ES/SB 4.11.19


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 19

so ’nanto ’nta-karaḥ kālo
’nādir ādi-kṛd avyayaḥ
janaṁ janena janayan
mārayan mṛtyunāntakam


PALABRA POR PALABRA

saḥ—Él; anantaḥ—infinito; anta-karaḥ—aniquilador; kālaḥ—tiempo; anādiḥ—sin principio; ādi-kṛt—principio de todo; avyayaḥ—sin disminución; janam—entidades vivientes; janena—por entidades vivientes; janayan—causando que nazcan; mārayan—matando; mṛtyunā—por la muerte; antakam—que matan.


TRADUCCIÓN

Mi querido Dhruva, la Suprema Personalidad de Dios existe por siempre, pero, en Su forma del tiempo, Él mata todo lo que existe. Él no tiene principio, aunque es el principio de todo, ni Se agota nunca, aunque todo se agota a su debido tiempo. La acción del padre crea a las entidades vivientes, y la acción de la muerte, las mata, pero Él está libre a perpetuidad del nacimiento y la muerte.


SIGNIFICADO

En este verso se pueden estudiar minuciosamente la suprema autoridad y el poder inconcebible de la Suprema Personalidad de Dios. Él siempre es ilimitado, lo cual significa que ni es creado ni tiene final. Él, sin embargo, como se explica en el Bhagavad-gītā, es la muerte (en la forma del tiempo). Kṛṣṇa dice: «Yo soy la muerte. Yo Me lo llevo todo al final de la vida». El tiempo eterno tampoco tiene comienzo, aunque es el creador de todas las criaturas. Se da el ejemplo de la piedra de toque, que crea muchas joyas y piedras preciosas sin perder poder. De manera similar, después de muchas creaciones, después de que todo se mantenga, y de que, al cabo de un tiempo, todo sea aniquilado, el Señor Supremo permanece, a pesar de todo, inalterable y con Su poder intacto. La creación secundaria es obra de Brahmā, pero Brahmā es creación del Dios Supremo. El Señor Śiva aniquila toda la creación, pero al final Viṣṇu le destruye también a él. El Señor Viṣṇu permanece. En los himnos védicos se afirma que al principio solo existe Viṣṇu, y que Él es el único que queda al final.

Un ejemplo puede ayudarnos a entender la potencia inconcebible del Señor Supremo. En la historia bélica reciente, la Suprema Personalidad de Dios creó a un Hitler, y antes, a un Napoleón Bonaparte, cada uno de los cuales mató a muchas entidades vivientes en la guerra. Pero al final, Bonaparte y Hitler también fueron matados. La gente aún sigue muy interesada en escribir y leer libros acerca de Hitler y de Bonaparte, y de cómo mataron a tanta gente en la guerra. Año tras año se publican muchos libros para que la gente pueda leer acerca de Hitler y sus masacres de miles de judíos en los campos de concentración. Pero nadie investiga quién mató a Hitler y quién creó a semejante asesino de seres humanos. A los devotos del Señor no les interesa demasiado el estudio de la fluctuante historia del mundo. Solamente les interesa aquel que es el creador, el sustentador y el aniquilador original. Ese es el objeto del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa.