ES/SB 9.3 El resumen
En este capítulo se habla de la dinastía de Śaryāti, otro hijo de Manu. También se habla de Sukanyā y de Revatī.
Devajña Śaryāti dio instrucciones a los Aṅgirasas del modo de conducir la ceremonia ritual que celebraron en el segundo día de su yajña. Cierto día, Śaryāti y su hija, Sukanyā, visitaron el āśrama de Cyavana Muni. Al llegar allí, Sukanyā vio dos sustancias luminosas en el agujero de una lombriz de tierra, y ella, sin dar mucha importancia al asunto, las pinchó con una espina. El agujero, entonces, se llenó de sangre. Como consecuencia de ello, el rey Śaryāti y sus acompañantes sufrieron de estreñimiento y tampoco podían orinar. Al preguntar la razón de aquel cambio en su fortuna, averiguó que la causa de su desdicha era Sukanyā. Inmediatamente, todos ofrecieron oraciones a Cyavana Muni para satisfacerlo conforme a su deseo; aunque Cyavana Muni era muy anciano, Devajña Śaryāti le ofreció su hija como esposa.
Cierto día en que los hermanos Aśvinī-kumāras, los médicos celestiales, visitaron a Cyavana Muni, el muni les pidió que le devolviesen la juventud. Los dos médicos llevaron a Cyavana Muni a un determinado lago; después de bañarse en él, recobraron toda su juventud. Sukanyā, sin embargo, no acertó a reconocer a su esposo, hasta que los Aśvinī-kumāras, satisfechos con su castidad, le revelaron cuál de ellos era. Después de esto, Cyavana Muni ocupó al rey Śaryāti en la celebración del soma-yajña, y dio a los Aśvinī-kumāras el privilegio de beber soma-rasa. El Señor Indra, el rey del cielo, se enfadó mucho por ello, pero no pudo causar perjuicio alguno a Śaryāti. A partir de entonces, los médicos Aśvinī-kumāras pudieron tomar una parte del soma-rasa.
Más tarde, Śaryāti tuvo tres hijos, que se llamaron Uttānabarhi, Ānarta y Bhūriṣeṇa. Ānarta tuvo un hijo, Revata, quien, a su vez, fue padre de cien hijos. El mayor de todos fue Kakudmī, quien, siguiendo el consejo del Señor Brahmā, ofreció su hermosa hija, Revatī, a Baladeva, que pertenece a la categoría de viṣṇu-tattva. Después de esto, Kakudmī abandonó la vida familiar y se retiró al bosque de Badarikāśrama para realizar austeridades y penitencias.