ES/720622 - Clase SB 02.03.24 - Los Angeles
Prabhupāda: (a un devoto) He visto tu artículo, puedes verme después de la reunión. Hare Kṛṣṇa.
Devoto: ¡Hare Kṛṣṇa!
Pradyumna: Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Página 163, texto número 24. (dirige el canto del verso) (Prabhupāda y los devotos repiten)
- tad aśma-sāraṁ hṛdayaṁ batedaṁ
- yad gṛhyamāṇair hari-nāma-dheyaiḥ
- na vikriyetātha yadā vikāro
- netre jalaṁ gātra-ruheṣu harṣaḥ
- (SB 2.3.24)
Prabhupāda: Eso es todo. Siguiente, ¿alguien más? (los devotos cantan) Eso es todo. Hum.
Pradyumna: (dirige el canto de los sinónimos) tat —ese; aśma-sāram —de acero; hṛdayam —corazón; bata idam —ciertamente que; yat —el cual; gṛhyamāṇaiḥ —a pesar de cantar; hari-nāma —el santo nombre del Señor; dheyaiḥ —mediante la concentración de la mente; na —no; vikriyeta —transformación; atha —así pues; yadā —cuando; vikāraḥ —reacción; netre —en los ojos; jalam —lágrimas; gātra-ruheṣu —en los poros; harṣaḥ —erupciones de éxtasis. (cortado)
Traducción: “Sin duda que está hecho de acero aquel corazón que, a pesar de que uno cante el santo nombre del Señor con concentración, no se transforma cuando el éxtasis aparece, las lágrimas inundan los ojos y el vello se eriza”.
Prabhupāda: Tenemos aquí esta palabra, “hecho de acero”. Hoy en día, la ciencia médica, la medicina, cambia el corazón con estructura de acero. Vemos así, la ciencia moderna está creando corazones de acero, pero podemos entender que en el pasado también había corazones de acero. De no ser así, ¿de dónde viene esa palabra? Tad aśma-sāraṁ hṛdayaṁ batedam. Del mismo modo que la piedra o el acero no se derriten fácilmente, de manera similar, el corazón de la persona que no cambia después de cantar el mantra Hare Kṛṣṇa con regularidad, ese corazón hay que entender que este hecho de acero, está hecho de piedra o de hierro. En realidad, el hari-nāma, harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam (CC Adi 17.21), tiene la finalidad especial de limpiar el corazón. Que cada... todos los conceptos erróneos están dentro de nuestro corazón, comenzando por la falsa identificación de pensar: “Yo soy el cuerpo”. Ese es el comienzo de todos los conceptos falsos.
Caitanya Mahāprabhu dice: ceto-darpaṇa-mārjanam (CC Antya 20.12). A medida que continúan cantando, gradualmente el corazón se limpiará y podrán comprender que no son el cuerpo. Eso se llama jñāna-vairāgya. Jñāna. Jñāna significa conocer perfectamente que: “Yo no soy el cuerpo”. Eso es jñāna. Y tan pronto como saben que no son el cuerpo, de forma natural pierden todo interés en las cosas que están relacionadas con el cuerpo. Ceto-darpaṇa-mārjanaṁ bhava-mahā-dāvāgni-nirvāpaṇam. Bhava. Bhava significa la repetición del nacimiento y la muerte. Bhava también significa “llegar a ser”. Entonces, “llegar a ser” significa que también mueren. Porque así es este mundo. Llegar a ser no significa que se quedan aquí para siempre. Eso no es posible. “Llegar a ser” significa que también mueren. Entonces... pero bajo una impresión equivocada, tan pronto como llego a ser, pienso que este mundo está muy bien.
Bhaktivinoda Ṭhākura dice en una canción: “Mi querido Señor, cuando estaba en el vientre de mi madre, en aquel entonces te vi una vez que Tú te hiciste visible”. Las personas espiritualmente avanzadas pueden ver a Dios cuando están dentro del vientre de la madre. El niño cuando está ahí empaquetado y adquiere la conciencia, se siente muy incómodo. Y, en ese momento, la persona que es piadosa, que es espiritualmente avanzada, ora a Dios: “Por favor, rescátame de esta prisión. Estoy sufriendo demasiado. Y esta vez yo, después de nacer, simplemente me ocuparé en la conciencia de Kṛṣṇa”. Esa es su promesa.
