ES/730516 - Clase SB 01.09.02 - Los Angeles

His Divine Grace A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda



730516SB-Los Angeles, 16 mayo 1973 - 36:19 minutos



Pradyumna: Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. Oṁ namo bhagavate vāsudevāya. (dirige el canto del verso) (Prabhupāda y los devotos repiten)

tadā te bhrātaraḥ sarve
sadaśvaiḥ svarṇa-bhūṣitaiḥ
anvagacchan rathair viprā
vyāsa-dhaumyādayas tathā
(SB 1.9.2)

(pausa)

tadā —en ese momento; te —todos ellos; bhrātaraḥ —los hermanos; sarve —todos juntos; sat-aśvaiḥ —tirado por caballos de primera; svarṇa —oro; bhūṣitaiḥ —estar decorado con; anvagacchan —seguidos uno tras otro; rathaiḥ —en los carros; viprāḥ —Oh brāhmaṇas; vyāsa —el sabio Vyāsa; dhaumya —Dhaumya; ādayaḥ —y otros; tathā —también.

Traducción: “En ese momento todos sus hermanos lo siguieron en hermosas cuadrigas tiradas por caballos de primera clase decorados con ornamentos de oro. Con ellos estaban Vyāsa y ṛṣis como Dhaumya, el sabio sacerdote de los Pāṇḍavas, y otros”.

Prabhupāda: En este verso hay una palabra muy importante: sadaśvaiḥ svarṇa-bhūṣitaiḥ. En el pasado, las divisiones militares utilizaban los caballos. Caballos, cuadrigas, elefantes e infantería. Y no eran uno o dos, sino una división militar, una falange... necesitaba sesenta mil caballos. Akṣauhiṇī. Tal cantidad de caballos, de elefantes, de cuadrigas y tantos soldados de infantería, eso formaba una división de soldados. Y “tal cantidad” significa, ahora lo recuerdo exactamente, sesenta mil caballos. De modo que todos los caballos, cuando se necesitaban para un desfile o para ir a luchar, estaban bien decorados con ornamentos de oro, svarṇa-bhūṣitaiḥ. Imaginar ahora todas las sillas de los caballos, si están adornadas con oro, cuántas onzas de oro vas a necesitar para decorar al caballo. Y cuál es el precio del oro ahora?

Dānavīr: Ciento veintiocho dólares la onza.

Prabhupāda: Miren, para decorar un caballo se necesitarán al menos cincuenta onzas. Y una onza es $ 120. Entonces, ¿cuál es el precio de cincuenta onzas?

Devotos: Cinco mil dólares.

Prabhupāda: Cinco mil dólares. Y sesenta mil caballos, ¿cuánto cuesta? (risas) ¿Dónde está ese oro? Ellos están muy orgullosos del progreso de la civilización material, pero ahora en lugar de oro, lo que tenemos es plástico. (risas) Y esos tontos están muy orgullosos de su riqueza. Sólo vean. No tienen ni siquiera para adornar a sus esposas. Y las mujeres también necesitan adornos, es psicología. EL Manu-saṁhitā aconseja que: “Si quieres tener satisfecha a tu esposa, debes darle buena comida, buenos sārīs y buenos adornos”. Este es el sistema.

Por eso, en el momento del matrimonio, la joven recibe de su padre, conforme a sus medios, una buena cantidad de sārīs, buenos sārīs, sārīs hermosos y costosos, y alhajas, adornos de oro. Y los que son muy ricos, todavía en la India, regalan joyas, significa diamantes, perlas, zafiros, según los propios medios. Las clases más ricas ni siquiera tocan el oro. Deben regalar joyas. Ese es el sistema.

Y esa es la opulencia. Tanto oro. Y cuando se terminó la batalla de Kurukṣetra, también se terminó la tesorería. La tesorería de los Pāṇḍavas también estaba agotada. Porque guerra significa gastos. Para financiar el desarrollo de la guerra se necesitan tantos cientos de miles de libras y dólares cada día. Yudhiṣṭhira Mahārāja quería hacer...

(al lado) ¿Tienes el pañuelo?

Pradyumna: No.

