ES/SB 6.18: Diti hace el voto de matar al rey Indra
Texto 6.18.1: Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Pṛśni, esposa de Savitā, el quinto de los doce hijos de Aditi, fue madre de tres hijas: Sāvitrī, Vyāhṛti y Trayī; también tuvo varios hijos, cuyos nombres fueron Agnihotra, Paśu, Soma, Cāturmāsya y los cinco Mahāyajñas.
Texto 6.18.2: ¡Oh, rey!, Siddhi, que era la esposa de Bhaga, el sexto hijo de Aditi, tuvo tres hijos: Mahimā, Vibhu y Prabhu; tuvo también una hija extraordinariamente hermosa, que se llamó Āśī.
Texto 6.18.3-4: Dhātā, el séptimo hijo de Aditi, tuvo cuatro esposas: Kuhū, Sinīvālī, Rākā y Anumati; fueron madres de cuatro hijos, llamados, respectivamente, Sāyam, Darśa, Prātaḥ y Pūrṇamāsa. La esposa de Vidhātā, el octavo hijo de Aditi, se llamaba Kriyā. En ella, Vidhātā engendró a los cinco dioses del fuego conocidos con el nombre de Purīṣyas. La esposa de Varuṇa, el noveno hijo de Aditi, se llamaba Carṣaṇī. De su vientre nació de nuevo Bhṛgu, el hijo de Brahmā.
Texto 6.18.5: El gran místico Vālmikī nació de un hormiguero a partir del semen de Varuṇa. Bhṛgu y Vālmīki fueron hijos solo de Varuṇa, mientras que los ṛṣis Agastya y Vasiṣṭha fueron hijos comunes de Varuṇa y Mitra, el décimo hijo de Aditi.
Texto 6.18.6: Al ver a Urvaśī, la cortesana celestial, Mitra y Varuṇa no pudieron retener su semen; entonces lo guardaron en un cántaro de barro. De ese cántaro aparecieron más tarde sus dos hijos Agastya y Vasiṣṭha, que, por lo tanto, son hijos comunes de Mitra y Varuṇa. Mitra engendró tres hijos en el vientre de su esposa, Revatī. Esos hijos se llamaron Utsarga, Ariṣṭa y Pippala.
Texto 6.18.7: ¡Oh, rey Parīkṣit!, Indra, el rey de los planetas celestiales, que era el undécimo hijo de Aditi, engendró tres hijos —Jayanta, Ṛṣabha y Mīḍhuṣa— en el vientre de su esposa, Paulomī. Así nos lo han explicado.
Texto 6.18.8: En virtud de Su propia potencia, la Suprema Personalidad de Dios, que posee múltiples potencias, advino como duodécimo hijo de Aditi en la forma de un enano llamado Urukrama. Él engendró un hijo, Bṛhatśloka, en el vientre de Su esposa, Kīrti. Bṛhatśloka tuvo muchos hijos, el primero de los cuales fue Saubhaga.
Texto 6.18.9: Más adelante [en el Octavo Canto del Śrīmad-Bhāgavatam] te hablaré de Urukrama, el Señor Vāmanadeva, que advino como hijo del gran sabio Kaśyapa y que cubrió los tres mundos con tres pasos. Entonces te describiré las extraordinarias actividades que realizó, y te hablaré de Sus cualidades, de Su poder y de cómo es que nació del vientre de Aditi.
Texto 6.18.10: Ahora voy a hablarte de los hijos de Diti, que, aunque fueron engendrados por Kaśyapa, se volvieron demonios. En esa familia demoníaca aparecieron los grandes devotos Prahlāda Mahārāja y Bali Mahārāja. Los demonios son conocidos con el nombre técnico de daityas, pues nacieron del vientre de Diti.
Texto 6.18.11: Los primeros hijos nacidos del vientre de Diti fueron Hiraṇyakaśipu e Hiraṇyākṣa. Ambos eran muy poderosos, y fueron adorados por los daityas y los dānavas.
