ES/SB 2.2.4: Difference between revisions

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Las necesidades que se tienen en la vida para la protección y la comodidad del cuerpo, no se deben aumentar innecesariamente. La energía humana se malogra en una vana búsqueda tras esa felicidad ilusoria. Si uno puede acostarse en el suelo, entonces ¿por qué tiene que esforzarse por conseguir un buen bastidor o un cojín blando para hacerlo? Si uno puede descansar sin ninguna almohada y hacer uso de los blandos brazos que nos ha dado la naturaleza, no hay necesidad de buscar una almohada. Si hacemos un estudio general de la vida de los animales, veremos que ellos no tienen la inteligencia para construir grandes casas, muebles y demás enseres domésticos, y aun así llevan una vida sana con solo acostarse en la tierra a la intemperie. Ellos no saben cocinar ni preparar comidas, mas, no obstante, llevan una vida sana con más facilidad que un ser humano. Esto no significa que la civilización humana deba retroceder a la vida animal, o que el ser humano deba vivir desnudo en las selvas sin ninguna cultura, educación ni sentido de moralidad. Un ser humano inteligente no puede llevar la vida de un animal; más bien, el hombre debe tratar de utilizar su inteligencia en las artes y en las ciencias, en la poesía y en la filosofía. De ese modo puede favorecer la marcha progresiva de la civilización humana. Pero la idea que Śrīla Śukadeva Gosvāmī presenta aquí es que la energía de reserva de la vida humana, que es muy superior a la de los animales, debe ser únicamente empleada para la autorrealización. El adelanto de la civilización humana debe tener por meta que establezcamos la relación que tenemos con Dios y que ahora está perdida, cosa que no es posible lograr en ninguna otra forma de vida que no sea la humana. Uno debe percatarse de la inutilidad del fenómeno material y considerarlo una fantasmagoría pasajera, y uno debe esforzarse por buscar una solución a los sufrimientos de la vida. Sentirse orgulloso de un tipo refinado de civilización animal encaminada hacia la complacencia de los sentidos es una ilusión, y esa clase de «civilización» no es digna de ese nombre. Mientras el ser humano busca esas actividades falsas, se encuentra en las garras de māyā, o la ilusión. Los grandes sabios y santos de los días de antaño no vivían en residencias palaciegas bien amuebladas y dotadas de las llamadas comodidades de la vida. Ellos solían vivir en chozas y en los bosques, y solían sentarse en el suelo llano, y, aun así, han dejado con toda perfección inmensos tesoros de elevado conocimiento. Śrīla Rūpa Gosvāmī y Śrīla Sanātana Gosvāmī eran importantes ministros de Estado, pero pudieron dejar tras de sí gran cantidad de escritos acerca del conocimiento trascendental, mientras residían una sola noche bajo el mismo árbol. Ellos no vivían ni siquiera por dos noches bajo el mismo árbol, y ni qué hablar de que lo hicieran en cuartos bien amueblados y dotados de comodidades modernas. Y, aun así, pudieron darnos importantísimas Escrituras acerca de la autorrealización. Las llamadas comodidades de la vida no son en realidad una ayuda para la civilización progresiva; por el contrario, van en detrimento de esa vida progresiva. En el sistema de sanātana-dharma, o sistema de cuatro divisiones de vida social y cuatro órdenes de comprensión progresiva, hay muchas oportunidades y suficientes indicaciones para una feliz conclusión de la vida progresiva, y en ese sistema se aconseja a los seguidores sinceros que acepten una vida de renunciación voluntaria, con el fin de alcanzar la meta que se desea en la vida. Si uno no está acostumbrado desde el principio a ceñirse a una vida de renunciación y abnegación personal, debe tratar de acostumbrarse en una etapa posterior de la vida, tal como lo recomienda Śrīla Śukadeva Gosvāmī, y eso lo ayudará a lograr el éxito deseado.
