ES/SB 10.3.33
TEXTO 33
- yuvāṁ vai brahmaṇādiṣṭau
- prajā-sarge yadā tataḥ
- sanniyamyendriya-grāmaṁ
- tepāthe paramaṁ tapaḥ
PALABRA POR PALABRA
yuvām—ustedes dos (Pṛśni y Sutapā); vai—en verdad; brahmaṇā ādiṣṭau—por orden del Señor Brahmā (conocido con el nombre de Pitāmaha, el padre de los prajāpatis); prajā-sarge—en la generación de descendencia; yadā—cuando; tataḥ—a continuación; sanniyamya—manteniendo bajo pleno control; indriya-grāmam—los sentidos; tepāthe—llevaron a cabo; paramam—muy grande; tapaḥ—austeridad.
TRADUCCIÓN
Cuando el Señor Brahmā les ordenó que generaran descendencia, primero se sometieron a rigurosas austeridades controlando los sentidos.
SIGNIFICADO
Este verso contiene una instrucción acerca de cómo utilizar los sentidos para generar descendientes. Según los principios védicos, antes de generar descendencia es necesario tener pleno control de los sentidos. Ese control se logra con el garbhādhāna-saṁskāra. En la India se habla mucho del control de la natalidad por medios mecánicos, pero la natalidad no se puede controlar de forma mecánica. Como se afirma en el Bhagavad-gītā (Bg. 13.9): janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-duḥkha-doṣānudarśanam: El nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades son, en verdad, los sufrimientos esenciales del mundo material. Aunque traten de controlar la natalidad, no podrán controlar la muerte; y, si no se puede controlar la muerte, tampoco se puede controlar el nacimiento. En otras palabras, el control artificial de nacimientos no es más factible que controlar la muerte.
Según la civilización védica, el índice de natalidad se puede controlar si la procreación no va en contra de los principios religiosos. Como se afirma en el Bhagavad-gītā (Bg. 7.11): dharmāviruddho bhūteṣu kāmo 'smi: La vida sexual que no va en contra de los principios religiosos es una representación del Señor Supremo. Es necesario educar a la gente acerca de cómo generar buenos hijos mediante los saṁskāras, el primero de los cuales es el garbhādhāna-saṁskāra; no se debe controlar la natalidad por medios artificiales, pues ello conducirá a una civilización de animales. Quien sigue principios religiosos practica de forma natural el control de la natalidad, pues quien ha recibido educación espiritual sabe que, como efectos secundarios, la vida sexual trae todo tipo de miserias (bahu-duḥkha-bhāja). La persona espiritualmente avanzada no se entrega a la vida sexual irrestricta. Por lo tanto, en lugar de obligar a la gente a abstenerse de la relación sexual, y evitar de ese modo que tengan muchos hijos, es necesario ofrecerles una educación espiritual. El control de natalidad vendrá entonces por sí solo.
Una persona resuelta a avanzar en la vida espiritual no engendrará ningún hijo si no se considera capaz de hacer de él un devoto. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (SB 5.5.18): pitā na sa syāt: Nadie debe ser padre si no puede proteger a su hijo de mṛtyu, la senda del nacimiento y la muerte. Pero, ¿dónde se imparte educación sobre estos temas? Un padre responsable nunca engendrará hijos como perros y gatos. En lugar de animar a la gente a adoptar métodos artificiales de control de natalidad, es necesario educarles en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, pues solamente entonces entenderán su responsabilidad para con sus hijos. Si se pueden engendrar hijos que sean devotos, y se les enseña a apartarse de la senda del nacimiento y la muerte (mṛtyu-saṁsāra-vartmani), no se necesita ningún control de natalidad. Al contrario, se debe fomentar la concepción de hijos. Los medios artificiales de control de natalidad no sirven de nada. Tanto si se tienen hijos como si no, la sociedad humana nunca será feliz con una población de hombres que son como gatos y perros. Por lo tanto, es necesario que la gente reciba educación espiritual, de forma que, en lugar de engendrar hijos como gatos y perros, se sometan a austeridades para ser padres de hijos devotos. Eso traerá el éxito a sus vidas.