ES/SB 10.8.29


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 29

vatsān muñcan kvacid asamaye krośa-sañjāta-hāsaḥ
steyaṁ svādv atty atha dadhi-payaḥ kalpitaiḥ steya-yogaiḥ
markān bhokṣyan vibhajati sa cen nātti bhāṇḍaṁ bhinnatti
dravyālābhe sagṛha-kupito yāty upakrośya tokān


PALABRA POR PALABRA

vatsān—los terneros; muñcan—soltar; kvacit—a veces; asamaye—en el momento menos adecuado; krośa-sañjāta-hāsaḥ—después de esto, cuando el jefe de la casa se enfada, Kṛṣṇa sonríe; steyam—obtenida por robar; svādu—muy sabrosa; atti—come; atha—así; dadhi-payaḥ—vasija de yogur y leche; kalpitaiḥ—improvisado; steyayogaiḥ—con alguna forma de robar; markān—a los monos; bhokṣyan—dar de comer; vibhajati—comparte; saḥ—el mono; cet—si; na—no; atti—come; bhāṇḍam—la vasija; bhinnatti—rompe; dravya-alābhe—cuando no logra encontrar comestibles o las vasijas que los contienen; sa-gṛha-kupitaḥ—Se enfada con todos los habitantes de la casa; yāti—Se va; upakrośya—irritar y pinchar; tokān—a los niños pequeños.


TRADUCCIÓN

«Yaśodā, querida amiga, tu hijo a veces viene a nuestras casas antes de la hora del ordeño, y suelta a los terneros, y cuando nuestros maridos se enfadan, Él simplemente sonríe. A veces Se las ingenia para robarnos el yogur, la mantequilla y la leche; Se pone a comer y a beber, y cuando vienen los monos, lo reparte todo con ellos. Cuando los monos, de tan llena que tienen la barriga, ya no quieren más, tu hijo nos rompe las vasijas. A veces, si en una casa no encuentra la oportunidad de robar mantequilla o leche, Se enfada con los dueños de la casa y, para vengarse, pellizca a los niños pequeños. Cuando se echan a llorar, Kṛṣṇa Se marcha corriendo.


SIGNIFICADO

Las gopīs presentaron a madre Yaśodā el relato de las travesuras infantiles de Kṛṣṇa en forma de quejas. Kṛṣṇa a veces entraba en la casa de un vecino, y si no había nadie, dejaba sueltos a los terneros antes de la hora del ordeño. En realidad, a los terneros se les deja sueltos después de que sus madres han sido ordeñadas, pero Kṛṣṇa los soltaba antes, con lo cual, como es natural, los terneros se bebían toda la leche de sus madres. Al ver esto, los vaqueros salían en persecución de Kṛṣṇa, diciendo: «¡Kṛṣṇa ya ha hecho otra de las Suyas!», pero Él conseguía escaparse y entraba en otra casa, donde, de nuevo, Se las ingeniaba para robar mantequilla y yogur. Entonces, los pastores trataban de cazarle otra vez, diciendo muy enfadados: «¡Ahí está el ladrón de mantequilla! ¡Que no escape!». Pero bastaba una sonrisa de Kṛṣṇa para que lo olvidasen todo. A veces, Kṛṣṇa Se ponía a comer el yogur y la mantequilla en su presencia. Kṛṣṇa no tenía necesidad de mantequilla, pues siempre tenía la barriga llena, pero de todas formas trataba de comérsela, o, si no podía, rompía las vasijas y repartía su contenido entre los monos. De esa forma, Kṛṣṇa siempre estaba haciendo travesuras. Cuando en una casa no encontraba mantequilla o yogur que robar, Se metía en la habitación donde dormían los niños pequeños y les pellizcaba hasta que se echaban a llorar. Entonces Se marchaba.