ES/SB 10.4.43


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 43

śrī-śuka uvāca
evaṁ durmantribhiḥ kaṁsaḥ
saha sammantrya durmatiḥ
brahma-hiṁsāṁ hitaṁ mene
kāla-pāśāvṛto ‘suraḥ


PALABRA POR PALABRA

śrī-śukaḥ uvāca—Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo; evam—de este modo; durmantribhiḥ—sus malvados ministros; kaṁsaḥ—el rey Kaṁsa; saha—junto con; sammantrya—tras reflexionar detenidamente; durmatiḥ—sin buena inteligencia; brahma-hiṁsām—persecución de los brāhmaṇas; hitam—como la mejor forma; mene—aceptó; kālapāśa-āvṛtaḥ—atado por las reglas y regulaciones de Yamarāja; asuraḥ—porque era un demonio.


TRADUCCIÓN

Śukadeva Gosvāmī continuó: Así, tras reflexionar en las instrucciones de sus malvados ministros, Kaṁsa, que, como demonio, estaba atado por las leyes de Yamarāja y carecía de buena inteligencia, decidió perseguir a las personas santas, los brāhmaṇas, pues no veía otra forma de procurarse buena fortuna.


SIGNIFICADO

Śrīla Locana dāsa Ṭhākura, en una canción, dice: āpana karama, bhuñjāye śamana, kahaye locana dāsa. En lugar de aceptar las buenas instrucciones de los sabios y los śāstras, los ateos no devotos actúan en forma caprichosa, conforme a sus propios planes. La realidad, sin embargo, es que nadie tiene sus propios planes, pues todos estamos atados por las leyes de la naturaleza y tenemos que actuar conforme a nuestras tendencias en la vida material condicionada. Por consiguiente, es necesario cambiar nuestras propias decisiones y seguir la decisión de Kṛṣṇa y de los devotos de Kṛṣṇa. De ese modo, nos salvaremos del castigo de Yamarāja. Kaṁsa no era una persona inculta. De sus conversaciones con Vasudeva y Devakī se desprende que conocía todo lo relacionado con las leyes de la naturaleza. Sin embargo, debido a la compañía de sus malvados ministros, no supo tomar una decisión clara y que fuese para su propio bien. Por esta razón, el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 22.54) dice:


‘sādhu-saṅga’, ‘sādhu-saṅga’—sarva-śāstre kaya
lava-mātra sādhu-saṅge sarva-siddhi haya


Quien desee su propio bien debe relacionarse con devotos y personas santas, y, de ese modo, rectificar el condicionamiento material de su vida.