ES/SB 4.24: El himno del Señor Siva

El Śrīmad-Bhāgavatam - Canto Cuarto - Capítulo 24: El himno del Señor Śiva


Texto 4.24.1: El gran sabio Maitreya continuó: Vijitāśva, el hijo mayor de Mahārāja Pṛthu, cuya fama se comparaba a la de su padre, le sucedió como emperador. Como sentía un gran afecto por sus hermanos menores, les dio el gobierno de distintas partes del mundo.

Texto 4.24.2: Mahārāja Vijitāśva ofreció la parte oriental del mundo a su hermano Haryakṣa, la parte sur a Dhūmrakeśa, la parte occidental a Vṛka, y la parte norte a Draviṇa.

Texto 4.24.3: Con anterioridad, Mahārāja Vijitāśva había complacido a Indra, el rey del cielo, y de él recibió el sobrenombre de Antardhāna. Su esposa se llamaba Śikhaṇḍinī; con ella tuvo tres buenos hijos.

Texto 4.24.4: Los tres hijos de Mahārāja Antardhāna se llamaron Pāvaka, Pavamāna y Śuci. En el pasado, esas tres personalidades fueron los semidioses del fuego, pero debido a la maldición del gran sabio Vasiṣṭha, nacieron como hijos de Mahārāja Antardhāna. Por esa razón, eran tan poderosos como los dioses del fuego; logrando el objetivo del yoga del poder místico, obtuvieron de nuevo la posición de semidioses del fuego.

Texto 4.24.5: Mahārāja Antardhāna tenía otra esposa, Nabhasvatī, con la cual tuvo la alegría de engendrar otro hijo, al que llamó Havirdhāna. Debido a su gran generosidad, Mahārāja Antardhāna no mató a Indra cuando el semidiós estaba robando el caballo de su padre en el sacrificio.

Texto 4.24.6: Cuando se veía en la obligación de recaudar impuestos, castigar a sus súbditos o multarles severamente, Antardhāna, el poder supremo del reino, nunca deseaba hacerlo. Por esa causa, se apartó de la ejecución de esos deberes y se ocupó en la celebración de diversos sacrificios.

Texto 4.24.7: Aunque estaba ocupado en celebrar sacrificios, Mahārāja Antardhāna era un alma autorrealizada, y, por consiguiente, con gran inteligencia, supo ofrecer servicio devocional al Señor, el que erradica todo temor de Sus devotos. Adorando de esa forma al Señor Supremo, Mahārāja Antardhāna, arrebatado por el éxtasis, alcanzó el planeta del Señor sin ninguna dificultad.

Texto 4.24.8: Havirdhāna, el hijo de Mahārāja Antardhāna, estaba casado con Havirdhānī, con la que tuvo seis hijos: Barhiṣat, Gaya, Śukla, Kṛṣṇa, Satya y Jitavrata.

Texto 4.24.9: El gran sabio Maitreya continuó: Mi querido Vidura, Barhiṣat, el poderoso hijo de Havirdhāna, era muy experto en la ejecución de variedad de sacrificios fruitivos, así como también en la práctica del yoga místico. Por sus grandes cualidades, fue famoso con el nombre de Prajāpati.

Texto 4.24.10: Mahārāja Barhiṣat celebró muchos sacrificios por todo el mundo. En cada ocasión diseminó hierba kuśa y mantuvo el extremo de las hierbas apuntando hacia el este.

Texto 4.24.11: Mahārāja Barhiṣat, que desde entonces fue conocido como Prācīnabarhi, recibió del Señor Brahmā, el semidiós supremo, la orden de casarse con Śatadruti, la hija del océano. Śatadruti era muy joven, y los rasgos de su cuerpo eran de una belleza perfecta. Cuando, ataviada con el vestido indicado para la ocasión, entró en el recinto del sacrificio y comenzó a caminar alrededor del rey en la ceremonia de matrimonio, el dios del fuego, Agni, sintió tanta atracción por ella que deseó su compañía, como en el pasado había deseado disfrutar de Śukī.