Las necesidades que se tienen en la vida para la protección y la comodidad del cuerpo, no se deben aumentar innecesariamente. La energía humana se malogra en una vana búsqueda tras esa felicidad ilusoria. Si uno puede acostarse en el suelo, entonces ¿por qué tiene que esforzarse por conseguir un buen bastidor o un cojín blando para hacerlo? Si uno puede descansar sin ninguna almohada y hacer uso de los blandos brazos que nos ha dado la naturaleza, no hay necesidad de buscar una almohada. Si hacemos un estudio general de la vida de los animales, veremos que ellos no tienen la inteligencia para construir grandes casas, muebles y demás enseres domésticos, y aun así llevan una vida sana con solo acostarse en la tierra a la intemperie. Ellos no saben cocinar ni preparar comidas, mas, no obstante, llevan una vida sana con más facilidad que un ser humano. Esto no significa que la civilización humana deba retroceder a la vida animal, o que el ser humano deba vivir desnudo en las selvas sin ninguna cultura, educación ni sentido de moralidad. Un ser humano inteligente no puede llevar la vida de un animal; más bien, el hombre debe tratar de utilizar su inteligencia en las artes y en las ciencias, en la poesía y en la filosofía. De ese modo puede favorecer la marcha progresiva de la civilización humana. Pero la idea que Śrīla Śukadeva Gosvāmī presenta aquí es que la energía de reserva de la vida humana, que es muy superior a la de los animales, debe ser únicamente empleada para la autorrealización. El adelanto de la civilización humana debe tener por meta que establezcamos la relación que tenemos con Dios y que ahora está perdida, cosa que no es posible lograr en ninguna otra forma de vida que no sea la humana. Uno debe percatarse de la inutilidad del fenómeno material y considerarlo una fantasmagoría pasajera, y uno debe esforzarse por buscar una solución a los sufrimientos de la vida. Sentirse orgulloso de un tipo refinado de civilización animal encaminada hacia la complacencia de los sentidos es una ilusión, y esa clase de «civilización» no es digna de ese nombre. Mientras el ser humano busca esas actividades falsas, se encuentra en las garras de ''māyā'', o la ilusión. Los grandes sabios y santos de los días de antaño no vivían en residencias palaciegas bien amuebladas y dotadas de las llamadas comodidades de la vida. Ellos solían vivir en chozas y en los bosques, y solían sentarse en el suelo llano, y, aun así, han dejado con toda perfección inmensos tesoros de elevado conocimiento. Śrīla Rūpa Gosvāmī y Śrīla Sanātana Gosvāmī eran importantes ministros de Estado, pero pudieron dejar tras de sí gran cantidad de escritos acerca del conocimiento trascendental, mientras residían una sola noche bajo el mismo árbol. Ellos no vivían ni siquiera por dos noches bajo el mismo árbol, y ni qué hablar de que lo hicieran en cuartos bien amueblados y dotados de comodidades modernas. Y, aun así, pudieron darnos importantísimas Escrituras acerca de la autorrealización. Las llamadas comodidades de la vida no son en realidad una ayuda para la civilización progresiva; por el contrario, van en detrimento de esa vida progresiva. En el sistema de ''sanātana-dharma'', o sistema de cuatro divisiones de vida social y cuatro órdenes de comprensión progresiva, hay muchas oportunidades y suficientes indicaciones para una feliz conclusión de la vida progresiva, y en ese sistema se aconseja a los seguidores sinceros que acepten una vida de renunciación voluntaria, con el fin de alcanzar la meta que se desea en la vida. Si uno no está acostumbrado desde el principio a ceñirse a una vida de renunciación y abnegación personal, debe tratar de acostumbrarse en una etapa posterior de la vida, tal como lo recomienda Śrīla Śukadeva Gosvāmī, y eso lo ayudará a lograr el éxito deseado.
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Latest revision as of 18:44, 7 December 2023


