ES/SB 7.6: Prahlada instruye a sus compañeros demonios

El Śrīmad-Bhāgavatam - Canto Séptimo - Capítulo 6: Prahlāda instruye a sus compañeros demonios


Capítulo 6 el resumen

Texto 7.6.1: Prahlāda Mahārāja dijo: La persona que sea lo bastante inteligente debe emplear el cuerpo de forma humana desde el mismo principio de la vida, o, en otras palabras, desde la más tierna infancia, para practicar las actividades del servicio devocional, abandonando todas las demás ocupaciones. El cuerpo humano es muy difícil de obtener; aunque es temporal, como otros cuerpos, es sumamente importante, pues en la vida humana se puede practicar servicio devocional. De un poco de servicio devocional sincero podemos obtener la perfección completa.

Texto 7.6.2: La forma de vida humana trae consigo la oportunidad de regresar al hogar, de vuelta a Dios. Por lo tanto, todas las entidades vivientes, y en especial las que se encuentran en la forma humana de vida, deben ocuparse en el servicio devocional a los pies de loto del Señor Viṣṇu. Ese servicio devocional es natural, pues el Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, es el ser más querido, el señor del alma, y el bienqueriente de todos los seres vivos.

Texto 7.6.3: Prahlāda Mahārāja continuó: Mis queridos amigos nacidos en familias demoníacas, la sensación de felicidad que se percibe por el contacto de los objetos de los sentidos con el cuerpo depende de las actividades fruitivas pasadas y se puede obtener en cualquier forma de vida. Esa felicidad viene por sí sola y sin esfuerzo alguno por nuestra parte al igual que ocurre con el sufrimiento.

Texto 7.6.4: No hay que empeñarse en el logro de la complacencia de los sentidos o la felicidad material mediante el crecimiento económico, pues ese esfuerzo no es más que una pérdida de tiempo y energía que no trae ningún beneficio sustancial. Pero si dirigimos nuestros esfuerzos al cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, no hay la menor duda de que podremos alcanzar el plano espiritual de la autorrealización. De los esfuerzos por la prosperidad económica, nunca se obtiene semejante beneficio.

Texto 7.6.5: Por lo tanto, la persona que se encuentra en la existencia material [bhavam āśritaḥ] y es competente para distinguir lo que está bien y lo que está mal debe esforzarse por alcanzar el objetivo supremo de la vida mientras el cuerpo esté fuerte y vigoroso, antes de que el paso de los años haga menguar sus facultades.

Texto 7.6.6: La vida del ser humano dura un máximo de cien años; pero el que no puede controlar los sentidos pierde por completo la mitad de esos años, pues, cubierto por la ignorancia, pasa doce horas durmiendo cada noche. De este modo, solamente vive cincuenta años.

Texto 7.6.7: Los primeros diez años de la vida se van en la confusión de la edad infantil. Otros diez años se van en los juegos y diversiones de la adolescencia; de ese modo perdemos veinte años. Del mismo modo, en la vejez, cuando somos inválidos incapacitados hasta para las actividades materiales, perdemos inútilmente otros veinte años.

Texto 7.6.8: Aquel que no puede dominar su mente y sus sentidos se apega cada vez más a la vida familiar, debido a unos insaciables deseos de disfrute y a una profunda ilusión. Su vida es como la de un loco, y de ese modo desperdicia también el resto de sus años, pues ni siquiera entonces puede ocuparse en servicio devocional.

Texto 7.6.9: ¿Cómo va a poder liberarse una persona que está demasiado apegada a la vida familiar porque no puede controlar sus sentidos? Los lazos del afecto por su familia [esposa, hijos y demás familiares] le tienen fuertemente sujeto.

Texto 7.6.10: El dinero es algo tan querido, que nos parece más dulce que la miel. ¿Quién puede entonces abandonar el deseo de atesorar dinero, especialmente en la vida familiar? Los ladrones, los sirvientes profesionales [soldados] y los mercaderes llegan incluso a arriesgar sus propias vidas por conseguir algún dinero.

