ES/690911 - Llegada - Londres
Prabhupāda: …pero no es que me atraigan mucho estas recepciones. Lo que yo quiero saber es cómo la gente recibe este movimiento. Eso es lo que me preocupa.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Señor, cuánto tiempo se va a quedar usted en Inglaterra?
Prabhupāda: Me parece que es la segunda vez que vengo a Inglaterra. La última vez, en 1967, vine de paso para la India y pasé aquí solo dos días antes de irme. Prácticamente, es la primera vez que vengo.
Periodista: Y ¿durante cuánto tiempo esta vez?
Prabhupāda: Eso no lo sé.
Devotos: ¡Hari bol!
Prabhupāda: Tengo aquí muchas madres y muchos padres que me cuidan. Así que mientras ellos me cuiden, puedo quedarme.
Mukunda: Si alguno de ustedes caballeros tienen preguntas, pueden hacérselas a Prabhupāda.
Periodista: ¿Puedo preguntarle si esta es una bienvenida especial que le brindan hoy, o es algo habitual por lo que pasa usted cada día?
Prabhupāda: No, yo allí donde voy tengo mis discípulos. En Occidente tengo cerca de veinte templos, sobre todo en América, EE.UU. y Canadá. Y estos muchachos americanos son muy entusiastas. Pienso…
Devotos: ¡Hari bol!
Prabhupāda: Pienso que en Los Ángeles y San Francisco me han brindado un gran recibimiento. En el festival de Ratha-yātrā me estuvieron siguiendo durante unos diez kilómetros, cerca de diez mil jóvenes.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Qué practica o qué enseña usted, señor?
Prabhupāda: Estoy tratando de enseñar lo que usted ha olvidado.
Devotos: ¡Hari bol! ¡Hare Kṛṣṇa! (risas)
Periodista: Y ¿qué es eso?
Prabhupāda: Eso es Dios. Entre ustedes hay algunos que dicen que Dios no existe, otros dicen que Dios ha muerto y otros dicen que Dios es impersonal o vacío. Todo eso son tonterías. Yo quiero enseñar a todos esos necios que Dios existe. Esa es mi misión. A cualquier necio que se me presente yo le voy a demostrar que Dios existe. Ese es mi movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Es un desafío para los ateos. Dios existe, y del mismo modo que estamos aquí ahora, cara a cara, directamente, también a Dios puede usted verle cara a cara, directamente. Eso se puede hacer si usted es sincero y si es serio. Por desgracia, tratamos de olvidar a Dios y por eso tenemos que soportar tantas miserias en la vida. De modo que lo único que predico es: “Cultive conciencia de Kṛṣṇa y sea feliz. No se deje arrastrar por estas tontas olas de māyā, la ilusión”. Esa es mi petición.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Es este canto esencial para sustentar su fe?