Prabhupāda: Para el sacrificio se necesita dinero, tantos cereales, tantos adornos, tanto oro y tanto ghee... se necesitaba de todo. Realizar un sacrificio no es algo común y corriente. Se necesitan millones y millones de dólares. En Kali-yuga, debido a que la gente no puede reunir cosas tan costosas... supongamos el ghee. Al fuego se ofrecían toneladas de ghee. ¿Dónde están esas toneladas de ghee? No las hay. Y todos los utensilios están hechos de oro. El altar estaba hecho de oro. ¿Dónde está ese oro? Por eso... no hace muchos días, cinco mil años, la historia de la India, o la historia de este mundo... ahora se llama India, pero el mundo entero se llamaba Bhārata-varṣa.

Yudhiṣṭhira Mahārāja pidió a su hermano Dhanañjaya, Arjuna: “Así que trae algo de dinero de algún lado. De lo contrario, ¿cómo podemos celebrar los sacrificios? Hemos agotado todas nuestras reservas”. Arjuna estaba un poco perplejo. Su hermano mayor era el rey, y sus hermanos menores, generales. Y Kṛṣṇa vio que Su amigo estaba un poco perturbado. Inmediatamente le dio información. Así es Dios, sarva-jña. Él sabe dónde encontrar. Y le informó de que en el pasado, un rey, por la gracia del Señor Śiva, había recibido información acerca de una gran mina de oro o una mina que era una montaña de oro. Y ese rey solía fabricar tantas cosas en oro. Sobre todo en los sacrificios solía dar grandes cantidades de platos hechos de oro a los brāhmaṇas.

Por aquel entonces tampoco los brāhmaṇas eran muy codiciosos. El rey, durante el sacrificio, les dio un número ilimitado de platos hechos de oro. Ellos los aceptaron, pero cuando salieron de la arena de los sacrificios, pensaron: “¿Quién va a llevar tanto peso? Vamos a tirarlo”. Sólo vean. Eso es opulencia. Como hoy en día es nuestro sistema que el plato en el que se come, se debe tirar...

En el pasado la gente solía comer en plato de oro, por lo menos la familia real, después de comer lo tiraban. No lo usaban dos veces. Como en la India todavía, todavía hoy se utilizan platos de barro. Como aquí en su país, usan platos de cartón, en la India, platos de barro, los utilizas una vez y se desechan. No se pueden utilizar por segunda vez. Por eso, en las familias hindúes estrictas no usan estos platos de porcelana. No los usan. Porque están hechos de tierra. Porque, tratándose de un recipiente de barro, tan pronto como lo usan, queda contaminado. Debe desecharse. No se puede utilizar por segunda vez. Eso fue...

Este sistema se utilizaba antes incluso para los platos de oro. Una vez utilizado, no se puede utilizar por segunda vez. Se tira. Y “tirarlos” significaba que alguna persona pobre los recogería. De modo que no había pobreza. Los ricos comen una vez y lo tiran. Sus sirvientes u otras personas pobres... como esos brāhmaṇas, tiraron todos esos platos de oro. Los brāhmaṇas no necesitan platos de oro, pero se los habían dado en caridad: “Brāhmaṇas, tomen”. Ellos aceptaron, pero pensaron que: “es una gran carga. ¿Por qué vamos a cargar con ellos? Vamos a tirarlos”.

Había montones de platos de oro tirados cerca de las montañas Himalaya. De modo que Arjuna recibió de Kṛṣṇa la información de que: “Ve allí y recoge esos platos de oro, entonces habrás cumplido tu comisión”. Arjuna fue allí, los recogió y se los llevó a su hermano, Mahārāja Yudhiṣṭhira, para que los convirtiera en dinero para gastar en el sacrificio. Ese era el sistema. Por eso, el otro nombre de Arjuna es Dhanañjaya. Dhanañjaya significa “aquel que puede conquistar las riquezas”. Su hermano necesitaba dinero y él trajo dinero. Por eso, desde ese día, su nombre fue Dhanañjaya, “él que puede conquistar riquezas”.

En realidad, la opulencia humana no se refiere a estos pequeños automóviles. Una vez que choca con otro coche, se acabó, queda sin valor. La opulencia en la vida humana significa que la sociedad debe disponer de oro en abundancia, joyas en abundancia, seda en abundancia, cereales en abundancia, leche en abundancia, verduras en abundancia, esas cosas. Eso es opulencia. Eso es opulencia. En el pasado una persona era considerada rica por dos cosas, dhānyena dhanavān: la cantidad de cereales que tiene en su casa. Un granero grande, grande, lleno de cereales. Todavía hoy en la India, si voy a dar a mi hija a alguna familia, para comprobar la opulencia de esa familia voy a ver su casa, y si veo que hay una gran provisión de cereales almacenados y muchas vacas, entonces es muy bueno. Eso es opulento. Dhānyena dhanavān, gavyaṁ dhanavān. Una persona se considera rica cuando tiene suficiente cantidad de cereales y suficiente cantidad de, quiero decir, un número suficiente de vacas.

