ES/SB 10.8.41
TEXTO 41
- atho yathāvan na vitarka-gocaraṁ
- ceto-manaḥ-karma-vacobhir añjasā
- yad-āśrayaṁ yena yataḥ pratīyate
- sudurvibhāvyaṁ praṇatāsmi tat-padam
PALABRA POR PALABRA
atho—por lo tanto, decidió entregarse al Señor Supremo; yathā-vat—como se puede percibir perfectamente; na—no; vitarka-gocaram—más allá de todos los argumentos, razonamientos y percepción de los sentidos; cetaḥ—con conciencia; manaḥ—con mente; karma—con actividades; vacobhiḥ—o con palabras; añjasā—con todo ello unido, no podemos entenderlas; yat-āśrayam—bajo cuyo control; yena—por quien; yataḥ—de quien; pratīyate—solamente podemos concebir que todo emana de Él; su-durvibhāvyam—más allá de nuestra conciencia o percepción de los sentidos; praṇatā asmi—he de entregarme; tat-padam—Sus pies de loto.
TRADUCCIÓN
Por lo tanto, yo me entrego a la Suprema Personalidad de Dios y Le ofrezco mis reverencias a Él, que está más allá de la especulación humana, de la mente, de las actividades, de las palabras y de los argumentos. Él es la causa original de la manifestación cósmica, el sustentador de todo el cosmos y quien nos permite concebir su existencia. Yo simplemente Le ofrezco mis reverencias, pues Él está más allá de mis capacidades de contemplar, especular y meditar, y más allá de todas mis actividades materiales.
SIGNIFICADO
Simplemente tenemos que comprender la grandeza de la Suprema Personalidad de Dios. No debemos tratar de entender con medios materiales, ni densos ni sutiles. Madre Yaśodā, como mujer sencilla que era, no podía descubrir la verdadera causa de la visión; en consecuencia, llevada del afecto maternal, y para proteger a su hijo, simplemente ofreció reverencias al Señor Supremo. Ofrecer reverencias al Señor era lo único que podía hacer. Dicen las Escrituras: acintyāḥ khalu ye bhāvā na tāṁs tarkeṇa yojayet (Mahābhārata, Bhīṣma Parva 5.22). No debemos tratar de comprender la causa suprema por medio de argumentos o razonamientos. Cuando nos veamos enredados en un problema cuya causa no comprendemos, no nos queda otra solución que entregarnos al Señor Supremo y ofrecerle respetuosas reverencias. Si lo hacemos, estaremos en una posición segura. En este ejemplo, también madre Yaśodā optó por esa solución. La Suprema Personalidad de Dios es la causa original de todo lo que ocurre (sarva-kāraṇa-kāraṇam). Cuando no se puede detectar la causa inmediata, simplemente hemos de ofrecer reverencias a los pies de loto del Señor. Madre Yaśodā llegó a la conclusión de que Él era la razón de las cosas maravillosas que veía en la boca de su hijo, aunque no sabía determinar claramente la causa. Por lo tanto, el devoto, cuando no puede determinar la causa del sufrimiento, llega a la siguiente conclusión:
- tat te 'nukampāṁ susamīkṣamāṇo
- bhuñjāna evātma-kṛtaṁ vipākam
- hṛd-vāg-vapurbhir vidadhan namas te
- jīveta yo mukti-pade sa dāya-bhāk
- (Bhāg. 10.14.8)
El devoto acepta que la pequeña cantidad de sufrimientos que la Suprema Personalidad
de Dios pueda haberle causado se debe a sus propias fechorías pasadas, y por ello ofrece
reverencias al Señor una y otra vez. A ese devoto se le califica de mukti-pade sa dāyabhāk; es decir, su liberación del mundo material está garantizada. Como se afirma en
el Bhagavad-gītā (2.14):
- mātrā-sparśās tu kaunteya
- śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ
- āgamāpāyino nityās
- tāṁs titikṣasva bhārata
Debemos saber que el sufrimiento material debido al cuerpo material viene y se va.
Por esa razón, debemos tolerar el sufrimiento y seguir adelante en el cumplimiento
de nuestro deber conforme a las órdenes del maestro espiritual.