ES/SB 5.13.7
TEXTO 7
- śūrair hṛta-svaḥ kva ca nirviṇṇa-cetāḥ
- śocan vimuhyann upayāti kaśmalam
- kvacic ca gandharva-puraṁ praviṣṭaḥ
- pramodate nirvṛtavan muhūrtam
PALABRA POR PALABRA
śūraiḥ—por enemigos muy poderosos; hṛta-svaḥ—cuyas posesiones han sido robadas en su totalidad; kva ca—a veces; nirviṇṇa-cetāḥ—muy triste y compungido; śocan—lamentándose profundamente; vimuhyan—quedar desconcertado; upayāti—obtiene; kaśmalam—inconsciencia; kvacit—a veces; ca—también; gandharva-puram—en una ciudad imaginaria en el bosque; praviṣṭaḥ—haber entrado; pramodate—disfruta; nirvṛta-vat—igual que una persona que ha logrado el éxito; muhūrtam—solamente por un instante.
TRADUCCIÓN
A veces, la entidad viviente es vencida por un agente superior más poderoso que ella, que la despoja de todas sus posesiones. Sumida en una profunda tristeza, a veces cae inconsciente lamentándose por lo que ha perdido. A veces se imagina una gran ciudad llena de palacios en la que desea vivir felizmente con su familia y sus riquezas. Si tal cosa le llega a ocurrir, se siente plenamente satisfecha, pero esa falsa satisfacción no dura más que un instante.
SIGNIFICADO
En este verso es muy significativa la palabra gandharva-puram. A veces en medio del bosque aparece un gran castillo; es lo que se llama un castillo en el aire, y en realidad solo existe en la imaginación. Gandharva-pura es el nombre de ese castillo. En el bosque del mundo material, a veces el alma condicionada contempla grandes castillos y rascacielos, y desperdicia su energía con la esperanza de vivir en ellos para siempre con su familia. Sin embargo, las leyes de la naturaleza no le permiten esa vida pacífica. Cuando entra en uno de esos castillos, se considera muy feliz, pero su felicidad no es permanente. Puede durar unos años, pero cuando le llegue la hora de la muerte, el propietario tendrá que abandonar el castillo, y a su debido tiempo lo perderá todo. Así son las actividades mundanas. Vidyāpati describe esa felicidad diciendo que es como la que se obtiene al ver una gota de agua en el desierto. En el desierto, el Sol abrasador eleva muchísimo las temperaturas; para rebajarlas se necesitarían grandes cantidades de agua, millones de millones de litros. ¿De qué serviría una sola gota? El agua, sin duda alguna, es valiosa, pero una gota no puede apagar el calor del desierto. En el mundo material, todo el mundo es ambicioso, pero el calor es abrasador. ¿Cómo puede ayudarnos un castillo imaginario, un castillo en el aire? Por eso Śrīla Vidyāpati dice en una canción: tāṭala saikate, vāribindu-sama, suta-mita-ramaṇi-samāje. La felicidad de la vida familiar, las amistades y la sociedad se compara a una gota de agua en medio del desierto abrasador. Todo el mundo material está absorto en la búsqueda de la felicidad, pues la felicidad es una prerrogativa del ser viviente. Por desgracia, una vez que ha entrado en contacto con el mundo material, la entidad viviente se ocupa constantemente en la lucha por la existencia. Incluso si durante algún tiempo llega a ser feliz, siempre puede surgir un enemigo poderoso que se lo arrebate todo. Hay muchos ejemplos de grandes hombres de negocios que en un abrir y cerrar de ojos pasaron a pedir limosna por la calle. Aun así, la naturaleza de la existencia material hace que los necios se sientan atraídos por esas actividades y olviden su verdadero interés, la autorrealización.