ES/CC Madhya 19.138


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 138

eita brahmāṇḍa bhari’ ananta jīva-gaṇa
caurāśī-lakṣa yonite karaye bhramaṇa


PALABRA POR PALABRA

ei-ta — de este modo; brahmāṇḍa — el universo entero; bhari’ — llenando; ananta — un número ilimitado; jīva-gaṇa — entidades vivientes; caurāśī-lakṣa — 8.400.000; yonite — en especies de vida; karaye — hacen; bhramaṇa — vagar.


TRADUCCIÓN

«En este universo hay un número ilimitado de entidades vivientes en 8.400.000 especies; todas ellas vagan en el universo”.


SIGNIFICADO

He aquí un desafío para los supuestos científicos y filósofos que pretenden que sólo hay entidades vivientes en este planeta. Los supuestos científicos van a la Luna y dicen que allí no hay vida. Eso no concuerda con lo que explica Śrī Caitanya Mahāprabhu, quien dice que en todo el universo hay una cantidad ilimitada de entidades vivientes, repartidas en 8.400.000 formas distintas. El Bhagavad-gītā (2.24) nos explica que las entidades vivientes son sarva-gata, lo cual significa que pueden ir a todas partes. Eso nos indica que en todas partes hay entidades vivientes. Existen en la tierra, en el agua, en el aire, en el fuego y en el éter. Por lo tanto, en toda clase de elementos materiales hay entidades vivientes. Si el universo material está compuesto de cinco elementos —tierra, agua, fuego, aire y éter—, ¿por qué tendría que haber entidades vivientes en un planeta y en los demás no? Semejante necedad nunca podrán aceptarla los estudiantes védicos. Las Escrituras védicas nos indican que hay entidades vivientes en todos los planetas, sin importar que el planeta esté compuesto de tierra, de agua, de fuego o de aire. Tal vez esas entidades vivientes no tengan las mismas formas que vemos en el planeta Tierra, pero tienen formas distintas compuestas de elementos distintos. En este mismo planeta podemos ver que los animales terrestres tienen formas distintas a los acuáticos. Según las circunstancias, las condiciones de vida varían, pero, indudablemente, hay entidades vivientes en todas partes. ¿Por qué negar la existencia de entidades vivientes en otros planetas? Quienes afirman haber ido a la Luna, o bien no han ido allí, o bien con su imperfecta visión no pueden percibir realmente el tipo particular de entidades vivientes que viven en ella.

Las entidades vivientes se definen con la palabra ananta, ilimitadas; no obstante, se explica que pueden pertenecer a 8.400.000 especies de vida. Como se afirma en el Viṣṇu Purāṇa:


jala-jā nava-lakṣāṇi sthāvarā lakṣa-viṁśati
--kṛmayo rudra-saṅkhyakāḥ pakṣiṇāṁ daśa-lakṣaṇam
triṁśal-lakṣāṇi paśavaḥ catur-lakṣāṇi mānuṣāḥ


«Hay 900.000 especies que viven en el agua. Hay, además, 2.000.000 de entidades vivientes inmóviles (sthāvara), como los árboles y las plantas. Los insectos y reptiles forman 1.100.000 especies, y las especies de aves, 1.000.000. En lo que se refiere a cuadrúpedos, hay 3.000.000 de variedades, y 400.000 especies humanas». Puede que algunas de esas especies existan en un planeta y en otro no, pero, en todo caso, hay entidades vivientes en todos los planetas del universo, incluso en el Sol. Ése es el veredicto de las Escrituras védicas. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (2.20):


na jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre


«Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. No empezó a existir en un momento del pasado, ni empieza a existir en el futuro. Es innaciente, eterna, permanente y primigenia. No se la mata cuando se mata el cuerpo».

Como las entidades vivientes no son nunca aniquiladas, simplemente transmigran de una forma de vida a otra. Así tiene lugar una evolución de formas conforme al grado de desarrollo de la conciencia. En distintas formas se experimentan distintos niveles de conciencia. La conciencia del perro es distinta de la del hombre. Hasta en una misma especie vemos que la conciencia del padre es distinta de la del hijo, y que la conciencia de un niño es distinta de la de un joven. Del mismo modo que vemos distintas formas, hallamos también distintos estados de conciencia. Cuando vemos distintos estados de conciencia, podemos dar por sentado que los cuerpos son distintos. En otras palabras, distintos tipos de cuerpos dependen de distintos estados de conciencia. Así se confirma también en el Bhagavad-gītā (9.6):


yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ tyajanty ante kalevaram
taṁ tam evaiti kaunteya sadā tad bhāva-bhāvitaḥ


«La conciencia en el momento de la muerte determina el tipo de cuerpo de la siguiente vida». Así es el proceso de transmigración del alma. La diversidad de cuerpos existe ya de antemano; cambiamos de un cuerpo a otro en función de nuestra conciencia.