Como Nanda Mahārāja, el padre adoptivo de Kṛṣṇa, tenía 900.000 vacas. Y era rico. Él era un Mahārāja, un rey. Pero miren como se comportaba. Sus queridos hijos, Kṛṣṇa y Balarāma, a ellos les había confiado el cuidado de los terneros y las vacas: “Ve al bosque”. Están muy bien vestidos con adornos y lindos vestidos, tienen de todo. Todos los pastorcillos son muy ricos. Tienen suficientes cereales y leche en abundancia. De forma natural ellos son muy ricos. Pero no es que las vacas y los terneros sean atendidos por algún criado. No. Ellos mismos los cuidaban.

Esa era la diversión de los niños, iban al bosque, llevaban los terneros y las vacas y llevaban algo para almorzar. Comían allí, danzaban allí, jugaban allí y de nuevo al atardecer regresaban. Llegando a casa, se bañaban y se cambiaban de ropa y comían e inmediatamente se iban a dormir. Esta era la ocupación de los niños. Y que sanos crecían, porque jugaban y trabajaban, disfrutando muy felices de su compañía. No había posibilidad de contaminarse. Yāmuna-tīra-vana-cārī (Jaya Rādhā Mādhava). Yāmuna-tīra, a orillas del Yamunā... del mismo modo que nosotros vamos a la orilla del mar, la playa, de manera similar, la orilla del Yamunā, un río muy bonito, donde hay árboles. Estos jóvenes, Kṛṣṇa y Sus amigos, con sus vacas iban allí y paseaban por las orillas del Yamunā y hacían deporte y se dedicaban a sus frivolidades, todo, muy bien.

De modo que por aquel entonces no había educación, no se les brindaba educación todavía. El niño va a la escuela una vez que ha crecido sano y agradable. Por lo demás, lo primero que hacían es que tenían que comer, tomar leche en abundancia, mantequilla y yogur, y jugar todo lo que quisieran al aire libre con sus amigos, cuidando de las vacas. Eso es trabajar. Pero al mismo tiempo es jugar, deporte, muy hermoso. Estas cosas las enseñó el propio Kṛṣṇa personalmente, aunque era el hijo del rey. Luego, cuando creció, Su verdadero padre se hizo cargo de Él, Vasudeva. Entonces Él... como kṣatriya... Pertenecía a la familia kṣatriya. Se le dio toda la otra educación: cómo luchar, cómo gobernar, todo.

Estos kṣatriyas, Mahārāja Yudhiṣṭhira, ellos también eran kṣatriyas. Y cuando fueron a ver a Bhīṣmadeva, fueron allí al estilo real, con cuadrigas, caballos y adornados con alhajas de oro y con los brāhmaṇas, Vyāsadeva y otros. Todos los kṣatriyas, los reyes, estaban siempre acompañados por ejércitos de brāhmaṇas. Tan pronto como necesitaban alguna instrucción, inmediatamente consultaban a los brāhmaṇas y estos les daban un buen consejo: “Haz esto”. Esa es la función del brāhmaṇa. Y los reyes no hacían nada sin consultar. No piensen que porque había monarquía, todos eran autócratas. No. Si los brāhmaṇas no estaban de acuerdo, no lo harán. La comunidad de brāhmaṇas, las personas santas y los sabios eruditos, los brāhmaṇas... había un comité, y el rey escuchaba sus consejos sobre cómo resolver los asuntos políticos o de la administración, y ellos consultaban los libros establecidos.

