ES/741220 - Clase SB 03.26.08 - Bombay
Nitāi: (dirige el canto del verso, etc.) (los devotos repiten)
- kārya-kāraṇa-kartṛtve
- kāraṇaṁ prakṛtiṁ viduḥ
- bhoktṛtve sukha-duḥkhānāṁ
- puruṣaṁ prakṛteḥ param
- (SB 3.26.8)
(cortado)
“La causa del cuerpo material y de los sentidos del alma condicionada, así como de las deidades regentes de los sentidos, los semidioses, es la naturaleza material. Así lo entienden las personas sabias. Los sentimientos de felicidad y sufrimiento del alma, que es trascendental por naturaleza, son causados por el alma espiritual misma”.
Prabhupāda:
- kārya-kāraṇa-kartṛtve
- kāraṇaṁ prakṛtiṁ viduḥ
- bhoktṛtve sukha-duḥkhānāṁ
- puruṣaṁ prakṛteḥ param
- (SB 3.26.8)
Puruṣam. Nosotros también somos prakṛti, pero aquí el verso dice puruṣa. La entidad viviente es prakṛti. Su posición original es prakṛti. Prakṛti significa subordinada. También tenemos experiencia en el mundo material: prakṛti, strī y puruṣa, marido y mujer. La posición natural es que la esposa está subordinada al esposo. Por lo menos ese es el concepto védico. Por eso, la mujer se coloca en la posición de dāsī, dāsī, sirvienta. Incluso las reinas de Kṛṣṇa, cuando… lo veremos en el Bhāgavata, el Śrīmad-Bhāgavatam, cuando las reinas hablaban con Draupadī en Kurukṣetra en cierto festival, las mujeres, cuando se reúnen, hablaban de su matrimonio, de su familia, de su marido, también ellas hablaban así. Draupadī preguntaba a las reinas de Kṛṣṇa cómo iba su matrimonio, como se habían casado. Porque en aquella época, Kṛṣṇa tuvo que luchar para conseguir esposa. Ese es el principio kṣatriya. Sin lucha, no hay matrimonio. Tenía que haber algún combate. Y después de matar a la parte contraria, tenía que ungir con su sangre, la cabeza de la mujer. Es una marca bermellón rojo. Ahora se puede comprar en las tiendas. (risas) No hace falta luchar. Pueden comprarlo con dos paisas, eso es todo. Pero en el pasado el kṣatriya tenía que luchar, y había muchos príncipes que se le enfrentaban, entonces el príncipe victorioso tenía que matar o al menos obtener algo de sangre del cuerpo, y con esa sangre victoriosa, ungía a la esposa.
De todos modos, el punto es que incluso las reinas de Kṛṣṇa, no son mujeres ordinarias, eran almas muy elevadas. Y estaban hablando de sus cosas a Draupadī: “Yo llegué a ser la sirvienta de Kṛṣṇa de esta manera”. Esto lo encontrarán en el Śrīmad-Bhāgavatam. Incluso las reinas… cada reina poseía un gran palacio, un gran edificio, todos los palacios estaban hechos con mármol de primera clase, y los muebles eran de marfil, y las sábanas, y no había necesidad de bombillas eléctricas dentro del edificio, estaban decorados por todas partes con joyas, que emitían luz. Había jardines con muchas flores pārijāta. Encontrarán todas estas cosas en el Śrīmad-Bhāgavatam. Y cada reina tenía diez hijos. Y los hijos también se casaron y tenían sus propios hijos. De ese modo, todo era muy opulento. Pero, aun así, se situaban en una posición de sirvientas. Eran hijas de reyes, no eran mujeres corrientes. Ese es el concepto védico. Por supuesto, no sé cuál es la práctica aquí, pero en Bengala esta es la práctica. Cuando el hijo va a casarse con la novia, la costumbre es, la madre le pregunta al hijo: “Mi querido hijo, ¿adónde vas?”. El hijo le responde: “Voy a traer una sirvienta para ti”. Este es el sistema.