Pero Bhaktivinoda Ṭhākura dice: janama hoilo, poḍi 'māyā-jāle (Śrī Nāma-Māhātmya). Tan pronto como nace, māyā está allí, olvidamos. Inmediatamente, el padre, la madre y los demás familiares cargan al niño y lo acarician muy bien. De esa forma olvidamos la condición tan precaria en que nos encontrábamos, donde prácticamente nos asfixiábamos. Casi es asfixiante. Después de salir del vientre de la madre, si los empaquetan de nuevo en una bolsa tan hermética, en tres segundos morirían. Vivimos bajo la protección del Señor Supremo, por lo demás, esa no es una condición donde se pueda vivir. Imagínense dentro del vientre. Pero eso lo olvidamos, y siendo atendidos por nuestros cariñosos padre y madre, en el regazo, pensamos que la vida es muy hermosa, esta vida. Pero eso es māyā, eso es ilusión.
En realidad, este bhava, este tener que nacer es una actividad muy, muy desagradable. Es un fuego ardiente que nos quema, bhava-mahā-dāvāgni. De modo que si podemos limpiar nuestro corazón durante esta vida... esta es la oportunidad. No es posible... cuando yo nazco como un animal, como un perro o un gato, eso no es posible. Pero ahora que he recibido este cuerpo de forma humana, no debo volver a descarriarme. Ceto-darpaṇa-mārjanaṁ bhava-mahā-dāvāgni (CC Antya 20.12). Si podemos limpiar nuestro corazón, entonces este fuego ardiente del ciclo de nacimientos y muertes puede apagarse.
Pero la energía ilusoria es tan fuerte que olvidamos las miserias que hemos padecido en nuestra última muerte. En el momento de la muerte sufrimos muchísimo, simplemente imagínense, en el momento que abandonamos la vida, en qué situación tan difícil nos encontramos. Nos olvidamos del nacimiento y la muerte. Tan pronto como hay nacimiento, también hay muerte. La muerte significa... cuanto más avanzan en edad, eso significa que están muriendo. Están avanzando hacia la muerte. El niño nace... “¿Cuándo ha nacido este niño?”. “Solo ayer”. Eso significa que ya ha muerto un día.
La muerte avanza. Tan pronto como se produce el nacimiento, inmediatamente, al lado, aparece la muerte. Si tengo un día de edad significa que he muerto un día. Si tengo setenta y seis años significa que ya he muerto setenta y seis años. Supongamos que vivo, digamos, ochenta, noventa años. Entonces ya he muerto setenta y seis años. La muerte es segura. Dicen: “Estamos progresando”. ¿Qué progreso es ese? La muerte es segura. No pueden controlar el nacimiento. Nacimiento, muerte, vejez... no se puede detener la vejez, ni las enfermedades. Pueden fabricar buenas medicinas, pero no pueden detener la enfermedad.
Tenemos el corazón de acero, tenemos un corazón de acero. No consideramos todas estas cosas. Son cosas prácticas. Y, aun así, vivimos bajo la impresión de que estamos progresando en la civilización material. Estamos avanzando en el arte de cortar piedra y madera, eso es todo. Ese es nuestro progreso. Es como en su país, pueden construir una casa de madera en dos meses, significa que son expertos en cortar madera.
Eso es el progreso: cortadores de madera, cortadores de piedra. Pero no es nuestro destino cortar madera y piedra. Lo nuestro es llegar a comprender nuestra identidad espiritual. Hay muchos pájaros, pájaros que cortan madera. Esa no es una manifestación de una inteligencia muy experta. Esa limpieza del corazón será posible mediante hari-nāma-dheyaiḥ, este canto de hari-nāma:
- harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam
- kalau nāsty eva nāsty eva nāsty eva gatir anyathā
- (CC Adi 17.21)
Todo proceso espiritual tiene por objeto limpiar el corazón. Tanto si practican karma-yoga o jñāna-yoga o dhyāna-yoga o bhakti-yoga, el objetivo final es la limpieza del corazón. Ahora mismo estoy sometido a un concepto erróneo, cosas sucias que he acumulado en mi corazón, “yo soy el cuerpo”, y por lo tanto no trato de entender que soy alma, y bajo el concepto corporal de la vida... tal y como los animales, ellos también están en el concepto corporal de la vida, están ocupados en comer, dormir, aparearse y defenderse, del mismo modo, la civilización humana se ha vuelto como animales, solo les interesa comer, dormir, aparearse y defenderse. Eso es todo. Pero esa no es nuestra posición. Es una oportunidad para liberarnos del enredo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Esa es nuestra verdadera misión. Ceto-darpaṇa-mārjanam (CC Antya 20.12).
