ES/SB 7.13: El comportamiento de la persona perfecta
Texto 7.13.1: Śrī Nārada Muni dijo: La persona capacitada para el cultivo de conocimiento espiritual, debe renunciar a todos los lazos materiales y, dando al cuerpo solo lo imprescindible para la vida, debe viajar de un lugar a otro, sin pasar más de una noche en cada población. De ese modo, sin depender de las necesidades del cuerpo, el sannyāsī debe viajar por todo el mundo.
Texto 7.13.2: La persona que ha entrado en la orden de vida de renuncia, debe renunciar incluso a la ropa de vestir. En caso de ir vestido, no debe llevar más que un taparrabos. El sannyāsī solo debe llevar una daṇḍa y un kamaṇḍalu, y, cuando no sea necesaria, debe prescindir incluso de la daṇḍa.
Texto 7.13.3: El sannyāsī, completamente satisfecho en el ser, debe vivir pidiendo limosnas de puerta en puerta. No debe depender de ninguna persona ni lugar, debe ser siempre un amistoso bienqueriente de todos los seres vivos, y un devoto pacífico y puro de Nārāyaṇa. De ese modo, debe viajar de un lugar a otro.
Texto 7.13.4: El sannyāsī siempre debe tratar de ver que el Supremo está presente en todo, y también que todo, e incluso el universo mismo, reposa en el Supremo.
Texto 7.13.5: En los estados de consciencia e inconsciencia, y en el estado intermedio entre ambos, debe tratar de comprender el ser y situarse perfectamente en él. De ese modo, debe experimentar que las etapas condicionada y liberada de la vida son simplemente ilusorias y sin auténtica realidad. Con esa elevada comprensión, debe ver solamente a la Verdad Absoluta presente en todo.
Texto 7.13.6: El cuerpo material tiene asegurada la destrucción, y la duración de la vida no se conoce; por lo tanto, no se deben alabar ni la muerte ni la vida. Lo que se debe hacer es observar el eterno factor tiempo, en el que la entidad viviente se manifiesta y desaparece.
Texto 7.13.7: La literatura que no es más que una inútil pérdida de tiempo —en otras palabras, la literatura que no trae beneficio espiritual— debe rechazarse. No se debe adoptar la profesión de maestro con miras a ganarse el sustento, ni hay que caer en debates interminables. Tampoco hay que refugiarse en ninguna causa ni en ningún partido.
Texto 7.13.8: Un sannyāsī nunca debe atraer hacia sí muchos discípulos con el hechizo de los beneficios materiales, ni debe leer innecesariamente muchos libros, o ganarse el sustento dando conferencias. Nunca debe tratar de aumentar de forma innecesaria sus opulencias materiales.
Texto 7.13.9: Las personas pacíficas y equilibradas que han hecho un progreso tangible en el cultivo de conciencia espiritual no tienen necesidad de llevar los símbolos del sannyāsī, como la tridaṇḍa y el kamaṇḍalu. Conforme a la necesidad, a veces aceptan esos símbolos, y a veces los rechazan.
Texto 7.13.10: La persona santa tratará de pasar desapercibida ante los ojos de la sociedad humana, pero su objetivo quedará manifiesto por su conducta. Ante la sociedad humana, debe presentarse como un niño inquieto, y, a pesar de ser el orador más grande y reflexivo, debe presentarse como un mudo.
Texto 7.13.11: Para presentar un ejemplo histórico de esto, los sabios eruditos recitan la conversación que en el pasado sostuvieron Prahlāda Mahārāja y una gran persona santa que se alimentaba del mismo modo que la serpiente pitón.
Texto 7.13.12-13: Prahlāda Mahārāja, el más querido servidor de la Suprema Personalidad de Dios, en cierta ocasión salió a recorrer el universo con algunos de sus más íntimos compañeros a fin de estudiar la naturaleza de las personas santas. De ese modo llegó a orillas del Kāverī, en el valle de la montaña Sahya. Allí encontró a una gran persona santa que yacía en el suelo, cubierta de tierra y polvo, pero profundamente absorta en el nivel espiritual.
Texto 7.13.14: La gente no podía comprender si aquella persona santa era la misma persona que ellos habían conocido; no podían reconocerle, ni por sus actividades, ni por su aspecto físico, ni por sus palabras, ni por las características de su posición en el varṇāśrama.
Texto 7.13.15: El avanzado devoto Prahlāda Mahārāja adoró convenientemente a la persona santa que había adoptado el modo de vida de la serpiente pitón, y le ofreció reverencias. Después de adorar al santo y tocar sus pies de loto con su propia cabeza, Prahlāda Mahārāja, con una actitud muy sumisa, le hizo las siguientes preguntas a fin de saber acerca de él.