Texto 7.6.11-13: ¿Cómo va a poder abandonar la compañía de los suyos una persona que está llena de cariño por su familia, y que siempre lleva sus imagenes en lo más profundo del corazón? La esposa, especialmente, siempre es muy bondadosa y comprensiva, y siempre complace a su marido en la intimidad. ¿Quién podría abandonar la compañía de esa esposa querida y cariñosa? Cuando los niños pequeños comienzan a hablar, su cariñoso padre disfruta escuchando sus primeras palabras y recuerda constantemente su dulce lenguaje. ¿Cómo podría abandonar su compañía? Los ancianos padres y los hijos también le son muy queridos. Un padre siente un cariño especial por su hija, y cuando ella se ha ido a vivir con su propio marido, no puede apartar su recuerdo de la mente. ¿Quién podría abandonar esa compañía? Además, en la casa hay muchos muebles, objetos decorativos, animales y sirvientes. ¿Quién podría abandonar esas comodidades? El casado apegado es como un gusano de seda, que queda prisionero dentro del capullo que él mismo ha tejido, y no puede salir. Por la satisfacción de dos sentidos importantes —los genitales y la lengua—, queda atado a las circunstancias materiales. ¿Cómo va a poder escapar?

Texto 7.6.14: La persona demasiado apegada no puede entender que está desperdiciando su valiosa vida en el esfuerzo de mantener a su familia. Ni tampoco logra entender que su vida humana, cuyo objetivo es la comprensión de la Verdad Absoluta, se está arruinando imperceptiblemente. Sin embargo, pone muchísima atención en evitar que se administre mal ni un solo céntimo. Así, la persona apegada a la existencia material siempre está sufriendo a causa de las tres miserias; en ella, sin embargo, no se despierta el sentimiento de aversión por la existencia material.

Texto 7.6.15: Aquel que está demasiado apegado a su deber de mantener a la familia y es incapaz de controlar los sentidos, está absorto hasta lo más profundo del corazón en cómo ganar dinero. Sabe que si se apodera de las riquezas de otros será castigado por las leyes del gobierno, y que después de morir sufrirá el castigo de Yamarāja; pero, aun así, continúa engañando a los demás para conseguir dinero.

Texto 7.6.16: ¡Oh, amigos míos, hijos de demonios!, en este mundo material, hasta aquellos que aparentemente son cultos y educados tienen la propensión a pensar: «Esto es mío, y eso es para otros». De ese modo, están siempre pendientes de satisfacer las necesidades de sus familias, conforme a un concepto familiar tan limitado como el de los perros y los gatos, que no tienen educación. Son incapaces de asumir el conocimiento espiritual; por el contrario, siempre están confundidos bajo la influencia de la ignorancia.

Texto 7.6.17-18: Mis queridos amigos, ¡oh, hijos de los demonios!, ciertamente no ha habido jamás nadie, en ninguna época y en ningún país, que, sin conocer a la Suprema Personalidad de Dios, haya podido liberarse del cautiverio material. Al contrario, los que carecen de conocimiento acerca del Señor se ven atados por las leyes materiales. Son adictos a la complacencia de los sentidos, y su único objetivo son las mujeres. En verdad, no son más que juguetes en las manos de mujeres atractivas. Víctimas de ese concepto de la vida, se rodean de hijos, nietos y bisnietos, y de ese modo se encadenan al cautiverio material. Los muy adictos a este concepto de la vida reciben el nombre de demonios. Por eso, ustedes, aunque sean hijos de demonios, deben mantenerse aparte de esas personas, y aceptar el refugio de la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, el origen de todos los semidioses, pues la meta final que alcanzan los devotos de Nārāyaṇa es la liberación del cautiverio de la existencia material.

Texto 7.6.19: Mis queridos hijos de demonios, la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, es la Superalma original, el padre de todas las entidades vivientes. Por lo tanto, ningún obstáculo puede impedirnos complacerle o adorarle en cualquier circunstancia, sin importar si somos niños o ancianos. La relación entre las entidades vivientes y la Suprema Personalidad de Dios es una realidad permanente; por lo tanto, no es difícil complacer al Señor.