Texto 4.24.12: Durante la boda de Śatadruti, los demonios, los habitantes de Gandharvaloka, los grandes sabios y los habitantes de Siddhaloka, los planetas terrenales y Nāgaloka, a pesar de que eran muy excelsos, quedaron cautivados por el tintineo de sus campanitas tobilleras.

Texto 4.24.13: El rey Prācīnabarhi engendró diez hijos en el vientre de Śatadruti. Fueron conocidos con el nombre de Pracetās, y todos ellos estaban dotados del mismo espíritu religioso.

Texto 4.24.14: Cuando su padre les ordenó que se casasen y tuviesen hijos, los Pracetās entraron en el mar y practicaron austeridades y penitencias durante diez mil años. De ese modo adoraron a la Suprema Personalidad de Dios, el amo de toda austeridad.

Texto 4.24.15: Cuando se fueron del hogar para ejecutar austeridades, los hijos de Prācīnabarhi se encontraron con el Señor Śiva, quien, con gran misericordia, les instruyó acerca de la Verdad Absoluta. Los hijos de Prācīnabarhi meditaron en esas instrucciones, cantándolas y adorándolas con gran cuidado y atención.

Texto 4.24.16: Vidura preguntó a Maitreya: Mi querido brāhmaṇa, ¿por qué encontraron los Pracetās al Señor Śiva en el camino? Por favor, dime cómo tuvo lugar el encuentro, por qué se sintió complacido con ellos el Señor Śiva, y qué instrucciones les dio. Ciertamente, esa conversación es importante, y yo deseo que, por favor, seas misericordioso conmigo y me la expliques.

Texto 4.24.17: El gran sabio Vidura continuó: ¡Oh, tú, el mejor de los brāhmaṇas!, es muy difícil que las entidades vivientes enjauladas en el cuerpo material lleguen a tener un contacto personal con el Señor Śiva. Ni siquiera grandes sabios que están libres de apegos materiales pueden tener esa relación personal, a pesar de que están siempre absortos en meditación para lograrla.

Texto 4.24.18: El Señor Śiva, el semidiós más poderoso y por encima de quien solo está el Señor Viṣṇu, es autosuficiente. Él no desea nada del mundo material, pero aún así, él siempre se encuentra muy atareado en beneficio de los habitantes de este mundo y está en compañía de sus peligrosas energías, como la diosa Kālī y la diosa Durgā.

Texto 4.24.19: El gran sabio Maitreya continuó: Mi querido Vidura, los hijos de Prācīnabarhi, debido a su naturaleza piadosa, recibieron las palabras de su padre con gran seriedad y de todo corazón, y poniendo esas palabras sobre sus cabezas en señal de respeto, partieron hacia el oeste para cumplir la orden de su padre.

Texto 4.24.20: Durante su viaje, los Pracetās se encontraron con una gran extensión de agua que parecía casi tan grande como el mar. El agua de ese lago era tan serena y tranquila como la mente de una gran alma, y sus habitantes, los seres acuáticos, parecían vivir en paz y muy felices de encontrarse bajo la protección de aquella gran extensión de agua.

Texto 4.24.21: En aquel gran lago había distintos tipos de flores de loto. Algunas eran azules; otras eran rojas. Algunas se abrían por la noche, otras durante el día, y otras, como la flor del loto indīvara, al atardecer. Todas aquellas flores de loto cubrían el lago de tal manera que parecía una gran mina de flores. Debido a ello, en sus orillas había cisnes, grullas, cakravākas, kāraṇḍavas y otras hermosas aves acuáticas.

Texto 4.24.22: En las orillas del lago crecían por todas partes distintos tipos de árboles y plantas trepadoras, en torno a los cuales zumbaban locos los abejorros. Los árboles parecían llenos de alegría con su dulce zumbar, y el azafrán contenido en las flores de loto volaba por el aire. Con todo ello, la atmósfera que se creaba transmitía una impresión festiva.

