ES/SB 7.6.4


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 4

tat-prayāso na kartavyo
yata āyur-vyayaḥ param
na tathā vindate kṣemaṁ
mukunda-caraṇāmbujam


PALABRA POR PALABRA

tat—dirigido a eso (la complacencia de los sentidos y el crecimiento económico); prayāsaḥ—esfuerzo; na—no; kartavyaḥ—hacerse; yataḥ—del cual; āyuḥ-vyayaḥ—desperdicio del tiempo de vida; param—solamente, o en última instancia; na—no; tathā—de ese modo; vindate—disfruta; kṣemam—el objetivo supremo de la vida; mukunda—de la Suprema Personalidad de Dios, que puede liberarnos de las garras de la materia; caraṇa-ambujam—los pies de loto.


TRADUCCIÓN

No hay que empeñarse en el logro de la complacencia de los sentidos o la felicidad material mediante el crecimiento económico, pues ese esfuerzo no es más que una pérdida de tiempo y energía que no trae ningún beneficio sustancial. Pero si dirigimos nuestros esfuerzos al cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, no hay la menor duda de que podremos alcanzar el plano espiritual de la autorrealización. De los esfuerzos por la prosperidad económica, nunca se obtiene semejante beneficio.


SIGNIFICADO

Vemos que los materialistas pasan el día y la noche absortos en el empeño de obtener prosperidad económica, en un intento de aumentar su opulencia material; sin embargo, incluso en el supuesto de que esos esfuerzos les diesen algún beneficio, el verdadero problema de sus vidas quedaría sin resolver. Ni siquiera saben cuál es el verdadero problema de la vida. Esto se debe a la falta de educación espiritual. Los hombres, especialmente en la era actual, viven en la oscuridad, absortos en el concepto corporal de la vida, sin conocer nada acerca del alma espiritual y sus necesidades. La gente, descarriada por los ciegos líderes de la sociedad, cree que el cuerpo lo es todo, y se esfuerza en el intento de dar bienestar al cuerpo. Semejante civilización está condenada, pues no lleva a la humanidad hacia el conocimiento del verdadero objetivo de la vida. La gente simplemente pierde el tiempo y el precioso don de la forma humana, pues el ser humano que muere como los perros y los gatos, sin haber cultivado la vida espiritual, en su siguiente vida se degradará, pasando de la vida humana al ciclo de sucesivos nacimientos y muertes. De esa forma, pierde el verdadero beneficio de la vida humana, que consiste en volverse consciente de Kṛṣṇa y resolver los problemas de la vida.