Texto 7.13.16-17: Al ver que aquella persona santa estaba bastante gorda, Prahlāda Mahārāja dijo: Mi querido señor, tú no haces ningún esfuerzo para ganarte el sustento, pero tienes el cuerpo tan robusto como un disfrutador materialista. Yo sé que los que son muy ricos y no tienen nada que hacer engordan mucho, porque se dedican a comer y dormir y no trabajan.
Texto 7.13.18: ¡Oh, brāhmaṇa!, tú conoces perfectamente la realidad trascendental, de modo que ya no tienes que hacer nada, y por eso yaces acostado. También es evidente que no tienes dinero para complacer los sentidos. ¿Cómo, entonces, ha engordado tanto tu cuerpo? En estas circunstancias, y si no consideras mi pregunta impertinente, por favor, explícame cómo ha ocurrido esto.
Texto 7.13.19: Tu Señoría pareces una persona erudita, experta e inteligente en todo aspecto. Hablas muy bien, y dices cosas que resultan agradables al corazón. Ves que la gente está ocupada en actividades fruitivas, pero tú yaces aquí inactivo.
Texto 7.13.20: Nārada Muni continuó: Al escuchar las preguntas de Prahlāda Mahārāja, el rey de los daityas, la persona santa quedó cautivada por aquella lluvia de palabras nectáreas, y, con el rostro sonriente, satisfizo la curiosidad de Prahlāda.
Texto 7.13.21: El brāhmaṇa santo dijo: ¡Oh, el mejor de los asuras, Prahlāda Mahārāja, que eres reconocido por los hombres avanzados y civilizados!, tú eres consciente de las distintas etapas de la vida, debido a que tus ojos son trascendentales por naturaleza. Con ellos puedes ver el carácter de los hombres, y de ese modo conoces claramente los resultados de la aceptación y el rechazo de las cosas.
Texto 7.13.22: Como eres un devoto puro, en lo más hondo de tu corazón predomina Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, que goza de plenitud en toda opulencia. Él siempre aleja la oscuridad de la ignorancia, como el Sol, que aparta la oscuridad del universo.
Texto 7.13.23: Mi querido rey, aunque tú lo sabes todo, me has planteado algunas preguntas, que trataré de responderte conforme a lo que he aprendido escuchando a las autoridades. No puedo guardar silencio acerca de esto, pues una personalidad como tú es el interlocutor ideal para quien desea la purificación del ser.
Texto 7.13.24: Víctima de insaciables deseos materiales, yo era arrastrado por las olas de las leyes de la naturaleza material; de ese modo, me dediqué a diversas actividades, luchando por la existencia en distintas formas de vida.
Texto 7.13.25: En el curso del proceso evolutivo, que tiene su causa en las actividades fruitivas debidas a la indeseable complacencia de los sentidos, he recibido esta forma humana de vida, que puede llevarme a los planetas celestiales, a la liberación, a las especies inferiores o a nacer de nuevo entre los seres humanos.
Texto 7.13.26: En la forma humana de vida, hombres y mujeres se unen para disfrutar del placer sensual del sexo, pero en la experiencia práctica hemos observado que ninguno de ellos es feliz. Por lo tanto, al ver que se obtiene el resultado contrario, he dejado de tomar parte en actividades materialistas.
Texto 7.13.27: La verdadera vida de las entidades vivientes es una vida de felicidad espiritual, que es la verdadera felicidad. Esa felicidad solo puede obtenerse poniendo fin a todas las actividades materiales. El disfrute material de los sentidos no es más que una imaginación. Meditando acerca de esto, he abandonado todas las actividades materiales y permanezco aquí tendido.
Texto 7.13.28: De este modo, el alma condicionada que vive dentro del cuerpo olvida su verdadero interés, pues se identifica con el cuerpo. El cuerpo es material, y, por lo tanto, su tendencia natural es sentirse atraído por las diversidades del mundo material. Entonces, la entidad viviente sufre las miserias de la existencia material.
Texto 7.13.29: El ciervo, debido a la ignorancia, no puede ver el agua en un pozo cubierto de hierba, y corre a buscarla en otra dirección; del mismo modo, la entidad viviente, cubierta por el cuerpo material, no ve la felicidad que lleva dentro de sí, y corre tras la felicidad del mundo material.
Texto 7.13.30: La entidad viviente trata de obtener felicidad y de liberarse de las causas de aflicción; sin embargo, sus diversos cuerpos dependen por completo del control de la naturaleza material, y todos los planes que elabora en cuerpos sucesivos acaban por frustrarse.