Como hoy en día esos sinvergüenzas, todos los días están cambiando alguna ley. Alguien me dijo... ¿dónde? En África, todas las semanas hay cambios de gabinete. Cada semana. Lo cual significa que está lleno de sinvergüenzas. Y un sinvergüenza se pelea con otro sinvergüenza. De modo que el gobierno no tiene estabilidad. Todos estos sinvergüenzas, esos políticos sinvergüenzas, tratan de ocupar ellos el cargo: “Yo voy a llegar a presidente. Voy a llegar a secretario. Y luego explotaré a la nación lo más que pueda”. Esa es su motivación. Se manifiestan diciendo, que: “Les voy a dar el cielo. Si me eligen como presidente, les voy a dar el cielo en tres minutos”. (risas)

Estas promesas, ellos simplemente prometen. En realidad, no hay nada. Pero el rey era muy responsable, como estamos comentando. Y Mahārāja Yudhiṣṭhira pensaba en las mujeres: “Ahora sus maridos y sus hijos o sus padres, muchos han muerto. Ahora, ¿cómo cuidarlos? Estaba perplejo. Era tan responsable, se preocupaba por los niños, por los brāhmaṇas, por aquellos que están indefensos. Las mujeres, los niños, los brāhmaṇas, los ancianos y las vacas deben ser los primeros en ser cuidados. Ese era el deber del rey. Niños. Y ¿quién cuida a los niños? ¿Quién cuida de las mujeres? Y ¿quién se ocupa de los brāhmaṇas? No hay brāhmaṇas. Incluso si hay algunos brāhmaṇas, que estamos formando ahora, ¿quién nos va a cuidar?

Era deber del gobierno velar por el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa: “Oh, ¿está ocurriendo un movimiento tan importante? Nuestra primera atención debería ser cómo puede continuar este movimiento”. Tan buen carácter, tan buen comportamiento, un conocimiento tan bueno, una conciencia de Dios tan grande, tanta pureza, y el gobierno no le presta atención. Lo consideran algo sentimental. Y los políticos lo único que hacen es ir a los burdeles y beber alcohol y bailar desnudos, pero son todos personas de primera categoría. Esta es la situación de la sociedad. No se cuida a las entidades vivientes que son muy importantes. Como en este verso, vipra. Mahārāja Yudhiṣṭhira siempre estaba acompañado de brāhmaṇas. Sin cultura brahmínica, ¿qué valor tiene la sociedad? No tiene ningún valor. Es una sociedad animal.

Por eso, el Bhagavad-gītā aconseja: cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ (BG 4.13). Aquí no pueden encontrar que todos los hombres pertenecen a la misma clase. Eso no es posible. Hay sinvergüenzas que están tratando de crear una sociedad sin clases, sin clases, todo uno. Eso es picardía. Eso no es posible. Tiene que haber clases. Eso es científico. ¿Por qué? Porque la naturaleza material funciona a partir de tres modalidades: primera clase, segunda clase, tercera clase. Bondad, pasión e ignorancia. Entonces, ¿cómo se puede hacer una sociedad sin clases? Debe haber divisiones. Debe haber clases, tiene que haber color, colorido.

De modo que debe organizarse científicamente, de manera que todas las clases puedan colaborar con un propósito y desarrollarse de la mejor manera en la conciencia de Kṛṣṇa. Por eso, Kṛṣṇa dice: cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭam (BG 4.13). Mayā sṛṣṭam significa todo lo que Dios ha creado, ustedes no lo puedes anular, no lo pueden rechazar. Eso no puede ser. Tienen que aceptarlo y si es posible utilizarlo. Por eso, los devotos lo dan por sentado, incluso si se trata de una situación de sufrimiento en la vida, ellos aceptan: “Esto lo ha creado Dios. Ahora estoy sufriendo. Lo ha creado Dios. Entonces, ¿por qué debería odiarlo? Mejor lo tolero. Voy a soportar esta situación de sufrimiento de la vida”.

Como algunos de ustedes tienen tos. Han hecho caso omiso de alguna ley de higiene, de modo que ahora tengo resfriado y tos. Entonces, ¿por qué debo burlarme de ello? Esto tiene que haberlo creado, o bien como dicen, por la naturaleza del cuerpo o por Dios. Y mientras esté ahí, voy a sufrirlo pacientemente. Ha venido y se irá. Ésa es la enseñanza del Bhagavad-gītā: āgamāpāyinaḥ anityāḥ. Los sufrimientos, o también felicidad, la supuesta felicidad... aquí no hay felicidad, todo son situaciones de sufrimiento. Pero somos tan necios que consideramos las situaciones de sufrimiento como felicidad. A esto se le llama māyā, ver el sufrimiento como felicidad.