Según el sistema védico, el hombre y la mujer no tienen los mismos derechos. La mujer siempre está subordinada. Esa es la ley de la Manu-saṁhitā. Na strī svātantryam arhati. La mujer no desea tener independencia. Eso es bueno para ella. Si la mujer permanece bajo la protección —en edad joven bajo la protección del padre, cuando es niña, cuando es joven, bajo la protección del marido; y cuando sea mayor, bajo la protección de los hijos mayores, esa es una posición muy segura. Como Kuntī. Kuntī no era una mujer corriente, aun así, ella permaneció bajo la protección de sus cinco hijos. Cuando los hijos se tuvieron que ir al bosque, s Kuntī no se le pidió que se fuera al bosque con ellos, pero aun así, debido a que ella estaba bajo su protección, se fue con ellos al bosque. Como Sītā-devī. Sītā era también la hija de un rey. Cuando Rāmacandra se marchaba al bosque, Rāmacandra no pidió a Sītā, tampoco su suegro le pidió a Sītā que fuera al bosque. Pero ella prefirió ir con Rāmacandra simplemente para contar con Su protección. Ese es el sistema.
A las entidades vivientes se les describe como prakṛti en le Bhagavad-gita, strī, no puruṣa. Pero este verso dice, puruṣam, puruṣam, porque en el mundo material hemos abandonado la idea de que somos prakṛti por constitución, somos subordinados. Queremos declarar nuestra independencia, que no estamos bajo la protección de Kṛṣṇa, de Dios. Esta es nuestra posición en el mundo material. Por eso, la mentalidad es no ser prakṛti, sino puruṣa, esa es la mentalidad. En el mundo material, por constitución la entidad viviente es prakṛti. Así lo explica el Bhagavad-gītā, apareyam itas tu viddhi me prakṛtiṁ parām, jīva-bhūtāṁ mahā-bāho (BG 7.5). La jīva-bhūta, mamaivāṁśo jīva-bhūtaḥ (BG 15.7), prakṛti. Pero de forma artificial, tratamos de ser puruṣa. En última instancia, es el mismo espíritu. Puruṣa es el disfrutador y nosotros estamos tratando de ser los disfrutadores independientes del mundo material y nos vemos frustrados, decepcionados una y otra vez, una y otra vez, continuamente, pero aun así, cuando finalmente estamos completamente desengañados, aun así, queremos ser el puruṣa supremo: “Yo soy Dios”. Eso es māyā. Quienes proclaman, quienes van diciendo: “Yo soy Dios”, están todavía en māyā, porque son prakṛti por naturaleza, pero continúan intentándolo… primero en el plano del karma como karmis, trabajando arduamente noche y día. Su objetivo es que: “Yo voy a ser el disfrutador, yo voy a ser el Supremo”.
Debido a esta mentalidad puruṣa, en este verso se habla de la jīva como puruṣa, puruṣam. Y esa posición de puruṣa es prakṛteḥ param. Puruṣaṁ prakṛteḥ param. No pertenecemos al mundo material. Prakṛteḥ param, somos trascendentales. Como somos almas espirituales, pertenecemos al mundo espiritual. Prakṛteḥ… esta prakṛti es material. Esta prakṛti es material, pero nosotros nos identificamos falsamente con cosas como la materia. Todo el mundo científico gira en torno a este concepto erróneo de la vida, de que pertenecemos al mundo material. A esto se le llama ilusión. Sea como sea, hay tres cosas: kārya-kāraṇa-kartṛtva kāraṇaṁ prakṛtiṁ viduḥ. Hacemos algo conforme a nuestra posición, kārya, kāraṇa y kartā, conforme a las circunstancias, conforme a las distintas causas, nos vemos forzados a llevar a cabo diferentes tipos de actividades, y estamos obligados a llevarlas a cabo. Tan pronto como kāraṇam, kārya-kāraṇa-kartṛtve kāraṇaṁ puruṣa… kāraṇaṁ prakṛtim. Kārya-kāraṇa-kartṛtve kāraṇaṁ prakṛtim. Prakṛti. Aceptamos esta prakṛti porque tan pronto como desarrollamos esta mentalidad: “¿Por qué debo servir a Kṛṣṇa? ¿Por qué debo servir a Dios? Voy a ser independiente”, inmediatamente nos situamos en el mundo material.