Prabhupāda: Ese canto es el proceso para limpiar el polvo acumulado en el corazón. Nuestra relación con Dios es eterna, no se puede romper. Pero debido al contacto con māyā, tratamos de olvidarle. Pero si cantamos este santo nombre de Dios, Hare Kṛṣṇa, māyā no actuará sobre nosotros. Y rápidamente, entenderemos cuál es nuestra relación con Dios. Ese es el proceso. Ceto-darpaṇa-mārjanam (CC Antya 20.12). Esta expresión sánscrita habla de “limpiar el corazón sucio”. El corazón sucio. El Bhagavad-gītā dice: na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ prapadyante narādhamāḥ (BG 7.15). Aquellos, las personas que son malvadas, los sinvergüenzas, lo más bajo de la humanidad, que se ven privados de todo conocimiento, los ateos, no saben quién es Dios. Mientras que otros, las personas virtuosas, inquisitivas, sabias, ellos tratarán de entender quién es Dios, practicarán. Así que lo que les pido es que traten de entender este movimiento, el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. No es un movimiento falso, no es una superchería. Es un movimiento científico y autorizado. Puede venir ante nosotros cualquier científico, o cualquier filósofo, o cualquier lógico, y se lo demostraremos. Le demostraremos que Dios existe y que tenemos una relación eterna con Dios. De modo que si quieren ser felices, deben seguir al movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. De no ser así, la raza humana está condenada. Harāv abhaktasya kuto mahad-guṇā (SB 5.18.12). Las personas que carecen de conciencia de Dios no tienen ninguna buena cualidad. Aunque a nivel académico puedan ser muy ricos, eso no es una buena cualidad. Manorathena asato dhāvato bahiḥ. Su única cualidad son las invenciones mentales. Invenciones de la mente. Nada más. No tienen otra cualidad. Y todas esas tonterías nosotros las rechazamos. Simplemente, aceptamos a las almas sinceras que quieren dedicar su vida al servicio de Dios. Y no es nada fácil. Estos jóvenes, estos muchachos y muchachas que me siguen son muy elevados. No son jóvenes corrientes. Han emprendido el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. Su cualidad es más elevada que la de cualquier erudito mundano. Es un desafío. Yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ (SB 5.18.12). A todo aquel que haya desarrollado conciencia de Kṛṣṇa, amor por Dios, en esa persona se desarrollarán, surgirán en forma natural, todas las buenas cualidades. Todas las buenas cualidades. Pueden comprobarlo con cualquiera de nuestros estudiantes, ver hasta qué punto son buenos, son avanzados. Comprobarlo, ponerlo a prueba. Pueden traer a cualquier persona de este mundo y compararla con cualquiera de nuestros jóvenes. Y verán cuánta diferencia hay en su carácter, en su sentimiento, en su conciencia. De eso se trata, es lo único. Si quieren una sociedad pacífica, tienen que hacer de la gente personas conscientes de Dios, conscientes de Kṛṣṇa. Eso lo resolverá todo de forma inmediata. De no ser así, sus supuestas Naciones Unidas, no ayudarán.
Periodista: El señor Billy Graham vuelve a la gente consciente de Dios de una manera diferente. ¿Me puede decir lo que piensa de él?
Prabhupāda: Yo no sé quién es ese Billy Graham, yo sigo los principios védicos, el Bhagavad-gītā tal como es. Kṛṣṇa dice: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja (BG 18.66). Dios dice: “Tú abandona toda clase de ocupaciones necias, simplemente entrégate a Mí, y Yo cuidaré de ti y te protegeré”. Esa es nuestra filosofía.
Periodista: ¿Puedo hacerle algunas preguntas acerca de su actitud en general, sobre cosas que nos rodean? Por ejemplo, ¿Qué piensa usted sobre la llegada del hombre a la Luna? (risas)
Prabhupāda: No es más que una pérdida de tiempo. Ya lo he comentado cuando estaba en San Francisco. Es una pregunta que metieron los periodistas allí también. Les he respondido lisa y llanamente que no es más que una pérdida de tiempo y de dinero. Nada más. (risas)
Periodista: ¿Y qué me dice acerca de algo mucho más próximo a nosotros, aquí en este país, donde hay una guerra civil o un trastorno, conflicto civil...?
Prabhupāda: Bueno, la guerra continúa.
Periodista: ¿...entre los cristianos?
Prabhupāda: No, nosotros no somos ni cristianos, ni hindúes, ni musulmanes. Somos sirvientes de Dios. Nada más. Cuando las personas son sirvientes de Dios, no hay conflictos. Los conflictos vienen cuando somos sirvientes de māyā. Cuando somos sirvientes de la ilusión surgen los conflictos. De modo que no importa. Nuestra comprobación es sa vai puṁsāṁ paro dharmo yato bhaktir adhokṣaje (SB 1.2.6). Nosotros consideramos un sistema religioso de primer orden a aquel que te enseña a amar a Dios. Eso es todo. No importa si es la religión cristiana, la religión musulmana, o la religión hindú. Eso lo vemos en la práctica. Si el seguidor de una religión ha aprendido a amar a Dios, entonces su religión es perfecta. De no ser así, es inútil.
