ES/SB 8.15 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


En este capítulo se explica que Bali, después de celebrar el viśvajit-yajña, recibió como bendición una cuadriga y diversos aparejos de guerra, con los cuales atacó al rey del cielo. Temerosos de él, los semidioses, siguiendo las instrucciones de su guru, abandonaron los planetas celestiales.

El Señor Vāmanadeva despojó a Bali Mahārāja de todas sus posesiones y le hizo prisionero, con la excusa de que Bali le había prometido tres pasos de tierra. Mahārāja Parīkṣit deseaba conocer estos hechos en detalle. Seguidamente se expone la explicación con que Śukadeva Gosvāmī respondió a la pregunta del rey.

Como se explicó en el capítulo undécimo de este Canto, Bali había sido derrotado en la batalla entre semidioses y demonios, y había muerto, pero, por la gracia de Śukrācārya, volvió a la vida. Entonces se dedicó a servir a su maestro espiritual, Śukrācārya. Los descendientes de Bhṛgu, complacidos con él, le ocuparon en la celebración del viśvajit-yajña. Una vez realizado el yajña, del fuego salieron una cuadriga, caballos, una bandera, un arco, una armadura y dos aljabas de flechas. Mahārāja Prahlāda, el abuelo de Bali Mahārāja, dio a su nieto un collar de flores eterno, y Śukrācārya le dio una caracola. Tras ofrecer reverencias a Prahlāda, a los brāhmaṇas y a su maestro espiritual, Śukrācārya, Bali Mahārāja se armó para luchar con Indra, y avanzó hacia Indrapurī con sus soldados. Haciendo sonar su caracola, atacó el reino de Indra. Indra, al ver el poder de Bali Mahārāja, fue a ver a su maestro espiritual, le habló de la fuerza de Bali y preguntó acerca de su deber. Bṛhaspati informó a los semidioses de que los brāhmaṇas habían dotado a Bali de un poder extraordinario, de manera que los semidioses no podían luchar contra él. Su única esperanza era ganarse el favor de la Suprema Personalidad de Dios. En verdad, no les quedaba otra opción. En esas circunstancias, Bṛhaspati aconsejó a los semidioses que abandonasen los planetas celestiales y permanecieran ocultos donde no pudieran ser vistos. Los semidioses siguieron sus órdenes, y Bali Mahārāja y los suyos conquistaron todo el reino de Indra. Los descendientes de Bhṛgu Muni sentían un gran afecto por su discípulo Bali Mahārāja, y le ocuparon en la celebración de cien aśvamedha-yajñas. De ese modo, Bali disfrutó de las opulencias de los planetas celestiales.