Texto 6.18.12-13: La esposa de Hiraṇyakaśipu se llamaba Kayādhu, y era hija de Jambha y una descendiente de Danu. Tuvo cuatro hijos: Saṁhlāda, Anuhlāda, Hlāda y Prahlāda. La hermana de esos cuatro hijos se llamó Siṁhikā. Siṁhikā se casó con el demonio Vipracit y fue madre de otro demonio, llamado Rāhu.
Texto 6.18.14: Una vez, Rāhu, disfrazado, estaba bebiendo néctar entre los semidioses, y la Suprema Personalidad de Dios le cortó la cabeza. La esposa de Saṁhlāda se llamó Kṛti. De su unión nació un hijo llamado Pañcajana.
Texto 6.18.15: La esposa de Hlāda fue Dhamani, que tuvo dos hijos: Vātāpi e Ilvala. Cuando Agastya Muni fue a visitar a Ilvala, este cocinó a Vātāpi, transformado en carnero, y se lo sirvió.
Texto 6.18.16: La esposa de Anuhlāda se llamaba Sūryā. Tuvo dos hijos: Bāṣkala y Mahiṣa. Prahlāda tuvo un hijo, llamado Virocana, cuya esposa fue madre de Bali Mahārāja.
Texto 6.18.17: A continuación, Bali Mahārāja engendró cien hijos en el vientre de Aśanā. De esos cien hijos, el primogénito fue el rey Bāṇa. Más adelante [en el Octavo Canto], te describiré las actividades de Bali Mahārāja, que son dignas de elogio.
Texto 6.18.18: Como gran adorador del Señor Śiva, el rey Bāṇa llegó a ser uno de sus más famosos acompañantes. Hasta hoy mismo, el Señor Śiva protege la capital del rey Bāṇa y se encuentra siempre a su lado.
Texto 6.18.19: Los cuarenta y nueve semidioses Marut nacieron también del vientre de Diti. Ninguno de ellos tuvo hijos. Aunque habían nacido de Diti, el rey Indra les elevó a la posición de semidioses.
Texto 6.18.20: El rey Parīkṣit preguntó: Mi querido señor, por su linaje, los cuarenta y nueve Maruts debían de estar obsesionados con una mentalidad demoníaca. ¿Por qué les elevó Indra, el rey del cielo, a la categoría de semidioses? ¿Celebraron rituales o actividades piadosas?
Texto 6.18.21: Mi querido brāhmaṇa, tanto yo como todos los sabios aquí presentes estamos deseosos de escuchar tu respuesta. Por lo tanto, ¡oh, gran alma!, ten la bondad de explicarnos la razón.
Texto 6.18.22: Śrī Sūta Gosvāmī dijo: ¡Oh, gran sabio Śaunaka!, tras escuchar las palabras, breves y respetuosas, que Mahārāja Parīkṣit le dirigió acerca de temas tan esenciales, Śukadeva Gosvāmī, que era bien consciente de todo, alabó su esfuerzo y, muy complacido, contestó.
Texto 6.18.23: Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Para ayudar a Indra, el Señor Viṣṇu mató a los dos hermanos Hiraṇyākṣa e Hiraṇyakaśipu. Su madre, Diti, sumida en la lamentación y la ira, meditaba en la muerte de Indra de la siguiente forma.
Texto 6.18.24: El Señor Indra, que está muy apegado a la complacencia de los sentidos, ha matado a los dos hermanos Hiraṇyākṣa e Hiraṇyakaśipu con la ayuda del Señor Viṣṇu. Por lo tanto, Indra es cruel, duro de corazón y pecaminoso. Mientras no le mate, mi mente no estará en paz.
Texto 6.18.25: Una vez muertos, los cuerpos de todos los gobernantes, conocidos como reyes y grandes líderes, se transformarán en gusanos, excremento o cenizas. ¿Acaso conoce el verdadero interés de la vida aquel que mata a otros por envidia y para proteger semejante cuerpo? Ciertamente no lo conoce, pues quien siente envidia de otras entidades vivientes tiene el infierno asegurado.