Estamos mal orientados. Nuestros supuestos líderes son malos líderes. No saben cuál es el objetivo de la vida. Esa es la dificultad en el momento actual. No solo en el momento presente, en el mundo material este problema existe siempre, pero debido a esta era de Kali, ese problema se ha hecho más agudo. Eso es todo. Este canto del mantra Hare Kṛṣṇa libre de ofensas, libre de las diez ofensas, limpia el corazón y entonces podremos liberarnos. Ceto-darpaṇa-mārjanaṁ bhava-mahā-dāvāgni-nirvā... porque sabemos el camino por el que podemos salir de las garras del nacimiento y la muerte. Hay muchísimos científicos y filósofos, muy eminentes, pero nunca hablan de este importantísimo tema, cómo liberarse del nacimiento y de la muerte. No tienen soluciones, ni pueden pensar acerca de ello. Pero nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa nos está dando el conocimiento de que: “Puedes liberarte de estas garras del nacimiento y la muerte, la vejez y las enfermedades”.
Ese es nuestro deseo. Nadie quiere morir, nadie quiere volver al vientre de la madre. Nadie quiere las enfermedades, nadie quiere la vejez. Pero los supuestos científicos no tiene ninguna propuesta para liberarnos de esas garras. En este verso, el Śrīmad-Bhāgavatam nos indica que hari-nāma-dheyaiḥ. Con el canto del hari-nāma, harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam (CC Adi 17.21), pueden salir de esto. Y cuando el hari-nāma sea perfecto... las características se explican en este verso: netre jalaṁ gātra-ruheṣu harṣaḥ. Al cantar, no siempre, a veces, cuando debido al éxtasis, las lágrimas caigan y el cuerpo se estremezca, eso significa que están llegando a la perfección. Esto es algo que no debe practicarse de forma artificial. Son cosas que se manifestarán por sí solas cuando lleguen realmente al estado de perfección. Entonces, este verso sugiere que si una persona canta el mantra Hare Kṛṣṇa, pero sus ojos no se le llenan de lágrimas o su cuerpo no tiembla con estremecimientos extáticos, eso significa que esa persona no ha llegado a la perfección.
Pero si cantamos este mantra Hare Kṛṣṇa sin ofensas, observando los principios regulativos y la cantidad prevista... saṅkhyā-pūrvaka-nāma-gāna-natibhiḥ (Ṣaḍ-gosvāmy-aṣṭaka). Los Gosvāmīs, en Vṛndāvana, solían cantar ateniéndose a una determinada cantidad fija. Eran personas completamente liberadas, aun así, para enseñarnos, para darnos el ejemplo, solían cantar ateniéndose a un determinado número. Haridāsa Ṭhākura solía cantar el mantra Hare Kṛṣṇa ateniéndose a una determinada cifra, trescientas mil veces. Trescientas mil veces. Nosotros indicamos cantarlo simplemente veinticinco mil; ni siquiera cien mil. No es muy difícil, se necesitan dos horas como máximo. Tenemos que encontrar, de veinticuatro horas, dos horas. Podemos encontrar ese tiempo.
Si realmente seguimos las reglas y regulaciones y cantamos el mantra Hare Kṛṣṇa, esos síntomas se manifestarán: netre jalaṁ gātra-ruheṣu harṣaḥ. Y cuando eso se produce, entonces pueden saber que: “Estoy llegando a la perfección”. Y si no se produce, entonces debe entenderse que tienen el corazón de acero. Duro como el acero. No es más que acero. Roca. Una piedra... si mantenemos nuestro corazón de piedra o duro como el acero, no se puede derretir. Esos signos indican que el corazón se está derritiendo, que está cambiando. Lee el significado.
