ES/SB 7.12 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo se centra en la descripción del brahmacārī y de la persona que se encuentra en la etapa de vānaprastha; presenta, además, una descripción general de los cuatro āśramas: brahmacarya, gṛhastha, vānaprastha y sannyāsa. En el capítulo anterior, el gran santo Nārada Muni ha explicado la institución social denominada varṇa, y ahora, en este capítulo, va a describir las etapas del avance espiritual a través de los cuatro āśramas, denominados brahmacarya, gṛhastha, vānaprastha y sannyāsa.

El brahmacārī debe vivir bajo la tutela de un verdadero maestro espiritual, ofreciéndole con sinceridad respeto y reverencias, comportándose como un humilde sirviente y cumpliendo siempre su orden. El brahmacārī debe ocuparse en actividades espirituales y estudiar las Escrituras védicas bajo la dirección del maestro espiritual. Según el sistema de brahmacarya, debe vestirse con un cinturón y una piel de ciervo, no debe peinarse, y debe llevar una daṇḍa, un cántaro de agua y un cordón sagrado. Todos los días por la mañana debe recoger limosnas, y por la tarde debe ofrecer al maestro espiritual todo lo que haya reunido. El brahmacārī debe tomar prasāda cuando el maestro espiritual se lo ordene, y si el maestro espiritual alguna vez se olvida de indicarle que coma, el discípulo no debe tomar prasāda por propia iniciativa, sino que debe ayunar. En su educación, el brahmacārī debe aprender a satisfacerse comiendo solo lo absolutamente necesario; debe ser muy experto en cumplir con sus responsabilidades; debe ser fiel; debe controlar los sentidos y tratar de evitar lo más posible la relación con mujeres. El brahmacārī debe abstenerse estrictamente de vivir con mujeres, y no debe frecuentar a los gṛhasthas y a las personas demasiado adictas a las mujeres. El brahmacārī tampoco debe hablar a solas con una mujer.

Una vez completada de este modo su educación como brahmacārī, debe dar un dakṣiṇā, una ofrenda de gratitud, a su guru; entonces puede volver a casa para entrar en el siguiente āśrama, el āśrama de gṛhastha, o bien, continuar en el brahmacaryaāśrama sin desviarse. Los deberes de los āśramas de gṛhastha y brahmacarya, así como los deberes de los sannyāsīs, vienen prescritos en los śāstras. El gṛhastha no debe disfrutar sin restricción de la vida sexual. De hecho, el modo de vida védico no tiene otra finalidad que liberarnos del apego a la vida sexual. Todos los āśramas se han establecido para el progreso espiritual; por lo tanto, a pesar de que el gṛhastha-āśrama ofrece una especie de licencia para la vida sexual durante un cierto tiempo, no autoriza una vida sexual irrestricta. Por lo tanto, en la vida de gṛhastha tampoco hay vida sexual ilícita. El gṛhastha no debe considerar a la mujer un objeto para el disfrute sexual. Desperdiciar semen también es vida sexual ilícita.

El siguiente āśrama, después del gṛhastha-āśrama, recibe el nombre de vānaprastha, y está a medio camino entre gṛhastha y sannyāsa. En la orden de vānaprastha, la persona sigue restricciones en el consumo de cereales, y se le prohíbe comer frutas que no hayan madurado en el árbol. Tampoco debe cocinar sus alimentos con fuego, aunque se le permite comer caru, los cereales ofrecidos en un fuego de sacrificio. También puede comer frutas y cereales silvestres. El vānaprastha debe vivir en una choza de paja, y tolerar el calor y el frío. No debe cortarse las uñas ni el cabello, y debe dejar de asearse el cuerpo y limpiarse los dientes. Se debe vestir con cortezas de árbol, llevar una daṇḍa y acostumbrarse a la vida en el bosque, haciendo voto de vivir allí durante un período de doce, ocho, cuatro, dos, o, como mínimo, un año. Por último, cuando la vejez le impida llevar a cabo las actividades propias del vānaprastha, poco a poco debe detener toda forma de actividad, y, de ese modo, abandonar el cuerpo.