ES/730819 - Clase BG 02.13 - Londres
Pradyumna: (conduce el canto del verso) (Prabhupāda y los devotos repiten)
- dehino ’smin yathā dehe
- kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
- tathā dehāntara-prāptir
- dhīras tatra na muhyati
- (BG 2.13)
Traducción: “Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte. A la persona sensata no la confunde ese cambio”.
Prabhupāda: Una cosa tan simple y no la pueden entender. Por eso, en este verso se menciona dhīras tatra na munhyati. Dhīra significa una persona sobria, con la cabeza bien en su sitio. Lo contrario es adhīra, adhīra significa persona de tercera o cuarta clase, los sinvergüenzas, adhīra. Dhīra significa sobrio, la traducción exacta es “caballero”, hombre de bien, dhīra. Los que no son hombres de bien, las personas incultas, sin educación, sinvergüenzas, no pueden entender. Por lo demás, ¿dónde está la dificultad?
Que sencillamente, que fácilmente se explica kaumāraṁ yauvanaṁ jarā. Hay tres etapas, tres fases, kaumāraṁ, hasta los quince años se llama kaumāra. Y a partir de los quince años comienza la vida juvenil hasta los cuarenta. Pasados los cuarenta somos jarā, personas ancianas. Ancianos más o menos al inicio y ancianos después. Digamos que de los cuarenta a los cincuenta comenzamos a envejecer, y pasados los cincuenta somos ancianos. Por eso se aconseja pañcāś ordhvaṁ vrajet. Pañcaś significa cincuenta. Ūrdvam, cincuenta y uno. Y el resto de nuestros días, tal vez hasta los cien años pero eso ya no es posible ahora. Puede que lleguemos a los setenta, como mucho a los ochenta, hay quien vive noventa o noventa y cinco. Los cien años, aunque es el límite, hoy en día nadie vive cien años. Los que son dhīra, los caballeros, los hombres de bien, las personas sobrias, de cabeza bien puesta en su sitio se dan cuenta, pueden entender que: “He cambiado varias veces de cuerpo, cuando era niño hasta los quince años recuerdo que yo jugaba y saltaba, entonces me llegó la juventud, yo disfrutaba de la vida con los amigos y la familia, pero ahora soy un anciano”. “Soy” significa mi cuerpo. Dehinaḥ. Dehi y dehinaḥ. Dehi significa el propietario del cuerpo, el dueño del cuerpo, y deha significa el cuerpo.
En el verso anterior, Kṛṣṇa ha dicho que: “Todos nosotros ---tú, Yo, y todos estos soldados y reyes aquí presentes--- ya existíamos en el pasado, estamos existiendo ahora y en el futuro continuaremos existiendo”. Así, esa fue Su afirmación. Pero los sinvergüenzas dirán que: “¿Cómo que yo existía?, yo he nacido en tal año y antes de eso no existía, ahora mismo existo, eso es verdad, pero tan pronto como muera dejaré de existir. ¿Cómo es que Kṛṣṇa dice que Yo, que todos nosotros existíamos, que todavía existimos y que continuaremos existiendo?”. ¿Es eso contradictorio? No, no lo es, no es contradicción, es un hecho, existíamos, tal vez en un cuerpo distinto, pero continuaremos existiendo en un cuerpo distinto. Dehāntara-prāptiḥ, esto debe entenderse, no que mi existencia...
Se da el ejemplo, dehāntara. Como yo, por ejemplo, era niño y después llega la juventud y el cuerpo cambió, y ahora me he hecho viejo, el cuerpo ha vuelto a cambiar pero yo existo, dehi, el propietario del cuerpo. ¿Qué dificultad hay en entenderlo? Dehinaḥ, dehinaḥ significa “del propietario”. El cuerpo cambia, yo me doy cuenta de que mi cuerpo ha cambiado, y en la siguiente vida el cuerpo puede cambiar. No “puede”, cambia. Pero puede que yo no lo recuerde, eso es otra cosa. Como, ¿cuál era mi cuerpo en mi vida pasada? No lo recuerdo. El olvido forma parte de nuestra naturaleza, que yo olvide algo no significa que ese algo no haya ocurrido. Cuando era un niño hice tantas cosas de las que no me acuerdo, pero mi padre y mi madre que me han visto cuando era niño las recuerdan. Olvidar no significa que las cosas no hayan ocurrido. Del mismo modo, muerte, la muerte significa que he olvidado lo que yo era en la vida anterior, esto es lo que se llama muerte. Por lo demás, yo, como alma espiritual no muero. Pongamos que me cambio de ropa, cuando era niño vestía de una forma distinta, en mi juventud vestía de una forma distinta, y ahora que soy un anciano, soy un sannyāsī, visto de manera distinta. El vestido puede cambiar, pero eso no significa que el propietario de la ropa haya muerto o se haya ido. No.