Pradyumna: “Debemos notar con provecho que, en los tres primeros capítulos del Segundo Canto, se está presentando un proceso gradual de desarrollo del servicio devocional. En el primer capítulo se ha hecho énfasis en el primer paso del servicio devocional en pos del estado de conciencia de Dios por medio del proceso de oír y cantar, y para los principiantes se ha recomendado una concepción burda de la Personalidad de Dios, es decir, Su forma universal. Por medio de esa concepción burda de Dios a través de las manifestaciones materiales de Su energía, se es capaz de espiritualizar la mente y los sentidos, y gradualmente concentrar la mente en el Señor Viṣṇu, el Supremo, quien está presente en forma de la Súperalma en cada corazón y en todas partes, en cada átomo del universo material.
“El sistema de pañca-upāsanā, que le recomienda al hombre común cinco actitudes mentales, también se promulga con ese propósito, es decir, el desarrollo gradual, la adoración del superior que puede estar en la forma del fuego, la electricidad, el sol, la totalidad de los seres vivos, el Señor Śiva y, finalmente, la impersonal Súperalma, la representación parcial del Señor Viṣṇu. Todo ello se describe bien en el segundo capítulo, pero en el tercer capítulo se prescribe un mayor desarrollo, después de que uno ha alcanzado de hecho la etapa de la adoración de Viṣṇu, o el servicio devocional puro, y aquí se sugiere la madura etapa de la adoración de Viṣṇu en relación con la transformación del corazón.
“Todo el proceso del cultivo espiritual tiene como objetivo la transformación del corazón del ser viviente en lo que se refiere a la relación eterna que él tiene con el Señor Supremo como sirviente subordinado, lo cual constituye su posición constitucional eterna. Así que, con el progreso del servicio devocional, la reacción que se refiere a la transformación del corazón se exhibe en el desapego gradual del sentido de disfrute material a través de un falso sentido de enseñorearse del mundo, y en el aumento de la actitud de querer prestarle un amoroso servicio al Señor. El vidhi-bhakti, o el servicio devocional regulado que se realiza con las partes del cuerpo (es decir, con los ojos, los oídos, la nariz, las manos y las piernas, tal como se explicó antes), es lo que ahora se recalca aquí en relación con la mente, la cual constituye el incentivo para todas las actividades de las partes del cuerpo.
“Se espera de todas maneras que, a través de la ejecución del servicio devocional regulado, uno manifieste la transformación del corazón, Si esa transformación no ocurre, se debe considerar que el corazón es de acero, ya que no se derrite ni siquiera cuando ocurre el canto del santo nombre del Señor. Siempre debemos recordar que oír y cantar son los principios básicos del desempeño de los deberes devocionales, y si se realizan debidamente, a ello lo seguirá la reacción del éxtasis, con signos tales como la aparición de lágrimas en los ojos y el erizamiento de los vellos del cuerpo. Estas son consecuencias naturales, y constituyen los síntomas preliminares de la etapa bhāva, que aparece antes de que uno alcance el perfecto estado de prema, el amor por Dios.
“Si la reacción no tiene lugar, ni siquiera después de oír y cantar el santo nombre del Señor continuamente, ello se le debe atribuir únicamente a las ofensas. Esa es la opinión del Sandarbha. Al principio del canto del santo nombre del Señor, si el devoto no ha tenido mucho cuidado en evadir las diez clases de ofensas que se pueden cometer a los pies del santo nombre, ciertamente que la reacción de los sentimientos de separación no se hará visible en la forma de la aparición de lágrimas en los ojos y el erizamiento del vello.
“La etapa bhāva se manifiesta mediante ocho síntomas trascendentales, a saber, inercia, transpiración, erizamiento de los vellos, vacilación de la voz, temblor, palidez del cuerpo, aparición de lágrimas en los ojos y, por último, trance. El néctar de la devoción, un estudio resumido del Bhakti-rasāmṛta-sindhu de Śrīla Rūpa Gosvāmī, explica esos síntomas y describe vívidamente otras transformaciones trascendentales, tanto en manifestaciones estables como aceleradas.
“Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura ha discutido de un modo muy crítico todas estas manifestaciones de bhāva, en relación con algunos neófitos inescrupulosos que imitan los síntomas antedichos en aras de una apreciación fácil. Además de Viśvanātha Cakravartī, Śrīla Rūpa Gosvāmī también los trató de una manera muy crítica. A veces, los devotos mundanos (prākṛta-sahajiyās) imitan todos los ocho síntomas de éxtasis que se mencionaron, pero los seudosíntomas se detectan de inmediato cuando uno ve al pseudodevoto adicto a muchísimas cosas prohibidas. Aunque una persona esté adornada con los signos de un devoto, si está adicta a fumar, a beber o a las relaciones sexuales ilícitas con mujeres, no puede tener todos los síntomas extáticos anteriormente mencionados. Pero en ocasiones se ve que esos síntomas se imitan deliberadamente, y por esa razón Śrīla Viśvanātha Cakravartī acusa a esos imitadores de tener un corazón de piedra. Algunas veces, ellos se ven incluso afectados por el reflejo de esos síntomas trascendentales, pero aun así no abandonan los hábitos prohibidos, entonces son casos desahuciados en lo que se refiere a la iluminación trascendental.
“Cuando el Señor Caitanya se encontró con Śrīla Rāmānanda Rāya de Kavaur en la ribera del Godāvarī, el Señor manifestó todos esos síntomas, pero debido a la presencia de unos brāhmaṇas no devotos que eran asistentes del Rāya, el Señor reprimió los síntomas. De manera que, a veces ni siquiera se ven en el cuerpo del devoto de primera clase, por ciertas razones circunstanciales. En consecuencia, un verdadero y estable bhāva se exhibe sin duda alguna en la forma del cese de los deseos materiales (kṣānti), en la utilización de cada momento para el trascendental servicio amoroso del Señor (ayārtha-kālatvam), en el anhelo de glorificar al Señor constantemente (nāma-gāne sadā ruci), en el hecho de sentirse atraído por vivir en la tierra del Señor (prītis tad-vasatisthale), en el completo desapego de la felicidad material (virakti) y en la ausencia de orgullo (māna-śūnyatā). Aquel en quien se han desarrollado todas estas cualidades trascendentales se encuentra verdaderamente en la etapa bhāva, a diferencia del imitador con corazón de piedra o devoto mundano.
“Todo el proceso se puede resumir de la siguiente manera: el devoto adelantado que canta el santo nombre del Señor de una manera absolutamente libre de ofensas y es amigable con todo el mundo, puede de hecho disfrutar del sabor trascendental que procede de glorificar al Señor. Y el resultado de ese estado de comprensión se refleja en el cese de todos los deseos materiales, etc., como se mencionó antes.
“Los neófitos, debido a que se encuentran en la etapa inferior del servicio devocional, son envidiosos invariablemente, hasta el punto en que inventan sus propios sistemas de regulaciones devocionales, sin seguir a los ācāryas. Así pues, aunque hagan un espectáculo de que cantan constantemente el santo nombre del Señor, no pueden disfrutar del sabor trascendental del santo nombre. Por consiguiente, el espectáculo de lágrimas en los ojos, temblor, transpiración o inconsciencia, etc., está censurado. Sin embargo, ellos pueden ponerse en contacto con un devoto puro del Señor y corregir sus malos hábitos; de lo contrario, seguirán teniendo un corazón de piedra, y seguirán sin estar en capacidad de recibir tratamiento alguno. Una marcha progresiva completa por la senda de vuelta al hogar, de vuelta a Dios, dependerá de las instrucciones de las Escrituras reveladas dirigidas por un devoto iluminado”.
Prabhupāda: Este progreso positivo será posible si seguimos las instrucciones de los Vedas. Por esa razón, Śrīla Rūpa Gosvāmī ha dicho:
- śruti-smṛti-purāṇādi-
- pañcarātriki-vidhiṁ vinā
- aikāntikī harer bhaktir
- utpātāyaiva kalpate
- (Brs. 1.2.101)
Śruti significa los Vedas, los śāstras. Śruti-smṛti. Y smṛti significa los libros que siguen los principios védicos. Los Vedas... Supongamos que escriben un libro, o cualquier otra cosa, si es justo de acuerdo con las conclusiones védicas, entonces también este se llama smṛti. Si recuerda las conclusiones de los Vedas... no pueden ir más allá de las conclusiones de los Vedas, porque entonces sería una escritura inútil. Las conclusiones de los Vedas deben estar presentes. La guía debe estar presente. Si escriben algo, de acuerdo con esa conclusión, eso es correcto y si se desvían de esa conclusión, eso es erróneo, equivocado. Queremos leer libros correctos y autorizados, no imaginaciones. Usando la imaginación pueden escribir tantas tonterías. Todo eso es inútil. Deben recordar cuál es la conclusión de los Vedas.