Texto 6.18.26: Diti pensó: Indra cree que su cuerpo es eterno, y, por ello, no tiene el más mínimo dominio de sí mismo. Así pues, deseo tener un hijo que pueda sacarle de esa locura. He de hacer algo que me ayude a conseguirlo.
Texto 6.18.27-28: Pensando de este modo [con el deseo de tener un hijo que matase a Indra], Diti comenzó a actuar de manera que Kaśyapa se sintiese complacido de su agradable conducta. ¡Oh, rey!, Diti se mostró muy fiel a Kaśyapa, cumpliendo sus órdenes a su entera satisfacción. Con servicio, amor, humildad y dominio de sí misma, con palabras dichas con gran dulzura para satisfacerle, y con las sonrisas y miradas que le dedicaba, Diti atrajo la mente de su esposo hasta tenerla bajo su control.
Texto 6.18.29: Kaśyapa Muni, a pesar de ser un gran erudito, quedó cautivado por los artificios de Diti, y quedó bajo su control. Así pues, un día aseguró a su esposa que satisfaría sus deseos. Esa promesa, en labios de un esposo, no es sorprendente.
Texto 6.18.30: Al comienzo de la creación, el Señor Brahmā, el padre de las entidades vivientes del universo, se encontró con que todas las entidades vivientes estaban desapegadas. Entonces, para aumentar la población, creó a la mujer a partir de la mejor mitad del cuerpo del hombre, pues la conducta de la mujer arrastra tras de sí la mente del hombre.
Texto 6.18.31: ¡Oh, mi querido rey!, el muy poderoso sabio Kaśyapa, muy complacido con la mansa conducta de su esposa Diti, sonrió y le habló con las siguientes palabras.
Texto 6.18.32: Kaśyapa Muni dijo: ¡Oh, hermosa mujer!, ¡oh, dama irreprochable!, estoy muy complacido con tu conducta, de modo que puedes pedirme la bendición que desees. Un esposo complacido, ¿cómo podría dejar de satisfacer algún deseo de su esposa, tanto en este mundo como en el siguiente?
Texto 6.18.33-34: Para la mujer, el semidiós supremo es el esposo. La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Vāsudeva, el esposo de la diosa de la fortuna, Se encuentra en el corazón de todos, y aquellos que actúan con fines fruitivos Lo adoran a través de los diversos nombres y formas de los semidioses. Del mismo modo, el esposo representa al Señor como objeto de adoración para la mujer.
Texto 6.18.35: Mi querida esposa, de cuerpo hermoso y delgada cintura, una esposa cumplidora de su deber debe ser casta y regirse por las órdenes de su marido, a quien debe adorar con gran devoción, considerándole el representante de Vāsudeva.
Texto 6.18.36: Querida y amable esposa, puesto que me has adorado con gran devoción, considerándome el representante de la Suprema Personalidad de Dios, te recompensaré satisfaciendo tus deseos. Esto no podría lograrlo una esposa poco casta.
Texto 6.18.37: Diti contestó: ¡Oh, esposo mío!, ¡oh, gran alma!, he perdido a mis hijos. Si deseas darme una bendición, te pido un hijo inmortal que pueda matar a Indra. Te lo pido porque Indra, con la ayuda de Viṣṇu, ha matado a mis dos hijos Hiraṇyākṣa e Hiraṇyakaśipu.
Texto 6.18.38: Al escuchar la petición de Diti, Kaśyapa Muni se sintió muy afligido. «¡Ay! —se lamentó—, ahora me enfrento al peligro de cometer el impío acto de matar a Indra».
Texto 6.18.39: Kaśyapa Muni pensó: ¡Ay de mí!, me he apegado demasiado al disfrute material. Aprovechándose de esto, mi mente se ha dejado atraer por la energía ilusoria de la Suprema Personalidad de Dios en la forma de una mujer [mi esposa]. Soy un miserable, y, con toda seguridad, voy camino del infierno.
