de vida. Kṛmayo rudra-saṅkhyakāḥ. Pakṣiṇāṁ daśa-lakṣaṇam. Y las aves, son 1.000.000 de especies de vida. Entre los animales de cuatro patas, hay 3.000.000 de especies de vida. Y la forma de vida humana, comenzando desde los menos civilizados hasta la forma de vida civilizada, hay sólo 400.000 especies de vida.

Si consideramos todas las especies de vida, la forma de vida humana es muy pequeña. Solo 400.000 de 8.400.000 especies de vida, la forma de vida humana son sólo 400.000. Y entre ellos, hay muchos incivilizados. A la familia ārya se le considera avanzada, civilizados, por lo tanto, con una conciencia plenamente desarrollada, y, por lo tanto, esta es la oportunidad para comprender el valor de la vida. Así que:

kaumāra ācaret prājño
dharmān bhāgavatān iha
durlabhaṁ mānuṣaṁ janma
tad apy adhruvam arthadam
(SB 7.6.1)

Adhruvam arthadam. Él dice que: “Esta vida es muy valiosa, muy poco frecuente, pero además es temporal”. Además que se obtiene muy rara vez, no es permanente. También es temporal como las vidas de los perros y los gatos, tienen su cuerpo temporal. Pero lo que es significativo o importante en este cuerpo es arthadam. Arthadam significa que en esta vida pueden obtener el máximo beneficio. Arthadam. Artha significa dinero y paramartha significa conciencia espiritual. También eso es artha.

Uno debe dedicarse a ganar dinero, porque el cuerpo requiere necesidades materiales. Eso está bien. Pero la verdadera atención debería ser cómo lograr la conciencia espiritual o conciencia de Kṛṣṇa. Eso es arthadam. Ese es el valor de la vida.

yathā hi puruṣasyeha
viṣṇoḥ pādopasarpaṇam
yad eṣa sarva-bhūtānām
priya ātmeśvaraḥ suhṛt
(SB 7.6.2)

Y ¿en qué consiste esa conciencia espiritual? Puruṣasyeha viṣṇoḥ pādopasarpaṇam. Viṣṇu. Viṣṇu significa el Señor Supremo. El Señor Supremo recibe ese nombre Viṣṇu, omnipresente, la palabra que aquí se emplea, viṣṇoḥ. Viṣṇu significa omnipresente, al mismo tiempo es una persona. La Suprema Personalidad de Dios es una persona y al mismo tiempo es omnipresente.

¿Como es? Conforme a nuestro concepto material no podemos imaginar, pero tenemos una prueba presente. Como el Sol. El Sol está localizado. Pueden verlo todos los días. El globo solar está situado en determinado punto del espacio exterior, pero la luz del Sol es omnipresente. El Sol está presente en todas partes mediante su luz omnipresente.

De manera similar, Viṣṇu, o la Suprema Personalidad de Dios, está en Su morada que se llama Viṣṇuloka, o el reino de Dios, o Kṛṣṇaloka, lo que sea que entiendan. Tiene Su morada particular. Pero al mismo tiempo, por Sus diferentes energías, Él es omnipresente.

Tenemos otro ejemplo de esta omnipresencia de Dios en el Viṣṇu Purāṇa que dice: “Al igual que el fuego está situado en un lugar, pero su luz y su calor se propagan a una gran distancia, del mismo modo, todo lo que veamos dentro de esta manifestación cósmica, es la difusión de la energía de la Suprema Personalidad de Dios”. Prahlāda Mahārāja señala:

yathā hi puruṣasyeha
viṣṇoḥ pādopasarpaṇam
yad eṣa sarva-bhūtānām
priya ātmeśvaraḥ suhṛt
(SB 7.6.2)

¿Por qué debemos ser conscientes de Kṛṣṇa o conscientes de Dios? Porque Él es su amo y señor y su amigo más íntimo, suhṛt. Yathā ātmeśvara. Ātmeśvara significa que nosotros somos el ser individual y Él es el Súper ser original. Como nosotros, ahora mismo, nos gusta este cuerpo, amamos este cuerpo, ¿por qué? Porque el cuerpo es el producto del alma.

Sin alma no hay cuerpo. Es como cuando nace un niño. Si el alma está ahí, el niño crece. Si el niño nace muerto, por mucho que traten de mantener el cuerpo con sustancias químicas, no va a crecer. Eso es lo que significa la presencia del alma. Del mismo modo que el cuerpo crece debido a la presencia del alma, el alma, el alma individual, es parte integral del Señor Supremo.

El Bhagavad-gītā afirma: mamaivāṁśo jīva-bhūtaḥ (BG 15.7): “Todas las entidades vivientes son Mis partes integrales”. Somos partes integrales de Dios. Lo pueden estudiar. Pueden entender cuál es la naturaleza de Dios estudiándose a sí mismos, porque son como una muestra de Dios. Son un Dios pequeño en miniatura. Es como una partícula de oro pequeña, también es oro, del mismo modo, nosotros siendo partes integrales de Dios, tenemos en nosotros todos los elementos, todos los componentes, todos los quím… (cortado) (fin)