Texto 7.6.20-23: La Suprema Personalidad de Dios, el controlador supremo, infalible e infatigable, está presente en las diversas formas de vida, desde los seres vivos inertes [sthāvara], como las plantas, hasta Brahmā, el principal de los seres creados. Él está también en la diversidad de las creaciones materiales y en los elementos materiales, la energía material total y las modalidades de la naturaleza material [sattva-guṇa, rajo-guṇa y tamo-guṇa], así como en la naturaleza material no manifestada y en el ego falso. Él, aunque es uno, está en todas partes, y es también la Superalma trascendental, la causa de todas las causas y el observador que Se encuentra en lo más profundo del corazón de todas las entidades vivientes. Para definirle, se dice que es la Superalma que todo lo penetra, y también todo lo penetrado, pero en realidad no se Le puede definir. Él es inmutable e indiviso. A Él se Le percibe, sencillamente, como supremo sac-cid-ānanda [eternidad, conocimiento y bienaventuranza]. Debido a que está cubierto por el velo de la energía externa, a los ateos les parece inexistente.

Texto 7.6.24: Así pues, mis queridos y jóvenes amigos nacidos de demonios, actúen, por favor, de manera que el Señor Supremo, que está por encima de las concepciones del conocimiento material, Se sienta satisfecho. Abandonen su naturaleza demoníaca y actúen libres de odio y dualidad. Múestrense misericordiosos con todas las entidades vivientes iluminándolas en el servicio devocional, y sean, de ese modo, sus bienquerientes.

Texto 7.6.25: Nada hay que no puedan obtener los devotos que han satisfecho a la Suprema Personalidad de Dios, que es la causa de todas las causas, la fuente original de todo. El Señor es el receptáculo de ilimitadas cualidades espirituales. Los objetivos de la religión, el crecimiento económico, la complacencia de los sentidos y la liberación pueden obtenerse de modo natural bajo la influencia de las modalidades de la naturaleza. Así pues, ¿qué sentido pueden tener esos principios para los devotos, que son trascendentales a las modalidades de la naturaleza material? Los devotos siempre glorificamos los pies de loto del Señor, y por lo tanto no vemos la necesidad de pedir nada en relación con los principios de dharma, artha, kāma y mokṣa.

Texto 7.6.26: La religión, el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos se definen en los Vedas como tres vías hacia la salvación, tri-varga. En esas tres categorías se incluyen la educación y la autorrealización, las ceremonias rituales ejecutadas conforme a los mandatos védicos, la lógica, la ciencia de la ley y el orden, y los distintos medios para ganarse el sustento. Esos son los temas externos que se estudian en los Vedas, y por ello los considero materiales. Sin embargo, considero trascendental la entrega a los pies de loto del Señor Viṣṇu.

Texto 7.6.27: Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, el bienqueriente y amigo de todos los seres vivientes, en el pasado explicó este conocimiento trascendental al gran sabio Nārada. Sin la misericordia de una persona santa como Nārada, ese conocimiento confidencial es sumamente difícil de comprender; pero todo el que se refugia en la sucesión discipular de Nārada puede comprenderlo.

Texto 7.6.28: Prahlāda Mahārāja continuó: Yo recibí este conocimiento del gran santo Nārada Muni, que está siempre ocupado en servicio devocional. Este conocimiento, denominado bhāgavata-dharma, es completamente científico. Se basa en la lógica y la filosofía, y está libre de todo rastro de contaminación material.

Texto 7.6.29-30: Los hijos de los demonios contestaron: Querido Prahlāda, tú, como nosotros, no conoces a ningún profesor o maestro espiritual aparte de Ṣaṇḍa y Amarka, los hijos de Śukrācārya. Al fin y al cabo, somos niños, y ellos son nuestros controladores. Tú, además, nunca sales del palacio, y es muy difícil que puedas relacionarte con una gran personalidad. Querido amigo, por favor, ¿serías tan amable de explicarnos cuándo has tenido oportunidad de escuchar a Nārada? Por favor, resuelve nuestras dudas al respecto.