Texto 4.24.23: Los hijos del rey se sorprendieron mucho al escuchar un agradable sonido de tambores y timbales en armonía musical con otros instrumentos.

Texto 4.24.24-25: Los Pracetās tuvieron la fortuna de ver al Señor Śiva, el principal de los semidioses, que salía del agua en compañía de su séquito. El lustre de su cuerpo era como el oro fundido, su garganta era azul, y tenía tres ojos, que miraban llenos de misericordia a sus devotos. Venía acompañado de muchos músicos, que le glorificaban. Tan pronto como vieron al Señor Śiva, los Pracetās, muy asombrados, le ofrecieron reverencias postrándose a los pies de loto del señor.

Texto 4.24.26: El Señor Śiva se sentía muy complacido con los Pracetās, porque generalmente él es el protector de las personas piadosas y de las personas de conducta noble. Muy complacido con los príncipes, habló de la siguiente manera.

Texto 4.24.27: El Señor Śiva dijo: Ustedes son los hijos del rey Prācīnabarhi; les deseo toda buena fortuna. Como también sé qué es lo que se disponen a hacer, me he hecho visible ante ustedes para mostrarles mi misericordia.

Texto 4.24.28: El Señor Śiva continuó: En realidad, toda persona que se haya entregado a la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, que es el controlador de todo, tanto de la naturaleza material como de la entidad viviente, me es muy querida.

Texto 4.24.29: La persona que ejecuta correctamente el deber propio de su ocupación durante cien vidas adquiere los méritos necesarios para ocupar el puesto de Brahmā; si su aptitud aumenta, puede acercarse al Señor Śiva. La persona que se entrega directamente al Señor Kṛṣṇa, Viṣṇu, con una actitud de servicio devocional puro, se eleva inmediatamente a los planetas espirituales. El Señor Śiva y los demás semidioses alcanzan esos planetas tras la destrucción del mundo material.

Texto 4.24.30: Todos ustedes son devotos del Señor; por esa razón, yo reconozco que merecen el mismo respeto que la propia Suprema Personalidad de Dios. De esta manera, sé que los devotos también me respetan y me aman. Así pues, para los devotos no puede haber nadie tan querido como yo.

Texto 4.24.31: Ahora voy a cantar un mantra que, además de ser trascendental, puro y auspicioso, es la mejor de las oraciones para todo el que aspire a alcanzar el objetivo supremo de la vida. Por favor, escuchen con atención este mantra que voy a cantar.

Texto 4.24.32: El gran sabio Maitreya continuó: Por su misericordia sin causa, el Señor Śiva, la excelsa personalidad y gran devoto del Señor Nārāyaṇa, continuó hablando a los hijos del rey, que estaban de pie ante él con las manos juntas.

Texto 4.24.33: El Señor Śiva se dirigió a la Suprema Personalidad de Dios con la siguiente oración: ¡Oh, Suprema Personalidad de Dios, toda gloria a Ti! Tú eres la más excelsa de las almas autorrealizadas. Siempre eres auspicioso para las almas autorrealizadas, y por eso Te pido que seas auspicioso para mí. Por las perfectas enseñanzas que transmites, eres digno de adoración. Eres la Superalma; por eso Te ofrezco mis reverencias, pues eres el ser viviente supremo.

Texto 4.24.34: Mi Señor, Tú, por medio de la flor de loto que brota de Tu ombligo, eres el origen de la creación. Eres el supremo controlador de los sentidos y de los objetos de los sentidos, y eres también el omnipresente Vāsudeva. Tu paz es plena, y debido a que resplandeces con Tu propia luz, las seis clases de transformaciones no Te perturban.

Texto 4.24.35: Mi querido Señor, Tú eres el origen de los componentes materiales sutiles, el amo de toda integración y de toda desintegración, la Deidad regente llamada Saṅkarṣaṇa, y el amo de toda inteligencia, cuya Deidad regente lleva el nombre de Pradyumna. Por todo ello, Te ofrezco mis respetuosas reverencias.

