ES/SB 7.6.3

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Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 3

sukham aindriyakaṁ daityā
deha-yogena dehinām
sarvatra labhyate daivād
yathā duḥkham ayatnataḥ


PALABRA POR PALABRA

sukham—felicidad; aindriyakam—en relación con los sentidos materiales; daityāḥ—¡oh, queridos amigos nacidos en familias demoníacas!; deha-yogena—debido a poseer un determinado tipo de cuerpo material; dehinām—de todas las entidades vivientes corporificadas; sarvatra—en todas partes (en todas las formas de vida); labhyate—puede obtenerse; daivāt—por disposición superior; yathā—tal como; duḥkham—infelicidad; ayatnataḥ—sin esfuerzo.


TRADUCCIÓN

Prahlāda Mahārāja continuó: Mis queridos amigos nacidos en familias demoníacas, la sensación de felicidad que se percibe por el contacto de los objetos de los sentidos con el cuerpo depende de las actividades fruitivas pasadas y se puede obtener en cualquier forma de vida. Esa felicidad viene por sí sola y sin esfuerzo alguno por nuestra parte al igual que ocurre con el sufrimiento.


SIGNIFICADO

En el mundo material, lo que se ha dado en llamar felicidad y aflicción están presentes en todas las formas de vida. Nadie busca sufrir, pero el sufrimiento viene de todas formas. Del mismo modo, la felicidad material también vendrá por sí sola, aunque no nos esforcemos por conseguirla. La felicidad y la aflicción se obtienen en todas las formas de vida sin necesidad de esforzarse. Por lo tanto, no hay necesidad de perder tiempo y energía luchando contra el sufrimiento, ni de trabajar arduamente en busca de la felicidad. Nuestra única preocupación en la forma humana de vida debe ser revivir la relación que nos une a la Suprema Personalidad de Dios, y de ese modo capacitarnos para regresar al hogar, de vuelta a Dios. La felicidad material y la aflicción aparecen tan pronto como recibimos un cuerpo material, sea cual sea la especie a que pertenezca. La felicidad y la aflicción no pueden evitarse en ninguna circunstancia. Por consiguiente, el mejor modo de utilizar la vida humana consiste en revivir nuestra relación con el Señor Supremo, Viṣṇu.