Periodista: Pero ¿no piensa usted que vale la pena ir a sitios como Irlanda y tratar de enseñar a la gente allí, de decirle a la gente que deje de hacer la guerra?
Prabhupāda: Eso es lo que estamos diciendo. Porque la religión de primer orden es aquella que enseña a la gente cómo amar a Dios. Trate usted de entenderlo. Es una fórmula muy sencilla.
Periodista: Sí, pero ¿no piensa usted que vale la pena ir allí para tratar de ayudarlos?
Prabhupāda: Eso ya lo veremos. Supongamos que es usted cristiano. Si usted ha desarrollado su sentimiento de amor por Dios, entonces usted es perfecto. Su religión es perfecta. Pero si en lugar de amar a Dios, usted ha cultivado un sentido de amor por los perros, entonces ha perdido usted el tiempo. Así se comprueban las cosas. ¿Quieren hacer alguna pregunta?
Periodista: Creo que la señora quiere que la lleve a alguna parte. (Prabhupāda sonríe)
Periodista (2): Parece que se ha levantado el viento.
Prabhupāda: Está bien.
Periodista: Quisiera saber cuántos años tiene usted.
Prabhupāda: Tengo setenta y cuatro años. Nací en 1896.
Periodista: ¿Dónde?
Prabhupāda: En la India, Calcuta.
Periodista: ¿Está usted casado, señor?
Prabhupāda: Sí, tengo mis hijos, mis nietos, mi esposa. Todos viven, pero yo no estoy en contacto con ellos. Soy un sannyāsī, en la orden de vida de renuncia. Tengo hijos mayores.
Periodista: ¿Usted dice que no tiene ninguna relación con su familia?
Prabhupāda: No.
Periodista: ¿Por qué?
Prabhupāda: Porque he entrado en la orden de sannyāsa. He dedicado mi vida a Kṛṣṇa. Ese es el sistema védico. Que una parte de su vida debe simplemente dedicarla a Dios. Eso se llama sannyāsa.
Periodista: Para hacer esto, ¿ha tenido usted que divorciarse?
Prabhupāda: No. Eso ni se plantea. No sabemos lo que es el divorcio. En nuestro país no hay divorcio, por lo menos en las leyes hindúes. Marido y mujer, una vez juntos, es para toda la vida. Ni hablar de separación, en toda circunstancia. En medio del sufrimiento o la felicidad, no se plantea la separación. Solo ahora los políticos contemplan, han introducido la ley del divorcio. De no ser así, en el Manu-saṁhitā, la escritura hindú, no existe la ley del divorcio.
Periodista: ¿Cuándo renunció usted a su familia?
Prabhupāda: En 1959.
Periodista: Y ¿cómo se las arreglan sin usted?
Prabhupāda: Se las arreglan, mis hijos son adultos y ganan dinero. Mi esposa también, es la hija de un hombre rico. Tiene sus propiedades, no tienen problemas.
Periodista: ¿Ha vuelto usted a verles alguna vez?
Prabhupāda: No, yo no puedo verles. Por lo menos a mi esposa, no puedo verla. Pero si mis hijos o mis hijas vienen a verme, les recibo. Mi esposa, en cambio, no. Eso se ha acabado. Ese es el sistema de sannyāsa. El sannyāsī nunca puede volver a ver a su esposa. Eso es renuncia. Renuncia significa renunciar a la relación con mujeres. O renunciar a la vida sexual. Eso es renuncia.
Periodista: ¿Puede usted venir por aquí, señor?
Prabhupāda: Sí. (cámaras pulsando)
Periodistas: Muchas gracias.
Prabhupāda: Gracias.
Devotos: ¡Todas las glorias a Śrī Śrī Guru y Gaurāṅga! ¡Hari bol! (fin)
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