Texto 4.24.36: Mi Señor, Tú, en la forma de la Deidad rectora suprema llamada Aniruddha, eres el amo de los sentidos y de la mente. Por esa causa, Te ofrezco mis reverencias una y otra vez. Tú recibes los nombres de Ananta y de Saṅkarṣaṇa debido a Tu capacidad de destruir toda la creación con el ardiente fuego de Tu boca.

Texto 4.24.37: ¡Oh, mi Señor!, ¡oh, Aniruddha!, Tú eres la autoridad que abre las puertas de los sistemas planetarios superiores y de la liberación. Tú siempre estás en el corazón puro de la entidad viviente. Por ello Te ofrezco mis reverencias. Tu semen es como el oro, y así, en la forma de fuego, ayudas en los sacrificios védicos, que comienzan con el cātur-hotra. Por ello Te ofrezco mis reverencias.

Texto 4.24.38: ¡Oh, mi Señor!, Tú eres quien abastece los Pitṛlokas, y también a los semidioses. Tú eres la deidad regente de la Luna y el amo de los tres Vedas. Yo Te ofrezco mis respetuosas reverencias, pues eres la fuente original de la satisfacción de las entidades vivientes.

Texto 4.24.39: Mi querido Señor, Tú eres la gigantesca forma universal que contiene los cuerpos individuales de todas las entidades vivientes. Como sustentador de los tres mundos, mantienes la mente, los sentidos, el cuerpo y el aire de la vida contenidos en su interior. Por todo ello, Te ofrezco mis respetuosas reverencias.

Texto 4.24.40: Mi querido Señor, con la difusión de Tus vibraciones trascendentales, Tú revelas el verdadero sentido de todo. Tú eres el cielo omnipresente en el interior y en el exterior, y eres el objetivo supremo de las actividades piadosas que se ejecutan en este mundo material y fuera de él. Por todo ello, Te ofrezco una y otra vez mis respetuosas reverencias.

Texto 4.24.41: Mi querido Señor, Tú eres el testigo de los resultados de las actividades piadosas. Tú eres la atracción, la aversión y las actividades que de ellas resultan. Tú eres la causa de las miserables condiciones de vida que son fruto de la irreligión, y eres, por lo tanto, la muerte. Yo Te ofrezco mis respetuosas reverencias.

Texto 4.24.42: Mi querido Señor, Tú eres el supremo dispensador de toda bendición y de entre los disfrutadores, eres el disfrutador supremo y el más antiguo. Eres el maestro de la filosofía metafísica de todos los mundos, pues eres el Señor Kṛṣṇa, la causa suprema de todas las causas. Tú eres el más grande de todos los principios religiosos; eres la mente suprema, y Tu cerebro no encuentra obstáculo en ninguna circunstancia. Por todo ello, Te ofrezco una y otra vez mis reverencias.

Texto 4.24.43: Mi querido Señor, Tú eres el controlador supremo del que realiza la acción, de las actividades de los sentidos, y de los resultados de esas actividades [karma]. Por lo tanto, eres el controlador del cuerpo, de la mente y de los sentidos. Eres además el controlador supremo del egotismo, Rudra. Eres la fuente del conocimiento y las actividades de los mandamientos védicos.

Texto 4.24.44: Mi querido Señor, yo deseo verte en la misma forma que adoran Tus muy queridos devotos. Tú tienes muchas otras formas, pero yo deseo verte en la forma que los devotos aman de manera especial. Por favor, sé misericordioso conmigo y muéstrame esa forma, pues solo la forma que adoran los devotos puede satisfacer perfectamente todas las exigencias de los sentidos.

Texto 4.24.45-46: La belleza del Señor es como la de una nube oscura en la estación de las lluvias. Los rasgos de su cuerpo tienen el brillo de la lluvia. En verdad, Él es la esencia de toda belleza. El Señor tiene cuatro brazos, y la hermosura de Su rostro es exquisita. Sus ojos son como pétalos de loto, y Su nariz es delicadamente alzada; Su sonrisa atrae la mente; Su frente es hermosa, y también Sus oídos, en los que lleva preciosas joyas.