Texto 6.18.40: Esta mujer, mi esposa, se ha valido de los medios que su naturaleza le dicta, y no se la puede criticar por ello. Pero yo soy un hombre. ¡Condenado sea! Ignoro por completo lo que me conviene, pues no he sabido controlar mis sentidos.
Texto 6.18.41: El rostro de la mujer es hermoso y atrayente como un loto florecido en otoño; sus palabras son muy dulces, y dan placer al oído; pero, si analizamos su corazón, veremos que es tan cortante como el filo de una navaja. En esas circunstancias, ¿quién puede entender la conducta de una mujer?
Texto 6.18.42: Para satisfacer sus propios intereses, las mujeres tratan a los hombres como si les fuesen muy queridos, pero en realidad no quieren a nadie. Aunque se las considera muy santas, por satisfacer sus intereses pueden matar incluso a sus esposos, hijos o hermanos, o hacer que otros los maten.
Texto 6.18.43: Le he prometido una bendición, y no puedo violar mi promesa, pero Indra no merece ser matado. En estas circunstancias, tengo una solución muy adecuada.
Texto 6.18.44: Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Con estos pensamientos, Kaśyapa Muni se irritó ligeramente. Renegando de sí mismo, ¡oh, Mahārāja Parīkṣit, descendiente de Kuru!, habló a Diti de la siguiente manera.
Texto 6.18.45: Kaśyapa Muni dijo: Mi querida y amable esposa, harás un voto conforme a mis instrucciones; si lo sigues durante un año, ten la seguridad de que tendrás un hijo que podrá matar a Indra. Sin embargo, si te apartas de ese voto y no sigues los principios vaiṣṇavas, tendrás un hijo favorable a Indra.
Texto 6.18.46: Diti contestó: Mi querido brāhmaṇa, tengo que aceptar tu consejo y seguir el voto. Ahora hazme saber lo que tengo que hacer, las cosas que están prohibidas y las que no rompen el voto. Por favor, expónmelo claramente.
Texto 6.18.47: Kaśyapa Muni dijo: Mi querida esposa, para seguir este voto, no debes ser violenta ni causar daño a nadie. No maldigas a nadie ni mientas. No te cortes las uñas ni el cabello, y no toques objetos impuros, como calaveras o huesos.
Texto 6.18.48: Kaśyapa Muni continuó: Mi querida y amable esposa, nunca entres en el agua mientras te bañes, nunca te enfades, y ni siquiera hables o estés en compañia de gente malvada. Nunca vistas ropas que no estén lavadas, y no te pongas collares de flores que hayan sido usados.
Texto 6.18.49: Nunca comas los remanentes de una comida anterior, ni prasāda ofrecido a la diosa Kālī [Durgā], ni comas nada contaminado con carne o pescado. No comas nada que haya sido traído o tocado por un śūdra, o que haya sido visto por una mujer en su período menstrual. No bebas agua en el cuenco de las manos.
Texto 6.18.50: Después de comer, no saldrás a la calle sin antes haberte lavado la boca, las manos y los pies. No saldrás al atardecer, ni con el cabello suelto, y no saldrás sin arreglarte debidamente con alhajas. No saldrás de casa a no ser que te muestres muy reservada y vayas suficientemente cubierta.
Texto 6.18.51: No te acostarás sin haberte lavado los pies o sin purificarte; tampoco te acostarás con los pies mojados o con la cabeza orientada hacia el oeste o hacia el norte. No dormirás desnuda, ni con otras mujeres, ni durante la salida o la puesta del Sol.
Texto 6.18.52: Antes de desayunar, vestida con ropa limpia, manteniéndote siempre pura y adornándote con cúrcuma, pasta de madera de sándalo y otras sustancias auspiciosas, adorarás a las vacas, a los brāhmaṇas, a la diosa de la fortuna y a la Suprema Personalidad de Dios.
