ES/SB 7.7.25
TEXTO 25
- buddher jāgaraṇaṁ svapnaḥ
- suṣuptir iti vṛttayaḥ
- tā yenaivānubhūyante
- so 'dhyakṣaḥ puruṣaḥ paraḥ
PALABRA POR PALABRA
buddheḥ—de la inteligencia; jāgaraṇam—el estado despierto o activo de los sentidos densos; svapnaḥ—el sueño (la actividad de los sentidos sin el cuerpo denso); suṣuptiḥ—sueño profundo o cese de todas las actividades (aunque la entidad viviente es el observador); iti—así; vṛttayaḥ—las diversas relaciones; tāḥ—ellos; yena—por quien; eva—en verdad; anubhūyante—son percibidos; saḥ—ese; adhyakṣaḥ—supervisor (que es diferente de las actividades); puruṣaḥ—el disfrutador; paraḥ—trascendental.
TRADUCCIÓN
La inteligencia se puede percibir en tres estados de actividad: vigilia, sueño y sueño profundo. A la persona que percibe esos tres estados se La debe considerar el amo original, el controlador, la Suprema Personalidad de Dios.
SIGNIFICADO
Sin inteligencia no podemos entender las actividades directas de los sentidos, ni el sueño, ni el cese de todas las actividades densas y sutiles. El observador y controlador es la Suprema Personalidad de Dios, el Alma Suprema; bajo Su dirección, el alma espiritual puede entender cuándo está despierta, cuándo está dormida y cuándo está en estado de trance completo. En el Bhagavad-gītā (15.15), el Señor dice: sarvasya cāhaṁ hṛdi sanniviṣṭo mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: «Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí vienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido». Las entidades vivientes, por medio de la inteligencia, se absorben completamente en los tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo. Esa inteligencia procede de la Suprema Personalidad de Dios, que acompaña al alma individual como amigo. Śrīla Madhvācārya dice que, a veces, la entidad viviente recibe el calificativo de sattva-buddhi, cuando su inteligencia actúa directamente para percibir los dolores y placeres por encima de las actividades. Existe también un estado de sueño, en el que la comprensión viene de la Suprema Personalidad de Dios (mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca). La Suprema Personalidad de Dios, la Superalma, es el controlador supremo, y, bajo Su dirección, las entidades vivientes son controladores secundarios. Debemos emplear nuestra inteligencia para comprender a la Suprema Personalidad de Dios.