ES/SB 7.8.9


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 9

jahy āsuraṁ bhāvam imaṁ tvam ātmanaḥ
samaṁ mano dhatsva na santi vidviṣaḥ
ṛte 'jitād ātmana utpathe sthitāt
tad dhi hy anantasya mahat samarhaṇam


PALABRA POR PALABRA

jahi—abandona; āsuram—demoníaca; bhāvam—tendencia; imam—esta; tvam—tú (mi querido padre); ātmanaḥ—de ti mismo; samam—ecuánime; manaḥ—la mente; dhatsva—haz; na—no; santi—hay; vidviṣaḥ—enemigos; ṛte—excepto; ajitāt—sin control; ātmanaḥ—la mente; utpathe—en la equivocada senda de las tendencias indeseables; sthitāt—situada; tat hi—esa (mentalidad); hi—en verdad; anantasya—del Señor ilimitado; mahat—el mejor; samarhaṇam—método de adoración.


TRADUCCIÓN

Prahlāda Mahārāja continuó: Mi querido padre, por favor, abandona tu mentalidad demoníaca. Deja de hacer diferencias entre amigos y enemigos en tu corazón; ten una mente ecuánime con todos. En este mundo, el único enemigo es la mente cuando está desviada y fuera de control. Cuando vemos a todos los seres en un plano de igualdad, llegamos al nivel de adorar al Señor perfectamente.


SIGNIFICADO

Mientras no podamos fijar la mente en los pies de loto del Señor, nos será imposible controlarla. En el Bhagavad-gītā (6.34), Arjuna dice:


cañcalaṁ hi manaḥ kṛṣṇa
pramāthi balavad dṛḍham
tasyāhaṁ nigrahaṁ manye
vāyor iva suduṣkaram


«Pues la mente es inquieta, turbulenta, obstinada y muy fuerte, ¡oh, Kṛṣṇa!, y someterla me parece más difícil que dominar el viento». El único proceso genuino para controlar la mente es fijarla en el servicio del Señor. Siguiendo los dictados de la mente, nos creamos amigos y enemigos; pero en realidad no hay amigos ni enemigos. Paṇḍitāḥ sama-darśinaḥ. Samaḥ sarveṣu bhūteṣu mad-bhaktiṁ labhate parām. Entender esto es el requisito previo que hay que satisfacer para entrar en el reino del servicio devocional.