ES/SB 5.1.16


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 16

mukto ’pi tāvad bibhṛyāt sva-deham
ārabdham aśnann abhimāna-śūnyaḥ
yathānubhūtaṁ pratiyāta-nidraḥ
kiṁ tv anya-dehāya guṇān na vṛṅkte


PALABRA POR PALABRA

muktaḥ—una persona liberada; api—incluso; tāvat—mientras; bibhṛyāt—debe mantener; sva-deham—su propio cuerpo; ārabdham—obtenido como resultado de actividades pasadas; aśnan—aceptar; abhimāna-śūnyaḥ—sin conceptos erróneos; yathā—como; anubhūtam—lo que fue percibido; pratiyāta-nidraḥ—el que ha despertado del sueño; kim tu—pero; anya-dehāya—para otro cuerpo material; guṇān—las cualidades materiales; na—nunca; vṛṅkte—disfruta.


TRADUCCIÓN

Aunque una persona esté liberada, acepta el cuerpo que le corresponde por su karma pasado. Esa persona, sin embargo, está libre de conceptos erróneos, y contempla el disfrute y los sufrimientos debidos a ese karma del modo en que una persona despierta contempla un sueño que tuvo mientras dormía. De ese modo, permanece estable, y nunca hace nada por obtener otro cuerpo material bajo la influencia de las tres modalidades de la naturaleza material.


SIGNIFICADO

La diferencia entre un alma liberada y un alma condicionada es que el alma condicionada está bajo la influencia del concepto corporal de la vida, mientras que la persona liberada sabe que no es cuerpo, sino espíritu; sabe que es diferente del cuerpo. Priyavrata podría haber pensado que, si bien el alma condicionada se ve forzada a actuar conforme a las leyes de la naturaleza, él, que era muy avanzado en comprensión espiritual, no tenía por qué aceptar el mismo tipo de cautiverio y los mismos obstáculos al avance espiritual. El Señor Brahmā aclaró esa duda informándole de que ni siquiera a las personas liberadas les parece mal aceptar los resultados de sus actividades pasadas en su cuerpo actual. Cuando dormimos, soñamos muchas cosas irreales, pero al despertar no les prestamos atención y seguimos adelante en la vida real. De manera similar, la persona liberada, que ha entendido perfectamente que no es el cuerpo, sino un alma espiritual, no presta atención a las actividades que se realizan en el plano de la ignorancia, y lleva a cabo sus actividades de modo que no produzcan reacciones. Esto se explica en el Bhagavad-gītā (Bg. 3.9): yajñārthāt karmaṇo ’nyatra loko ’yaṁ karma-bandhanaḥ: Las actividades del que actúa para la satisfacción de la Suprema Personalidad, yajña-puruṣa, no producen reacciones, mientras que los karmīs, que actúan para sí mismos, están atados a las reacciones de sus obras. Por consiguiente, la persona liberada no piensa acerca de las actividades que llevó a cabo en el pasado, bajo la influencia de la ignorancia; en lugar de ello, actúa evitando las actividades fruitivas, que podrían llevarle a otro cuerpo. En el Bhagavad-gītā se menciona claramente:

mām ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman» (Bg. 14.26). Dejando a un lado nuestras actividades de vidas pasadas, si en esta vida nos ocupamos en ofrecer servicio devocional puro al Señor, estaremos siempre situados en el estado brahma-bhūta (el estado liberado), libres de reacciones, y no nos veremos obligados a recibir otro cuerpo material. Tyaktvā dehaṁ punar janma naiti mām eti so ’rjuna (Bg. 4.9). Quien actúa de ese modo, no tiene que aceptar otro cuerpo material después de abandonar su cuerpo actual, sino que regresa al hogar, de vuelta a Dios.