Se explica esta cosa tan simple, la trasmigración del alma. E individual. Todos nosotros somos individuos, no, ni hablar de mezclarnos todos juntos. Todos nosotros somos individuos. Dios es un individuo y nosotros también somos individuales. Esto lo hemos explicado ayer. Nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām (Kaṭha Upaniṣad 2.2.13), la única diferencia es que Dios no cambia de cuerpo, y yo sí cambio de cuerpo. Eso ocurre también en este mundo material, cuando me vaya al mundo espiritual no tendré que cambiar más de cuerpo. Un cuerpo eterno, del mismo modo que Kṛṣṇa tiene un cuerpo eterno, sac-cid-ānanda vigrahaḥ, una forma eterna, llena de bienaventuranza y de conocimiento. Del mismo modo, cuando nosotros vamos de regreso al hogar, de vuelta a Dios, obtenemos un cuerpo similar, sac-cid-ānanda-vigrahaḥ. Īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ sac-cid-ānanda vigrahaḥ. Esa es la diferencia. Cuando Kṛṣṇa viene, Él no tiene que cambiar de cuerpo. En el mundo material Kṛṣṇa no cambia, por eso Su nombre es Acyuta. Él nunca cambia, nunca cae porque es el controlador de māyā, y nosotros vivimos controlados por māyā, esa es la diferencia. La energía material... Nosotros vivimos controlados por la energía material, pero Kṛṣṇa es el controlador de la energía material. No sólo de la energía material sino también de la energía espiritual, de todas las energías. Todo lo que vemos, todo lo manifestado, todo lo que vemos es energía de Kṛṣṇa.
Del mismo modo que el calor y la luz son las energías del Sol, las energías de Kṛṣṇa... Hay muchas energías, pero se dividen principalmente en tres: energía externa, energía interna y energía marginal. Nosotros somos entidades vivientes, somos por tanto energía marginal. Marginal significa que podemos quedar bajo la influencia de la energía externa o bajo la influencia de la energía espiritual, como queramos, tenemos esa independencia. Yathecchasi tathā Kuru: “Puedes hacer lo que quieras”, Kṛṣṇa da esa independencia a Arjuna. Él dijo yathecchasi tathā kuru, después de hablar el Bhagavad-gītā. Él no obliga, no fuerza, eso no es bueno, una cosa forzada no durará. Como nosotros aconsejamos: “Levántate temprano por la mañana”. Es un consejo, no que tengo que forzar, que obligar a todo el mundo. Yo puedo forzar, puedo obligarlos un día o dos días, pero si no se practica, simplemente la fuerza es inútil. Del mismo modo Kṛṣṇa no fuerza, no obliga a nadie a abandonar el mundo material. Somos almas condicionadas, estamos en el mundo material bajo la influencia de la energía material. Kṛṣṇa viene aquí para liberarnos de las garras de la energía material que nos hacen sufrir tanto.
Porque somos partes integrales de Kṛṣṇa o directamente hijos de Kṛṣṇa. Si el hijo está en dificultades, el padre también sufre aunque el padre no sufre directamente. Pongamos que un hijo se ha vuelto loco, o en los tiempos actuales, se ha hecho hippie. El padre está muy triste porque su hijo no vive como una persona decente, un hombre de bien, vive como, ¿cómo se llama?, un pordiosero. Y el padre no es feliz. Del mismo modo, nosotros, las almas condicionadas en el mundo material sufrimos tanto viviendo como sinvergüenzas y desdichados. Y Kṛṣṇa no es feliz con esto, por eso viene a enseñarnos personalmente, yadā yadā hi dharmasya glānir bhavati, tadātmānaṁ sṛjāmy aham (BG 4.7).
Cuando Kṛṣṇa viene Lo hace en Su forma original, pero por desgracia entendemos a Kṛṣṇa como si fuese uno de nosotros. Es uno de nosotros porque Él es el padre y nosotros somos hijos, es uno de nosotros, pero Él es el principal. Nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām (Kaṭha Upaniṣad 2.2.13). Él es el más poderoso, el más poderoso, el poderoso Supremo y nosotros tenemos muy poquito poder. Esa es la diferencia entre Kṛṣṇa... no podemos ser iguales, nadie puede ser igual a Kṛṣṇa, igual a Dios o más grande que Él, todo el mundo está por debajo de Kṛṣṇa. Ekale īśvara kṛṣṇa āra saba bhṛtya (CC Adi 5.142), por lo tanto, todo el mundo es sirviente de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa es el único amo. Bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ sarva-loka-maheśvaram (BG 5.29): “Yo soy el único disfrutador, Yo soy el único propietario”. Lo dice Kṛṣṇa, esa es la realidad. Nosotros cambiamos de cuerpo, pero Kṛṣṇa no cambia. Esto debemos entenderlo, la prueba es que Kṛṣṇa dice, vedāhaṁ samatītāni. Él recuerda el pasado, el presente y el futuro.
Tal como Kṛṣṇa dice a Arjuna en el Capítulo Cuarto, lo verán, Kṛṣṇa dice que: “Esta filosofía del Bhagavad-gītā se la hablé al dios del Sol hace unos cuarenta millones de años”. ¿Cómo lo recuerda? Porque Él no cambia de cuerpo, es aldo muy simple. Nosotros no recordamos porque cambiamos de cuerpo a cada instante, es un hecho medicinal. Los corpúsculos de nuestra sangre cambian, a cada segundo el cuerpo cambia imperceptiblemente, el cuerpo cambia imperceptiblemente. Por eso, los padres no se dan cuenta de cómo el cuerpo cambia imperceptiblemente. Pero si viene una tercera persona, si viene y de pronto ve al niño, el niño ha crecido, es mucho mayor, él dice: “¿Oh, cómo has crecido tanto?”. Pero los padres no ven que haya crecido tanto, porque lo están viendo siempre y el cambio se produce de un modo imperceptible, a cada instante.
Es como una proyección de cine, las imágenes cambian pero cambian de tal manera que lo único que vemos es una persona que baila, pero su danza significa que está cambiando de cuerpo, está cambiando su imagen. Del mismo modo, nuestro cuerpo también cambia, pero yo no cambio y ustedes no cambian, lo que cambia es mi cuerpo. Esto debe entenderse.
- dehino ’smin yathā dehe
- kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
- tathā dehāntara-prāptir...
- (BG 2.13)
Somos todos almas individuales, y somos eternos, pero como estamos cambiando de cuerpo existen los cálculos de nacimiento, muerte, vejez y enfermedades. Así que nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa significa que para salir de esa posición cambiante tenemos que llegar a la posición permanente, porque somos eternos. Esa debe ser la cuestión, que todo el mundo quiere vivir eternamente, nadie quiere morir. Todo el mundo. Si yo ahora me pongo ante ustedes con una pistola: “Les voy a matar”, inmediatamente se echarán a llorar porque no quieren morir. Morir y volver a nacer no es una cosa muy gustosa, es algo muy penoso. Imperceptiblemente yo lo sé, sé que si muero tendré que nacer de nuevo, tendré que situarme de nuevo en el vientre de la madre, y tal vez la madre que me toque hoy está matando al niño dentro del vientre, y entonces tendré que ir a otra madre. Este proceso está ocurriendo, y esos problemas, esos pesares, ser matado, vivir en el vientre de la madre, esas cosas son muy penosas, y en el subconsciente, en la subconsciencia conocemos todos esos problemas, por eso no queremos morir porque tendremos que recibir de nuevo, aceptar de nuevo otro cuerpo, y el proceso de aceptar un cuerpo es muy largo y muy penoso. Sabemos todo esto y por eso no lo queremos.
La cuestión, por lo tanto, es que si yo soy eterno, ¿por qué me veo en esta vida temporal? Es una pregunta inteligente. Ese es el problema, pero esos sinvergüenzas han dejado de lado el verdadero problema. Lo que piensan es en cómo comer, cómo dormir, cómo tener relaciones sexuales y cómo defenderse. Pero incluso si comen muy bien o duermen muy bien, al final tendrán que morir, el problema sigue ahí. Pero a ellos el verdadero problema no les interesa, están muy alerta en lo que respecta al problema temporal, pero ese problema temporal no es en realidad un problema verdadero. También las aves, los mamíferos comen y duermen, tienen relaciones sexuales y se defienden. Si ellos saben todo eso sin haber llegado a la forma humana, sin tener educación suficiente, sin tener lo que le han dado en llamar civilización, si saben cómo vivir, cómo dormir y cómo defenderse, si ellos pueden vivir, ¿qué problema tienen ustedes? Esas cosas no son problemas. Los sinvergüenzas dicen que la superpoblación y todas esas cosas, pero todo eso no son problemas. El verdadero problema es que yo no quiero morir ¿Por qué entonces viene la muerte? ¿Por qué? Ese es el verdadero problema. Pero esos sinvergüenzas no lo saben. Ellos piensan que los problemas son esas cosas temporales. Vivirán cincuenta años y quizás... Eso se explica en el siguiente verso, mātrā-sparśās tu kaunteya śitoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ (BG 2.14).