Texto 4.24.47-48: Por Su sonrisa abierta y misericordiosa, y por las miradas que deja caer sobre Sus devotos, el Señor es extremadamente hermoso. Su cabello es negro y ondulado, y Sus ropas, flotando en el viento, son como el polen azafrán que despiden las flores de loto. Los esplendorosos pendientes, el brillante almete, las ajorcas, el collar de flores, las campanitas tobilleras, el cinturón, y los demás adornos de Su cuerpo, en armonía con la caracola, el disco, la maza y la flor de loto, aumentan la belleza natural de la perla Kaustubha que lleva en el pecho.

Texto 4.24.49: Los hombros del Señor son como los del león. Sobre ellos lleva collares de flores, gargantillas y hombreras, que siempre resplandecen. A ello se añade la belleza de la perla Kaustubha-maṇi, y sobre Su oscuro pecho, las rayas de Śrīvatsa, que son los signos de la diosa de la fortuna. El brillo de esas rayas supera en belleza a las rayas doradas de la piedra de probar el oro. En verdad, esa belleza es mayor que la de la piedra de probar el oro.

Texto 4.24.50: La superficie del abdomen del Señor está embellecida con tres pliegues. La forma redondeada de Su abdomen recuerda la hoja del árbol de los banianos, y cuando respira, el movimiento de esos pliegues resulta sumamente hermoso. Las espirales del ombligo del Señor son tan profundas que parece como si el universo entero brotase de él, y aun así, desease regresar a su interior.

Texto 4.24.51: Por debajo de la cintura, el cuerpo del Señor es oscuro y está cubierto con ropas amarillas y un cinturón adornado con bordados de oro. Sus simétricos pies de loto, Sus pantorrillas, Sus muslos y Sus rodillas y tobillos son de una belleza extraordinaria. En verdad, todo el cuerpo del Señor forma un conjunto armónico.

Texto 4.24.52: Mi querido Señor, Tus pies de loto son tan hermosos que parecen dos pétalos recién abiertos de la flor de loto que crece durante el otoño. En verdad, la refulgencia que emana de las uñas de Tus pies de loto es tan luminosa que, de inmediato, disipa la oscuridad del corazón del alma condicionada. Mi querido Señor, por favor, muéstrame esa forma Tuya que siempre disipa todo rastro de oscuridad del corazón del devoto. Mi querido Señor, Tú eres el maestro espiritual supremo de todos; por lo tanto, Tú, en la forma del maestro espiritual, puedes iluminar a todas las almas condicionadas cubiertas por la oscuridad de la ignorancia.

Texto 4.24.53: Mi querido Señor, aquellos que desean purificar su existencia deben ocuparse siempre en meditar en Tus pies de loto, como antes se explicó. Los que son sinceros en la ejecución de sus deberes prescritos y desean liberarse del temor, deben emprender este proceso de bhakti-yoga.

Texto 4.24.54: Mi querido Señor, el rey encargado del reino celestial también desea alcanzar el objetivo supremo de la vida, el servicio devocional. De la misma manera, Tú eres el destino supremo de aquellos que se identifican contigo [ahaṁ brahmāsmi]. Sin embargo, a ellos les es muy difícil alcanzarte, mientras que el devoto puede llegar a Ti con suma facilidad.

Texto 4.24.55: Mi querido Señor, el desempeño de servicio devocional puro es difícil incluso para las personas liberadas, pero ese servicio devocional es lo único que Te puede satisfacer. ¿Qué persona que tenga un deseo sincero de alcanzar la perfección de la vida seguiría otro proceso de autorrealización?

Texto 4.24.56: Con un simple movimiento de Sus cejas, la personificación del invencible tiempo puede acabar de inmediato con todo el universo. Sin embargo, el espantoso tiempo no se acerca al devoto que se ha refugiado por completo en Tus pies de loto.