Hay un verso en el Bhagavad-gītā: icchā-dveṣa samutthena sarge yānti parantapa (BG 7.27). Sarge significa la creación. Esta es la creación, el mundo creado. El mundo espiritual no se crea. Es eterno. ¿Cómo se crea? Como el cielo es eterno, pero la nube se crea. Tenemos experiencia de esto. El cielo despejado. El cielo siempre está claro, pero a veces, en los cambios de estación, se forman nubes. Se recoge el agua del océano y se transforma en gas, y eso aparece como una nube. Nube que cubre el Sol. El Sol es la causa de las nubes, pero la nube cubre al Sol y no podemos ver el Sol. Del mismo modo, todo es creado por el Señor Supremo. Ahaṁ sarvasya prabhavaḥ (BG 10.8). Janmādy asya yataḥ (SB 1.1.1). El mundo material también ha sido creado por Dios, y la actividad prosigue. Mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ sūyate sa-carācaram (BG 9.10).
Todo está sucediendo bajo la dirección de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, pero según nuestra posición, estamos disfrutando de diversos resultados. No disfrutamos, sino que sufrimos. Aquí no se puede hablar de disfrute. Es sufrimiento. Y, prakṛti, la naturaleza material, es la que crea esta situación —ya hemos hablado de ello muchas veces— conforme a nuestro… kāraṇaṁ guṇa-saṅgo 'sya (BG 13.22). Conforme a nuestra relación con las diferentes modalidades de la naturaleza material o a la contaminación, a la infección de las modalidades de la naturaleza material, obtenemos diversas situaciones, distintos cuerpos, diferentes actividades. La causa original es la naturaleza material. Podemos decir: “Y, ¿por qué sufrimos? Todo nos lo da la naturaleza material. ¿Por qué?”. No. Esto se afirma en este verso, bhoktṛtve sukha-duḥkhānāṁ puruṣaṁ prakṛteḥ param. La naturaleza material crea la situación para su sufrimiento, ella no es responsable. Los responsables son ustedes. Esa es nuestra posición. No pueden decir: “La naturaleza material crea estas cosas. ¿Por qué tengo que sufrir yo?”. No. Es como si dicen: “Yo no sé cuándo me he contagiado esta enfermedad, entonces, ¿por qué voy a padecerla?”. No. Porque de una u otra forma, se han contagiado de algún tipo de enfermedad, tienen que sufrir. Esa es nuestra posición. Debido a que hemos venido a la naturaleza material y nos hemos contagiado de ciertas cualidades o modalidades de la naturaleza material, tienen que sufrir la acción resultante. Aunque el cuerpo se los de la naturaleza material, tienen que padecer los sufrimientos y los placeres del cuerpo. Esa es nuestra situación.
Eso significa que porque hemos venido a la naturaleza material… ¿cómo hemos venido a la naturaleza material? Eso se explica en el Bhagavad-gītā: icchā-dveṣa samutthena sarge yānti parantapa (BG 7.27). Icchā-dveṣa. Hay dos cosas, el odio y el deseo. Hay cosas que deseamos y hay cosas que odiamos, que rechazamos, icchā-dveṣa. Hay dos tipos de propensiones. Cuando queremos disfrutar del mundo material, eso se llama icchā, y cuando queremos desobedecer a Dios, eso se llama dveṣa. Y en ese icchā y dveṣa, hay dos elementos contrarios. Son dos elementos opuestos. Icchā-dveṣa samutthena. Eso no es muy difícil de entender. Todo el mundo piensa: “¿Por qué debo adorar a Dios? Todas esas son cosas son fantasías, ir al templo. No”. Esa tendencia está ahí, dveṣa. Tān ahaṁ dviṣataḥ krūrān kṣipāmy ajasram aśubhān yoniṣu (BG 16.19), Kṛṣṇa dice este verso del Bhagavad-gītā. Tān ahaṁ dviṣataḥ krūrān. Esas personas que tienen envidia de Dios y krūrān… krūra significa… las personas que son muy envidiosas, muy, muy ateas. Duṣkṛtino mūḍhāḥ āsuraṁ bhāvam āśritāḥ (BG 7.15). Eso es āsuri-bhāva. Cuando nos volvemos envidiosos, ateos, sin conciencia de Dios, eso se llama ateísmo. Eso es dveṣa.
