ES/SB 4.12.12


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 12

tam evaṁ śīla-sampannaṁ
brahmaṇyaṁ dīna-vatsalam
goptāraṁ dharma-setūnāṁ
menire pitaraṁ prajāḥ


PALABRA POR PALABRA

tam—a él; evam—de este modo; śīla—con cualidades divinas; sampannam—dotado; brahmaṇyam—respetuoso con los brāhmaṇas; dīna—con los pobres; vatsalam—bondadoso; goptāram—protector; dharma-setūnām—de los principios religiosos; menire—consideraban; pitaram—padre; prajāḥ—los ciudadanos.


TRADUCCIÓN

Dhruva Mahārāja estaba dotado con todas las cualidades divinas; era muy respetuoso con los devotos del Señor Supremo y muy bondadoso con los pobres e inocentes, y protegía los principios religiosos. Con todas esas virtudes, se lo consideraba el padre directo de todos los ciudadanos.


SIGNIFICADO

Las cualidades personales de Dhruva Mahārāja que aquí se mencionan son las cualidades ejemplares de un rey santo. Eso no se aplica solo a un rey, sino que los líderes de un gobierno democrático o impersonal también deben poseer todas esas características divinas; entonces los ciudadanos del estado podrán ser felices. Aquí se afirma claramente que los ciudadanos consideraban a Dhruva Mahārāja su padre; los ciudadanos del estado, bajo la protección del estado o del rey, deben sentirse satisfechos en todo aspecto, del mismo modo que un niño que depende de un padre capacitado también debe sentirse completamente satisfecho. Sin embargo, en la actualidad, el gobierno no garantiza siquiera las necesidades elementales de la vida en el país, es decir, la protección de la vida y de la propiedad de los ciudadanos.

A este respecto hay una palabra muy significativa: brahmaṇyam. Dhruva Mahārāja era muy devoto de los brāhmaṇas, quienes se dedican al estudio de los Vedas y, por lo tanto, conocen a la Suprema Personalidad de Dios. Los brāhmaṇas siempre están ocupados en la propagación del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. El estado debe ser muy respetuoso con los grupos que distribuyen conciencia de Dios por todo el mundo, pero, por desgracia, en la actualidad ni los países ni los gobiernos apoyan a esos movimientos. En lo que se refiere a buenas cualidades, en las administraciones nacionales es muy difícil dar con alguien que tenga alguna buena cualidad. Los administradores se limitan a sentarse en sus poltronas administrativas y a decir no a todo lo que se les pide, como si les pagasen por decir que no a los ciudadanos. Dīna-vatsalam es otra palabra que también es muy significativa. El jefe del Estado debe ser muy bondadoso con los inocentes. Por desgracia, en esta era los funcionarios del Estado y los presidentes, aunque el Estado les da muy buenos sueldos y se presentan como personas piadosas, están permitiendo el funcionamiento de mataderos en los que se sacrifican animales inocentes. Si intentamos comparar las divinas cualidades de Dhruva Mahārāja con las cualidades de los actuales hombres de Estado, podemos ver que, en realidad, no hay nada que comparar. Como quedará claro en los próximos versos, Dhruva Mahārāja reinó en Satya-yuga. Era el rey ideal de aquella era. En la era actual (Kali-yuga), la administración del gobierno carece por completo de cualidades divinas. Si consideramos todos esos aspectos, hoy en día a la gente no le queda más opción que unirse al movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, a fin de proteger la religión, la vida y la propiedad.