Como nosotros ahora nos vemos en tantos problemas. Supongamos que hace un frío intenso, eso también es un problema. Tenemos que buscar un buen abrigo, un lugar donde calentarnos, un fuego, y... Esas cosas también son problemas. Si no los podemos conseguir sufrimos. Esos son problemas, pero son problemas temporales. El frío intenso, el invierno ha venido y acabará marchándose, no es un problema permanente. El problema permanente se debe a mi ignorancia, yo tengo que nacer, tengo que aceptar la muerte, aceptar la enfermedad, aceptar la vejez. Ese es el verdadero problema, esos son los verdaderos problemas. Por eso Kṛṣṇa ha dicho, janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-duḥkha-doṣānudarśanam (BG 13.9): “En realidad, quienes poseen conocimiento deben prestar atención a estos cuatro problemas, el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades”.
Tathā dehāntara-prāptiḥ. Kṛṣṇa dice que: “Hemos existido, hemos existido con un cuerpo distinto, ahora existimos en otro cuerpo distinto y en el futuro también existiremos en un cuerpo distinto”. Tathā dehāntara-prāptiḥ, de ese modo transmigramos de cuerpo en cuerpo, pero existimos. Esa es la esencia de este verso.
- dehino ’smin yathā dehe
- kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
- tathā dehāntara-prāptir
- dhīras tatra na muhyati
- (BG 2.13)
Dhīras tatra na muhyati, es algo muy sencillo, es muy simple. Pongamos que un jovencito, un niño cambia de cuerpo, las características de su cuerpo. Un niño, por ejemplo, no tiene bigote ni barba, pero de repente le crecen esos pelos. Así él llora: “Oh, ¿por qué me crece el cabello?, ¿por qué crezco?, ¿por qué es el cambio necesario del cuerpo?”. Porque debe estar confuso: “¿Por qué cambia mi cuerpo?”. Del mismo modo, mi cuerpo está cambiando, de este cuerpo paso a otro cuerpo, voy a morir. ¿Por qué debe confundirme esto? La inteligencia es que: “¿Qué tipo de cuerpo voy a obtener después?”. Eso es inteligencia. Por lo demás, ¿por qué debemos estar perplejos o confusos? Dehāntara-prāptiḥ.
Si se preparan debidamente... Como en la infancia, cuando eran niños, si se preparan debidamente con alguna educación, entonces tienen un buen trabajo, una buena situación y va a ser feliz. Hay que prepararse también para la próxima vida. Del mismo modo, si se preparan en esta vida para ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios, ¿qué clase de confusión puede haber? No hay confusión, voy con Kṛṣṇa, me voy de regreso al hogar, de vuelta a Dios, ahora no tendré que volver a cambiar de cuerpo material, tendré mi cuerpo espiritual. A partir de ahora podré jugar con Kṛṣṇa, danzar con Kṛṣṇa, comer con Kṛṣṇa. Ese es el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, la conciencia de Kṛṣṇa. Prepárense para la próxima vida. No sea... El hombre, el moribundo llora, grita porque tal vez está soñando con su siguiente vida, un vida horrible. Porque según el karma... Las personas que son muy pecaminosas lloran, gritan porque ven escenas horribles en el momento de la muerte, y van a tener que recibir un tipo de cuerpo... Pero quienes son piadosos, los que son devotos, mueren sin ningún tipo de ansiedad, mueren. La muerte puede venir...
Se da el ejemplo de que... Los necios pueden decir que: “Ustedes, devotos, ustedes morirán, y las personas pecaminosas, los no devotos también mueren. ¿Cuál es la diferencia?”. Pero no, hay diferencia, hay una diferencia. Esto se explica con un ejemplo, el ejemplo de la gata que sujeta a su cachorro o sujeta al ratón. Antes hemos visto que la gata lleva al ratón en la boca y también puede llevar a su cachorro, al gatito, en la boca, pero hay una diferencia en el modo de sujetarlo. El gatito siente placer: “Mi madre me lleva”. Y el ratón siente el aliento de la muerte: “Oh, ahora voy a morir”. Esa es la diferencia. Así, aunque tanto el devoto como el no devoto mueren, hay una diferencia de sentimiento en el momento de la muerte, como el ratón y el gatito. Y no piensen que los dos mueren en el mismo proceso. El proceso puede ser el mismo pero la situación es diferente.
Tyaktvā dehaṁ punar janma naiti mām eti kaunteya (BG 4.9). Ahí está la fórmula. Kṛṣṇa dice janma karma ca me divyaṁ yo jānāti tatvattaḥ. Simplemente se trata de entender quién es Kṛṣṇa, divyam. Son todas cosas divinas, trascendentales. Las actividades de Kṛṣṇa, el advenimiento de Kṛṣṇa, la adoración de Kṛṣṇa, el templo de Kṛṣṇa, las glorias de Kṛṣṇa ---todo es trascendental. Quien entiende esas cosas o trata de entenderlas, aunque no las entienda, si simplemente trata de entenderlas, esa persona se libera del proceso del nacimiento y la muerte. Lo dice Kṛṣṇa. Por lo tanto, tienen que ser muy serios en entender a Kṛṣṇa, y en permanecer conscientes de Kṛṣṇa. Entonces este problema del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades se resolverá por si solo de forma natural, muy fácilmente, no habrá problema.
Esa es la función de la forma de vida humana, entender que “yo soy eterno”. Kṛṣṇa dice: “Yo ya existía en el pasado, nosotros ya existíamos en el pasado, en el presente existimos, y en el futuro continuaremos existiendo”. ¿Por qué, entonces, he recibido este cuerpo mediante el cual realmente, no realmente sino superficialmente, existo? Ese el problema. Un dhīra significa una persona sobria que pensará en estos problemas. Pensará: “Yo quiero vivir, ¿por qué viene la muerte? Quiero llevar una vida muy sana, ¿por qué viene la enfermedad? Yo no quiero envejecer, ser un anciano, ¿por qué viene la vejez?”. Janma-mṛtyu-jarā-vyadhi (BG 13.9). Esos son los problemas. Resuelvan este problema simplemente por aceptar el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, simplemente por entender a Kṛṣṇa. Y para entender a Kṛṣṇa tienen el Bhagavad-gītā, donde se explica muy bien.
Tienen que alcanzar el éxito en la vida, el éxito de que “yo no soy el cuerpo”. Simplemente con entender que: “Yo no soy el cuerpo, yo estoy corporificado en este cuerpo, enjaulado, pero no soy la jaula”. Del mismo modo que un pájaro está dentro de su jaula. La jaula no es el pájaro, pero los necios se dedican a cuidar la jaula, no el ave. El pájaro está pasando hambre y sufre, y nosotros estamos pasando hambre espiritual. Por eso, nadie es feliz en el mundo material. Hambre espiritual. Por eso vemos en un país tan opulento como los Estados Unidos, hay suficiente comida, suficiente lugar donde vivir, suficiente disfrute material, y aun así la gente se hacen hippies, por todo el mundo. No están satisfechos porque pasan hambre espiritual. Materialmente podemos ser muy opulentos, muy ricos, pero si pasan hambre espiritual no s ser felices. Este es el proceso.
Se necesita un rejuvenecimiento espiritual. Ahaṁ brahmāsmi: “Yo no soy el cuerpo, soy Brahman, alma espiritual”. Entonces serán felices. Brahma-bhūtaḥ prasannātmā na śocati na kāṇṣati (BG 18.54), samaḥ sarveṣu... Entonces habrá igualdad, fraternidad, hermandad. Si no es así, todo será falso, simplemente palabras grandilocuentes. No, esas son cosas que no pueden ser. Elévese al plano espiritual, brahma-bhūtaḥ prasannātmā na socati na... (BG 18.54), samaḥ sarveṣu bhūteṣu. Entonces podrán ver las cosas de un modo ecuánime. Si no es así, lo que verán es que: “Yo soy un ser humano, tengo manos y piernas, y la pobre vaca no tiene ni manos ni piernas. Matémosla y comámosla”. No. Samaḥ sarveṣu bhūteṣu. Asamata. Falta de igualdad. ¿Por qué? ¿Qué derecho tienen para matar a otro animal? Se debe a que le falta la visión de igualdad, de ecuanimidad, por falta de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, la mal llamada educación, la cultura, la fraternidad de este mundo material son todos cosas falsas, supercherías. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa es el tema correcto para ser estudiado por las personas sanas, cuerdas, sobrias, dhīra. Esa es la manera de que la sociedad sea feliz, no hay otra.
Muchas gracias.
Devotos: Todas las glorias a Śrīla Prabhupāda. (fin)
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