ES/SB 5.14.12


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 12

sa yadā dugdha-pūrva-sukṛtas tadā kāraskara-kākatuṇḍādy-apuṇya
druma-latā-viṣoda-pānavad ubhayārtha-śūnya-draviṇān jīvan-mṛtān
svayaṁ jīvan-mriyamāṇa upadhāvati.


PALABRA POR PALABRA

saḥ—esa alma condicionada; yadā—cuando; dugdha—agotadas; pūrva—anteriores; sukṛtaḥ—actividades piadosas; tadā—en ese entonces; kāraskara-kākatuṇḍa-ādi—que reciben los nombres de kāraskara, kākatuṇḍa, etc.; apuṇya-druma-latā—árboles y enredaderas impíos; viṣa-uda-pāna-vat—como pozos de agua envenenada; ubhayaartha-śūnya—que no pueden dar felicidad ni en esta vida ni en la siguiente; draviṇān—a aquellos que poseen riquezas; jīvat-mṛtān—que están muertos, aunque en apariencia vivan; svayam—él mismo; jīvat—vivir; mriyamāṇaḥ—estando muerto; upadhāvati—acude en busca de bienes materiales.


TRADUCCIÓN

Debido a las actividades piadosas de sus vidas anteriores, el alma condicionada obtiene en esta un cierto bienestar material; sin embargo, cuando ese bienestar acaba, se refugia en la riqueza y las posesiones, que no pueden ayudarle ni en esta vida ni en la siguiente. Debido a ello, se relaciona con los muertos vivientes que poseen esas riquezas, a quienes se compara a árboles impuros, enredaderas y pozos envenenados.


SIGNIFICADO

Las riquezas y posesiones adquiridas gracias a las actividades piadosas anteriores no deben emplearse erróneamente en la complacencia de los sentidos. Disfrutar de ellas de ese modo es como disfrutar de los frutos de un árbol venenoso. Esas actividades no suponen ninguna ayuda para la entidad viviente, ni en esta vida ni en la siguiente. Sin embargo, quien ocupe sus posesiones en el servicio del Señor bajo la guía de un maestro espiritual adecuado, obtendrá felicidad tanto en esta vida como en la siguiente. Quien no actúe así, estará comiendo del fruto prohibido, y debido a ello perderá su paraíso. Por consiguiente, el Señor Śrī Kṛṣṇa nos aconseja que Le ofrezcamos a Él nuestras posesiones.


yat karoṣi yad aśnāsi
yaj juhoṣi dadāsi yat
yat tapasyasi kaunteya
tat kuruṣva mad-arpaṇam


«Todo lo que hagas, todo lo que comas, todo lo que ofrezcas y todo lo que des, así como todas las austeridades que realices, hazlo, ¡oh, hijo de Kuntī!, como una ofrenda a Mí» (Bg. 9.27). Si somos conscientes de Kṛṣṇa, podemos obtener, tanto en esta vida como en la siguiente, el máximo beneficio de nuestras riquezas y opulencias materiales debidas a actividades piadosas pasadas. No se debe tratar de poseer más que lo estrictamente necesario. Todo lo que rebase ese límite debe dedicarse al servicio devocional del Señor. Con ello, el alma condicionada, el mundo y Kṛṣṇa serán felices; ese es el objetivo de la vida.