Texto 6.18.53: Con collares de flores, pasta de madera de sándalo, adornos y otros artículos, la mujer que siga este voto debe adorar a las mujeres que tengan algún hijo varón y el esposo vivo. La mujer embarazada debe adorar a su esposo y ofrecerle oraciones. Debe meditar en él, pensando que está dentro de su vientre.
Texto 6.18.54: Kaśyapa Muni continuó: Si celebras esa ceremonia, que recibe el nombre de puṁsavana, siguiendo el voto con fe durante un año como mínimo, serás madre de un hijo destinado a matar a Indra. Pero si cometes algún error en la práctica del voto, tu hijo será amigo de Indra.
Texto 6.18.55: ¡Oh, rey Parīkṣit!, Diti, la esposa de Kaśyapa, estuvo de acuerdo en someterse al proceso purificatorio puṁsavana. «Sí —dijo—, lo haré todo conforme a tus instrucciones». Con gran alegría, tras recibir el semen de Kaśyapa, quedó embarazada y comenzó a cumplir fielmente el voto.
Texto 6.18.56: ¡Oh, rey, que eres respetuoso con todos!, Indra comprendió las intenciones de su tía Diti, e ideó un plan para satisfacer sus propios intereses. Conforme a la lógica del instinto de protección, que es la primera ley de la naturaleza, quería hacer que Diti, que estaba viviendo en un āśrama, rompiera su promesa. Para ello se ocupó en su servicio.
Texto 6.18.57: Diariamente, Indra recogía en el bosque flores, frutas, raíces y leña para los yajñas, y se las llevaba a su tía. También le llevaba hierba kuśa, hojas, brotes, tierra y agua. Todo ello lo traía en el momento más oportuno.
Texto 6.18.58: ¡Oh, rey Parīkṣit!, como el cazador que, para hacerse con un ciervo, se transforma en otro ciervo cubriendo el cuerpo con una piel de venado y sirviendo a su presa, Indra, aunque de corazón era enemigo de los hijos de Diti, externamente daba muestras de amistad y servía a Diti del modo más fiel. Su intención era engañar a Diti tan pronto como descubriese alguna falta en su práctica de los votos de la ceremonia ritual. Sin embargo, no quería despertar sospechas, y por ello servía a su tía con el mayor esmero.
Texto 6.18.59: ¡Oh, amo del mundo entero!, Indra, sin descubrir el más mínimo error, pensaba: «¿Cómo podré tener buena fortuna?». De ese modo, se consumía en la más profunda ansiedad.
Texto 6.18.60: Con la práctica estricta de los principios del voto, Diti estaba cada vez más débil y delgada, hasta que un día, para su desdicha, no se lavó la boca, las manos y los pies después de comer, y se fue a dormir a la hora del crepúsculo vespertino.
Texto 6.18.61: Al notar aquel error, Indra, que tiene todos los poderes místicos [los yoga-siddhis, como aṇimā y laghimā], entró en el vientre de Diti mientras ella estaba inconsciente, profundamente dormida.
Texto 6.18.62: Tras entrar en el vientre de Diti, Indra, con ayuda de su rayo, cortó en siete pedazos el embrión, que tenía el aspecto del oro brillante. Entonces, siete seres vivos distintos se pusieron a llorar desde siete sitios distintos. Indra les dijo: «No lloren», y volvió a cortar a cada uno de ellos en siete partes.
Texto 6.18.63: ¡Oh, rey!, entonces, muy afligidos, suplicaron a Indra con las manos juntas, diciendo: «Querido Indra, somos los Maruts, tus hermanos. ¿Por qué tratas de matarnos?».
Texto 6.18.64: Indra, cuando vio que realmente se trataba de sus devotos seguidores, les dijo: «Si son mis hermanos, no tienen que temer nada más de mí».
Texto 6.18.65: Śukadeva Gosvāmī dijo: Mi querido rey Parīkṣit, cuando el brahmāstra de Aśvatthāmā te estaba quemando, fuiste salvado por el Señor Kṛṣṇa, que entró en el vientre de tu madre. Del mismo modo, el rayo de Indra cortó el embrión en cuarenta y nueve trozos, pero todos ellos se salvaron por la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios.