Así que śruti-smṛti-pañcarātra-vidhim. Pañcarātra-vidhi, este arcanā, esta adoración en el templo, siguiendo las directrices de Nārada. Si se abandonan todos estos principios regulativos y la persona quiere ser un devoto, un escritor, Rūpa Gosvāmī dice que sin la declaración concluyente de los Vedas, smṛtis y pañcarātra-vidhi... śruti-smṛti-purāṇādi-pañcarātra-vidhiṁ vinā:
- śruti-smṛti-purāṇādi-
- pañcarātra-vidhiṁ vinā
- aikāntikī harer bhaktir
- utpātāyaiva kalpate
Sin seguir aikāntikī harer bhaktiḥ, el hacerse ver de ese devoto, aikāntikī harer bhaktir utpātāyaiva kalpate, es simplemente un trastorno, una perturbación. Simplemente una perturbación.
Tales cosas están sucediendo. Ahora cualquiera está fabricando su propio camino de autorrealización, y hay bribones que están apoyando eso: "Todos somos independientes. Podemos encontrar nuestro propio camino de adoración". Pero Rūpa Gosvāmī dice: "Esto es simplemente crear perturbaciones". Eso es muy natural de entender. Supongamos que aquí, en nuestro templo, tenemos algún principio regulador. Pero si todo el mundo dice: "Puedo fabricar mi propia manera de adorar a la Deidad", entonces ¿cuál será la condición? Será simplemente un pandemónium. ¿Lo ven? Eso es lo que está sucediendo. Todos están fabricando un tipo de religión, de meditación, sin ninguna referencia a los libros autorizados, śruti-smṛti-purāṇādi:
- śruti-smṛti-purāṇādi-
- pañcarātra-vidhiṁ vinā
- aikāntikī harer bhaktir
- utpātāyaiva kalpate
Por lo tanto, la gente se está volviendo atea, sin religión, sin principios, y el mundo entero es un caos debido a esto.
Lo ha prohibido Rūpa Gosvāmī. Y en el Bhagavad-gītā también se dice: yaḥ śāstra-vidhim utsṛjya vartate kāma-kārataḥ (BG 16.23): “Quien no respeta los śāstras autorizados, sino que vive caprichosamente, según su propio sendero”, na siddhim sa avāpnoti, “esa forma de descubrir un nuevo sendero de sistema religioso, un nuevo sendero de esto o aquello, nunca consigue la perfección”, na siddhim sa avāpnoti, na sukham, “ni la felicidad”. Na parāṁ gatim. Porque todo nuestro objetivo es cómo salir de este encarcelamiento material y volver al mundo espiritual, volver a casa. Ese es el objetivo. Eso se llama parā gatim. Parā significa trascendental; gati significa objetivo de la vida. Parā gati.
Aquellos que no siguen las instrucciones autorizadas, simplemente están creando perturbación, y mediante tal proceso uno no puede ser feliz, ni perfecto, y ¿qué hablar de volver al hogar, a Dios? Por lo tanto, no aceptamos nada que no esté autorizado por la sucesión discipular. Lo rechazamos inmediatamente. Hay un ejemplo de que en la India hay un árbol, sajna, árbol sajna. No sé si está en su país. Ese, ese árbol tiene un muy, quiero decir, tronco grueso. Pero con una pequeña sacudida, se romperá. Una pequeña sacudida. Árbol sajna. Y hay otro árbol, que se llama árbol de tamarindo. Incluso el tallo es como un dedo, no se puede romper; es tan fuerte. Nuestra política debería ser que cuando nos caigamos, debemos refugiarnos en este árbol de tamarindo, no en ese árbol sajna. El árbol de tamarindo es la instrucción védica, infalible, sin ningún error.
Como les he dado varias veces el ejemplo de que los Vedas dicen que las heces de los animales son impuras, y en otro lugar dice que las heces de la vaca son puras. Ahora, si ustedes, si son buenos lógicos, pueden argumentar que: "Las heces de los animales son impuras. Eso ya está dicho. ¿Por qué dice: ‘Las heces de la vaca son puras’?”. Oh, pero eso es un hecho. Si analizan las heces de la vaca, encontrarán que están llenas de propiedades antisépticas. Eso es conocimiento védico. Les da el conocimiento correcto. No pueden concluir que: "Las heces de un animal son impuras, entonces ¿por qué las heces de este animal pueden ser puras?". No. El conocimiento védico es tan perfecto que pueden aceptarlo como es y se beneficiarán. Se beneficiarán.