Texto 7.13.31: Las actividades materiales siempre están acompañadas de tres tipos de miserias: adhyātmika, adhidaivika y ādhibhautika. Así pues, ¿de qué sirve el éxito que pueda obtenerse con esas actividades? Seguiremos sujetos al nacimiento, la muerte, la vejez, las enfermedades y las reacciones de las actividades fruitivas.
Texto 7.13.32: El brāhmaṇa continuó: En realidad, veo que el hombre rico, víctima de sus sentidos, está muy codicioso por atesorar riquezas; debido a ello sufre de insomnio, pues, a pesar de sus riquezas y opulencias, todo le produce temor.
Texto 7.13.33: Aquellos a quienes se considera materialmente poderosos y ricos están siempre llenos de ansiedades, debido a las leyes del gobierno, a los ladrones y bandidos, a los enemigos, a los miembros de su familia, a los animales, a las aves, a las personas que piden caridad, al inevitable factor tiempo, e, incluso, debido a ellos mismos. De este modo, siempre están llenos de temor.
Texto 7.13.34: Los seres humanos dotados de inteligencia deben abandonar la causa original de la lamentación, de la ilusión, del temor, de la ira, del apego, de la pobreza y del trabajo innecesario. La causa original de todo ello es el deseo de adquirir dinero y prestigio innecesarios.
Texto 7.13.35: La abeja y la serpiente pitón son dos excelentes maestros espirituales que con su ejemplo nos enseñan a permanecer satisfechos con poco, y a vivir en un lugar sin necesidad de moverse.
Texto 7.13.36: Del abejorro he aprendido a estar desapegado de atesorar dinero, pues, aunque es dulce como la miel, cualquiera puede matar a su propietario y quitárselo.
Texto 7.13.37: No me esfuerzo por conseguir nada, sino que me conformo con lo que viene por sí solo. Si no obtengo nada, sigo paciente y sin agitarme, como la serpiente pitón, y de ese modo permanezco tendido aquí durante muchos días.
Texto 7.13.38: A veces como muy poco, y, a veces, una gran cantidad. A veces son alimentos muy sabrosos, y a veces están desabridos. A veces se me ofrece prasāda con gran respeto, y otras veces se me da comida con desdén. A veces como durante el día, y otras veces por la noche. De este modo, como lo que puedo obtener sin dificultad.
Texto 7.13.39: Para cubrir mi cuerpo, uso lo que el destino pone a mi alcance, ya sea lana, seda, algodón, corteza de árbol o piel de ciervo, y permanezco completamente satisfecho y libre de agitación.
Texto 7.13.40: A veces me acuesto sobre la tierra desnuda, a veces sobre hojas, hierba o piedra, a veces sobre un montón de cenizas, y en ocasiones, por voluntad de otros, en un palacio, sobre una maravillosa cama con almohadas.
Texto 7.13.41: ¡Oh, mi señor!, a veces puedo bañarme con mucho esmero, ungir todo mi cuerpo con pasta de sándalo, adornarme con un collar de flores y vestirme con ropas finas y hermosas alhajas. Entonces viajo como un rey a lomos de un elefante, en una cuadriga, o en un caballo. Otras veces, sin embargo, viajo desnudo, como un poseído por fantasmas.
Texto 7.13.42: Personas distintas tienen distintas mentalidades. Por eso, no me corresponde ni alabarlas ni blasfemar de ellas. Únicamente les deseo el bien, con la esperanza de que estén dispuestas a lograr la unidad con la Superalma, la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa.
Texto 7.13.43: La especulación mental que distingue entre bueno y malo debe ser considerada una unidad; entonces debe imbuirse en la mente, que, a su vez, debe imbuirse en el ego falso. Acto seguido, el ego falso debe imbuirse en la energía material total. Este es el proceso para combatir la diferenciación falsa.
Texto 7.13.44: La persona erudita e introspectiva debe darse cuenta de que la existencia material es ilusión. Esto solo es posible mediante la autorrealización. La persona iluminada, que ha visto realmente la verdad, debe abandonar todas las actividades materiales, situándose en el plano de la iluminación espiritual.
Texto 7.13.45: Prahlāda Mahārāja, tú eres ciertamente un alma autorrealizada y un devoto del Señor Supremo. A ti no te preocupan ni la opinión pública ni las supuestas escrituras. Por esa razón, no he dudado en explicarte la historia de mi autorrealización.
Texto 7.13.46: Nārada Muni continuó: Prahlāda Mahārāja, el rey de los demonios, tras escuchar las enseñanzas del santo, comprendió los deberes prescritos de la persona perfecta [paramahaṁsa]. Después de ofrecer la debida adoración al santo y de obtener su permiso, partió hacia su hogar.