ES/SB 8.18 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo habla del advenimiento del Señor Vāmanadeva y de Su visita al recinto de sacrificios de Mahārāja Bali, que Le ofreció un buen recibimiento y satisfizo Su deseo ofreciéndole bendiciones.

El Señor Vāmanadeva nació del vientre de Aditi, y apareció en este mundo con todos Sus atributos, la caracola, el disco, la maza y la flor de loto. El color de Su cuerpo era negruzco, y Se vestía con ropas amarillas. El Señor Viṣṇu hizo Su advenimiento en un momento auspicioso del śravaṇa-dvādaśī, después de la salida de la estrella Abhijit. En ese momento, debido al nacimiento de Dios, todos los semidioses, vacas y brāhmaṇas, e incluso las estaciones, se sintieron felices en los tres mundos (el sistema planetario superior, el espacio exterior y la Tierra). Por esa razón, ese día auspicioso recibe el nombre de Vijayā. Cuando la Suprema Personalidad de Dios, cuyo cuerpo es sac-cid-ānanda, hizo Su advenimiento como hijo de Kaśyapa y Aditi, Sus padres estaban asombrados. Después de Su advenimiento, el Señor adoptó la forma de un enano (Vāmana). Todos los grandes sabios expresaron su júbilo, y, con Kaśyapa Muni ante ellos, celebraron la ceremonia de nacimiento del Señor Vāmana. Durante la ceremonia de imposición del cordón sagrado, el Señor Vāmanadeva recibió los honores del dios del Sol, de Bṛhaspati, de la diosa regente del planeta Tierra, de la deidad de los planetas celestiales, de Su madre, del Señor Brahmā, de Kuvera, de los siete ṛṣis, etc. El Señor Vāmanadeva visitó entonces el recinto de sacrificios en la parte norte del río Narmadā, en el campo que recibe el nombre de Bhṛgukaccha, donde los brāhmaṇas de la dinastía de Bhṛgu realizaban yajñas. Vestido con una piel de ciervo que Le cubría el torso, un cordón sagrado, un cinturón de hierba muñja y, en las manos, una daṇḍa, una sombrilla y un cántaro (kamaṇḍalu), el Señor Vāmanadeva apareció en el recinto de sacrificios de Mahārāja Bali. Ante Su refulgencia trascendental, todos los sacerdotes vieron disminuido su propio poder, de modo que se levantaron de sus asientos y Le ofrecieron oraciones. El propio Señor Śiva acepta sobre su cabeza el agua del Ganges que se genera del dedo del pie del Señor Vāmanadeva. Por lo tanto, después de lavar los pies del Señor, Bali Mahārāja se llevó a la cabeza ese agua y sintió inequívocamente que tanto él como sus antecesores habían sido glorificados. Bali Mahārāja se interesó entonces por el bienestar del Señor Vāmanadeva y rogó al Señor que le pidiese dinero, joyas, o todo lo que pudiera desear.