ES/SB 5.19 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo describe las glorias de Bhārata-varṣa; también describe la adoración que recibe el Señor Rāmacandra en la región de Kimpuruṣa-varṣa. Los habitantes de Kimpuruṣa-varṣa tienen la fortuna de adorar al Señor Rāmacandra en compañía de Su fiel sirviente, Hanumān. El Señor Rāmacandra es el ejemplo ilustrativo de la encarnación de Dios que desciende con la misión de paritrāṇāya sādhūnāṁ vināśāya ca duṣkṛtām, proteger a los devotos y destruir a los malvados. El Señor Rāmacandra muestra la verdadera finalidad de la encarnación de la Suprema Personalidad de Dios, y los devotos aprovechan la oportunidad para ofrecerle servicio amoroso trascendental. Debemos entregarnos por completo al Señor, olvidando lo que consideramos felicidad material, opulencia y educación, ya que esas cosas no son en absoluto útiles a la hora de complacer al Señor. Al Señor solo podemos complacerlo entregándonos a Él.

Cuando Devarṣi Nārada descendió para instruir a Sārvaṇi Manu, describió la opulencia de Bhārata-varṣa, la India. Sārvaṇi Manu, en compañía de los habitantes de Bhārata-varṣa, se ocupa en el servicio devocional de la Suprema Personalidad de Dios, que es el origen de la creación, mantenimiento y aniquilación, y que siempre recibe la adoración de las almas autorrealizadas. En el planeta de Bhārata-varṣa, como en las demás regiones, hay muchos ríos y montañas; Bhārata-varṣa, sin embargo, tiene una importancia especial, pues en esa región se sigue el principio védico del varṇāśramadharma, que divide a la sociedad en cuatro varṇas y cuatro āśramas. Nārada Muni, además, es de la opinión de que los principios del varṇāśrama-dharma, incluso si hay alguna perturbación temporal en su puesta en práctica, pueden volverse a implantar en cualquier momento. El resultado de participar en la institución varṇāśrama es la paulatina elevación hasta el plano espiritual y la liberación del cautiverio material. Cuando seguimos los principios del varṇāśrama-dharma, recibimos la oportunidad de relacionarnos con devotos. Ese contacto despierta poco a poco nuestra latente propensión a servir a la Suprema Personalidad de Dios y nos libera de los principios básicos de la vida pecaminosa. Entonces recibimos la oportunidad de ofrecer servicio devocional puro a Vāsudeva, el Señor Supremo. Por gozar de esa oportunidad, los habitantes de Bhārata-varṣa son alabados incluso en los planetas celestiales. La posición de Bhāratavarṣa es un tema de conversación placentero incluso en Brahmaloka, el planeta más elevado del universo.

Todas las entidades vivientes condicionadas evolucionamos dentro del universo pasando por diversos planetas y diversas especies. De ese modo podemos elevarnos hasta Brahmaloka; pero en su momento tendremos que descender de nuevo a la Tierra, como se confirma en el Śrīmad Bhagavad-gītā (ābrahma-bhuvanāl lokāḥ punar āvartino ’rjuna). Los habitantes de Bhārata-varṣa, si siguen estrictamente los principios del varṇāśrama-dharma y despiertan su latente conciencia de Kṛṣṇa, ya no tienen que volver al mundo material después de morir. Ningún lugar en que no se pueda escuchar acerca de la Suprema Personalidad de Dios de labios de almas iluminadas es apropiado para la entidad viviente aunque se trate de Brahmaloka. Cuando alguien nace como ser humano en la región de Bhārata-varṣa, pero no aprovecha la oportunidad para elevarse espiritualmente, su posición es, ciertamente, de lo más miserable. En esa región de Bhārata-varṣa, incluso el devoto sarva-kāma-bhakta, que busca satisfacer algún deseo material, se libera de todos los deseos materiales gracias a la relación con devotos, hasta que finalmente llega al plano de la devoción pura y regresa al hogar, de vuelta a Dios, sin dificultad.

Al final del capítulo, Śrī Śukadeva Gosvāmī describe a Mahārāja Parīkṣit las ocho islas menores que se encuentran en la isla de Jambūdvīpa.