Texto 6.18.66-67: Aquel que adora a la Suprema Personalidad de Dios, la persona original, aunque solo lo haga una vez, recibe el beneficio de elevarse al mundo espiritual, donde adquiere los mismos rasgos corporales que Viṣṇu. Diti adoró al Señor Viṣṇu durante casi un año, conforme a su gran voto. Los cuarenta y nueve Maruts nacieron debido a la fuerza que ella demostró en la vida espiritual. ¿Qué hay entonces de sorprendente en el hecho de que los Maruts, aunque nacidos del vientre de Diti, llegasen a ser iguales a los semidioses, por la misericordia del Señor Supremo?
Texto 6.18.68: Gracias a su adoración de la Suprema Personalidad de Dios, Diti se había purificado por completo. Al levantarse del lecho y ver la amistosa relación entre Indra y sus cuarenta y nueve hijos, que brillaban como el fuego, Diti se sintió muy complacida.
Texto 6.18.69: A continuación, Diti dijo a Indra: Mi querido hijo, yo me sometí a ese difícil voto para tener un hijo que les mate a ustedes, los doce hijos de Aditi.
Texto 6.18.70: En mi oración solamente pedí un hijo, pero aquí veo cuarenta y nueve. ¿Cómo ha ocurrido esto? Indra, querido hijo mío, si lo sabes, dime la verdad, por favor. No intentes mentirme.
Texto 6.18.71: Indra respondió: Mi querida madre, yo estaba cegado por burdos intereses egoístas, de modo que perdí de vista los principios religiosos. Cuando me di cuenta de que tú seguías un gran voto de vida espiritual, traté de sorprenderte en algún error. Cuando lo encontré, entré en tu vientre y corté en pedazos el embrión.
Texto 6.18.72: Primero corté al niño en siete pedazos, que se convirtieron en siete niños. A cada uno de ellos, volví a cortarlo en otros siete pedazos. Sin embargo, por la gracia del Señor Supremo, ninguno murió.
Texto 6.18.73: Mi querida madre, cuando vi que los cuarenta y nueve niños seguían con vida, ciertamente me sorprendí mucho. Entonces deduje que se trataba de un resultado secundario del servicio devocional que tu habías practicado, adorando al Señor Viṣṇu con toda regularidad.
Texto 6.18.74: Aquellos cuyo único interés está en adorar a la Suprema Personalidad de Dios, no desean del Señor nada material, y ni siquiera aspiran a la liberación; sin embargo, el Señor Kṛṣṇa les satisface todos los deseos.
Texto 6.18.75: El objetivo supremo de todo deseo es llegar a ser un sirviente de la Suprema Personalidad de Dios. Un hombre inteligente dedicado al servicio del Señor, que es muy querido y que Se da a Sí mismo a Sus devotos, ¿cómo podría desear la felicidad material, que hasta en el infierno se puede conseguir?
Texto 6.18.76: ¡Oh, querida madre!, ¡oh, la mejor de todas las mujeres!, soy un necio. Por favor, perdóname por todas las ofensas que he cometido. Por tu servicio devocional, tus cuarenta y nueve hijos han nacido sin sufrir el menor daño. Actuando como enemigo tuyo, los corté en pedazos, pero, debido a tu gran servicio devocional, no murieron.
Texto 6.18.77: Śrī Śukadeva Gosvāmī continuó: Diti se sintió sumamente complacida con la buena conducta de Indra, quien presentó sus respetos a su tía ofreciéndole reverencias una y otra vez; con el permiso de Diti, Indra regresó a los planetas celestiales junto con sus hermanos, los Maruts
Texto 6.18.78: Mi querido rey Parīkṣit, he respondido lo mejor que he sabido a las preguntas que me has hecho, y especialmente a las que se referían a esta narración acerca de los Maruts, que es pura y auspiciosa. Ahora puedes seguir preguntando, y te daré más respuestas.