Texto 4.24.57: El que tiene la fortuna de relacionarse con un devoto, aunque solo sea por una fracción de un instante, se libera de la atracción por los resultados del karma y del jñāna. ¿Qué interés puede tener entonces en las bendiciones de los semidioses, que están expuestos a las leyes del nacimiento y la muerte?

Texto 4.24.58: Mi querido Señor, Tus pies de loto son la causa de todo lo auspicioso, y destruyen toda la contaminación del pecado. Por eso pido de Tu Señoría que me bendigas dándome la compañía de Tus devotos, que están completamente purificados debido a que adoran Tus pies de loto, y que tan misericordiosos son con las almas condicionadas. Pienso que si me permites relacionarme con esos devotos, me habrás bendecido de verdad.

Texto 4.24.59: La energía externa, que es como un pozo oscuro, no confunde al devoto cuyo corazón se ha limpiado por completo mediante el proceso de servicio devocional, y que ha recibido el favor de Bhaktidevī. Cuando, de esa forma, se limpia por completo de todas las contaminaciones materiales, el devoto es muy feliz de poder entender Tu nombre, Tu fama, Tu forma, Tus actividades, etc.

Texto 4.24.60: Mi querido Señor, el Brahman impersonal se difunde por todas partes, como la luz del Sol o como el cielo. Y ese Brahman impersonal, que se difunde por todo el universo, y en el cual se manifiesta el universo entero, eres Tú.

Texto 4.24.61: Mi querido Señor, Tú tienes múltiples energías, que se manifiestan en múltiples formas. Con esas energías, has creado también la manifestación cósmica, y aunque la mantienes como si fuese permanente, en última instancia, la aniquilas. Aunque esos cambios y alteraciones no Te perturban, las entidades vivientes, perturbadas por ello, consideran que la manifestación cósmica es diferente o está separada de Ti. Mi Señor, Tú eres siempre independiente; es un hecho que puedo ver con claridad.

Texto 4.24.62: Mi querido Señor, Tu forma universal consta de los cinco elementos, los sentidos, la mente, la inteligencia, el ego falso (que es material) y Paramātmā, Tu expansión parcial, que lo dirige todo. Los yogīs no devotos, es decir, los karma-yogīs y jñānayogīs, Te adoran con Sus respectivas actividades y desde Sus respectivas posiciones. Esto se afirma tanto en los śāstras védicos como en sus corolarios; en verdad, en todas partes se afirma que solo Tú debes ser adorado. Esa es la sabia conclusión de todos los Vedas.

Texto 4.24.63: Mi querido Señor, solo Tú eres la Persona Suprema, la causa de todas las causas. Antes de la creación del mundo material, Tu energía material permanece en estado latente. Cuando Tu energía material se agita, las tres cualidades [bondad, pasión e ignorancia] actúan, y como resultado de ello, se manifiesta la energía material total, que consta de egotismo, éter, aire, fuego, agua, tierra y toda la diversidad de semidioses y personas santas. De esa forma se crea el mundo material.

Texto 4.24.64: Mi querido Señor, después de crear mediante Tus propias potencias, entras en la creación en cuatro clases de formas. Tú, como estás dentro del corazón de las entidades vivientes, las conoces y sabes cómo disfrutan de sus sentidos. Lo que se llama felicidad en esta creación material es exactamente como el disfrute de las abejas con la miel que han reunido en el panal.

Texto 4.24.65: Mi querido Señor, no es posible tener una experiencia directa de Tu autoridad absoluta, pero al ver la actividad del mundo se puede deducir que, más tarde o más temprano, todo se destruye. El tiempo es muy poderoso, y cada cosa está siendo destruida por otra, como el animal que sirve de alimento a otro animal. Igual que el viento que dispersa las nubes del cielo, el tiempo lo dispersa todo.

Texto 4.24.66: Mi querido Señor, las entidades vivientes del mundo material son como locos que hacen planes para obtener logros materiales, y están siempre muy atareados en cumplir todo tipo de deseos. Eso se debe a la incontrolable codicia. La entidad viviente siempre está llena de intensas ansias de disfrutar de la materia, pero Tu Señoría está siempre alerta, y, a su debido tiempo, la atrapas, como la serpiente que caza un ratón y se lo traga sin esfuerzo alguno.