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 4

satyāṁ kṣitau kiṁ kaśipoḥ prayāsair
bāhau svasiddhe hy upabarhaṇaiḥ kim
saty añjalau kiṁ purudhānna-pātryā
dig-valkalādau sati kiṁ dukūlaiḥ


PALABRA POR PALABRA

satyām—poseyendo; kṣitau—tierras llanas; kim—qué necesidad hay; kaśipoḥ—de camas y catres; prayāsaiḥ—esforzándose en; bāhau—los brazos; sva-siddhe—siendo autosuficiente; hi—ciertamente; upabarhaṇaiḥ—cama y bastidor; kim—de qué sirve; sati—estando presente; añjalau—las palmas de las manos; kim—de qué sirve; purudhā—variedades de; anna—comestibles; pātryā—con los utensilios; dik—espacio abierto; valkala-ādau—cortezas de árboles; sati—existiendo; kim—de qué sirve; dukūlaiḥ—ropa.


TRADUCCIÓN

Si hay mucha tierra llana en la que uno se puede acostar, ¿qué necesidad hay de catres y camas? Si uno puede usar sus propios brazos, ¿qué necesidad hay de una almohada? Si uno puede usar las palmas de las manos, ¿qué necesidad hay de los diferentes utensilios? Si hay mucho con qué cubrirse, o cortezas de árboles, ¿qué necesidad hay de tener ropa?


SIGNIFICADO

Las necesidades que se tienen en la vida para la protección y la comodidad del cuerpo, no se deben aumentar innecesariamente. La energía humana se malogra en una vana búsqueda tras esa felicidad ilusoria. Si uno puede acostarse en el suelo, entonces ¿por qué tiene que esforzarse por conseguir un buen bastidor o un cojín blando para hacerlo? Si uno puede descansar sin ninguna almohada y hacer uso de los blandos brazos que nos ha dado la naturaleza, no hay necesidad de buscar una almohada. Si hacemos un estudio general de la vida de los animales, veremos que ellos no tienen la inteligencia para construir grandes casas, muebles y demás enseres domésticos, y aun así llevan una vida sana con solo acostarse en la tierra a la intemperie. Ellos no saben cocinar ni preparar comidas, mas, no obstante, llevan una vida sana con más facilidad que un ser humano. Esto no significa que la civilización humana deba retroceder a la vida animal, o que el ser humano deba vivir desnudo en las selvas sin ninguna cultura, educación ni sentido de moralidad. Un ser humano inteligente no puede llevar la vida de un animal; más bien, el hombre debe tratar de utilizar su inteligencia en las artes y en las ciencias, en la poesía y en la filosofía. De ese modo puede favorecer la marcha progresiva de la civilización humana. Pero la idea que Śrīla Śukadeva Gosvāmī presenta aquí es que la energía de reserva de la vida humana, que es muy superior a la de los animales, debe ser únicamente empleada para la autorrealización. El adelanto de la civilización humana debe tener por meta que establezcamos la relación que tenemos con Dios y que ahora está perdida, cosa que no es posible lograr en ninguna otra forma de vida que no sea la humana. Uno debe percatarse de la inutilidad del fenómeno material y considerarlo una fantasmagoría pasajera, y uno debe esforzarse por buscar una solución a los sufrimientos de la vida. Sentirse orgulloso de un tipo refinado de civilización animal encaminada hacia la complacencia de los sentidos es una ilusión, y esa clase de «civilización» no es digna de ese nombre. Mientras el ser humano busca esas actividades falsas, se encuentra en las garras de māyā, o la ilusión. Los grandes sabios y santos de los días de antaño no vivían en residencias palaciegas bien amuebladas y dotadas de las llamadas comodidades de la vida. Ellos solían vivir en chozas y en los bosques, y solían sentarse en el suelo llano, y, aun así, han dejado con toda perfección inmensos tesoros de elevado conocimiento. Śrīla Rūpa Gosvāmī y Śrīla Sanātana Gosvāmī eran importantes ministros de Estado, pero pudieron dejar tras de sí gran cantidad de escritos acerca del conocimiento trascendental, mientras residían una sola noche bajo el mismo árbol. Ellos no vivían ni siquiera por dos noches bajo el mismo árbol, y ni qué hablar de que lo hicieran en cuartos bien amueblados y dotados de comodidades modernas. Y, aun así, pudieron darnos importantísimas Escrituras acerca de la autorrealización. Las llamadas comodidades de la vida no son en realidad una ayuda para la civilización progresiva; por el contrario, van en detrimento de esa vida progresiva. En el sistema de sanātana-dharma, o sistema de cuatro divisiones de vida social y cuatro órdenes de comprensión progresiva, hay muchas oportunidades y suficientes indicaciones para una feliz conclusión de la vida progresiva, y en ese sistema se aconseja a los seguidores sinceros que acepten una vida de renunciación voluntaria, con el fin de alcanzar la meta que se desea en la vida. Si uno no está acostumbrado desde el principio a ceñirse a una vida de renunciación y abnegación personal, debe tratar de acostumbrarse en una etapa posterior de la vida, tal como lo recomienda Śrīla Śukadeva Gosvāmī, y eso lo ayudará a lograr el éxito deseado.