Por ejemplo, supongamos que tienen que ir a ver a un amigo, y hoy en día, amigo o lo que sea, no está a menos de diez millas. Tienen que recorrer diez millas, ver a su amigo y luego hacer su trabajo. Me tomo la molestia de ir diez millas para ver a un amigo o treinta millas para ver a un médico, pero estoy muy orgulloso de mi automóvil, porque yo que tengo un automóvil. No considero que, aunque tengo coche, tengo que perder tanto tiempo, tengo que tomarme tantas molestias. Y existen tantas posibilidades de tener un accidente. Hay tantas calamidades esperándome. Pero nosotros pensamos: “Ahora que hemos inventado este vehículo sin caballos, hemos progresado”. Del mismo modo, si estudian las cosas punto por punto, encontrarán que aunque se ha creado mediante los progresos científicos modernos un poco de comodidad de la vida, al mismo tiempo nos hemos creado muchas incomodidades. Y eso no lo planteamos.

Así funciona la naturaleza material. La naturaleza material significa que no pueden permanecer en una posición cómoda. Eso no es posible por leyes de la naturaleza. Tri-tāpa-yātana, hay tres tipos de miserias, adhyātmika, adhibhautika, adhidaivika, tienen que estar ahí siempre. Como yo soy su maestro espiritual. Me han cuidado muy bien, a su mejor capacidad, pero yo tengo tos. Estoy tosiendo. De modo que, incluso si estamos situados en un tipo de situación muy cómoda, vendrá otra incomodidad y nos atacará. Eso se llama la triple división: adhyātmika, adhibhautika, adhidaivika. O no tienen tos, no tienen problemas, pero reciben una carta muy insatisfactoria de un amigo que los deja muy triste. A esto se le llama adhyātmika, perteneciente a la mente, perteneciente al cuerpo. Adhyātmika. Adhibhautika: los problemas que les causan otras entidades vivientes; y adhidaivika, los problemas que les causan las autoridades superiores. Como un calor excesivo. No lo pueden controlar. Frío excesivo.

En el mundo material tenemos que trabajar arduamente bajo estos tres tipos de condiciones de vida miserables, y en realidad lo estamos haciendo. Aun así, creemos que somos felices. Y al final, después de hacer todo esto, tenemos que cambiar de cuerpo. Eso significa muerte. No podemos evitarlo. Pero aun así pensamos que somos felices, y no podemos concebir, tratar de entender realmente cuál es el nivel de la felicidad, en dónde se puede alcanzar esa felicidad, si es posible.

Y estas cosas las entiende y las responde el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Ésa es la importancia de la conciencia de Kṛṣṇa. Es completo, lo abarca todo. No es un movimiento unilateral que pensamos en Kṛṣṇa y ya. Pensar en Kṛṣṇa significa pensar en todo, porque Kṛṣṇa lo es todo. Sin Kṛṣṇa no hay nada más.

Ahaṁ kṛtsnasya, ¿cómo es...? ¿Existe ese verso? ¿Está en el Séptimo Canto? Prabhavaḥ pralayas tathā.

Pradyumna: Ahaṁ kṛtsnasya jagataḥ...

Prabhupāda: Ah, prabhavaḥ pralayas tathā (BG 7.6). En este mundo hay dos cosas: prabhava y pralaya. Prabhava significa generación, generar y pralaya significa aniquilación. Dos cosas. Todo, lo que tomen, se genera en determinado momento y terminará en determinado momento. Y Kṛṣṇa dice: ahaṁ kṛtsnasya sarvasya prabhavaḥ pralayas tathā. Ésa es la causa última. Janmādy asya yataḥ (SB 1.1.1). No nos quedamos solo con la generación. Generación, mantenimiento y destrucción, tres cosas.

Como este cuerpo nace en determinada fecha, permanece durante un determinado período y luego es destruido. Entonces, todo lo material significa que tiene un comienzo, nace o es fabricado en un momento determinado, se conserva por un tiempo, y luego se destruirá. Por eso, el Vedānta-sūtra dice: janmādy asya yataḥ. Janma-sthiti-pralaya.

De modo que, entender a Kṛṣṇa significa entender todo: cómo se genera, cómo se mantiene y cómo se aniquila. Eso es conciencia de Kṛṣṇa plena.

Muchas gracias.

Devotos: Jaya... (fin)