ES/SB 10.3.51
TEXTO 51
- nanda-vrajaṁ śaurir upetya tatra tān
- gopān prasuptān upalabhya nidrayā
- sutaṁ yaśodā-śayane nidhāya tat-
- sutām upādāya punar gṛhān agāt
PALABRA POR PALABRA
nanda-vrajam—a la aldea o la casa de Nanda Mahārāja; śauriḥ—Vasudeva; upetya—al llegar; tatra—allí; tān—todos los habitantes; gopān—los pastores de vacas; prasuptān—estaban profundamente dormidos; upalabhya—entender eso; nidrayā—con sueño profundo; sutam—el hijo (el hijo de Vasudeva); yaśodā-śayane—en la cama donde dormía madre Yaśodā; nidhāya—acostar; tat-sutām—a su hija; upādāya—recoger; punaḥ—de nuevo; gṛhān—a su propia casa; agāt—regresó.
TRADUCCIÓN
Al llegar a casa de Nanda Mahārāja, Vasudeva vio que todos los pastores de vacas estaban profundamente dormidos. Entonces acostó a su hijo en la cama de Yaśodā y, llevándose a la hija de esta, que era una expansión de Yoga-māyā, regresó a su morada, la prisión de Kaṁsa.
SIGNIFICADO
Vasudeva sabía muy bien que Kaṁsa mataría a aquella niña tan pronto como la encontrase en la prisión, pero, para proteger a su propio hijo, tenía que matar a la hija de su amigo. Aunque Nanda Mahārāja era amigo suyo, y aunque sabía perfectamente lo que hacía, el profundo cariño y el apego que sentía por su hijo le llevaron a actuar de esa forma. Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura dice que no se puede culpar a alguien que, para proteger a su propio hijo, sacrifica el de otro. Por otra parte, no es correcto acusar a Vasudeva de falta de sensibilidad, puesto que sus acciones fueron impulsadas por la fuerza de Yoga-māyā.