«Así que es el deber de todo ser humano entender su posición constitucional, su relación con Dios y, entendiendo la relación, actuar en consecuencia, y entonces nuestra vida se vuelve exitosa. Esta forma de vida humana está destinada a ese propósito. Estamos perdiendo el punto. Mientras vivimos, a veces cuestionamos que "No hay Dios," "Yo soy Dios," o alguien dice, "No me importa Dios." Pero en realidad este desafío no nos salvará. Dios está ahí. Podemos ver a Dios en cada momento. Pero si negamos ver a Dios, entonces Dios estará presente ante nosotros como la muerte cruel».
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