Texto 4.24.67: Mi querido Señor, toda persona erudita sabe que, si no Te adora, su vida no vale nada. Sabiendo esto, ¿cómo podría dejar de adorar Tus pies de loto? Nuestro mismo padre y maestro espiritual, el Señor Brahmā, Te adoró con resolución, y los catorce manus han seguido sus pasos.

Texto 4.24.68: Mi querido Señor, las personas realmente eruditas saben que Tú eres el Brahman Supremo y la Superalma. Aunque todo el universo teme al Señor Rudra, que finalmente lo aniquila todo, para los devotos eruditos Tú eres el destino libre de temor que todos deben alcanzar.

Texto 4.24.69: Mis queridos hijos del rey, simplemente cumplan con sus deberes como reyes, conservando el corazón puro. Simplemente canten esta oración con la mente fija en los pies de loto del Señor. Eso les traerá toda buena fortuna, pues el Señor Se sentirá muy complacido con ustedes.

Texto 4.24.70: ¡Oh, hijos del rey!, la Suprema Personalidad de Dios, Hari, está en el corazón de todos. Él está también en sus corazones. Por lo tanto, canten las glorias del Señor y mediten continuamente en Él.

Texto 4.24.71: Mis queridos príncipes, he esbozado, en forma de oración, el sistema de yoga del canto del santo nombre. Todos ustedes deben llevar en la mente este importante stotra, y deben prometer guardarlo, a fin de llegar a ser grandes sabios. Actuando en silencio, como los grandes sabios, deben practicar este método con atención y reverencia.

Texto 4.24.72: Originalmente recibimos estas oraciones de labios del Señor Brahmā, el señor de todos los creadores. A los creadores, encabezados por Bhṛgu, se les instruyó en ellas porque deseaban crear.

Texto 4.24.73: Cuando el Señor Brahmā nos ordenó que creásemos, los prajāpatis cantamos estas oraciones en alabanza de la Suprema Personalidad de Dios, y nos liberamos por completo de la ignorancia. Así pudimos crear las diversas especies de entidades vivientes.

Texto 4.24.74: El devoto cuya mente esté siempre absorta en el Señor Kṛṣṇa y cante este stotra [oración] con gran atención y reverencia, no tardará en obtener la perfección más elevada de la vida.

Texto 4.24.75: Muchos son los logros que se pueden perseguir en el mundo material, pero de todos ellos, se considera que el logro de conocimiento es el más elevado, pues el océano de la nesciencia solo se puede atravesar en la nave del conocimiento. No hay ninguna otra manera de cruzarlo.

Texto 4.24.76: Es muy difícil adorar y ofrecer servicio devocional a la Suprema Personalidad de Dios; sin embargo, al que recite o simplemente lea este stotra [oración] que yo he compuesto y recitado, le será muy fácil invocar la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios.

Texto 4.24.77: La Suprema Personalidad de Dios es el objetivo más querido de todas las bendiciones auspiciosas. El ser humano que recite la oración que he cantado puede complacer a la Suprema Personalidad de Dios. Ese devoto, fijo en el servicio devocional del Señor, puede obtener del Señor Supremo todo lo que desee.

Texto 4.24.78: El devoto que se levanta temprano por la mañana y, uniendo las manos, canta estas oraciones del Señor Śiva, dando a otros la posibilidad de escucharlas también, se libera por completo del cautiverio de las actividades fruitivas, sin duda alguna.

Texto 4.24.79: Mis queridos hijos del rey, las oraciones que les he recitado van dirigidas a complacer a la Suprema Personalidad de Dios, la Superalma. Les aconsejo que recen esas oraciones, pues producen el mismo efecto que las grandes austeridades. De esa forma, cuando alcancen la madurez, lograrán el éxito en la vida, y ciertamente, sin la menor duda, todos los objetivos que se hayan propuesto.