Verán… que todos los demonios, tenemos descripciones en los śāstras —su única actividad es cultivar la envidia a Dios, eso es todo. Esa es su actividad. Como Kaṁsa. Kaṁsa, tan pronto como escuchó el presagio de que: “El octavo hijo de tu hermana, Devakī, te matará”, inmediatamente se puso furioso: “Oh, voy a matar a mi hermana para que no haya octavo, primero o segundo hijo. Ella es el origen de todos los hijos” De alguna manera, Vasudeva se las arregló para salvarla. Es deber del marido proteger a la esposa. De una u otra manera… era una cuestión familiar. Pero le prometió: “Te traeré a todos los niños”. Así que ese es Kaṁsa. De hecho, Vasudeva, para cumplir su palabra, le llevo a todos sus hijos y los mató. Solo en el caso de Kṛṣṇa, violó la promesa: “No, no, no puedo permitir que mate también a este niño”. Así que transfirió al niño de la protección de Devakī a la protección de Madre Yaśodā.
De cualquier manera… Kaṁsa estaba siempre pensando en cómo matar a Kṛṣṇa. También era consciente de Kṛṣṇa, siempre pensaba en cómo matar a Kṛṣṇa. Esa es la diferencia entre el demonio y el devoto. Los demonios también son conscientes de Kṛṣṇa, pero son conscientes de Kṛṣṇa en la forma contraria: cómo matar a Kṛṣṇa. Y los devotos en cambio, son conscientes de Kṛṣṇa, pero no como los demonios; ellos piensan siempre en cómo servir a Kṛṣṇa. Ambos son conscientes de Kṛṣṇa. Por el hecho de que los demonios sean conscientes de Kṛṣṇa, no por ello se les puede llamar devotos. No se les puede llamar devotos. Pero obtienen los buenos resultados de la conciencia de Kṛṣṇa porque están pensando siempre en Kṛṣṇa: “Kṛṣṇa…”. Cuando Kṛṣṇa los mata, alcanzan inmediatamente la liberación. Esa es la posición absoluta de Kṛṣṇa. Tanto si van a Él como enemigos o si van a Él como amigos, el resultado que obtienen es el mismo. De una forma u otra, van a la conciencia de Kṛṣṇa. Pero la conciencia de Kṛṣṇa demoníaca no es bhakti. No es bhakti.
La liberación, por lo tanto, pueden obtenerla incluso los no devotos, porque estos demonios… que no son devotos. También obtienen la liberación porque piensan siempre en Kṛṣṇa. Entonces, ¿por qué los devotos obtienen el mismo tipo de liberación? No. Para ellos, hay un tipo mejor de liberación. Sāyujya, sārūpya, sārṣṭi… (CC Madhya 6.266). Hay cinco tipos de liberación, y el sāyujya-mukti, volverse uno con el Supremo, eso pueden obtenerlo incluso los enemigos, los demonios. Los devotos no quieren ese tipo de liberación, quieren mantener su identidad eternamente y servir a Kṛṣṇa. Eso es perfecto. Ānukūlyena kṛṣṇānuśīlanam (CC Madhya 19.167). Por eso, se explica que el bhakti es ānukūlyena kṛṣṇānuśīlanam. Kṛṣṇānuśīlanam. Anuśīlanam significa cultivar el conocimiento de Kṛṣṇa. También los demonios lo cultivan, pero no es ānukūlyena. Es prātikūlyena, cómo matar a Kṛṣṇa. Y eso no es bhakti. Cuando cultivamos la conciencia de Kṛṣṇa, ānukūlyena (anukūla significa de forma favorable), eso es lo que se llama bhakti. El verso dice:
- kārya-kāraṇa-kartṛtve
- kāraṇaṁ prakṛtiṁ viduḥ
- bhoktṛtve sukha-duḥkhānāṁ
- puruṣaṁ prakṛteḥ param
- (SB 3.26.8)
Puruṣa, nosotros las entidades vivientes, debido a que hemos desarrollado esta conciencia de una u otra forma, que no queremos servir a Kṛṣṇa, sino que queremos ser Kṛṣṇa, este prātikūlya, este icchā, y este no querer servir a Kṛṣṇa, este dveṣa, hay dos cosas… icchā-dveṣa samutthena sarge yānti parantapa. Es como… les voy a dar un pequeño ejemplo: como los criminales. Los criminales tienen dos cosas: icchā, dveṣa. Dveṣa: “¿Por qué debo acatar las leyes del gobierno? Yo puedo hacer cualquier cosa, lo que quiera”. Esto es dveṣa. Icchā significa: “Voy a trabajar de forma independiente, sin la ley”. Este icchā-dveṣa, como resultado van a la cárcel. Debido a estas dos cosas, icchā: “Voy a vivir independientemente, fuera del control del gobierno. Voy hacer lo que quiera”, ese icchā, y dveṣa, “no quiero cumplir las órdenes de la ley”, dveṣa —es un ejemplo muy bueno— el resultado es que será arrestado y encarcelado.
Es exactamente así. Estamos en el mundo material debido a este icchā y dveṣa. Hemos querido satisfacer los sentidos, los sentidos materiales, de forma independiente. Hemos querido desobedecer las órdenes del Señor Supremo. Estas son las dos causas por las que somos puestos en este mundo material. Tenemos que corregir esa mentalidad de que: “Soy independiente. Soy Dios. Puedo hacer lo que quiera”. Es una mentalidad que hay que corregir. Y para ser corregidos estamos en el mundo material, y estamos pasando por distintos tipos de condiciones miserables de vida, para ser corregidos: “Quiero ser feliz. Quiero disfrutar de la vida. ¿Por qué estoy en estas circunstancias desfavorables? La circunstancia más desfavorable es que no quiero morir. Aun así, tengo que morir”. Eso es sentido común. Debido a esa mentalidad puruṣa… es como ya he explicado, la esposa, la strī puede disfrutar de una vida feliz con el esposo, no de forma independiente; de manera similar, nosotros, siendo prakṛti, nuestra misión es ser sirvientes eternos de Kṛṣṇa. Entonces seremos felices. De lo contrario, no seremos felices. No es posible.
Y el mundo material en su totalidad, todos los śāstras védicos, toda la cultura védica es para corregir esa mentalidad que: “No soy independiente, soy dependiente de Kṛṣṇa. Así que me he olvidado de Kṛṣṇa de una forma u otra, y he adoptado esta mentalidad de puruṣa, disfrutando del mundo material. Tengo que rectificar esa mentalidad”. Y si rectifico eso, entonces me libero de las garras de māyā. De no ser así, ya que me he puesto bajo las garras de la energía material, ella me da distintos tipos de cuerpos, diferentes tipos de situaciones, para satisfacer mi deseo. Pero porque ella me ha dado un tipo de cuerpo diferente, un tipo de situación diferente, ella no es responsable, el responsable soy yo. Por eso, tendré que sufrir o disfrutar de la consecuencia o acciones resultantes dadas por la naturaleza material.
Por eso el verso dice kārya-kāraṇa-kartṛtve kāraṇaṁ prakṛtiṁ viduḥ. Tenemos que entenderlo… He recibido este cuerpo, y me lo ha dado la naturaleza material. He recibido un tipo distinto de mentalidad. Eso también me lo ha dado la prakṛti, na… Estoy sufriendo. Eso también me ha sido dado. Las circunstancias creadas. Pero la prakṛti, la naturaleza material, no es responsable, de nuestro sufrimiento. Eso tenemos que tratar de entenderlo. De eso se trata. Kārya-kāraṇa-kartṛtve bhoktṛtve. Kartṛtve es la naturaleza material, pero bhoktṛtve yo soy, bhoktṛtve. Estoy metido en eso. Por eso, Bhaktivinoda Ṭhākura dice en esta canción: anādi karama-phale, paḍi 'bhavārṇava-jale: “De una forma u otra, he caído en este océano de nacimiento y muerte”. Taribāre nā dekhi upāy: “No encuentro la manera de liberarme de ello”. Pero podemos salir fácilmente. Así lo aconseja Kṛṣṇa: mām eva ye prapadyante māyām etāṁ taranti te (BG 7.14). De lo contrario, no pueden. Hay una gran lucha. Manaḥ ṣaṣṭhānīndriyāṇi prakṛti-sthāni karṣati (BG 15.7). Karṣati, se está librando una gran lucha. Una lucha en la que tratamos de ser felices, pero no puede ser. Es como si les ponen en el océano, pueden ser un buen nadador, pueden esforzarse muy bien, pero están sujeto al control de la prakṛti. No pueden ser felices en el agua. Pero si alguien les ayuda a salir del agua, serán felices.
Lo que tenemos que hacer es orar a Kṛṣṇa para que nos saque de esta dura lucha, de esta lucha por la existencia en el mundo material. Por eso, Caitanya Mahāprabhu nos enseña esta oración, no otra oración. Ayi nanda-tanuja patitaṁ kiṅkaraṁ māṁ viṣame bhavāmbudhau (CC Antya 20.32)m (Śikṣāṣṭaka 5 ): “¡Oh, Kṛṣṇa ...!”. Kṛṣṇa se complace mucho cuando nos dirigimos a Él hablándole de Su devoto. Nanda Mahārāja es un devoto que hace el papel del padre de Kṛṣṇa. Por eso, Caitanya Mahāprabhu se dirige a Kṛṣṇa diciéndole, ayi nanda-tanuja: “Kṛṣṇa, Tú has nacido del cuerpo de Mahārāja Nanda”. Esto es muy agradable para Kṛṣṇa. Por eso, él se dirige con estas palabras: ayi nanda-tanuja, patitaṁ kiṅkaraṁ māṁ viṣame. Patitaṁ kiṅkaram. Kiṅkaram significa sirviente. ”Soy Tu sirviente eterno, pero de una forma u otra, ahora he caído en este océano de, nacimientos y muertes repetidos”. Patitaṁ kiṅkaraṁ māṁ viṣame bhavāmbudhau. Kṛpayā: “Por Tu misericordia sin causa, porque soy un sirviente... de una u otra forma he caído”. Kṛpayā tava pāda-paṅkaja-sthita-dhūlī-sadṛśaṁ vicintaya: “Por favor, fíjame de nuevo como una de las partículas de polvo en Tus pies de loto”. Esta oración es la que dice Caitanya Mahāprabhu.
No podemos ser felices con esta mentalidad puruṣa, con la mentalidad de disfrutar del mundo material. Nunca podremos ser felices. Ābrahma-bhuvanāl lokāḥ (BG 8.16). Incluso si son… como ahora, están tratando de ir al planeta lunar. Pero, ¿qué es este planeta lunar? Está muy cerca. Incluso si van al planeta más elevado, más lejano, ābrahma-bhuvanāl lokāḥ punar āvartino 'rjuna (BG 8.16), la lucha continuará. No pueden ser felices. Ni siquiera si van a los planetas celestiales, al planeta lunar o al planeta de Brahmā, en ningún lugar del mundo material dejarán de encontrar las mismas cuatro cosas —nacimiento, muerte, vejez y enfermedad— continuarán. No pueden ponerles fin. Por eso, Kṛṣṇa dice: “No trates de elevarte a los sistemas planetarios superiores, a la Luna o a otro planeta como el Sol o a los planetas celestiales. Trata de venir a Mí”. Yad gatvā na nivartante tad dhāma paramaṁ mama (BG 15.6).
Ese debe ser nuestro esfuerzo. No traten de elevarse materialmente. Eso no los hará felices. Tratar simplemente liberarse de las garras de la materia y comiencen su vida espiritual. Eso les hará felices. Esa es la única fuente de felicidad. De lo contrario, no la encontrarán. El mismo ejemplo, que, si se arrojan al océano, pueden ser muy buenos nadadores, pueden luchar muchísimo, pueden mantenerse flotando, pero eso no es felicidad. La felicidad es otra cosa. Si quieren la felicidad, tienen que renunciar a la asociación con prakṛti. Kāraṇaṁ guṇa-saṅgo 'sya (BG 13.22). Porque mientras estén en el mundo material, tendrán que relacionarse con las modalidades de la naturaleza material, con alguna de ellas, sattva-guṇa, rajo-guṇa, tamo-guṇa. Y mediante el contacto con la modalidad de la naturaleza sattva-guṇa, ūrdhvaṁ gacchanti sattva-sthāḥ (BG 14.18), pueden ser elevados a los sistemas planetarios superiores, o por jaghanya-guṇa-vṛtti-sthā adho gacchanti tāmasāḥ (BG 14.18), si entran en contacto con tamo -guṇa, tendrán que descender, serán empujados hacia formas de vida animales o a los sistemas planetarios inferiores. De esta manera van a vagar arriba y abajo. Renuncien a estas actividades. Kṛṣṇa dice: “Ríndete a Mí”. Ríndanse a Kṛṣṇa y sean felices.
Muchas gracias.
Devotos: Jaya Śrīla Prabhupāda. (fin)
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