En el conocimiento védico, el viṣṇoḥ paramaṁ padaṁ: la meta suprema es Viṣṇu. Oṁ tad viṣṇoḥ paramaṁ padaṁ sadā paśyanti sūrayaḥ (Ṛg-veda 1.22.20), este es un mantra del Ṛg Veda. Los, algunos sinvergüenzas, así llamados eruditos, dicen: "Estos Vedas, estos mantras, algunos son primitivos. Ahora estamos avanzados. Vamos a crear nuestro propio mantra". ¿Lo ven? Esto es lo que sucede. Lo primitivo... lo primitivo, tenemos que estudiarlo. Primitivo significa muy, muy antiguo. ¿Si en los días pasados la gente era realmente feliz o ahora son felices? Incluso si dicen: "Primitivo", la vida primitiva es muy agradable. La vida primitiva significa una vida simple, siguiendo el ritmo de la ley de la naturaleza. Es muy agradable. La vida primitiva... les da una vida libre de ansiedad, y por lo tanto, incluso si la toman como primitiva, las personas santas, los sabios, solían vivir largos, largos años, y su cerebro era tan agudo, porque tomaban alimentos naturales —frutas, granos y leche— que ayudan a desarrollar el cerebro humano para entender la materia sutil.
Incluso Vyāsadeva... han visto la foto de Vyāsadeva. Él está escribiendo libros sólo cerca de una casa de campo. Pero está escribiendo. Nadie puede crear tal literatura. Pero él llevaba una vida muy simple, en una cabaña. Incluso, digamos, hace 2.000 años o poco más, estaba Cāṇakya Paṇḍita. Cāṇakya Paṇḍita era un brāhmaṇa, pero gran político. Su política se estudia incluso ahora en la clase de M.A. Y como fue un gran político, diplomático, bajo su nombre en nuestra India, en Nueva Delhi, la capital, hay un barrio que se llama Cāṇakya Purī, y todas las embajadas extranjeras están allí. Su embajada americana también está allí.
Era un gran político. Pero aun así, vivía en una casa de campo. No aceptaba ningún salario, porque era brāhmaṇa. Los brāhmaṇas no pueden aceptar ningún salario. Al igual que ustedes me han aceptado como su ācārya, pero no me pagan ningún salario. Eso está prohibido. El maestro no acepta un salario. Entonces baja a la plataforma śūdra. El śūdra acepta el salario: "Yo te sirvo, tú me pagas". Y el brāhmaṇa distribuirá el conocimiento libremente, y el kṣatriya dará protección al brāhmaṇa. Este es el sistema del sistema védico.
Incluso hace cincuenta años, la educación en la India, no había cargos. Un brāhmaṇa erudito se sentaba en cualquier esquina de un barrio, y todos los niños acudían allí, aprendían la educación primaria. Y los padres de los niños enviaban... alguien enviaba arroz, alguien enviaba ḍāl... al igual que estamos manteniendo, recolectando. No aquí, pero en Bombay, nuestro centro está colectando y distribuyendo.
Todo el sistema era eso. Intercambio de amor. Yo les doy algún servicio, ustedes me dan algo, por su amor. Dadāti pratigṛhṇāti. El amor significa seis síntomas. Yo les doy algo, ustedes me dan algo. Yo les doy algo para comer; ustedes también me dan algo para comer. Dadāti pratigṛhṇāti bhuṅkte bhojayate, guhyam ākhyāti pṛcchati (Upadeśāmṛta 4). Si estoy en problemas, expreso mi mente, abro mi mente ante ustedes, y ustedes también tratan de ayudarme. Estos son los seis signos de amor. Eso es la civilización védica— todo intercambio de amor. Nada de negocios, mercantilismo.
De acuerdo, vamos a realizar kīrtana. Hare Kṛṣṇa.
Devotos: Jaya Śrīla Prabhupāda. (los devotos ofrecen reverencias) (cortado) (fin)
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