ES/SB 6.1.25
TEXTO 25
- sa baddha-hṛdayas tasminn
- arbhake kala-bhāṣiṇi
- nirīkṣamāṇas tal-līlāṁ
- mumude jaraṭho bhṛśam
PALABRA POR PALABRA
saḥ—él; baddha-hṛdayaḥ—estando muy apegado; tasmin—a ese; arbhake—niño pequeño; kala-bhāṣiṇi—que no podía hablar claramente, sino con palabras inconexas; nirīkṣamāṇaḥ—al ver; tat—sus; līlām—pasatiempos (como caminar y hablar a su padre); mumude—disfrutaba; jaraṭhaḥ—el viejo; bhṛśam—mucho.
TRADUCCIÓN
El anciano Ajāmila estaba muy apegado a los balbuceos del niño y a sus torpes movimientos. Siempre estaba cuidándole, y disfrutaba de sus actividades.
SIGNIFICADO
En este verso se menciona claramente que el pequeño Nārāyaṇa todavía no sabía hablar ni caminar bien. El anciano estaba muy apegado al niño; disfrutaba de sus actividades; y como el niño se llamaba Nārāyaṇa, siempre cantaba el santo nombre de Nārāyaṇa. En realidad se dirigía a su hijo menor, y no al Nārāyaṇa original; pero el nombre de Nārāyaṇa es tan poderoso que, por el simple hecho de cantar el nombre de su hijo, Ajāmila se estaba purificando (harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam). Por esta razón, Śrīla Rūpa Gosvāmī ha declarado que si nuestra mente se siente de alguna manera atraída por el santo nombre de Kṛṣṇa (tasmāt kenāpy upāyena manaḥ kṛṣṇe niveśayet), nos hallamos en la senda de la liberación. En la sociedad hindú, los padres tienen la costumbre de dar a sus hijos nombres como Kṛṣṇadāsa, Govinda dāsa, Nārāyaṇa dāsa y Vṛndāvana dāsa. De ese modo cantan los nombres de Kṛṣṇa, Govinda, Nārāyaṇa y Vṛndāvana y tienen posibilidad de purificarse.